Uruguay: ¡Qué podemos esperar de un próximo gobierno progresista!

Ruben López
El Chasque 144
28/06/2024

Un camino a recorrer a través de la participación popular.
Ampliar los espacios para la participación popular.
Proceso en el cual se profundizan los mecanismos de democratización en todos los ámbitos de la sociedad.
Por un lado debemos recuperar la esperanza, aquellas ideas por la cual somos capaces de realizar los máximos esfuerzos para realizar nuestros sueños.
Por otro, encontrar los caminos, las formas de aproximación a ese ideal, los elementos estratégicos y tácticos, los métodos más adecuados para llegar al objetivo.

Hoy la posibilidad real de acceder nuevamente al gobierno, tras la experiencia de los 15 años, obliga al análisis de aciertos y errores.

Retomando las ideas de Rodney Arismendi, un programa que ponga en práctica:
“su capacidad de tomar medidas radicales en el sentido de la democratización de las relaciones económico-sociales y también jurídico-institucionales, ensanchando la participación efectiva, y no sólo formal, del pueblo en las tareas de gobierno”.

… “la democratización de las relaciones económico sociales” implican un proceso de cambios que incluya medidas jurídicas, institucionales, económicas, políticas.

Los avances han sido permanentes, en 2004 planteaba el FA:
“La concepción de izquierda, esencialmente cuestionadora del orden social existente, que expresa la búsqueda permanente de los caminos para su superación, y que el FA refleja en su programa originario, vive la inserción de las corrientes definidas como progresistas, producto, en lo nacional y en lo internacional, de la agudización de las contradicciones del sistema, que incorpora a más y más sectores a la lucha por un cambio. Eso es bueno, amplía el campo de las fuerzas populares y debilita el de los sectores dominantes. Ha sido un éxito relevante en nuestro país la construcción de la alianza del FA con el EP y la NM, y es fundamental su desarrollo y consolidación.” (Informe a la Asamblea del 18/9/04)

En ese marco, entonces, de ir fortaleciendo las fuerzas propias y debilitando las del enemigo, está planteada la defensa de la unidad como eje fundamental, la ampliación de las alianzas, la participación de las más amplias masas y su movilización consciente en la defensa y profundización del programa.

En ese plano de fortalecimiento también, buscar e instrumentar formas de propiedad, de organización del trabajo que inicie un proceso de democratización de los mismos y de oportunidad a una mejor distribución de la riqueza.

Además es “necesaria una transformación moral: educar en nuevos valores, crear nuevos hábitos, nuevas formas de convivencia, construir en la vida social las formas concretas de realización de las tendencias democratizadoras, “de cara al futuro y no al pasado”” Rodney Arismendi

Un régimen democrático avanzado
(Seregni: “desplazar del poder a la Oligarquía y llevar al Pueblo a gobernar”)

A nuestro parecer, en el pensamiento de Arismendi, la posibilidad de que, dentro del marco de las instituciones burguesas, un gobierno con mayoría de las fuerzas populares alcance a configurar un régimen democrático avanzado, deriva de las siguientes condiciones:

  • el carácter de clase del bloque social que lo impulsa y qué clase o sectores de clase tienen la hegemonía o la adquieren en el curso del proceso
  • el programa que efectivamente ponga en práctica, esto es, su capacidad de tomar medidas radicales en el sentido de la democratización de las relaciones económico-sociales y también jurídico-institucionales, ensanchando la participación efectiva, y no sólo formal, del pueblo en las tareas de gobierno.
  • la acción de las masas populares conscientes y movilizadas, sosteniendo e impulsando el proceso, imprimiendo su sello y marcando rumbos
  • una orientación al menos subjetivamente socialista, es decir, la voluntad y el proyecto de trascender y superar los marcos del capitalismo. Esto excluye el concepto estático de democracia avanzada como etapa cerrada. Pero sobre todo implica la preparación consciente en esa dirección, que exige modificar no sólo las relaciones económicas y jurídicas. Es necesaria una transformación moral: educar en nuevos valores, crear nuevos hábitos, nuevas formas de convivencia, construir en la vida social las formas concretas de realización de las tendencias democratizadoras, “de cara al futuro y no al pasado”. Sería bueno recordar las conclusiones de Lenin a partir de la experiencia del trabajo voluntario, así la forja del “hombre nuevo” que proponía el Che. Pensamos que es en este sentido que Arismendi habla de “los valores universales de la democracia”.María Luisa Battegazzore(1)

La posibilidad se hizo realidad en aquel último domingo de octubre de 2004. El Frente Amplio gobernó por 15 años, en 2019 volvió al llano.

