Nacho Saffarano
El Chasque
18/6/2024
La Patria si se vende, el pueblo se equivoca y con la democracia no se come, no se cura, no se educa. Si no quemamos todos los slogans – muy lindos para una pancarta sostenida por un viejito en un posteo de Sudestada, eso sí – nos va a costar mucho más todavía salir de la parálisis en la que estamos.
Hicimos cantidades de placas, reels, hilos de Twitter explicando porque el RIGI es la apertura a un sistema de coloniaje en nuestro país; porque había que defender la moratoria para que las mujeres puedan jubilarse; porque si sos una persona que sale a trabajar todos los días, ésta destrucción de la legislación laboral – una de las más progresivas del continente – te va a cagar la vida. Y nada alcanzó.
No es que no alcanzó para que 37 hijos de puta no voten a favor, eso casi es lo menos. Nadie puede hacerse el sorprendido del carácter retrógrado del Congreso. El tema es que toda la propaganda contra las atrocidades de la Ley Bases, no alcanzó para generar una masa crítica capaz de pararse de manos en los grandes puntos neurálgicos del país.
Estaba floja de gente la Plaza. Lo sabemos todos los que fuimos.
La estrategia del miedo a la represión viene siendo muy efectiva para el Gobierno. Ahí capaz tenemos un punto de explicación.
La otra, creo que tiene que ver con que nos convocamos desde la derrota. Si en diciembre del 2017, fuimos al Congreso decididos a frenar desde la calle la sesión que iba a aprobar la Reforma Previsional, lejos de eso estuvo la jornada de ayer.
Entonces ¿A qué fuimos a la Plaza? ¿A qué nos convocaron los dirigentes gremiales, políticos? ¿A mostrar repudio? ¿A pedirles que no se rían de nosotros? ¿A pedir piedad? Estamos encerrados en ese poema de Vicente Luy, ofreciendo pancartas y recibiendo balas y gases. Y seguimos sosteniendo esa enorme boludez de que el amor vence al odio y no sé a qué chota; cuando justamente es odio, un profundo odio de clase, lo que nos falta. El mismo odio que nos tienen ellos, y que tan efectivo les está siendo.
