A 50 años del paro del SUNCA a la Dictadura. 9 de octubre de 1974

Ley Nº 13.893 de Unificación de Aportes y el paro del 9 de octubre de 1974….

Gonzalo Alsina
El Chasque
9/10/2024

En octubre se cumplen 54 años de una de las principales leyes conquistadas por el SUNCA y 50 años del día que en plena dictadura por luchar en defensa de dicha ley fue ilegalizado el SUNCA.

Esta ley fue votada en el Parlamento el 15 de octubre, promulgada el 19 y publicada el 23 de octubre de 1970.

Porque esta conquista de los trabajadores de la construcción se realizó en un año 1970, muy agitado, donde el presidente Jorge Pacheco Areco gobernaba con Medidas Prontas de Seguridad, por lo tanto con represión contra los trabajadores.

En ese contexto hay que agregar que no existía aún el Frente Amplio y por lo tanto la bancada de izquierda era más limitada. Aunque se estaba en proceso de su conformación.

Pero la lucha obra por obra de los obreros de la construcción, rodeados de la solidaridad de la CNT y de los sectores populares, sumado al papel de los legisladores de izquierda y progresistas de la época, permitieron que se aprobara esta ley.

¡Se conquistó con lucha!

Luego de un largo proceso de luchas del sindicato de la construcción, el año clave fue el de 1970 y en el mes de octubre llegó la concreción.

Gran conquista del SUNCA

El miércoles 14 se hizo un paro general de la CNT y USOP y el jueves se votó la ley en Diputados. El viernes 16 de octubre El Popular en tapa puso: “GRAN CONQUISTA DEL SUNCA”.

En páginas interiores el diario destaca el sábado 17 de octubre: “Sunca Logra Importantes Mejoras con Ley Votada”. “Esta es una de las más trascendentes conquistas logradas por el SUNCA a nivel nacional; se suprimen los pesados descuentos que actualmente soporta el salario del obrero de la construcción y se concretan otras mejoras y al mismo tiempo se abre el camino para aplicación del Plan de Evaluación de Tareas, que establece una sustancial adecuación de los salarios”.- Con estas palabras, JULIO LEDESMA, Secretario de Prensa y Propaganda del SUNCA comenta para EL POPULAR el triunfo alcanzado por el gremio con la sanción, por el Parlamento, de la Ley de Unificación de Aportes Sociales para la Construcción, termina diciendo el “colgado” del artículo.

La Ley 13.893 estructura un régimen sobre unificación de aportaciones patronales y obreras, por concepto de beneficios sociales y se fijan diversas normas reguladoras para la industria de la construcción.

Sabemos que los trabajadores de la construcción lucharon por esta conquista en todo el país.

Sabemos también que el mismo mes que se logró semejante conquista, unos días después se realizó el congreso de FLEMACON realizado en Perú, entre los días 23 y 25 de octubre de 1970.

El paro del 9 de octubre de 1974…

Este paro que paralizó toda la industria de la construcción en plena dictadura, fue en defensa de la Ley Nº 13. 893.

La prensa afín al régimen

La prensa autorizada y afín al régimen dictatorial mostraba con grandes titulares las fotos de los dirigentes del SUNCA requeridos por las tristemente famosas FF.CC (Fuerzas Conjuntas) de la dictadura. Aparecían requeridos: Raúl Betarte Martínez. Luis Enrique Caballero Fierro, Carlos María Torres González, Nelson Pellejero y Jacinto Ulpiano Galloso.

Por ejemplo, el diario de la dictadura, El País, del domingo 13 de octubre, ponía en primera plana: “FUE DISUELTO EL SUNCA; ELIMINARÁN EL TRIBUTO UNIFICADO DE LA CAJA 17.” Y adentro ampliaba la noticia: “Construcción: Eliminan aporte unificado. Disolvieron el SUNCA; la Caja 17 “Fue fruto del Acuerdo Entre el Sindicato Comunista e Intereses Patronales.” Y seguía con sus diatribas anticomunistas.

Y no podía faltar: “Texto del decreto por el que se Disuelve el SUNCA”

“En acuerdo con los Ministros de Defensa Nacional, del Interior, de Trabajo y Seguridad Social y de Educación y Cultura, el Presidente de la República dictó el Decreto que establece textualmente:

VISTO: La paralización de actividades laborales decretada por el “Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos” (SUNCA).

RESULTANDO: I) Que tal conducta laboral es considerada ilícita por disposición del artículo 44 del Decreto número 622/973, de 1º de agosto de 1973,

II) Que la mencionada asociación no es representativa de la verdadera mayoría de los trabajadores del sector.

