Japón. Tomoko Tamura, primer presidenta del Partido Comunista, sale en defensa de la paz

People’s World 2024

Por C.J. Atkins (jefe editor de People’s World. Tiene un doctorado en Ciencias Políticas de la Universidad de York de Toronto y tiene experiencia investigando y enseñando economía política y política e ideas de la izquierda estadounidense. Además de su trabajo en People’s World, actualmente trabaja como Director Ejecutivo Adjunto de ProudPolitics)

Traducción al español: Gonzalo Scarpa Landoni

El Chasque 134
19/04/2024

TOKIO─El Partido Comunista japonés hizo historia recientemente al elegir a su primera líder mujer. Tomoko Tamura fue designada como la nueva presidenta del Comité Ejecutivo del PCJ por los delegados en el 29 Congreso del Partido celebrado en enero. Es sucesora del antiguo dirigente del PCJ, Kazuo Shii, quien ahora pasará a presidir el Comité Central.

En la sociedad japonesa tradicionalmente dominada por los hombres, la elección de los comunistas de una dirigente mujer fuerte pretende envíar a sus votantes la señal de que su partido es un partido con visión a futuro y determinado a lograr cambios sociales.

A los 58 años de edad, el ascenso de Tamura al cargo más alto de dirigencia luego de su anterior rol como presidenta de la Comisión de Política del Partido también marca un cambio generacional para el PCJ.

Desde las bases

Tamura nació en Nagano y empezó a militar mientras estudiaba en la Universidad de Waseda, convirtiéndose en líder del movimiento contra el aumento de matrículas. De joven se afilió al PCJ y trabajó como asistente de los legisladores comunistas.

Fue candidata a la Dieta (el parlamento japonés) en cuatro ocasiones antes de conseguir un escaño bajo el sistema de representación proporcional de Japón por primera vez en 2010. Los votantes la colocaron de nuevo en el parlamento en las elecciones nacionales de 2016 y 2022.

Aunque es una dirigente reconocida entre los miembros del PCJ desde hace mucho tiempo, Tamura se hizo más conocida para el público japonés general en noviembre de 2019 tras deschavar al entonces Primer Ministro Shinzo Abe en su uso de fondos políticos para comprar votantes y recompensar a sus partidarios.

A lo largo de muchos años, Abe había utilizado indebidamente más de 30 millones de yenes (USD 200.00) desviados de fondos políticos para pagar cenas y otros gastos de sus seguidores para que concurrieran a las supuestas «Fiestas de Floración del Cerezo», en las cuales los seguidores podían cenar con el primer ministro a un precio subvencionado mientras supuestamente contemplaban los famosos cerezos japoneses.

Tamura fue la primera en poner sobre la mesa el asunto en la Dieta. Su escrutinio de las prácticas de Abe llevó a una gran investigación legal y despertó lo que se conoció como el «Escándalo de la Flor del Cerezo».

Sin embargo, incluso antes del escándalo, ya se había ganado la reputación de ser la piedra en el zapato del partido gobernante. En 2014, cuando Abe designó simbólicamente a algunas mujeres de su gabinete, Tamura señaló la medida como «una actuación para la tribuna».

Tamura dijo que los legisladores del Partido Democrático Liberal de Abe sólo eran ascendidos si se ajustaban a roles de género conservadores tradicionales. Señaló que una de las mujeres que Abe ascendió a ministra incluso había votado en contra de una proyecto de ley sobre igualdad de género.

«Esas políticas recién designadas no son las que se han involucrado en promover la igualdad de género en la sociedad japonesa o el fortalecimiento de las mujeres», dijo Tamura entonces. «Es pura fachada».

Un partido del pueblo con visión de futuro

Mientras Tamura asume la dirección del PCJ, el Comité Central del Partido cuenta con el mayor número de dirigentes mujeres de su historia; 68 de 215. Además, las mujeres constituyeron el 45% de los delegados al 29 Congreso─un diez por ciento por encima del congreso anterior y una claro indicador de que los esfuerzos del Partido por mejorar su equilibrio interno de género están funcionando.

