POR LA CAÍDA DE LA DICTADURA Y EL ALUMBRAMIENTO DE UNA DEMOCRACIA AVANZADA

Gonzalo Alsina
El Chasque
27/06/2024

Así titulaba el Liber Arce de los meses de enero y febrero de 1984. Patricia en la tapa dice: “¡A PREPARAR EL PARO CÍVICO!” y el banquito le contesta: “¡DESDE AHORA!”.

La idea del paro cívico venía desde fines del año 1983. Finalmente se concretó el 27 de junio de 1984, marcando el cierre de una etapa, que nosotros definimos como la contraofensiva popular. Desde el 1º de mayo de 1983 al 27 de junio de 1984 fue esa contraofensiva que cambió la historia y los ejes políticos. Se dió la verdadera transición final.

La editorial del Liber Arce decía:
El Pueblo unido, dispuesta a barrerlos definitivamente

“Como hemos dicho reiteradamente, sólo la unida más amplia de todas las fuerzas antidictatoriales podrá hacer posible la derrota definitiva del fascismo. Sólo la unidad más amplia podrá despejar la posibilidad de que quede clavada la espina envenenada de la democracia restringida bajo tutela militar.

Este concepto está hoy hecho carne en todo nuestro pueblo. Así lo demuestran las magníficas jornadas del 24 y 31 de diciembre, y la profunda solidaridad desplegada, desde distintos sectores hacia los diversos conflictos laborales que estallaron en ILDU, Transporte, Pesca, Bancarios, Salud, etc.

La Clase Obrera convoca. Bolentini amenaza pero no asusta

Demostrando una gigantesca disposición a la lucha, la clase obrera convoca al Paro General del 18 de enero, con una plataforma que concita la adhesión de vastísimo sectores de la vida nacional.

El ridículo Coronel Bolentini intentó salir al paso de la convocatoria apelando al añejo recurso de señalar su carácter “foráneo”, a la vez que marcar la “complicidad” de la CNT con el PIT.

El agudo sonido de cientos de miles de cacerolas fue la primera respuesta; el país entero paralizado la respuesta definitiva, no sólo al despistado Coronel, sino también a quienes cuestionaban sobre oportunidades.

Y así la consigna de UNIDAD, SOLIDARIDAD y LUCHA que une el pasado y el presente de las luchas obreras no sólo se plasmaba en el primer Paro General en más de 10 años, sino que significa el año con la impronta de la clase trabajadora.

Acorralados, se lanzan al decretazo

El decretazo del mismo 18, intentaba poner en la escena un nuevo elemento que sirviera a la vieja estrategia dictatorial de: 1) dividir y atomizar al movimiento sindical, a la vez que: 2) fracturar la concertación nacional.

Más allá de que algunos sectores cayeron en la tentación de reclamar por la justeza de su “prudencia táctica”, la conciencia y solidez del movimiento sindical uruguayo, forjadas en décadas de lucha, plasmadas en su gloriosa CNT, que se reflejan en el PIT y su reciente y maduro DOCUMENTO A LOS GREMIOS, se constituyeron en un poderoso escudo contra el primer punto de la estrategia dictatorial.

Por otra parte, la conciencia y democrática de nuestro Pueblo y su inquebrantable voluntad de marchar todos juntos, conciencia sellada el pasado 27 de noviembre y refrendada en cada instancia de lucha, se han convertido en la auténtica garantía para evitar que se dé un paso atrás en el camino de la concertación y el acuerdo de todas las fuerzas.

En todo nuestro Pueblo hay clara conciencia que tanto el inmovilismo como la división favorecen al fascismo y el imperialismo.

Hacia el alumbramiento de una democracia avanzada

El Comité Central de nuestro Partido ha dicho: “Contra el intento dictatorial de imponer una democracia restringida, el Pueblo lucha por una democracia avanzada sellada por la elevación de la conciencia colectiva y la participación activa de las masas en los destinos nacionales.”

