El Chasque Nº 77: Las voces del silencio

20/05/2021

No hubo más noticias de Avis Everhard. Presumiblemente fue
ejecutada por los mercenarios; y , como bien sabemos, el Talón de Hierro
no registraba esas ejecuciones sumarias.”
El Talón de Hierro.
Jack London, 1908

Hoy se cumple una nueva marcha del silencio, y en silencio volverá a abrirse paso entre la rutina cotidiana del conteo de contagiados y muertos por la peste, que también mueren en soledad y silencio, porque ya es normal que así sea, porque no fueron suficientemente responsables con la libertad, porque tenían que respetar el protocolo, no desobedecer, porque algo hicieron para merecer ese final. Todos los días muere un promedio de 50 compatriotas y no pasa de ser un título más en los medios de prensa y nadie se hace responsable porque vivimos en un país donde el gobierno de derecha sostiene que depende de cada uno forjar su propio destino.

Sommaruga lo señala claramente en el siguiente texto:
Hay éticas, por ejemplo, que sostienen que la desigualdad viene de la pobreza y no la pobreza de la desigualdad.

Para esta forma de pensar, la desigualdad social es natural y necesaria.

Es importante por tanto, darse cuenta que hay teorías que creen que es correcto que haya privilegios y que está bien que la riqueza y el poder estén concentrados en una elite minoritaria.

Esas concepciones sostienen que la sociedad es una necesidad a prepo, porque finalmente no somos más que una sumatoria de individuos con intereses egoístas, que buscan su propio beneficio a costa de los demás; siendo los demás las otras personas o incluso, los recursos naturales.

A esto, ellos, llaman libertad.

Estas derechas son las que justifican (utilizando la pandemia como explicación) que 100.000 personas hayan sido expulsadas a la pobreza, mientras que en el mismo año que esto pasaba los bancos radicados en el país se embolsaron 360 millones de dólares de ganancia. Esas derechas son las que no ven nada malo en que el 1% más rico del Uruguay haya sacado al exterior 3500 millones de dólares en un solo año, mientras que 200.000 trabajadores engordan las filas del desempleo.

Esa derecha es la misma que justifica la ley de impunidad, la que no condena la masacre contra las víctimas civiles del pueblo palestino y la misma que dice que los muertos y mutilados en el levantamiento del pueblo chileno y colombiano, fueron víctimas de la «ansiedad».

Y es tan así que ellos creen que es justa y ética su visión del mundo cuando por medio de Gabriel Capurro, Presidente de la Asociación Rural del Uruguay, se declara que “… todos podemos estar de acuerdo en que la desigualdad extrema no es deseable, la realidad es que la desigualdad de ingresos va a existir siempre por la propia naturaleza humana, y es justo que así sea. Las personas somos todas distintas,tenemos objetivos de vida diferentes, actitudes y aptitudes diferentes, y actuamos ytrabajamos en consecuencia. Las diferencias existen y van a existir siempre entre laspersonas, y por lo tanto en los ingresos, que no pueden ni deben ser iguales”.

Esta visión que llama a “discutirla con honestidad y espíritu constructivo” el señor Capurro, se da de la mano con las declaraciones del diputado de la coalición de derecha, Gustavo Zubía, cuando afirma con total claridad “… obviamente, hay una política de mercado donde se prioriza la producción y hay una política de solidaridad, las dos respetables, pero lo que pasa es que son modelos. Modelos que ¿sabe dónde se cambiaron? En la LUC. Hoy yo me vine preparado para hablar de la LUC, porque esto cambió la filosofía de este país. Porque hubo gente que dijo basta con esta filosofía de solidaridad, amor y condescendencia, en un contexto en el que el país empezó a decrecer y por eso hubo un cambio de gobierno.»

Con todo lo sucedido en Uruguay y el mundo tendríamos que tener más que claro que los partidos de la derecha y el gran capital no dudan a la hora de tener que llevar adelante sus objetivos.Ellos defienden al gran capital y a la élite oligárquica, en definitiva, a su clase social.

