El Chasque Nº 71:La importancia del pensamiento estratégico para disputar el poder a las clases dominantes.

9//04/2021

El próximo domingo 11 de abril se celebran elecciones en Perú y Ecuador, primera y segunda vuelta respectivamente. Es probable que el candidato progresista Araúz gane la segunda vuelta en Ecuador, lo que implicaría retomar el proceso de Revolución Ciudadana, interrumpido por el gobierno de Lenin Moreno, a pesar de que éste último fue electo precisamente para darle continuidad. En Perú es posible que Veronika Mendoza, apoyada por un amplio espectro de fuerzas progresistas y de izquierda, pase a segunda vuelta, aunque el panorama no es claro al existir una gran fragmentación, con varios candidatos que podrían acceder al primer o segundo lugar. En Chile, las elecciones municipales y de constituyentes, que iban a realizarse este fin de semana también, se suspendieron y pasarán para el mes siguiente. Todos estos procesos nos dan cuenta de lo erróneas que eran algunas tesis que pronosticaban un cierre definitivo del ciclo de gobiernos progresistas y de izquierda iniciado a fines de los 90 con la Revolución Bolivariana dirigida por Hugo Chávez.

En América Latina existen condiciones estructurales profundas que explican estos procesos. Las restauraciones neoliberales, como la de Argentina o Bolivia, han tenido una corta vida, a pesar de todo el bombardeo mediático y el apoyo internacional. En Ecuador se podría confirmar esta tendencia y también el año que viene en Brasil, según indican algunos estudios tras la liberación y restitución de los derechos políticos a Lula. Todo esto sin duda es relevante para nuestro país, donde también vivimos un proceso de restauración conservadora tras 15 años de gobierno progresistas.

¿Pero cual será el objetivo de un nuevo gobierno del Frente Amplio en nuestro país? ¿Apuntaremos solo a rehacer todo aquello que la coalición multicolor está deshaciendo o apostaremos a ir más allá? ¿Si no apostamos a cambios más profundos en un próximo gobierno no se producirá un rápido desgaste y una nueva restauración conservadora cinco años después?

Parece faltar en general una visión que sea capaz de plantearse un futuro postcapitalista en la mayor parte de nuestra izquierda, o dicho de otra forma: nos falta un pensamiento estratégico que sea capaz de pensar más allá de los límites que nos impone el sentido común capitalista, y esto último puede conducirnos a un nuevo gobierno que no vaya más allá de algunos cambios que pueden ser compartibles, pero que no darán respuesta a las necesidades y problemas más profundos de nuestro pueblo.

¿En que se manifiesta esa carencia de pensamiento estratégico?

Se expresó, por ejemplo, en propuestas de políticas sociales que muchas veces no superan una visión asistencial. No es que el asistencialismo no sea necesario en algunas circunstancias concretas, pero es imprescindible apuntar a transformaciones para que el asistencialismo no sea necesario, que pasa por transformaciones económicas, políticas y también ideológicas. Como dijo Frei Betto: “no basta con darle de comer a los más pobres, es necesario explicarles porque antes no comían”. Si no se realiza esa tarea de politización, no vamos a poder avanzar o profundizar algunas transformaciones, es necesario por lo menos intentar transformar a determinados sectores no solo en objeto de políticas sociales, por muy loables e inspiradas en buenos sentimientos que estas estén, sino impulsar un proceso para que se transformen en sujetos activos de los cambios sociales. Esas políticas sociales focalizadas generan además, tarde o temprano, resentimiento en otros sectores populares, que ven como ellos quedan excluidos de determinadas prestaciones sociales, aunque los recursos para financiar esas políticas sean aportadas mayoritariamente por los trabajadores. La izquierda ha dejado en gran medida de lado su tradición de políticas universales y las ha sustituido por políticas parciales, que antes en general visualizaba en forma muy crítica. No es, repetimos, que algunas políticas asistenciales y focalizadas no sean necesarias en determinadas circunstancias, pero el problema es cuando se transforman en permanentes y eso no va acompañado de un proceso de politización profunda de la sociedad. Y cuando no hay politización la izquierda desacumula, y terminan llevando agua para su molino las fuerzas más reaccionarias, como vimos que pasó en nuestro país en la última elección. No podemos olvidar, que la izquierda puede tener el gobierno, pero el poder, y ese poder tan relevante que es el ideológico-cultural, además del poder económico y militar, lo siguen teniendo las clases dominantes, por lo que si no promovemos politización y una cultura contrahegemónica se fortalece la ideología de la clase dominante como pudimos constatar en nuestro propio país.

También la vemos en los límites con que la izquierda aborda determinadas problemáticas y hasta en el lenguaje que se suele usar, que hizo que causara un fuerte rechazo entre nuestras propias filas el planteamiento de Graciela Villar, durante la última campaña, de que la lucha era entre oligarquía o pueblo. ¿No era acaso una verdad clarísima? ¿No lo comprobamos todos y cada uno de los días de ejercicio de este gobierno, en que un día si y al otro también se toman medidas que favorecen a un pequeño número de grandes empresarios y terratenientes y se perjudica al pueblo? ¿No es esta contradicción, planteada claramente por Seregni en 1971, la principal contradicción que hoy seguimos viviendo?

