El Chasque Nº 55 – El 2020 ya fue

24/12/2020

“¿Qué faceta humana nos destruye?
El conformismo, la aceptación de la realidad
como un destino y no como un desafío
que nos invita al cambio, a resistir,
a rebelarnos, a imaginar en lugar de vivir el futuro
como una penitencia inevitable”.
Galeano

El 2020 ya fue. Lo que está por venir dependerá de lo que hagamos.

El 2020 quedará marcado en la memoria de cada uno de nosotros y en la historia de Uruguay por ser el año donde experimentamos la pandemia provocada por el Covid-19 y el comienzo – luego de la derrota del FA – de un gobierno de derecha, ultra reaccionario y conservador, la llamada coalición multicolor.

No sabemos cual será el relato que acreditarán los futuros libros de historia sobre este año capicúa. Probablemente se recuerde al presidente Lacalle Pou por sus capacidad para manejar las “perillas” y hablar de la libertad responsable y del “malla oro”. Será recordado por ser el gobierno de América Latina que menos ayuda transfirió a los sectores más vulnerable para enfrentar la pandemia. Será recordado por ser el gobierno que en medio de la crisis sanitaria aumentó las trifas públicas, del ajuste económico sobre los sectores populares, de la rebaja salarial, del desmantelamiento de las empresas públicas, de la aprobación de una ley anticonstitucional y reaccionaria por su contenido llamada Ley de Urgente Consideración, de la aprobación del Presupuesto antipopular, con cero aporte a las políticas públicas, de un gobierno que lo único que hizo fue quejarse y culpar al FA de “la herencia maldita” para excusar acciones regresivas… el de las libertades cercenadas… o las incompetencias con varias renuncias a los cargos, entre ellos Ernesto Talvi (colorado) quién fuera por unos meses canciller del actual gobierno. La lista es larga en relación al conjunto de medidas antipopulares que viene llevando adelante la cofradía de derecha, que dicho sea de paso no tiene ninguna novedad, dado que lo que comenzamos a vivir en este 2020 ya lo vivimos en el pasado.

Como el virus del Covid-19, las consecuencias por la aplicación de estas políticas de ajustes se verán en los años siguientes. Y el daño que provoquen dichas medidas no es por única vez, por el contrario se multiplicarán y profundizarán los aspectos más dramáticos de ella; la miseria, la desocupación, el individualismo, en definitiva el deterioro de la sociedad.

En resumen, asistimos y asistiremos a una fuerte ofensiva en todos los planos de la vida de la cofradía de derecha, del capital financiero y la oligarquía con el objetivo de desmantelar toda perspectiva alternativa a su proyecto.

Sabemos que nos enfrentamos a un duro y difícil período que estará signado por la resistencia a esa ofensiva y a su vez en la construcción necesaria de una amplia unidad social en el marco de la lucha contra este proyecto regresivo y antipopular.

Uruguay necesita que el Frente Amplio defina sus objetivos estratégicos y desarrolle una línea coherente para enfrentar los planes de la cofradía multicolor y la oligarquía.

Hoy se inicia el proceso de recolección de firmas para la derogación de 133 artículos de la LUC. Sin embargo no se llegó a a un acuerdo con todos los sectores sociales con el resultado de que estos impulsarán un referéndum por la derogación total de la LUC. Es decir el movimiento social va a la batalla en forma dividida , justamente lo que quiere la derecha.

Visto esto, ¿fue correcto el camino recorrido por el FA en relación a pretender modificar “aspectos regresivos de la LUC”?¿El hecho de haber modificado un par de leyes y normas en la LUC, significó acaso impedir que por vía de proyectos puntuales, como ser la ley de medios avanzaran sobre el patrimonio de ANTEL o la desregulación del monopolio de ANCAP sobre los combustibles? El hecho concreto es que tendremos dos convocatoria, una para derogar 133 artículos y otra para derogar la totalidad de la LUC. Imaginemos cual será el escenario que se creará a la hora de salir a pedir las firmas.

Medio siglo del Frente Amplio

Frente a este desafío el FA se dirige a su congreso, al festejo de sus cincuenta años de vida y a la definición de sus objetivos estratégicos y los caminos para alcanzarlos. Y en ese sentido hacemos algunas preguntas a modo de reflexión que surgen en este período.

Algunos sectores en el FA han definido como objetivo lograr el triunfo en el 2024. Nos preguntamos ¿para qué se quiere ganar el 2024? ¿Si ganamos, que vamos hacer con ese poder?

¿Debe ser el objetivo central o es necesario definir primero un objetivo estratégico superior que determine la razón por la cual pretendemos ganar en el 2024?