Por lo tanto y según la ética del capital, el paradigma que promueve el gobierno de construir una sociedad donde cada uno se arregle como pueda, es evidente que los muertos por la pandemia no son responsabilidad del gobierno, sino de las personas que no se cuidaron. Esta falacia pretende ocultar, silenciar y justificar el accionar del gobierno ante la pandemia. Cobardemente trata de no cargar con los muertos.

Y en la batalla por verdad y justicia existe la pretensión de ocultar y tergiversar los hechos históricos por parte de los partidos de derecha y de la propia oligarquía, los verdaderos beneficiarios del golpe a la democracia producido en 1973 en Uruguay. Los torturados, los muertos, los desaparecidos son por acción represiva desde la institución del Estado para silenciar las voces que se levantaron contra ese “Talón de Hierro” impuesto por el capital y la rosca oligárquica para su propia beneficio.

A pesar del fraude cometido contra Wilson por parte de Bordaberry, el Partido Nacional apoyó todas las propuestas de leyes de seguridad del estado impulsadas por el Partido Colorado para saldar cuentas con el movimiento popular y particularmente contra los sindicatos. Ellos no dudaron de darle de comer al monstruo del fascismo y prefirieron aliarse a él antes de que darle la mano al trabajador. Traicionaron la democracia de la cual tanto se ufanan entregándola en bandeja al gran capital. Difamaron a los sindicatos tildándolos de terroristas, anti patrióticos y subversivos. Basta leer los diarios de la época para ver el nivel de las mentiras, verdadera metodología fascista para desprestigiar y crear las excusas “éticas y morales” para el golpe. Ellos fueron los ideólogos y responsables del terrorismo de Estado. Son quienes convirtieron a la Fuerzas Armadas en verdugos de su propio pueblo, pero a cuenta de los negocios de la clase dominante, la oligarquía criolla y el imperialismo.

Esa fue y es la ética de los partidos políticos de la oligarquía, defender al precio que sea un modelo económico, al decir de Zubia, que elimina y sustituye la solidaridad y el amor al otro por el beneficio al capital, donde cada cual es libre de explotar o ser explotado. Sin embargo fue la ética de la solidaridad, de la justicia social de los obreros, los estudiantes, los frenteamplistas, por el derecho a soñar con una patria digna es que se actuó consecuentemente con las ideas artiguistas y se pagó con sangre la reconquista de la democracia.

No debemos permitir que digan impunemente que los comunistas apoyaron el golpe o que aquí hubo una guerra. Dejemos de pedir permiso o de explicar nuestro grado de compromiso con la democracia. Los muertos son nuestros, los desaparecidos son nuestros por si tiene dudas el energúmeno del Ministro de Defensa, Javier García, y vale también para Sanguinetti, el gran inventor de todos los cuentos de miedo, y que hoy vuelve ha repetir la vieja cantinela de la desestabilización cuestionando así el derecho a impulsar la juntada de firmas para plebiscitar los 135 artículos de LUC.

Así como Avis Everhard, desaparecida en la ficción de Jack London, a manos de los mercenarios del Talón de Hierro, hoy, y para desgracia de los pueblos, esa ficción se hizo realidad en el fascismo. Son miles y miles de desaparecidos que forman una larga lista como prueba de la crueldad de la oligarquía a la hora de defender sus intereses donde el ocultamiento es una demostración de poder, una advertencia hacia las generaciones futuras a quienes se atrevan a desafiar su poder y pretendan alumbrar otro mundo, para que triunfe definitivamente la primavera de los tiempos, prime el amor al prójimo, la solidaridad y la igualdad social.

Intentaron silenciar las voces de aquellos luchadores desapareciéndolos, y sin embargo, ese silencio hoy se transformó en voz de lucha por verdad, memoria, justicia y nunca más terrorismo de Estado. Como una gran red invisible, marcharemos en silencio, desde los carteles que dicen presente en cada foto de balcón,

“redoblando esperanza y coraje /Con margaritas de amor y de paz /Por los chiquitos que faltan/Por los chiquitos que vienen / Uruguayos nunca más”

A todas las voces del silencio ¡Salud!

Deja un comentario