Tal vez el planteo de Villar resultó un poco inadecuado en el momento, pero no porque lo que dijera fuera falso o incorrecto desde el punto de vista teórico, sino porque durante años la mayor parte de la izquierda dejó de lado una serie de conceptos que permiten captar determinados fenómenos reales en forma más profunda y aproximada a la verdad (la que siempre es revolucionaria como decía Gramsci). En vez de hablar de clases, imperialismo, explotación y oligarquía, se empezó a utilizar el lenguaje propio de las teorías menos críticas de la academia y de las ONGs dedicadas a tareas asistenciales como “sectores vulnerables” y “deciles”, y se olvidó que algunos países son ricos y desarrollados porque otros son pobres y explotados por esos países ricos.

Si dejamos de lado nuestros conceptos fundamentales, muy difícil será impulsar la crítica y la posibilidad de un futuro alternativo. Se puede ver esto en el debate sobre la seguridad social, cuando algunos referentes progresistas aceptan como un hecho que se debe aumentar la edad de retiro debido al “déficit” del BPS, pero poco o nada se dice sobre un sistema de AFAPs por el que esas empresas se apropian de fondos de los trabajadores que les proporcionan importantes ganancias, o el hecho de que los trabajadores producen mucho más hoy que en el pasado, por lo que se debería compensar con creces el aumento de la expectativa de vida supuestamente responsable del déficit….a no ser que esa riqueza mayor -producto del aumento de la productividad- hoy sea apropiada por menos, por una pequeña porción de capitalistas y no por los trabajadores que la producen. También ha desaparecido de nuestro horizonte el problema de la renta de la tierra, que permite que una pequeña minoría de terratenientes se apropie de gran parte de la riqueza producida por los trabajadores por solo poseer la tierra, o el problema de la vivienda, cuando de hecho se aceptó que -más que un derecho- se siguiera considerando una mercancía regulada por el mercado. No es que sea sencillo realizar algunos de estos cambios, pero por lo menos deberían ser planteados, por lo menos debería ser necesario usar un lenguaje que diera cuenta de fenómenos tan reales y concretos como la explotación, el imperialismo, la plusvalía, etc. La estrategia supone plantearse determinados objetivos que se consideran necesarios y realizables en el largo plazo, dejar de lado esos objetivos nos conduce a un tacticismo que nos permitirá posiblemente administrar mejor lo que existe, pero no transformarlo radicalmente, como se planteó el Frente Amplio en sus orígenes.

Por último, esta falta de visión estratégica, se expresa también en propuestas extemporáneas como las de “toque de queda” o “estado de excepción”, que no fueron debatidas ni decididas por ninguna instancia orgánica. Sería deseable que el énfasis se pusiera en políticas solidarias de apoyo a aquellos sectores más afectados, y en un protagonismo mayor de la sociedad en la gestión de una crisis que afecta a todo el país y sobre todo a trabajadores y pequeños empresarios, y no en medidas militarizadoras que son peligrosas de por sí, y más en países como Uruguay, donde las FFAA fueron de los principales actores de una dictadura fascista. Pero esto se transforma, además, en algo mucho más riesgoso cuando tenemos un gobierno de derecha con elementos muy reaccionarios en su seno.

La intersocial, el PIT-CNT y la bancada del FA plantearon otro tipo de medidas mucho más acordes con una visión de izquierda, pero los medios amplifican las otras propuestas y eso queda posiblemente a nivel del imaginario colectivo de gran parte de la población como si fuera algo promovido por “la izquierda” en general. Un protagonismo mayor de las FFAA olvida completamente el carácter de aparato represivo de las FFAA, cuya función real es ser el garante último del orden capitalista, como pudimos ver en las dictaduras del plan Cóndor o más recientemente en procesos como el de Bolivia. No es que en las FFAA armadas no puedan existir contradicciones, pero una cosa es eso y otras querer darles un protagonismo que puede suponer un profundo retroceso a nivel democrático.

2 comentarios en “El Chasque Nº 71:La importancia del pensamiento estratégico para disputar el poder a las clases dominantes.”

    1. Somos un grupo de frenteampistas de distintas vertientes que nos reunimos para debatir y en lo posiblo comunicar y organizar. https://m10sinfo.data.blog/acerca-del-movimiento/ aquí están los fundamentos de lo que pensasmos y en
      https://m10sinfo.data.blog/2020/07/09/desde-el-pie-frente-amplio/#more-613 (Alli figuran los nombre des algunos de quienes integramos este espacio)
      Le pusimos como nombre 10 de Setiembre (M10S) , fecha histórica del Reglamento de Tierras de Artigas.
      Si quieres conversar sobre este u otros temas, estamos a tus órdenes.
      Gracias por comunicarte con nosotros
      Saludos
      Ruben López

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