Por que los trabajadores deben ser capaces de construir su propia vida.
(Foto 1º de mayo de 1983)
Ruben López
El Chasque
1º de mayo de 2024
“por primera vez la Economía política de la burguesía había sido derrotada en pleno día por la Economía política de la clase obrera.” (Marx 1864)
Reproducimos hoy el Manifiesto Inaugural de la Asociación Internacional de los Trabajadores, escrito por Marx en 1864 y aprovechamos para hacer algunos comentarios
¡Cuánto ha cambiado el mundo!, nos dicen desde algunos sectores de la izquierda, progresistas.
En aquellos años había una población mundial de poco más de mil millones, hoy más de 8 mil millones.
En aquel momento un porcentaje importante de los habitantes de Inglaterra sobrevivían en la miseria, ni que hablar del resto del mundo, hoy 4.000 millones viven de milagro con menos de 7 dólares por día. Sólo un 10% tiene un patrimonio por encima de los USD 100.000, lo que significa que pueder tener una casa más o menos en condiciones.
Marx nos describe como en pocos años aumentaba la riqueza de Inglaterra (pero sólo de los más ricos), no para los trabajadores y sectores medios.
“En 1850, un órgano moderado de la burguesía británica, bastante bien informado, pronosticaba que si la exportación y la importación de Inglaterra ascendían a un 50 por 100, el pauperismo descendería a cero. Pero, ¡ay! el 7 de abril de 1864, el canciller del Tesoro [*] cautivaba a su auditorio parlamentario, anunciándole que el comercio de importación y exportación había ascendido en el año de 1863 «a 443.955.000 libras esterlinas, cantidad sorprendente, casi tres veces mayor que el comercio de la época, relativamente reciente, de 1843». Al mismo tiempo, hablaba elocuentemente de la «miseria». «Pensad —exclamaba— en los que viven al borde de la miseria», en los «salarios… que no han aumentado», en la «vida humana… que de diez casos, en nueve no es otra cosa que una lucha por la existencia»”
“…«Desde 1842 hasta 1852, la renta imponible del país aumentó en un 6%; en ocho años, de 1853 a 1861, aumentó ¡en un veinte por ciento! Este es un hecho tan sorprendente, que casi es increíble… Tan embriagador aumento de riqueza y de poder» —añade Mr. Gladstone— «se halla restringido exclusivamente a las clases poseedoras».”
Igualmente, hoy nos dicen las clases poseedoras: ¡como ha mejorado el mundo hoy!, del hambre de ayer a la abundancia de hoy.
La ciencia, la técnica y la productividad del trabajo, una conquista de la humanidad toda, 160 años después vemos como ha beneficiado a las clases poseedoras, han expropiado la riqueza creada por el trabajo. Avances monumentales, para una pequeñísima clase privilegiada.
Veamos las estadísticas de hoy, tan elocuentes como las del siglo XIX.
Oxfam:
“Desde 2020, la riqueza conjunta de los cinco hombres más ricos del mundo se ha duplicado. Durante el mismo período, la riqueza acumulada de cerca de 5000 millones de personas a nivel global se ha reducido.
En Estados Unidos, hay tres personas que poseen más riqueza que la mitad de la población con menores ingresos, mientras que el 60 % de las personas trabajadoras vive al día.
A pesar del enorme aumento de la productividad de la fuerza laboral y del boom tecnológico, los salarios semanales reales del trabajador o trabajadora estadounidense promedio son más bajos que hace 50 años.” Bernie Sanders
“Mientras millones de personas se encuentran sumidos en la pobreza en todo el mundo, sin acceso a agua potable y limpia, servicios de salud adecuados, viviendas dignas, o educación para sus hijos e hijas, el patrimonio de las personas más ricas del mundo se ha incrementado en más de tres billones de dólares tan solo durante los últimos tres años.
Hablamos de billones, con b. Los milmillonarios son cada vez más ricos, la clase trabajadora pasa por grandes dificultades, y las personas en situación de pobreza viven atenazadas por la desesperación. Esta es la triste realidad de la economía mundial. Bernie Sanders
Banco mundial en 2023: 4.000 millones de personas tienen ingresos menores a 7 dólares por día.
Como vemos, el crecimiento de la economía, la técnica y la productividad, la civilización, la ciencia, las comodidades, el nivel de vida, han dado un enorme salto…pero para una pequeña parte, como decía Marx en 1864: el bienestar “sólo se ha restringido a las clases poseedoras”, no ha llegado a la gran mayoría de la población.
Por más que el primer mundo haya mejorado sus estándares de vida -que en los últimos 50 a 60 años ha disminuido-, si miramos la economía global, el mundo, la pobreza y la miseria se ha multiplicado, como su contraparte, la riqueza de unos pocos. El hecho que la mitad de la humanidad tenga que sobrevivir con menos de 7 dólares, o que la riqueza de 5 hombres se haya duplicado desde 2020 mientras la de 5,000 millones se haya reducido, habla de por sí sobre la gravedad del momento.
Pues no sólo la situación es muy mala, sino que la tendencia es a empeorar.