En comparación, en 2011 el PLD (Partido Liberal Democrático) presumió de innovador cuando invitó a cinco legisladoras a asistir a sus reuniones de directorio compuesto exclusivamente por hombres─ siempre y cuando no hablaran. Se les permitió observar y hacer comentarios posteriores.

El congreso, celebrado en la ciudad Atami de Shizuoka, aprobó una resolución llamando a los miembros a construir un partido más grande y más fuerte y a lanzar un «movimiento nacional» apuntado a terminar con la política corrupta del gobierno del PLD.

Los avances de los trabajadores, tanto de los organizados como de los desorganizados, es un tema central en los debates de los comunistas. El hecho de que el gobierno esté permitiendo que conglomerados empresariales acumulen enormes ganancias en cuentas de ahorro abultadas mientras el crecimiento salarial permanece congelado es uno de los reclamos principales del PCJ.

El Partido prometió mejorar su trabajo con los sindicatos y otras organizaciones civiles para aumentar el salario mínimo nacional a 1.500 yenes (USD 10) por hora. Actualmente, no existe salario mínimo nacional, y el más alto regulado se encuentra en Tokio, que apenas alcanza los 1.130 yenes (USD 7,61).

Recordando el letal desastre nuclear de Fukushima de 2011 y los terremotos y tsunamis posteriores que amenazaron a las plantas nucleares, el saliente Comité Central dijo que la necesidad de un Japón desnuclearizado es más clara que nunca. Y según el Partido, esa necesidad resalta lo atrasado que está Japón en lo que refiere a la planificación de un futuro post-combustibles fósiles. El PLD ha hecho poco por abandonar la energía nuclear y el carbón.

En cuanto a los asuntos internos del propio PCJ, las discusiones en el congreso fueron optimistas sobre el futuro, pero también medidas en términos de logros. En los últimos cuatro años, más de 16.000 personas se han afiliado al partido, pero teniendo en cuenta los miembros que se han ido, las filas se han reducido en 20.000. El periódico del Partido, Shimbun Akahata (Bandera Roja), cuenta con 850.000 lectores tanto en papel como en formato digital, frente al millón de hace cuatro años.

En el reporte del Comité Central del congreso presentado por Tamura, se observó que aunque ha habido un crecimiento reciente, tanto los miembros como los lectores continúan en un declive general a largo plazo. Las pérdidas han superado a los logros, es decir, que la tendencia neta es aún negativa.

Por este motivo, Tamura dijo, «La construcción del Partido se ha vuelto una tarea cada vez más urgente y vital para nuestro partido y para el presente y futuro de Japón». En respuesta, los delegados del congreso establecieron el objetivo de alcanzar los 350.000 miembros para 2028 y aumentar a 1.3 millones la base de suscriptores de prensa. Estos son objetivos enormes que no serán fáciles de alcanzar, pero Tamura expresó su confianza en que las ramas del Partido en todo el país responderán.

Al igual que la sociedad japonesa en general, el Partido está envejeciendo, por eso duplicar el número de jóvenes de entre 30 y 50 años fue destacado como una tarea particularmente importante en el discurso de Tamura.

Esta cohorte constituirá la próxima generación de dirigentes del PCJ, pero no hay suficientes en las filas del Partido. Muchos dirigentes veteranos están disminuyendo su nivel de actividad, y los militantes de la generación estudiantil aún no están en condiciones de asumir roles que requieren amplia experiencia política y organizativa.

Para abordar la brecha de la «generación perdida», se ordenó a todos los distritos y ramas del Partido que formulen un «Plan Quinquenal de Sucesión Generacional» y que redoblen esfuerzos para identificar y desarrollar cuadros para su formación y posterior crecimiento.

Además de los impresionantes desafíos organizativos que abordó el congreso, también destacó por la cantidad de personas LGTBQ que participaron, dejando la vara alta para otros partidos en un Japón socialmente conservador.

