¿Por qué luchamos?

Julio Castillo
El Chasque 105
6/10/2023

Honestamente parece disparatado y un despropósito por parte de la derecha señalar que un próximo gobierno del FA resultará ser la peor versión, la más radical. Indudablemente este tipo de pensamientos nacen bajo ciertos efectos alucinógenos provocados por consumos varios en una noche de discusión de campaña política y definición de estrategias electorales o es real que aun existe en la población esa idea y por lo tanto sigue dando rédito.

Puede ser que todavía quede en la gente restos de aquella imagen y percepción de un Frente Amplio proponiendo hacer la reforma agraria y desplazar a la oligarquía del poder. De ayer a hoy pasó mucha agua bajo el puente, fuimos por 15 años gobierno, 35 que gobernamos Montevideo y lo real es que, de aquel Frente Amplio nacido en 1971 al actual no queda nada, salvo la estructura y el aparato.

Y hablando del aparato vemos una propuesta de una “comisión de asesores” de la dirección del Frente Amplio donde se sugiere poner limites a la “libertad de acción” respecto al plebiscito de la seguridad social.

Aquí el texto de la propuesta:
Posición de la fuerza política en contra de la reforma

  1. Una reforma es necesaria, pero no cualquier reforma 

  2. La reforma del gobierno cae en las espaldas de los trabajadores. La 
rechazamos por forma y contenido. 

  3. Impacto regresivo ya constatable de la reforma aprobada por el 
gobierno. 


Plan Político

  1. Seguir adelante con la estrategia de cara a conquistar el gobierno nacional para lo cual necesitamos al conjunto de las compañeras y compañeros que en su diversidad constituyen la riqueza de nuestra fuerza política. 

  2. Diálogos por Uruguay. 

  3. Plenarios y Congreso programático. 

  4. Desarrollo organizativo y campaña de cara a las internas. 


Es necesario llevar una reforma integral
1. Diálogo social permanente en la perspectiva de garantizar la sustentabilidad social y financiera de un nuevo modelo de seguridad social.

Los contenidos del Dialogo Social
1. Avances metodológicos
2. Contenidos.

La libertad de acción
El PIT-CNT y varias organizaciones sociales que consideramos aliadas estratégicas de nuestro proyecto político decidieron en el ejercicio legítimo y necesario de la autonomía de dichas organizaciones una iniciativa de reforma constitucional.

  1. Dentro de nuestra fuerza política dicha iniciativa genera diferencias por formas y contenidos. 

  2. En ese marco es que resolvemos unitariamente que las distintas posiciones que conviven en nuestra fuerza política puedan 
 desarrollar con libertad las acciones que entiendan más adecuadas, garantizando el respeto a la diversidad de opiniones existentes en la fuerza política y el conjunto del campo popular.

Sobre la libertad de acción
La decisión de la libertad de acción no es el punto de máxima de ninguna de las posiciones de fondo sobre el asunto de las y los frenteamplistas.

  1. Resolvemos la libertad de acción como resultado de un esfuerzo del conjunto de la fuerza política priorizando la unidad estratégica del proyecto y el bloque político y social de los cambios. En tal sentido, promover que los organismos de la fuerza política no se posicionen en ninguno de los sentidos. 

  2. Entendemos que la libertad de acción es el resultado de una situación interna que no admite ni imposiciones ni prohibiciones. Tenemos el desafío unitario de adoptar una posición política que nos permita administrar la disidencia. 

  3. A tales efectos entendemos la libertad de acción como un mecanismo que nos posibilite expresar las distintas visiones existentes preservando la unidad de la fuerza política y el bloque. 

  4. En ese escenario la estructura política del Frente Amplio debe garantizar el cuidado de la convivencia de las distintas posiciones dentro de la casa común durante esta etapa que estará marcada por la recolección de firmas. 

  5. En este sentido se entiende que no deberían destinarse recursos económicos de la fuerza política para la campaña a nivel nacional y departamental. 

  6. Deberíamos trabajar para que no se identifiquen los locales de la fuerza política con ninguna de las posiciones. 

  1. En la misma línea no deberían realizarse actividades a favor o en contra de la recolección de firmas desde los canales Propaganda y la Comunicación del Frente Amplio en todos sus niveles. 

  2. La temática no formará parte de los mensajes que se desarrollen en las actividades centrales de las compañeras y compañeros que integran la dirección de la fuerza política ni de las y los precandidatos. “

A decir verdad es un disparate por donde se lo mire prohibir hablar o debatir sobre ese tema que a nuestro entender debería estar en el centro del programa. Esto de prohibir hablar del plebiscito es como hacer de cuenta que no existe.

“Eppur si mouve”, dijo Galileo, a pesar que la Inquisición lo hizo negar que la Tierra no se movía.

En lugar de abrir el debate se prefiere amordazar, cosa que no va a suceder. Si se pretende que el FA tenga una postura no es prohibiendo, sino debatiendo y llegando a una posición.

Dejando de lado este enorme oxímoron ingresamos en el programa que hoy presenta el Frente Amplio en el cual quedan expuestos los límites que tiene la propia fuerza para superar los aspectos más regresivos del sistema.

Leyendo el documento nos encontramos con una gran laxitud, donde los temas tienen igual importancia, independientemente de posibles prioridades y una falta de radicalidad y sin ningún compromiso concluyente sobre los problemas más acuciantes.