Se trata entonces de unir la caída de la dictadura a la posibilidad real de plasmar el conjunto de aspiraciones populares, mediante la gravitación y la acción de las masas y de sus fuerzas más avanzadas.

Una democracia avanzada demanda la vigencia plena de todas las libertades para todos los Partidos, organizaciones y ciudadanos, una amnistía general e irrestricta, la liquidación de todas las imposiciones del fascismo tales como la ley sindical, el estatuto de los partidos, la división de los ciudadanos en categorías A, B y C.

Una democracia avanzada, implica la satisfacción de las reivindicaciones sociales y económicas de la Clase Obrera y el Pueblo, de las clases pasivas, del estudiantado, la docencia y la cultura, de las masas del campo, de los pequeños y medianos comerciantes y productores rurales e industriales.

Una democracia avanzada implica desplegar una política económica opuesta a los dictados del FMI y de la alta banca extranjerizada.

Una democracia avanzada debe terminar con el entreguismo, aplicar una política exterior de paz, independiente, de rechazo al intervencionismo imperialista de EE.UU., de defensa de la soberanía y el patrimonio nacional.

Profundizar manteniendo la amplitud

Se trata de elevar las luchas sociales y políticas pasando por la elaboración, a través de su propia experiencia de lucha, de un programa que sintetice los intereses de vastos sectores de la sociedad.

En este sentido el Frente Amplio, instrumento del polo antidictatorial avanzado, afirma su concepción programática y la promueve erguido por su trayectoria abnegada de lucha contra la dictadura y fortalecida por la figura emblemática del GENERAL DEL PUEBLO, LIBER SEREGNI.

[…]

Queda claro que el fortalecimiento frenteamplista y comunista no se opone a la gran Concertación Nacional de todas las fuerzas políticas y sociales, sino que por el contrario, son garantía para elevarla, haciéndola transitar de una concertación en la acción a una concertación programática, sobre cuyas bases se asentará la democracia avanzada que todos debemos construir y deberemos defender.

A trabajar por el Gran paro Cívico

En 1984 el dilema sigue siendo dictadura-democracia y la dilucidación del mismo promueve la necesidad de instancias superiores de lucha que por su vigor determinen el fin del régimen.

Se deberán siempre y en forma adecuada, las acciones particulares con las generales, las pequeñas y las grandes acciones. Se trata de ir generando las condiciones para un Gran Paro Cívico Nacional que cuente con la participación y la convocatoria de todos los sectores sociales y políticos. Un Paro Cívico Nacional en que paren los trabajadores, el agro no envíe sus productos a las ciudades, se exprese el estudiantado y los sectores vinculados a la cultura, que cierre sus puertas el comercio y la industria, en definitiva, que el país entero quede paralizado y que luego de esta acción, la situación política tenga un vuelco tal que pueda llegar a ser la fisura definitiva que permita voltear la dictadura.

Tal expresión nacional, no es una aspiración utópica sino que está asentada en los niveles de la lucha popular de masas, en los niveles de coordinación política, en la histórica jornada del 27 de noviembre y en la tremenda significación del Paro General del 18 de enero.

Si de cada Sindicato se trabaja hacia su fábrica en primer lugar y se hace el esfuerzo por llegar al conjunto de los sectores vinculados a su rama de la producción, si en cada barrio se llega a todos los centros culturales y sociales, a todos los comercios de la zona, si el estudiantado se expresa masivamente junto a todos los sectores docentes, a la intelectualidad y a las fuerzas de la cultura, si desde cada trinchera del interior del país se hace un trabajo sostenido hacia las ciudades y el campo, si se logra tal conjunción de voluntades, entonces inevitablemente, estaremos en condiciones de asestar el golpe final a la dictadura oprobiosa, y de asistir al RENACER DE LA PATRIA.”

El Paro Cívico Nacional se concretó el 27 de junio de 1984.
Denota una gran visión estratégica.
Seguimos la semana que viene.

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