El PCJ ha sido uno de los pocos partidos políticos en apoyar abiertamente los derechos LGTBQ en el país; los legisladores comunistas han estado trabajando en el parlamento para conseguir la aprobación de leyes de matrimonio igualitario y antidiscriminación, y en los últimos años los dirigentes del PCJ han acudido regularmente a los actos del Orgullo.

El congreso fue recibido por el alcalde local de Ciudad Atami, y sindicatos, dirigentes municipales, gobernadores y otras organizaciones y figuras públicas de todo Japón enviaron mensajes de felicitaciones

Llegaron saludos fraternales de muchos Partidos alrededor del mundo, entre ellos de los Partidos Comunistas de Estados Unidos, Reino Unido, Cuba, Chile, Francia, Vietnam, Venezuela, Portugal e India (marxista).

Izquierda Unida de España, la Alianza Roji-Verde de Dinamarca, la Izquierda de Alemania, el Partido de la Izquierda Europea, Francia Insumisa, el PT de Brasil, el Partido Revolucionario Popular de Laos, la Fundación Rosa Luxemburgo y muchos más también enviaron su apoyo.

Una dirigente combativa

En cuanto a la nueva líder del partido, Tamura no demoró en aprovechar su nueva posición como tribuna del pueblo japonés. En la última reunión de la Dieta, tomó la palabra y alentó a una oposición unida contra el PLD.

«Hagamos frente a la bronca pública y demos esperanzas para un cambio de gobierno», declaró Tamura en la sesión del 26 de enero. Dijo que era necesaria la unidad para apoyar a las víctimas del gran terremoto de año nuevo que golpeó la península Noto y señaló que el gobierno estaba haciendo muy poco para ayudar.

Las continuas felonías financieras del PLD también estuvieron presente en su discurso, al presionar para que se lleve a cabo una investigación completa para descubrir la verdad detrás del último escándalo de ingresos por recaudación de fondos no registrados; «Una reforma política drástica para erradicar la corrupción» del PLD es necesaria, afirmó Tamura.

La derecha, el PLD, ha gobernado al país casi ininterrumpidamente desde 1955, secretamente financiada y sostenida en el poder durante años con la ayuda de Estados Unidos y la CIA. Los altos dirigentes del PLD por lo general eran agentes o afiliados de la CIA durante la Guerra Fría, y Estados Unidos gastó millones de dólares para infiltrar y sabotear a los partidos de izquierda como el Partido Socialista de Japón y al PCJ.

Aunque la Guerra Fría terminó hace tiempo, la adicción de la élite política gobernante al dinero oscuro que comenzó en aquellos años se mantiene con la misma fuerza.

Volviendo a los fracasos del capitalismo y a la incapacidad del gobierno para resolver la recesión económica que Japón sufre hace décadas, Tamura criticó al Primer Ministro Kishida Fumio por «continuar con las mismas políticas que llevaron a los últimos 30 años perdidos».

La economía de Japón quebró a principios de la década de 1990 y nunca se ha recuperado verdaderamente, con crecimiento estancado desde entonces y empeorado por la pandemia COVID-19.

Este fue un tema principal en el informe de Tamura al congreso del PCJ, en el que también criticó las decisiones del gobierno de reducir impuestos a las empresas y aumentarlos a los trabajadores.

Y desacreditando el presupuesto del gobierno para 2024, Tamura criticó los 8 billones de yenes (54.000 millones de dólares) que Kishida y el PLD designaron para gastos militares, incluyendo la producción en masa de misiles de largo alcance.

«El intento del Primer Ministro Kishida de transformar a Japón en una nación belicista ha quedado claro», dijo Tamura. Prometió que los comunistas japoneses se unirán con otros partidos de oposición y lucharán para construir un frente unido para «crear una Asia oriental libre del miedo a la guerra».

Fue un eco de su reporte del congreso, en el que declaró que Japón no debe ser «una nación belicista que obedezca las órdenes de Estados Unidos».

https://www.peoplesworld.org/article/japanese-communists-first-woman-leader-tomo ko-tamura-comes-out-punching-for-peace/

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