Frente Amplio: fruto maduro del árbol del pueblo.

Cristhian Adam
26/03/2021

“Que la única línea divisoria está entre quienes quieren mantener un régimen caduco, anti popular….. De un lado esta la oligarquía blanca y colorada, y del otro lado el pueblo blanco, colorado, democristiano, marxista, socialista, independiente…”

“El Frente Amplio no es una simple suma de partidos y de grupos… Es la nueva conciencia que levantara el nuevo Uruguay”.

Fragmento del discurso de Gral Líber Seregni en el primer acto de masas, un 26 de marzo de 1971.

“Hablamos en nombre de 2.700.000 uruguayos, aun de aquellos que no están aquí, que aún no nos comprenden, contra 2700 minorías corruptas… Y hablamos del presente porque no somos una multitud en marcha confusa, ni un montón de cólera dispersa, los que murieron sabían porque lo hacían, los que fueron a la cárcel sabían porque lo hacían, los que lucharon en las calles sabían porque lo hacían, los que fueron reuniéndose todos con el crucifijo o sin él, con la vocación blanca, colorada o sin él,……con la idea del marxismo o sin él, todos sabiendo sí que hay soluciones para el país si barremos la oligarquía y el pueblo va al poder y no otros”.

Fragmento del discurso de Rodney Arismendi un 26 de marzo de 1971.

Los meses de marzo están cargados de continuidad histórica, de perspectivas, de lucha por la unidad política y social de nuestro pueblo, con un nuevo aniversario del 1er acto de masas de nuestro Frente Amplio, un 26 de marzo de 1971, y también por el recuerdo del natalicio de Rodney Arismendi un 21 de marzo de 1913. Su legado, sus aportes teóricos y prácticos, definen la talla de un revolucionario, comunista, que dedicó su vida a la lucha por el socialismo y la clase obrera, así como a la construcción de la unidad de la izquierda.

Los fragmentos de los discursos de Rodney y Seregni, son una puesta gráfica del estado de conciencia, del proceso, que llevaron adelante miles, decenas de miles, durante largos años, zurciendo, uniendo, elaborando, y que conllevó a la creación del Frente Amplio, con un programa claro de redención nacional, identificando a la oligarquía y el imperialismo como enemigo principal de los pueblos. El devenir histórico, trajo aparejado la necesidad de una fuerza política que agrupara a los sectores más avanzados y democráticos de la sociedad, con la clase obrera incidiendo, gravitando como sujeto social de los cambios, y en el marco de la lucha de clases dispute el gobierno y el poder a las clases dominantes y sus partidos.

La síntesis política, no fue producto de la casualidad, ni de teóricos iluminados, fue posible gracias a la profundidad del proceso de acumulación de fuerzas, marcada por la impronta del Partido Comunista, particularmente a partir de su XVI congreso en 1955.

El peso de la clase obrera, la insistencia práctica en su unidad, fue motivo de desvelo. El hecho de unir a la clase obrera, en una sola central, establecer en su estatuto la definición de luchar por una sociedad sin explotados y explotadores, fue un salto cuantitativo y cualitativo de enorme importancia. Ninguno de los pasos en el proceso estuvieron librados al azar, la táctica en función de la estrategia, condensó años de luchas e intercambios. La antesala de la unidad sindical y de la izquierda, fue el Congreso del Pueblo, que logró nuclear organizaciones sociales y sindicales, detrás de una fuerte elaboración programática y de acción. Participaron 1376 delegados en representación de 707 organizaciones, que agruparon más de 800 mil personas. El movimiento sindical y popular mientras se movilizaba frente a la crisis, la especulación, la suba de precios, congelación de los salarios y la represión, se organizaba constantemente para una síntesis superior, y supo blindarse contra el economicismo, entendiendo este último como la sola preocupación de luchar por reivindicaciones económicas, perdiendo de vista el objetivo del alza de conciencia de los trabajadores y al movimiento en su conjunto.

También desarrolla una concepción internacionalista del desarrollo histórico y de la lucha de los pueblos frente al imperialismo y las oligarquías nacionales, marcada a fuego por la Revolución Socialista de Octubre en 1917. La solidaridad con los procesos y movimientos revolucionarios, con la guerra civil española, con la revolución cubana, con Nicaragua, nos fueron definiendo.

La dimensión de la palabra unidad se agiganta, unidad revolucionaria y anti-imperialista de los pueblos del mundo, ya que la lucha de clases es nacional por su forma e internacional por su contenido.

Las luchas y reivindicaciones se funden en plataformas generales, en plan de acción, así se gestó la unidad obrero estudiantil, acuñando la consigna obreros y estudiantes Unidos y adelante.

Rodney Arismendi en 1988 sintetiza claramente la dimensión del proceso de unidad, “En estos 30 años de problemas, con 12 años de fascismo, nuestro país supo unir a la clase obrera en una sola central. Supo agrupar a la Universidad, la intelectualidad en todas sus manifestaciones, las capas medias junto a los trabajadores y otros sectores en el territorio de la izquierda.