Hoy nuevamente se dan condiciones para acceder al gobierno. Hay que aprender de los errores y debilidades que trajeron la derrota en 2019. Es necesario un gran frente de unidad, que abarque a los vastos sectores sociales cuyas necesidades no hay sido satisfechas, y ademas perjudicados por el gobierno de Lacalle Pou en los últimos años. Aislar al pequeño grupo hegemónico nacional: la oligarquía financiera, el gran comercio importador-exportador, ligados al imperialismo, y las propias transnacionales instaladas en nuestro país, succionando la riqueza, dejando tras de sí la miseria, la pobreza y la exclusión social de cientos de miles de compatriotas.

Para ello es necesario pensar y repensar nuestros objetivos finales, el socialismo y el comunismo, así como las formas, las vías de aproximarnos a esos objetivos.

Lucien Sève sostenía: “desestatizar el Estado mismo en beneficio de los ciudadanos puestos en posesión de un poder político de nuevo tipo”

La profundidad de sus reflexiones justifican la larga cita de ¿Alternativa socialista o aspiración comunista?:

defendí la idea de que lo que había muerto en el Este era, propiamiente, el socialismo, mientras que la aspiración comunista en el sentido fuerte que le daba Marx conserva más que nunca su elevada pertinencia, con la condición de repensarla sin pusilanimidad en el tan novedoso contexto de nuestra época»

¿Qué  tipo de propiedad para los medios de producción y de cambio?”

Es suficiente para convencerse de que la cuestión del modo de propiedad de los grandes medios de producción y de cambio no tiene nada de desfasada, observar el encarnizamiento de los grandes detentores del capital para batirse hoy  en todos los frentes, desde el económico al ideológico, para hacer de la generalización máxima del estatuto privado la ardiente obligación de nuestro tiempo. Sería dudoso que ellos desplegasen tantos esfuerzos por un objetivo, si fuera tan obsoleto como han intentado de hacérnoslo creer.”

La posesión efectiva de los medios de producción no se reduce únicamente a su propiedad nominal, aunque ésta no sea entendida como secundaria. Implica muchas otras condiciones no sólo simplemente jurídicas sino de hecho, en particular la capacidad de gestión, que presupone el acceso real a la información económica y financiera, al saber teórico y práctico, a compartir la experiencia, etc. Desprivatizar la propiedad de medios de producción puede ser hecho de golpe por un poder político; socializar la capacidad de gestión es una cosa mucho más larga y compleja.”

el pensamiento socialista tradicional no ha asimilado verdaderamente la diferencia  profunda entre títulos de propiedad y condiciones de apropiación y por tanto de dominio reales.”

Lo que es seguro en todo caso, es que la desprivatización de los medios de producción no puede ser tenida por ella misma como condición decisiva de la superación del capitalismo. Evidentemente, todos los huérfanos del  antiguo socialismo científico aún no lo han comprendido. Para operar una tal superación es precisa nada menos que una  revolución en el acceso social a la gestión. Parafraseando a Lenin, se podría decir: es necesario que cada asalariado aprenda a gobernar la empresa. Es el asunto de una época entera. Razón de más para empezar enseguida y entregarse a ello.”

Ahora bien, no solamente una estatización de los medios de producción no pone fin a la desposesión de los productores sino que, y toda la experiencia del siglo está ahí para atestiguarlo, ella no instituye en último análisis otra cosa que variantes insidiosas y brutales de la dominación continuada del capital sobre los hombres. Lejos de ser la supuesta “primera fase” del avance hacia el comunismo, dicho de otra forma: hacia la superación de las grandes alienaciones históricas, el socialismo estatista le gira claramente la espalda, y ello es claramente la razón mismo del aborto de esta superación. He aquí porque yo creo que es crucial entender que lo que  murió en el Este no ha sido en absoluto el comunismo, en el sentido conceptual del término, sino más bien el socialismo en su acepción consagrada.”