Bajo una retórica tecnicista vemos que se elude totalmente el carácter de clases de esta batalla. Se trata de desplazar a la oligarquía, a la clase dominante y poner el pueblo a gobernar. De eso se trata esta historia y es evidente que si ese objetivo no está presente entonces nos preguntamos ¿para qué gobernar?

Eludir y no abordar el carácter de clase de esta lucha y por ende la ausencia de un horizonte de cambios, hace que las elecciones sean un fin en si mismo, es decir, las reformas se transforman en un fin en si mismo y no en un medio para acumular fuerzas y provocar los cambios profundos, necesarios y posibles.

Con toda honestidad el programa se encuentran dentro de los límites del sistema y no existe ninguna propuesta que por lo menos intente sobrepasarlos. Es simplemente un cambio en la administración del Estado con la intención de “humanizar” al sistema, y hacerlo mejor.

Claramente no se propone un cambio estructural poniendo freno a la acumulación de riquezas y a la propiedad privada dando lugar a la propiedad social, limitando a las clases dominantes y elevando al pueblo a sujeto histórico, protagonista directo en la construcción de su futuro.

Luego de la derrota el Frente Amplio ha preferido no hacer muchas olas, hacer la plancha y esperar que el gobierno cometa errores, se siga trpezando y sufra suficiente desgaste como para perder las próximas elecciones. En ningún momento tuvimos la iniciativa y cuando el movimiento popular la tuvo prefirió hacerse el desentendido o simplemente promover alguna acción parlamentaria. Se vivió con la reforma de la ley jubilatoria impulsada por la derecha donde por un lado caminaban los sectores populares y por el otro el FA o con el problema de la crisis hídrica. No alcanza con intervenciones en el parlamento, por más excelentes que sean, sin pueblo movilizado. Es gastar pólvora en chimango, es un simple acto performático del ego de cada parlamentario, porque de esa forma no hay posibilidad de formar y consolidar una consciencia superior, de acumular fuerza en la dirección de disputar la hegemonía cultural.

Y el desencuentro en torno a la reforma de la jubilación también es responsabilidad del FA, principalmente por no creer en la fuerza creadora del pueblo y en la necesidad de debatir en su seno los temas principales. Debemos abandonar la actitud mesiánica de pedir el voto cada cinco años. Hay que actuar junto al pueblo para impulsar los cambios reales.

Evadir y no discutir el carácter de clase de esta lucha es negar el cambio y la posibilidad de un futuro diferente. En definitiva es quitarle profundidad, es hacerlo aséptico, libre de peligros para el sistema.

Por lo tanto el programa no presenta un nuevo horizonte, un puerto al cual llegar que signifiquen un verdadero avance civilizatorio. Se remite a un conjunto de aspiraciones, sin cambios que impliquen modificar la actual estructura de dominación.

No hay una posición crítica sobre “este Estado” y su responsabilidad directa en la opresión y sometimiento de la gran mayoría del pueblo a la explotación del capital. Tampoco lo hay sobre la “democracia” y su proceso de vaciamiento; de rebajarla y mutilarla por parte de la derecha y el gran capital financiero para poder avanzar sobre la vida de los trabajadores, la riqueza creada por ellos y los recursos del país.

Para el Frente Amplio el objetivo de la lucha política se ha transformado exclusivamente en ganar las elecciones y “conquistar” el Poder del Estado, obtener la mayoría del parlamento y un gobierno dispuesto a realizar reformas que favorezcan al pueblo. Pero eso sí, sin tocar para nada la actual estructura económica y jurídica.

El actual Estado, republicano y democrático permite que 1 de cada 6 niños es pobre o que en Uruguay el 1% de la población concentra el 25% de la riqueza generada en el país. El 10% + rico acumula 62% de la riqueza neta total, el 1% concentra 26%,y el 0,1% acumula 14%.

25.000 personas poseen más de 1/4 de la riqueza neta total, y 2.500 personas poseen casi 14%.

El 20% de los hogares mas pobres mantienen al 44% de nuestros niños menores de 6 años. El 20% de los hogares mas ricos mantienen solo al 8% de los niños en Uruguay

Para la derecha y la meritocracia esta situación es provocada por la falta de voluntad de las personas. Por el contrario, desde el campo popular, podemos afirmar que es provocada por la estructura del actual sistema que promueve y protege, bajo las leyes y normas jurídicas establecidas por esta democracia, la explotación y el robo del trabajo ajeno por parte de la clase dominante.

Entonces debemos ser claros. Creer que esta situación dramática que viven miles de compatriotas se va a resolver con medidas de distribución de la riqueza de tipo administrativo, dentro de la “norma fiscal” y sin tocar los intereses del capital, muestra un grado de infantilismo importante y desconocimiento histórico referido al comportamiento de las clases dominantes ante el peligro de perder sus privilegios.

Es irreal pensar que el capital se someta por propia voluntad a entregar parte de sus riquezas, sería traicionarse a sí mismo. Por lo tanto, eludir en el programa el carácter de clases de esta batalla, licuar los contenidos programáticos es en definitiva hacerse trampas al solitario y creer que por no nombrar las cosas, como son estas desaparecen y por lo tanto tenemos más chance de ganar las elecciones.

Sin eufemismos ¿Por qué luchamos?

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