«la arquitectura social fundamental del capitalismo es la principal causa de la desigualdad económica. No podemos tener capitalismo sin desigualdad: es una consecuencia ineludible y necesaria de las reglas económicas en juego». M. Roberts 1
La economía política
Sólo la comprensión de los trabajadores y el pueblo puede cambiar esta situación. La lucha de clases no fue un invento de alguien, sino que es un dato de la realidad. La economía política explica que hay propietarios y no propietarios de los medios de producción, que estos últimos para vivir venden su único bien, su fuerza de trabajo a los propietarios, a cambio de un salario, salario que sólo paga una parte del trabajo, la otra es apropiada por los dueños y va a engrosar su capital. De allí surgen esas diferencias siderales que muestran las cifras señaladas, tanto en 1864 como en 2024. Veamos otro ejemplo:
En EEUU: “En 1980, la mitad inferior recibió alrededor del 20 por ciento de los ingresos nacionales; para 2014, su participación había disminuido al 12 por ciento.
Para el 1 por ciento superior, el panorama es exactamente lo contrario: en 1980, recibieron el 12 por ciento de la renta nacional; en 2014, recibieron el 20 por ciento». M. Roberts
En palabras de un Senador de EEUU:
“Hablamos de billones, con b. Los milmillonarios son cada vez más ricos, la clase trabajadora pasa por grandes dificultades, y las personas en situación de pobreza viven atenazadas por la desesperación. Esta es la triste realidad de la economía mundial.
Podemos aprovechar los avances tecnológicos y el aumento de la productividad laboral para mejorar nuestras vidas. Podemos erradicar la pobreza y aumentar la esperanza de vida.
Podemos conseguir todo eso y mucho más si logramos unir a todas las personas trabajadoras y de bajos ingresos de todo el mundo a fin de construir un movimiento internacional capaz de acabar con la avaricia y la ideología de la élite milmillonaria, y de liderar el camino hacia un mundo basado en la justicia económica, social y medioambiental.” (Bernie Sanders- Senador de EEUU)
Es lo que proclamaran los trabajadores en aquel Manifiesto inaugural de 1864:
“…La conquista del poder político ha venido a ser, por lo tanto, el gran deber de la clase obrera. Así parece haberlo comprendido ésta, pues en Inglaterra, en Alemania, en Italia y en Francia, se han visto renacer simultáneamente estas aspiraciones y se han hecho esfuerzos simultáneos para reorganizar políticamente el partido de los obreros.”
No comprender cabalmente esta idea, que incluso nos repite un demócrata desde Estados Unidos, lleva al atraso en la gran tarea de construir un nuevo orden social, con nuevas formas de poder popular.
El Plebiscito por la Seguridad Social en Uruguay, es un elemento fundamental para definir la dura batalla contra la oligarquía, no sólo por el elemento reivindicativo, una disputa más por el excedente económico, sino el gran combate ideológico, la comprensión de los sectores populares de cual es su verdadero enemigo y dónde están sus aliados.
Ya lo decía hace 160 años:
.”..En todos los países de Europa -y esto ha llegado a ser actualmente una verdad incontestable para todo entendimiento no enturbiado por los prejuicios y negada tan sólo por aquellos cuyo interés consiste en adormecer a los demás con falsas esperanzas-, ni el perfeccionamiento de las máquinas, ni la aplicación de la ciencia a la producción, ni el mejoramiento de los medios de comunicación, ni las nuevas colonias, ni la emigración, ni la creación de nuevos mercados, ni el libre cambio, ni todas estas cosas juntas están en condiciones de suprimir la miseria de las clases laboriosas; al contrario, mientras exista la base falsa de hoy, cada nuevo desarrollo de las fuerzas productivas del trabajo ahondará necesariamente los contrastes sociales y agudizará más cada día los antagonismos sociales.” Marx
Como señalamos antes, muchos verán que los formidables cambios producto de la ciencia, han tirado por tierra los argumentos de Marx, con el desarrollo de Occidente, su nivel de vida, su cultura, la riqueza, etc., pero el propio Marx responde cuando muestra, como el parlamento británico cantaba loas a las increíbles riquezas creadas en pocos años… pero no para los más pobres, donde “la «vida humana… que de diez casos, en nueve no es otra cosa que una lucha por la existencia»”)
Hoy, “quienes no tengan el entendimiento nublado por los prejuicios”, podrán sacar conclusiones basados en las estadísticas actuales (libres de las luces de la ciudad), hombres, mujeres y niños trabajando en condiciones de semi-esclavitud, 700 millones con ingresos de dos dólares por día, 4.000 millones con menos de 7 dólares, el 1 % de todos los adultos en el mundo posee el 44,5 % de toda la riqueza personal, mientras que más del 52 % solo tiene el 1,2 %.