Esto nos lleva a preguntarnos ¿qué sociedad pretendemos construir? Entendemos necesario definir hacia donde vamos, cual es el horizonte a alcanzar. Esa idea- objetivo será la que nos de la razón por la cual existimos y luchamos. Esa idea , ese horizonte determinará nuestra misión en la historia de Uruguay. Si no tenemos claro a donde queremos llegar, difícilmente sabremos que hay que cambiar en ese trayecto ni quienes serán nuestros aliados en este viaje. Por lo tanto, para ganar en el 2024 es imprescindible definir antes qué sociedad queremos construir y como vamos a lograrlo.

Aspirar a lo ya hecho por parte del FA sería un profundo error estratégico e implicaría la derrota y retroceso de la izquierda por un largo período histórico. Debemos proponer nuevos desafíos que impliquen cambios reales en la sociedad que tiendan a la superación del sistema capitalista y su modelo de “desarrollo productivo” y no a una pretendida gestión “social” del mismo.

En el marco de los 50 años del FA es necesario una mirada a su historia.

Poner en perspectiva el contexto y momento histórico, condiciones materiales y subjetivas para el surgimiento del FA como alternativa al modelo propuesto por los PP.TT., la oligarquía y el imperialismo.

¿Ese proceso estaba predeterminado o fue fruto de la acción de fuerzas políticas sobre las condiciones subjetivas para forjar la unidad de la izquierda en lo que llamamos Frente Amplio? Del estudio de la realidad y el análisis justo de las grandes tendencia y contradicciones de clase, de la crisis del capitalismo, de la imposibilidad de las clases dominantes y sus representantes expresados en los PPTT en destrabar el desarrollo de las fuerzas productivas y la definición de la contradicción principal del momento, Oligarquía – Pueblo, fue que se pudo avanzar en la construcción de la herramienta política para impulsar los cambios. En ese contexto previamente definido se actuó en forma conciente y se trabajó para hacer síntesis política en el pueblo de la necesidad de la unidad para triunfar y derrotar a la Oligarquía. El FA no es producto de un determinismo histórico. Sin ese trabajo no habría Frente Amplio. Y ese proceso derivó en el triunfo del FA en el 2004 y cerrando con la derrota en el 2019.

Por lo tanto es obligación estudiar y analizar ese período incluyendo los 15 años de gobierno como parte de su historia. Su experiencia de gobernar deben incorporarse a una revisión crítica para ver cuales fueron los aspectos programáticos, políticos e ideológicos que provocaron al derrota a mano de la derecha.

En el marco de los 50 años del FA es necesario una mirada en perspectiva.

Es imprescindible estudiar el mundo pospandemia, la situación global y sus principales tendencias. Definir la contradicción principal, los desafíos globales, regionales y nacionales entre otros.

Definir los aspectos principales que entendemos estratégicos para construir una nueva alternativa al actual sistema capitalista. Es clave poner todo en discusión y particularmente establecer hacia donde queremos llegar como sociedad. En función del objetivo estratégico es necesarioidentificar cuales son las clases y sectores sociales que llevarán adelante la lucha para alcanzar ese horizonte, es decir, el campo de las alianzas. La lucha concreta es articuladora de la unidad. ¿Qué lugar tendrá el FA en esa lucha y como impulsar correctamente la relación entre la lucha reivindicativa y la lucha política-ideológica? Creemos fundamental desplegar en el territorio, la Comunidad como eje de la lucha por resolver sus necesidades y en ese contexto la toma de conciencia de amplios sectores populares de la necesidad de construir un nueva sociedad superadora del actual sistema, ya que existen problemas que solamente serán resueltos cuando sea destruido el sistema capitalista.

Por lo tanto, no alcanza con establecer solamente el objetivo de ganar las elecciones en el 2024. Se trata principalmente de definir que sociedad queremos y trabajar en esa dirección. Desde el congreso del FA tenemos la posibilidad de hacer historia, y como en 1971 alumbrar un nuevo horizonte que reviva la esperanza de los uruguayos. Dependerá de las y los frenteamplistas que así sea.

PD) Hacemos llegar nuestro apoyo a los trabajadores de la salud y a todos aquellos que han estado en primera línea de combate a la pandemia. A los miles que se han visto desplazados de sus trabajos, a los que sostienen las ollas populares en los barrios, es decir, a todas y todos los compañeros que de una forma u otra resisten y luchan, va aquí nuestra solidaridad, sabiendo que estas actitudes serán las que construirán la victoria del pueblo. ¡Salud!

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