El Chasque Nº 67: Por una estrategia para los cambios

12/03/2021

El Frente Amplio debe definir en su próximo congreso la estrategia para avanzar hacia los cambios profundos que requiere el Uruguay

Queremos en este material establecer algunos temas para ser discutidos e intercambiar opinión en la perspectiva del congreso del FA. Nuestra idea como Movimiento 10 de Setiembre (M10S) no es conformar un nuevo sector, sino que nos proponemos articular y aportar a fortalecer en todos los planos al FA para proyectarlo en el camino hacia cambios profundos en nuestro país.

Hemos insistido en la necesidad e importancia de definir los objetivos estratégicos, es decir, el destino que proponemos construir como sociedad, alternativa al proyecto conservador y caduco de la élite oligárquica. El objetivo estratégico es la meta, es aquello que cierra una etapa histórica determinada y a su vez es lo que le da razón de ser y de existencia a la fuerza política; luchar por conquistar ese objetivo posible en un período histórico determinando. Es la gran bandera por la cual le diremos a miles que vale la pena comprometerse, sumarse a otros y luchar para alcanzarlo.

Antes de ser gobierno teníamos un proyecto político y una estrategia de acumulación.

Esa estrategia nos llevó a conquistar el gobierno. Hoy ese proyecto mostró su debilidad y por lo tanto requiere reflexión y un rumbo que nos permita disputar la hegemonía.

Por la tanto es necesario elaborar una estrategia que trascienda lo electoral y marque el norte para una nueva etapa de acumulación de fuerzas que permita avances significativos de la sociedad sobre la alternativa capitalista. Esto obliga a pensar y delinear el carácter de la época, la democracia y sus alcance, la situación post-pandemia y su repercusión a nivel global y en nuestro país. Las fuerzas sociales que pugnan contra el sistema, las principales tendencias y contradicciones, la viabilidad del modelo de producción actual, su relación estrecha ante la crisis ambiental y la posibilidad de la continuidad de la vida en la tierra son algunos de los temas que construyen el contexto general actual en el cual tendremos que desenvolver la lucha.

El proceso de balance y autocrítica es la oportunidad para fijar una perspectiva que tenga en cuenta la crisis general del capitalismo, la peligrosidad del imperialismo en crisis y la oportunidad que representa la agudización de sus contradicciones, profundizadas por la pandemia, la pobreza, la miseria y la criminal concentración de riqueza.

Comprender, al fin, los limites y la incapacidad del sistema capitalista para desarrollar una política sustentable para la sociedad y el ambiente, cada día más evidente.

El poder ilimitado del capital monopólico, su constante acumulación y la multiplicación de la pobreza, hacen inviable el actual sistema y por ende la democracia donde sean las grandes mayorías quienes decidan su destino.

Aprender, del proceso de unidad en los años 50, 60 y 70 del siglo pasado al calor de la lucha popular, de enfrentar la dictadura, de los 15 años de gobierno, finalmente con la derrota del 27 octubre de 2019 y el renacer del espíritu de lucha, entrega, pasión que no pudo revertir el resultado, el 24 de noviembre.

Hoy el eje de la batalla por la defensa de la democracia, pasa por reunir las firmas para derogar los 135 artículos de la LUC.

La batalla por obtener las firmas es parte del proceso de acumulación de fuerzas, de la lucha política e ideológica por profundizar la democracia, en la defensa de las empresas públicas, en frenar el vaciamiento de la educación pública y su precarización, etc. Entendemos importante en este proceso convocar a un gran “Movimiento de Salvación Nacional” para la erradicación de la pobreza en defensa del trabajo, contra las medidas antipopulares, el ajuste económico, el retroceso de la democracia y las conquistas logradas. Organizar y enfrentar la restauración oligárquica con la unidad más amplia; trabajadores, jubilados, pequeñas y medianas empresas y productores, docentes y estudiantes, científicos y académicos, laicos y religiosos; hacia el bienestar, el progreso, sintetizado en un gran proyecto nacional como herramienta para la superación de la crisis desatada por la derecha coaligada. No es culpa del FA que la sociedad esté dividida, son ellos con las medidas anti populares, de beneficios a las élites económicas, a los “mallas oro” que verdaderamente dividen a los uruguayos.

