Las Zonas francas y la soberanía nacional… (Primera parte)

Gonzalo Alsina
El Chasque 141
7/06/2024

La dictadura civil y militar completó lo que venía desde los colegiados blancos y continuó Pacheco; hacer de Uruguay una plaza financiera. Y lo lograron.

Tanto lo lograron que más allá de algunos cambios menores, Uruguay es una plaza financiera regional y de lavados de activos.

Las zonas francas tenía ese tufillo. Desde el 2005 se le empezó a lavar la cara cuando se pasó de la Zona Franca de Montevideo a la llamada hoy Zonaamérica. No ha parado desde entonces el crecimiento de las mismas.

Tanto Zonaamérica, como el Parque de las Ciencias, como Aguada Park, la mayoría de la gente no sabe que se trata de verdaderas excepciones territoriales, con todo lo que implica.

Se ha terminado asociando zonas francas con ciencia, tecnología y desarrollo.

Han logrado simbólicamente que se las vea positivamente. Zonaamérica inició ese cambio simbólico sobre la base de la conexión entre Orlando Dovar y la trasnacional belga Katoen Natie. Nos hicieron creer que nos íbamos a transformar en la Irlanda o Singapur de América Latina.

Asociaron la idea de zonas francas e inversiones. Los neoliberales de Ceres encabezados, por eyaculación precoz Talvi, impusieron en el imaginario que por este lado estaba nuestra salvación.

Tras cartón vinieron las tremendas exenciones fiscales, en la que los beneficios por sacarles los impuestos, eran un 600% mayor, decían los neoliberales.

Fuerte papel jugó el lobby de la Cámara de Zonas Francas creado en 2008. Nos tiraron con estas cifras: el valor agregado bruto en el PBI de 2020 fue del 5% y los empleos llegó a 16.578 personas entre las 12 zonas francas existentes -tres son las plantas de celulosa-.

¿Cómo llegamos a 12 zonas francas?

La primera ley es del año 1932, que preveía solo beneficios aduaneros y funcionaban dos, las zonas francas de Colonia y Nueva Palmira.

El proceso actual comienza en el primer gobierno de Sanguinetti con la ley 15.921 del 17/12/87.la idea era que se instalaran maquilas industriales para exportación lo que fue inviable con la integración regional.

Zona Franca Montevideo, luego Zonaamérica fue la primera en 1990.

En 1991 aparecen las zonas francas Floridasur, primera privada porque las dos del departamento de Colonia eran estatales. Y en seguida Colonia Suiza. Luego en 1994 la de Libertad y Zona Franca de Colonia del Grupo Continental Zona Franca S.A. Eran básicamente de logística y alguna cosa de industria.

En los años 90 se profundizó la dinámica neoliberal, con la profundización dependiente, con ventas de activos estatales y la corrupción.

La proyección de las zonas francas se da en el siglo XXI con la unión de esa apertura y la revolución de la información.

La lógica del capitalismo…

Para muchos autores no estaríamos realmente ante una “tercera o cuarta” revolución industrial. Es discutible.

Esta el tema en discusión de la IA y sus implicancias, por sus múltiples aplicaciones.

La relación en la vida de las persona de la relación entre el conocimiento y la comunicación es cada vez más relevante, con sus consecuencias.

¿El Estado es un mero facilitador de las decisiones de las multinacionales y de las aplicaciones territoriales? ¿Puede hacer otra cosa?

Más allá de discutir todo lo concerniente a las dudas anteriores, es evidente que seguimos en el capitalismo que tiene por principal lógica la explotación de la fuerza de trabajo.

Hay un desarrollo de los servicios globales de los que los Call Centers son un parte. La ley de zonas francas ha facilitado la inserción en la competencia regional por determinados servicios. Con el peligro de que se transformen en economías de enclave.

Las diferencias y matices entre zonas francas y zonas económicas especiales dependen en parte de las legislaciones de los países y de su poderío. En la RPCH por ejemplo las multinacionales tienen que compartir la tecnología con el país que le da las ventajas impositivas entre otras. Acá no dejan casi nada.

Los servicios especiales no necesitan necesariamente de las zonas francas. En Uruguay se las dejó instalar con esa perspectiva. Con la necesidad de que cualquier inversión es beneficiosa, desde la academia hasta el sistema político no se han cuestionado esas inversiones.

Hasta el momento ningún partido político en el gobierno puso en discusión los tremendos beneficios fiscales que tienen las empresas en las zonas francas. En los gobiernos frenteamplistas hubo un mayor control y modificaciones menores. La modificación más importante es la ley 19.556 de fines de 2017 y reglamentada en 2018, en el segundo gobierno de Tabaré Vásquez, que no introduce cambios sustantivos para los permisos de lo que se puede hacer desde una zona franca en el país o en cuanto a exoneraciones impositivas. Amplía incluso algunas posibilidades que se pueden hacer. Trata de evitar las denominadas “sociedades de papel” que eluden tributaciones y no hacen actividades importantes.

Por la legislación vigente las zonas francas no se pueden considerar parte del territorio nacional. En el papel dice lo contrario que “son áreas del territorio nacional de propiedad pública o privada”. Pero a través de distintas excepcionalidades que garantizan su aislamiento, en la práctica funcionan como si estuvieran por fuera. Este aislamiento no ha sido el caso de las zonas francas integradas de Montevideo y enfocadas en lo que se conoce como servicios globales: World Trade Center Free Zone y Aguada Park.

En general en estos espacios hay exoneraciones aduaneras y fiscales. El que paga al Estado es el explotador de la zona franca no así las empresas que hacen uso de la misma. No rigen en las zonas francas los monopolios estatales y hay libre circulación de capitales, lo que no ocurre en el resto del territorio nacional. Se prioriza, además, a la mano de obra extranjera.

Lo único que es igual adentro y afuera de una zona franca es la legislación y contribuciones a la Seguridad Social de la fuerza de trabajo nacional. Para el que viene del extranjero es optativo.