En otro sentido es pues, evidente que es necesario asumir la idea de una apropiación social

La cuestión del contenido de la intervención estatal en la esfera que nos ocupa aquí, es ineludible. ¿Cómo no ver desde ahora que si el Estado continua siendo lo que es masivamente hoy, una formidable máquina de confiscación de todo poder real a través de la delegación generalizada, de la centralidad burocrática, de la verticalidad administrativa, de la autonomía alienada a escala nacional y actualmente supranacional, ninguna socialización es posible más allá de las puramente formales? Así de cualquier manera que se considere las cosas, ir hacia una apropiación efectivamente social del aparato productivo exige nada más y nada menos que desestatizar el Estado mismo en beneficio de los ciudadanos puestos en posesión de un poder político de nuevo tipo.”

Lo que trata Sève aquí, tiene mucho que ver con la realidad de hoy, aporta al análisis de la sociedad que podamos construir como superadora del capitalismo y a la discusión sobre la esencia de ésta y sobre la propiedad de los medios de producción y de cambio.

¿Qué formas tomará esa apropiación social?
¿Cuáles los caminos, qué vías de aproximación?

En este punto volvemos al concepto de Democracia Avanzada, desarrollado por Arismendi.
Y como se señalara anteriormente:

“su capacidad de tomar medidas radicales en el sentido de la democratización de las relaciones económico-sociales y también jurídico-institucionales, ensanchando la participación efectiva, y no sólo formal, del pueblo en las tareas de gobierno”.

… “la democratización de las relaciones económico sociales” implican un proceso de cambios que incluya medidas jurídicas, institucionales, pero además, es “necesaria una transformación moral: educar en nuevos valores, crear nuevos hábitos, nuevas formas de convivencia, construir en la vida social las formas concretas de realización de las tendencias democratizadoras, “de cara al futuro y no al pasado”

Pero en la situación de hoy, (después de la experiencia de 15 años y acercarnos de nuevo al gobierno), debemos encontrar las formas concretas que tomarán en el terreno de la economía, la producción, los servicios y el comercio.

Qué formas de propiedad social de los medios de producción, la organización del trabajo, la distribución del producto en el proceso de cambios que se avecina. Como participarán las instituciones, las organizaciones sociales, la comunidad organizada, la fuerza política.

El Frente Amplio y el Gobierno

Hay un análisis que se realiza en el Documento del FA: Fuerza politica, gobierno, trabajadores y organizaciones sociales, aprobado por el Plenario Nacional el 19 de abril de 2004 que sería necesario incorporar al debate colectivo, pues ese material se adelanta a problemas que surgieron durante los gobiernos del FA y son pasibles de repetirse, de no ser tomados en cuenta.

…promover la participación………..

  • Parecería que el documento haya sido elaborado hoy y no en 2004, pues las tareas allí planteadas, siguen pendientes.
  • Habiéndose previsto no se adoptaron aquellas recomendaciones. Ello hace más evidentes y flagrantes las carencias y limitaciones.
  • Debemos repensar esos tres gobiernos del FA, comenzando por la cabeza, el Presidente. Y sus ministros, la dirección del FA, los parlamentarios.
    El Presidente ejerce el Gobierno de forma unilateral, personal, obra y decide como si fuera la totalidad de la fuerza política.

Después que se manifiesta la voluntad presidencial al resto del FA no le queda más que apoyar, pues lo contrario sería debilitar al gobierno y a la fuerza política, un acto contra la unidad. No se ha instrumentado lo que parecería más acertado, una dirección colectiva que coordine, planifique y decida con pensamiento estratégico. Claro que estamos hablando de temas estratégicos y sobre los que no haya acuerdo, y no sobre actos de gobierno que deben ser resueltos con celeridad y eficiencia.
Lo que es lógico en los partidos tradicionales, el “Yo me hago cargo” de Lacalle, no es tan lógico en la izquierda que parte de la idea de la acción colectiva y el protagonismo popular. Si bien se puede anotar que estas formas fueron olvidados en la mayoría de los procesos socialistas o progresistas, no quiere decir que deba repetirse, por el contrario la experiencia debería servir de ejemplo para cambiar. Este olvido, profundo error, debe ser corregido y estudiar la forma y medidas concretas para subsanarlo.
No vemos, a pesar de la autocrítica que se hizo la fuerza política después de la derrota de 2019, que esto haya sido tenido en cuenta.