Un programa mínimo al rescate de la patria:

Acorde con la estrategia que apunte a dar respuestas a los grandes problemas y contradicciones que vive el país. Un programa mínimo para unir a miles con la idea de construir un Uruguay donde nada de lo humano nos sea ajeno. Este programa mínimo debe ir al rescate del Uruguay, es decir, de la amplia mayoría de su gente golpeada hoy por la crisis y la falta de respuesta del gobierno. Por lo tanto , debe ser profundamente humano, que apunte a resolver los aspectos urgentes derivados de la situación de empobrecimiento de la sociedad con un abordage integral; trabajo, salud, alimentación, vivienda, educación, cuidados, entre otros para erradicar la pobreza.

Llevar el Pueblo a Gobernar

Sin un pueblo conciente de su papel, movilizado y preparado para la lucha, no habrá avances. Solamente el nivel de participación del pueblo determinará la profundidad de los cambios. Para llevar “el pueblo a gobernar” necesitamos fortalecer y desarrollar la fuerza política capaz de enfrentar al poder económico dominante y construir una salida, una nueva esperanza convocando a todos los uruguayos a un gran movimiento de salvación nacional, de transformaciones económicas y sociales profundas que arranque al Uruguay de la crisis y dé soluciones al pueblo.

(1) Impulsar en el seno del pueblo el debate amplio y democrático para la toma de decisiones sobre su destino, más su organización y movilización permanente, para defender y ampliar las conquistas, hacia un poder popular de nuevo tipo.
(2) La Comunidad en cada lugar como resumen y artífice del protagonismo popular. Centro de resistencia a las políticas retrógradas y antidemocráticas de la coalición de derecha.
(3) Un Frente Amplio inserto en el pueblo organizado y movilizado. No habrá cambios posibles sin una fuerza política capaz de enfrentar al poder económico dominante.

Los Comités de Base abiertos en asamblea.

«Hoy… Dejaré las puertas y las ventanas de mi casa, abiertas, para siempre… Mi corazón está mejor situado que mi casa… Mi casa, más cercada que mi barrio… Mi barrio, cercado por mi pueblo…» (Zitarrosa Guitarra Negra)

El poder económico dominante y la bestialidad con que ha ejercido su dominio, de lo cual es testigo nuestra propia historia, hace necesario una organización fuerte, con unidad de acción.

El comité de base debe ser el corazón y el alma del pueblo organizado. Debe jugar un rol fundamental en la toma de decisiones estratégicas, en la conducción colectiva del FA, como en la vida cotidiana, en la comunidad y en el trabajo.

Hoy más que nunca deben estar abiertos al sentir de la gente. Escuchar para organizar la resistencia y la lucha de la comunidad para enfrentar el programa conservador y retrógrado de la derecha. Impulsar la solidaridad con los sectores más golpeados por la crisis y dar la pelea por las firmas para plebiscitar los 135 artículos de la LUC.

Allí donde somos gobierno velar por la aplicación de los compromisos asumidos, ser la voz y la acción organizada de la comunidad, impulsando a que los vecinos participen activamente de los cambios.

«El comité de base es una expresión de esa nueva lógica política que es el Frente amplio. Los comités de base deben ser muy conscientes de su importancia y por ende de su responsabilidad. Por eso deseamos que a nivel de cada comité de base, como forma de militancia, se discuta cuales habrán de ser las tareas de cada barrio; que programen sus actividades concretas y los modos de movilización. Que inventen sus formas de militancia eficaz, tanto a nivel de la propaganda, como a nivel de la maduración reflexiva. (Seregni. 19/06/1971)

En el año del 50 aniversario hacemos un llamado a todos los frenteamplistas a la lucha, al fortalecimiento y crecimiento del FA, en Comités de Base, en adherentes, en formación y asimilación para las enormes tareas planteadas: obtener las firmas para derogar la LUC, enfrentar la política regresiva del gobierno de Lacalle, desarrollar el proceso de autocrítica para superar errores y fijar una estrategia, para ganar a la mayoría para las ideas del cambio y la conciencia de que el capitalismo no resuelve las necesidades del pueblo trabajador.

Es hora de levantar nuevamente las banderas de la esperanza y la lucha para conquistar y construir con la amplia mayoría del pueblo, un Uruguay donde nada de lo humano nos sea ajeno.

¡Unidad de todo el pueblo, hacia la victoria, como lo supo hacer Artigas!

Deja un comentario