Y en este periodo, como evocaba Alba Roballo, ha nacido en este Uruguay el Frente Amplio, que no tiene parecidos en el mundo. Que ni es el viejo frente popular ni es como otro tipo frentes de liberación que hay en otros lugares; pero que ha sido, lo hemos dicho muchas veces, la principal victoria de la clase obrera, del pueblo, de la izquierda en el Uruguay: crear una alternativa de gobierno, una alternativa pueblo.

Y el Frente tuvo ese enorme mérito –cuando nació-, de resolver lo que es esencial. No correr tras la utopía de pensar ganar ideológicamente a cada uno o a todos, cosa desde luego a la que aspiramos. Sino comprender que el pueblo tal como es con sus convicciones, con sus mitos, con sus creencias, con sus recuerdos, podía unirse, podía encontrar un camino sin renunciar a nada, si estaba dispuesto a luchar por un programa de cambios, nacional, democrático, de justicia social.. «

Un programa y sus 30 medidas, sus énfasis en los cambios estructurales, y el pueblo como protagonista lo echó a andar, de esa forma los explotados de milico y de paisano tuvieron intérprete.

Pasaron muchos años, 50 para ser precisos, dictadura fascista mediante, huelga general, plebiscito, tortura, desaparecidos, así se fue templando el acero, forjado en las barracas de la lucha de clases.

Con un tipo de correlación de fuerzas a la interna del FA, se logró la conquista de la Intendencia de Montevideo.

Pero el proceso también supo de retrocesos temporales, de crisis ideológica en los 90, cuando frente a la desintegración de la URSS y la caída del muro, muchos moderaron su discurso tanto en público como en privado e hicieron concesiones, la tercera vía y el oportunismo ganaba posiciones, junto al discurso del fin de las ideologías, el capitalismo humano y el socialismo democrático. Sin embargo, una vez más volvieron a aflorar las mejores reservas ideológicas de la continuidad histórica para frenar el mismo, y darle perspectiva revolucionaria. Se hizo lo necesario para preservarse, pero ya se había gestado otro tipo de correlación de fuerzas, otras concepciones, en ese marco fue la lealtad institucional al gobierno de Jorge Batlle, en plena crisis del 2002, hubo lucha contra el ajuste, pero la salida resuelta marcó una foto gráfica de la nueva correlación de fuerzas en el FA, y también en el movimiento popular. En esta coyuntura, con las organizaciones de clase, tanto políticas, como sindicales, permeadas por la lucha ideológica hacia adentro y hacia afuera, conquistamos el gobierno en el año 2005.

Por primera vez en la historia política de nuestro país se logró desplazar a la oligarquía del gobierno nacional. Mucho se hizo, fue el mejor período democrático que conocimos, sin embargo el proceso de reformas tuvo sus límites propios, al no propiciar los cambios estructurales necesarios.

El repaso requiere mucha Autocrítica, pero está directamente ligado entre otras cuestiones, al retroceso de las concepciones revolucionarias dentro del FA. ¿Aciertos de otros u errores y desviaciones nuestras? Tal cuestión merece un riguroso intercambio.

No es intención de este artículo profundizar sobre lo hecho en los gobiernos del FA, sabiendo que al menos hay dos comparaciones posibles para el balance, contrastarlo con nuestro programa y definiciones históricas, o con el conformismo que fuimos «mejores» que la derecha.

Intentemos intercambiar y reflexionar como nuestras debilidades, errores y desviaciones, fueron aprovechadas en un Frente Amplio que por definición es policlasista, para no darle profundidad al proceso, y también por la clase dominante, sus partidos y el imperialismo para desplazar a la izquierda del gobierno.

Entre ellos, el divorcio de la fuerza política con las organizaciones sociales, pero también con su propia estructura fue y es un problema a resolver. Coalición y movimiento es la esencia del Frente Amplio, para eso además de los sectores precisamos organismos vivos, que no sólo trasladen el informe, lo enriquezcan, lo cuestionen si es necesario, que trabajen con plan político en el territorio, que estén insertos en los problemas del barrio, del club, de la comisión de vecinos, del gremio estudiantil, ser en verdad esa revolución en Marcha que hablara Seregni.

Estamos de cara a un proceso de congreso de vital importancia, en un escenario complejo, de ajuste y arremetida contra el pueblo y la izquierda. Recuperar el gobierno es un objetivo ESTRATÉGICO, hay que llegar a las firmas para el plebiscito contra la LUC y luego ganarlo, a la par generar una correlación de fuerzas que ponga al FA a la ofensiva política, programática, organizativa, y que dispute su dirección de cara a las elecciones internas en el año 2021.

Hoy la clase obrera está convocada a ser continuidad del proyecto político histórico de la izquierda, a darle amplitud y profundidad y junto con ello desarrollar las fuerzas motrices de la revolución uruguaya.

Como bien manifestara Rodney nuestro Frente Amplio; «Fue una afirmación profunda, esperanzada, y un agrandarnos a los que estábamos en la vieja izquierda. Pasó a ser un rasgo de nuestras vidas y pasó a ser una llave de solución a los problemas del país. Es decir, que no lo podemos dejar ni lo podemos tirar como un trapo viejo. Tenemos que afianzarlo, agrandarlo, sacarlo a la calle, anclarlo en el pueblo, construir las opciones de poder».

En eso estamos, con el acento en los principios y nuestra historia.

El Chasque Nº 69– «El Pueblo unido jamás será vencido»

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