Algunas reflexiones sobre la política exterior del Uruguay.

El Chasque 94
14/07/2023
César Barretto Luchini

Hay un amplio consenso entre los analistas de la política exterior desarrollada por Uruguay en los últimos tres años en el sentido de que ha existido una continua improvisación y permanentes bandazos en la conducción de dicha política lo que termina siendo visto como falta de profesionalismo y de conducción política estratégica.

Desde el comienzo de la gestión del gobierno de Lacalle Pou hemos sido testigos de anuncios y actitudes deshilachadas e inconducentes que en muchos casos parecían estar al servicio del desmedido afán de protagonismo de Lacalle Pou y su equipo preocupados más por el efecto de esos planteos en los resultados de las encuestas de opinión publica sobre su gestión que en los efectos reales en materia de conducción de la política exterior del país.

A los iniciales anuncios sobre proyectos de mejora de la hidrovía que los expertos en el tema calificaron de inmediato como inviables se agregó luego el apoyo al norteamericano Mauricio Claver Carone promovido por el gobierno de Trump para ocupar el cargo de Presidente del BID contra la opinión de la oposición y hasta del propio Sanguinetti, socio de la coalición.

Más adelante se dieron los choques con el gobierno argentino sobre el Mercosur y el fracaso en cuanto al apoyo que esperaba de Brasil, en ese momento bajo el gobierno de Bolsonaro.

En 2021 surge el anuncio de un supuesto TLC con China que terminó siendo un completo bluff. Incluso se supo de fuentes diplomáticas uruguayas que el personal del servicio exterior destacado en China ignoraba por completo el supuesto tratado una vez que este fue dado a conocer con bombos y platillos por el propio Lacalle Pou.

Sin abundar en más episodios entre ellos notorias ausencias en eventos internacionales lo que queda como saldo es un fracaso rotundo en materia de resultados de la politica exterior del país.

Es imprescindible que el Uruguay retome un rumbo profesional y consistente en cuanto a la política exterior con visión estratégica en el marco de un mundo que navega por el mar tempestuoso de una época de transición que entre otras cosas puede conducir a un cambio de la potencia hegemónica y el advenimiento de la multipolaridad.

En ese sentido es bueno recordar lo que escribía Gramsci sobre el concepto de hegemonía: “la supremacía de un grupo social se manifiesta de dos formas : como “dominación” y como “liderazgo intelectual y moral”.

Un grupo social domina a sus grupos antagonistas a los que tiende a “liquidar”o a sojuzgar recurriendo incluso a la fuerza armada, dirige a grupos aliados o afines”.

Comentando lo anterior Giovanni Arrighi y Beverley Silver dicen en “Caos y orden en el sistema – mundo moderno” : “mientras que la dominación descansa primordialmente en la coerción, el liderazgo que define la hegemonía se basa en la capacidad del grupo dominante de presentarse a sí mismo, y ser percibido, como un portador de un interés general”. En ese sentido continuaba Gramsci:”es cierto que el Estado se contempla como el órgano de un grupo particular destinado a crear condiciones favorables para la máxima expansión de este último. Pero el desarrollo y la expansión de ese grupo particular se conciben y presentan como la fuerza motriz de una expansión universal, como desarrollo de todas las energías nacionales”.(Antonio Gramsci, Selections from the Prison Notebooks).

Hemos tomado en cuenta el análisis de Arrighi en “Adam Smith en Pekin” (2007) para situar a la actual transición hegemónica. Para el autor, desde el surgimiento del capitalismo, han existido 4 hegemones: Génova, Holanda, el Imperio Británico y USA. El pasaje de una potencia hegemónica a la siguiente sigue ciertas regularidades pero cada una tiene características distintivas. Hoy estamos ante la decadencia de USA como potencia hegemónica y el posible advenimiento de China como la próxima.

Las elites dominantes en USA han venido proponiendo y practicando diferentes estrategias para contener a China. Dado que desde el punto de vista de la productividad y de la capacidad financiera USA va quedando rezagado es en el ámbito militar donde tiene sus mejores cartas.

De la caracterización acertada de la situación mundial depende el correcto diseño de nuestra política exterior para el presente y el futuro. Si consideramos aspectos como el crecimiento de agrupamientos contrahegemónicos como los BRICS o los acuerdos de intercambios comerciales usando yuanes y otras monedas nacionales en detrimento del dólar vemos que esa transición se va operando en variados frentes y deben ser tenidos en cuenta para considerar cuestiones como la necesidad de consolidar una presencia fuerte de América Latina en el concierto mundial sobre todo teniendo en cuenta que la inmensa mayoría de los países no tienen una plena soberanía como lo tienen las grandes potencias.

La soberanía vista desde el dogma liberal nos hace creer que todos los países son soberanos por igual pero eso no se refleja en la realidad dado que las decisiones del Consejo de Seguridad de la ONU y otros organismos surgidos en los acuerdos de Bretton Woods son manejadas por unos pocos países.

En el análisis de estos temas Uruguay no puede colocarse en la posición del excepcionalismo ni en el de la falta de realismo político que conducen a valoraciones equivocadas sobre el rol de Uruguay a nivel internacional y regional.

Por último consideramos que debe existir el más amplio debate de estos temas a nivel de las organizaciones del campo popular aunque pueda creerse que estos asuntos no constituyen cuestiones del más inmediato interés de la gente. La realidad demuestra que los efectos de las articulaciones geopolíticas mundiales siempre repercuten para bien o para mal en la vida cotidiana de todos los habitantes del país.

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