Las Elecciones Internas en Uruguay y la necesidad de fortalecer las fuerzas para el cambio

Ruben López
El Chasque 145
5/07/2024

El domingo 7 de julio en Francia será la segunda vuelta para la elección de diputados al parlamento. Podría ser el triunfo del fascismo y por primera vez la posibilidad de formar gobierno.

Francia busca hoy, desesperadamente, lo que aquí se construyó en las décadas de 1950 y 1960: la unidad popular. Para frenar al fascismo, han formado un Frente Popular, han propuesto un programa que tiene como base las necesidades de la población.

Entre otras cosas ese programa incluye:
“aumento inmediato del salario mínimo”, “congelación de los precios de productos de primera necesidad como la factura energética, la inversión en vivienda social” … propone legislar sobre “el poder adquisitivo, la educación, el sistema sanitario, la «planificación ecológica» y la «abolición de los privilegios de los multimillonarios»”… “ Los meses siguientes …el refuerzo sostenible de los servicios públicos, el derecho a la vivienda, la reindustrialización ecológica, reformas de la policía y del sistema de justicia penal”… “prevé aumentos salariales para los trabajadores del sector público y almuerzos gratuitos en los comedores escolares” … “derogar el aumento de la edad de jubilación de sesenta y dos a sesenta y cuatro años” …”reactivación de un impuesto sobre el patrimonio de las grandes fortunas, … restauración de un «impuesto de salida» sobre la retirada de riqueza del país, así como un nuevo impuesto plano sobre las ganancias de capital.”

En cambio, en Uruguay le hemos quitado importancia, a la unidad de acción, a un programa que contemple las necesidades imperiosas de la gente, a la necesidad del protagonismo popular. No rescatamos lo que nos hizo crecer, un pueblo organizado que busca decidir su destino, apoyado primero en los trabajadores y en todos los sectores de la población, perjudicados por la política de los partidos tradicionales que sólo han buscado servir a la Oligarquía apátrida.

¿Es que hoy el progresismo piensa que esos sectores son diferentes, no existen, tienen distintos objetivos?

Nos vamos quedamos en la vaguedad de la consigna: Unidad. Pero le quitamos el contenido, la Unidad no surgió sola, no salió de “un zapallo”, fue una construcción desde una estrategia y objetivos concretos.

Ante la crisis del sistema (desde mediados de la década 1950), que trajo inflación, la caída de ingresos, la pobreza y la miseria a la masa trabajadora, se enfrentó con lucha y organización. De allí surge la conciencia, la comprensión que la persecución de mejores salarios es efímera, pues sólo la transformación profunda de la sociedad puede darle al pueblo trabajador la seguridad, la tranquilidad, el salario y la vida digna que se merece.

Hoy parece olvidarse que la unidad se construye cada día, y sólo con el logro de los objetivos, para los cuales se construyeron esas enormes herramientas (la CNT y el FA) la unidad obrera y popular, de la izquierda, cobran sentido, es decir y repito lo expresado por Seregni, el objetivo es: “desplazar del poder la oligarquía y llevar al pueblo a gobernar”, como única garantía de los cambios necesarios y posibles.

Y esto solo será una realidad con la participación protagónica del pueblo, desde todos los espacios, del movimiento social, los trabajadores, las organizaciones política de la izquierda, y dando nuevo y renovado impulso a la comunidad organizada en el territorio, para desde cada lugar resolver sus necesidades: trabajo, alimento, vivienda, salud, educación. Que a nadie falte un plato de comida ni duerma a la intemperie.

Este debe ser el compromiso, después de estas internas, que ninguna política económica sea excusa para que un oriental pase hambre o frío. La primera política es la justicia social, la democracia económica. No hay que desbarrancar la economía, ni dejar de cuidar los equilibrios macroeconómicos, hay que poner atención en el trabajo nacional y distribuir más equitativamente entre quienes producen, tratando que “los más infelices sean los más privilegiados”.

No es necesario, ni conveniente ampliar el asistencialismo del Estado, que sólo hace depender a las personas de otros que manejan las instituciones. Hay que contemplar si a la infancia y adolescencia, a las discapacidades, a los más ancianos si están desvalidos. Pero los otros merecen la posibilidad de, con su trabajo, sobrellevar su vida y la de su familia, para lo cual se deben contar con los apoyos necesarios.

Artigas lo expresó muy claro en su Reglamento de Tierras:
En consecuencia los negros libres, los zambos de esta clase, los indios y los criollos pobres, todos podrán ser agraciados con suertes de estancia, si con su trabajo y hombría de bien propenden a su felicidad, y a la de la Provincia.”

Hoy esa “suerte de estancia” debería ser la posibilidad de un trabajo, un oficio, una formación, que de a cada uno la posibilidad de desenvolverse para tener una vida digna, “para con su trabajo propenda a su felicidad” y a la del país.

No de un Estado que resuelva los problemas de los ciudadanos en base a un clientelismo que ya sabemos adonde llega, sino que brinde apoyo, promueva distintas formas de propiedad y gestión social, nuevas formas de organización ciudadana, comunitaria y, a la vez, combate la acumulación infinita de riqueza.

El artículo anterior, referido a estos temas, tomamos del Documento del PN del FA de abril de 2004, un concepto que refleja, por un lado carencias de nuestros gobiernos anteriores y por otro, un camino para su superación:

13- Gobernar no es sólo un acto de elaboración de programas y lineamientos a llevar adelante…..
Esa estructura debe contemplar la participación y transferencia de la capacidad de decisión y gestión a la comunidad y a los trabajadores. Esto no se puede realizar hacia un sujeto fragmentado, sino que hay que promover permanentemente el desarrollo del sujeto social colectivo.”

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