  • Hay que revisar la concepción presidencialista que hemos adoptado, de conducción individual y no colectiva, que replican también Intendentes y Alcaldes. Esta concepción la expresa por primera vez Tabaré en 1990 al asumir como Intendente, “Intendente de todos los montevideanos”, dice -cosa que está bien-, pero a la vez se aparta de la fuerza política, para gobernar en forma personal, como si el elegido sea sólo una persona y no la fuerza política, sin la cual no estaría allí. Deja de representar al FA, deja de gobernar con la fuerza política para decidir por sí. El gobierno no es de una persona sino del Partido, con un programa que debe cumplir y del cual éste es garante.
    Apartarse del Partido, pasar a representar a todos, gobernar en «la soledad del poder» no es “más democrático” (porque ahora gobierna para todos, pero no consulta a nadie), sino que deja en manos de una sola persona decisiones que deben ser del colectivo que lo llevó allí.
  • Para la derecha es un signo de debilidad, falta de carácter, de liderazgo, que los cargos Ejecutivos no resuelvan sin más a su leal saber y entender, pero esto no es más que otra de sus trampas, del falso “sentido común”, del poder de su ideología para determinar la vida en la sociedad. Es debilidad ideológica de nuestra parte aceptar sus formas de pensar y hacer, sustituyendo al Partido, sus organismos de decisión, en definitiva dejando de lado al pueblo.
  • Esto que sucedió en la Intendencia en 1990, se repitió posteriormente cuando se accedió a la presidencia por parte de Tabaré Vásquez y José Mujica, que se reitera en las Intendencias departamentales y en los Alcaldes.
    Sería necesario estudiar a fondo y tras un amplio intercambio de ideas, tomar medidas para hacer realidad “llevar al pueblo a gobernar”, no que emita su voto cada 5 años.
  • Del documento de 2004 que traemos a colación, que debimos haber leído con detenimiento, extraemos algunos párrafos. Para tener en cuenta en vísperas de la elección interna que nominará al próximo presidente de la República.

Allí se dice:
El gobierno progresista, sin embargo, no se podrá sostener y consolidar, solamente cambiando a las personas que integran el gabinete y aplicando otro programa.

Ello no alcanza. Un gobierno al servicio de los intereses populares y las grandes mayorías nacionales, además de instalar su equipo, integrado por cuadros de probada idoneidad técnica, para llevar adelante su programa; tendrá que modificar una burocracia instalada funcional al bloque de poder. Y eso no será tarea fácil. Llevará tiempo y esfuerzo. Para hacerlo el FA y sus aliados también tendrán que cumplir con su propósito de promover la participación, transferir capacidad de decisión a la gente y transformar a los ciudadanos y al pueblo en protagonistas activos, que gestionen sus propios intereses y participen en la difícil tarea de gobernar el país.”

Claramente estos lineamientos y los que siguen, son los históricos del FA, planteados en sus bases programáticas y en los discursos del Gral. Seregni.

2- La fuerza política deberá evaluar, permanentemente, lo que realiza el gobierno en función de lo definido en las instancias orgánicas, y su compromiso con la ciudadanía,

3-El gobierno es el hoy, la fuerza política el mañana. Ella debe proyectar la acción de hoy hacia el futuro, darle perspectivas al gobierno. Este, sin la construcción de esas perspectivas, se agotaría en sí mismo.

Se puede reivindicar el control que la fuerza política debe ejercer sobre el gobierno. Pero no se puede olvidar ni dejar de lado la proyección de futuro: se estaría renunciando a una de las principales funciones de la organización política.

5- Se ha interpretado mal la frase sobre la necesidad de cortar el cordón umbilical entre la fuerza política y el gobierno: ello refiere al gobierno cotidiano, pues no se puede gobernar al ritmo del funcionamiento de la Fuerza Política. Este es mucho más lento que el ritmo del gobierno, y por lo tanto, una vez instalado el gobierno, tendrá su propio ritmo y, en los aspectos cotidianos, no puede esperar a las definiciones de la fuerza política. Esta delega en el gobierno, su gobierno, la capacidad de decidir y llevar adelante sus tareas.La fuerza política ayudará al gobierno a aplicar el Programa acordado en común y a difundir en el seno del pueblo sus realizaciones y proyecto.

6- Es innecesario e imposible gobernar en asamblea permanente…

En los casos de situaciones controversiales importantes, no analizadas previamente, es más necesario que nunca la consulta previa a la fuerza política para que ésta ayude en la búsqueda de soluciones y se corresponsabilice. La fuerza política no puede limitarse a ser informada a posteriori del hecho consumado, ya que inhibe la crítica por su esterilidad o por la supuesta desautorización de quién tomó la resolución en cuestión.