También, ayer como hoy, el pensamiento dominante, da argumentos catastróficos ante cualquier reivindicación de los trabajadores. En 1850, su negativa a bajar la jornada de trabajo de los niños de 8 años, de 12 y más horas ¡a 8 horas!, o la jornada de 10 horas relatada por Marx, o la posterior lucha por las 8 horas, por licencia, aguinaldo, salario vacacional, y muchas más para mejorar las condiciones de trabajo, todo era negado porque atentaba contra la producción, la economía, la civilización no resistiría. Pero la verdadera razón era, es la avaricia del capital:
.”..la burguesía había predicho, y demostrado hasta la saciedad, que toda limitación legal de la jornada de trabajo sería doblar a muerto por la industria inglesa, que, semejante al vampiro, no podía vivir más que chupando sangre, y, además, sangre de niños.
Esta lucha por la limitación legal de la jornada de trabajo se hizo aún más furiosa, porque —dejando a un lado la avaricia alarmada— de lo que se trataba era de decidir la gran disputa entre la dominación ciega ejercida por las leyes de la oferta y la demanda, contenido de la Economía política burguesa, y la producción social controlada por la previsión social, contenido de la Economía política de la clase obrera.
Por eso, la ley de la jornada de diez horas no fue tan sólo un gran triunfo práctico, fue también el triunfo de un principio; por primera vez la Economía política de la burguesía había sido derrotada en pleno día por la Economía política de la clase obrera.” Carlos Marx”
Hoy otra batalla, de las tantas que se libran, por el triunfo de la Economía Política de la clase obrera, es en el Plebiscito de la Seguridad Social, si el trabajador va a seguir pagando de su magro salario, merecidos años de retiro, o son las clases poseedoras las que aporten parte de la plusvalía (trabajo no remunerado al obrero) y que gozan el beneficio de las nuevas técnicas y de la mayor productividad del trabajo.
En Uruguay, los argumentos de la clase dominante son los clásicos, desde el siglo XIX hasta hoy:
“afecta gravemente la sostenibilidad del sistema de previsión social, compromete seriamente las finanzas públicas hacia adelante, hace un gran daño en el cambio de las reglas de juego en el país “no debemos poner en riesgo la estabilidad y el respeto de las reglas de juego que tanto nos caracteriza»
«El mundo del trabajo varía permanentemente, los desafíos son permanentemente nuevos, … no es de justicia fijar en 60 años la edad y dejarla inamovible en la Constitución. Vamos a cargar con muchísimos impuestos a nuestros hijos, a nuestros nietos, porque sostener el sistema a futuro va a implicar aumentar impuestos y tener muchas más cargas sobre las generaciones futuras”,
Para estos señores hay algo inamovible: sus privilegios, sus ganancias, su riqueza. La economía la reducen a la política fiscal -los ingresos y egresos del Estado- y debe ser sostenible, salvo cuando los capitalistas se ven en problemas (ya sean climáticos, crisis económica o financiera, caída de precios, en fin, cualquier hecho que afecte al capital y su rentabilidad). Entre 2020 y 2023, 2.000 millones de dólares salieron de los bolsillos de los trabajadores y fueron a parar a los suyos, ¿se les ocurrió “derramar” algo sobre la sociedad, sobre las decenas de miles de nuevos “pobres”? NO.
En cambio el Estado volcó millones de dólares para apuntalar sus inversiones con nuevas exoneraciones fiscales que aumentan sus ganancias. Tampoco los oímos quejarse en sus foros, ¿porque en vez de aumentar impuestos, bajamos las exoneraciones?
Así podríamos seguir, son gastos cuando se trata de resolver necesidades de la mayoría más débil, son una inversión para el país cuando “subsidian” sus negocios.
La Economía Política de la clase obrera debe derrotar ”la dominación ciega ejercida por las leyes de la oferta y la demanda”. El producto del trabajo debe ir a resolver las necesidades de la población, no a las manos de unos pocos privilegiados. Nos confunden diciendo que los problemas sociales corresponden al Estado, que debe conformarse con los impuestos que estén dispuestos a pagar, mientras toda la riqueza social, creada por el trabajo social, les pertenece a ellos. Claro, así no alcanza para todos.
“…La conquista del poder político ha venido a ser, por lo tanto, el gran deber de la clase obrera. Así parece haberlo comprendido ésta” Marx
“No se trata de redistribuir la riqueza excesiva de los ricos al resto a través de los impuestos y/o cerrar los agujeros de la evasión y los paraísos fiscales, etc. Eso podría ayudar un poco, pero las fuerzas subyacente que generan la desigualdad permanecerían intactas. Se necesitan políticas de predistribución.
El punto es que las políticas posteriores a la distribución sirven poco para cambiar la desigualdad subyacente a los ingresos y la riqueza. Eso requeriría un cambio radical en la propiedad y el control de esa riqueza, es decir, la propiedad pública de los bancos y las grandes empresas y la inversión pública dirigida a la necesidad social, no a las ganancias. Pero tales políticas son un anatema para aquellos .. que buscan el «camino medio». M. Roberts
En este nuevo 1º de mayo de 2024
Trabajadores del mundo, uníos.

Un comentario sobre “Primero de Mayo. Los trabajadores, protagonistas de su propio destino”