7- Ello implica que se gobierne para todos los uruguayos, pero desde el programa que necesariamente refleje los intereses del pueblo y sus aliados, de las grandes mayorías nacionales.

13- Gobernar no es sólo un acto de elaboración de programas y lineamientos a llevar adelante…..

Esa estructura debe contemplar la participación y transferencia de la capacidad de decisión y gestión a la comunidad y a los trabajadores. Esto no se puede realizar hacia un sujeto fragmentado, sino que hay que promover permanentemente el desarrollo del sujeto social colectivo.

15- Una actitud, para nosotros equivocada, es la de no transferir capacidad de decisión. Ello le quitaría respaldo a una gestión que, obviamente, lo va a necesitar y lo va a tener que organizar. Por lo tanto, la gran tarea de la fuerza política, con miras al gobierno popular, es promover el desarrollo de un sujeto social colectivo, con ámbitos de participación, hacia el que hay que transferir capacidad de decisión.

16- Uruguay cuenta con una gran ventaja al respecto, y es que, en principio, tiene una amplia y extendida red social a la que hay que estimular y apoyar, así como un movimiento sindical unitario y combativo. No se parte de cero y no hay que empezar a trabajar desde una red social inexistente.2

Acercarse a las formas concretas que tomarán, por ejemplo, en el terreno de la economía, la producción, los servicios y el comercio.

¿Qué formas se dará la propiedad social de los medios de producción, la organización del trabajo, la distribución del producto en ese proceso de cambios?

En el plano táctico, inmediato, buscar e instrumentar formas de propiedad, de organización del trabajo que inicie un proceso de democratización de los mismos, para una mejor distribución de la riqueza.

La propiedad social no es sólo la propiedad estatal. Incluso en estos casos, la participación en la gestión de los trabajadores, con apoyo técnico, financiero, en la comercialización, participar también en los riesgos de cada emprendimiento. Evitando la concentración en los grandes capitales, fomentando la participación bajo otras formas de propiedad y gestión social.

En el plano práctico, buscar formas colectivas de impulsar la producción, aprovechar la inteligencia y la habilidad, el conocimiento científico y técnico de los uruguayos. Estos colectivos pueden ser desde pequeños propietarios individuales que se unan para desarrollar proyectos de compras, ventas en conjunto, o el procesamiento de materias primas, cooperativas de trabajadores, asociaciones, bolsas de trabajo.

A través de organismos estatales o paraestatales, en territorios como pueden ser los municipios, centros comunales, Juntas Locales, etc, o emprendimientos junto a la Universidad de la República, los Entes (UTE, ANTEL, OSE), Secundaria, UTU, Hospitales, Ministerios o sus dependencias.

Formas autogestionarias para resolver problemas concretos, como la vivienda a través de cooperativas con trabajo o con ahorro previo, alimentación a través de huertas orgánicas, procesamiento de productos primarios, la salud a través de policlínicas. Impulsar la economía circular y de cercanía, incorporando el saber popular desde la comunidad organizada en el territorio, juntos vecinos, trabajadores y pequeños propietarios.

Formas concretas, diferentes y variadas de propiedad social, más democráticas, más participativas, donde los individuos (en colectivos) se hacen dueños de su propio destino y no se espera siempre que el Estado resuelva.

Ni estado paternalista que resuelve todo, ni la explotación y la exclusión que conduce el mercado libre de toda regulación.

Un gobierno que privilegie a “los más infelices”, es decir a las grandes mayorías nacionales, deberá estar pronto para enfrentar los embates de los sectores dominantes.

En política como en la guerra, la cuestión es quien aísla a quien, en la correlación de fuerzas para cada enfrentamiento, en reunir más fuerzas que el enemigo, en el lugar y el momento que se libra la batalla decisiva.

El FA es la Herramienta. ¿Es tarde para adoptar estas medidas? para enfrentar los tiempos difíciles que se aproximan.

¿Avanzamos hacia el proyecto fundacional del FA o a la administración del capitalismo?

porque seguimos considerando que el pueblo organizado democráticamente es el protagonista del proceso histórico. Esa es nuestra definición.” (Gral. Seregni. 29/04/1972)
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1 EL CONCEPTO DE “DEMOCRACIA AVANZADA” EN RODNEY ARISMENDI: UN REFERENTE EN EL PROCESO POLÍTICO LATINOAMERICANO. María Luisa Battegazzore-

2 Fuerza política, gobierno, trabajadores y organizaciones sociales -(PN FA 19/04/2004)

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