CONSIDERANDO: I) Que la acción de la referida asociación se inscribe en las actividades de las asociaciones ilícitas marxistas disueltas por el Decreto Nº 1026/973 de 28 de noviembre de 1973 y es manifestación de la utilización de sindicatos gremiales con fines ajenos a los que determinan su reconocimiento constitucional;

II) Que la conducta ilícita asumida constituye un grave perjuicio para la economía nacional y está orientada a vulnerar las condiciones de auténtica paz social y laboral actualmente vigentes en el país.

ATENTO: A lo dispuesto en el artículo 168 numerales 1º y 4º de la Constitución de la República, artículo 1º inciso 2º de la Ley Nº 9.936 del 18 de junio de 1940, y a los fundamentos expuestos en el Decreto Nº 1026/973 de 28 de noviembre de 1973:

El Presidente de la República,
DECRETA:
Artículo 1º– Disolver la asociación ilícita “Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos” (SUNCA).
Art. 2º- Clausurar su local, procediendo a la incautación y depósito de todos sus bienes en el Depósito Judicial de Bienes Muebles y a la interdicción de todos sus derechos y valores.
Art. 3º- Retirar la personería jurídica conferida por el Poder Ejecutivo.
Art. 4º- Cometer a los Ministerios del Interior y Defensa Nacional el cumplimiento de las medidas dispuestas en el presente Decreto.
Art. 5º- Comuníquese, etc.”

Este documento es ilustrativo de lo que fue la dictadura que se instaló con Juan María Bordaberry a la cabeza como dictador. El 27 de junio de 1973 dio el golpe de Estado, violando la Constitución que había jurado no violar cuando asumió la Presidencia el 1º de marzo de 1972.

Lo primero que hizo la dictadura en medio de la Huelga General de 15 días, fue disolver a la CNT y perseguir a sus dirigentes. Llenó el Cilindro Municipal de presos, la mayoría militantes sindicales. Transformó un estadio en cárcel por tres años.

Después de prohibir, controlar y reglamentar la actividad sindical ilegalizaron a todos los partidos de izquierda. ¡A todos! Ellos hablan de organizaciones ilícitas de carácter marxistas. El típico anticomunismo fascista.

Ilegalizan al SUNCA por hacer un paro en defensa de una ley votada en el período anterior a la dictadura. La dictadura consideraba ilegales los sindicatos y los paros. Además se contradicen; por un lado hablan de la magnitud del paro y por otro que el SUNCA no representa a los trabajadores.

La medida se apoya en varios decretos dictatoriales y se invoca la Constitución que ellos violaron. ¡Bien fascista!

La Carta Semanal del Partido Comunista

Siempre es bueno comparar. En este caso vamos a ver cuál fue la opinión de un semanario clandestino, que salió durante toda la dictadura, totalmente opuesto al diario El País y a la dictadura. En este caso es el Nº 31 de la Carta Semanal del Partido Comunista del mes de octubre, que era dirigido desde la clandestinidad por el Ingeniero José Luis Massera. El encargado de que se imprimiera en la clandestinidad fue Eduardo Bleier.

El semanario clandestino que circulaba por distintos lugares de trabajo y barrios, mano en mano, titulaba en tapa: ARRIBA EL SUNCA! Por encima un colgado que dice:”Miente Bordaberry para justificar el manotazo gorila contra los obreros de la construcción” Y a un costado una columna con el título de: “Un Paro Formidable

Pasemos a leer el texto: “El decreto del viernes que ilegaliza al glorioso SUNCA, uno de los sindicatos más arraigados y queridos del país, es una brutal medida fascista que procura ahogar la creciente lucha de los trabajadores. La corrupta rosca no sólo le roba sus libertades y sus conquistas al pueblo, sino que le rapiña sus propios fondos. La conferencia de prensa, reiterada el lunes por cadena de radio y TV, en que Bordaberry defendió la medida y la liquidación de la Ley de Unificación de Aportes, rebosó de odio a la clase obrera y de descaradas mentiras. Así pretendió justificar el arrasamiento del sistema de asistencia y previsión de uno de los más sacrificados gremios del país. Pero ni con esto ni con las detenciones que lo precedió, podrán parar la lucha de los trabajadores. Ésta proseguirá alentada por un pueblo que tiene hoy como deber rodear de la más cálida solidaridad a los trabajadores de la construcción y a su indoblegable organización, el SUNCA.

Dijo Bordaberry que el reclamo del vacacional, una consigna del paro, no correspondía porque se estaba en plazo. La ley establece que el pago es “para el mejor uso de la licencia”; debe abonarse con la misma, o sea después de carnaval. Estamos en octubre: el SUNCA realizó cientos de gestiones, sin éxito, ante Bugallo, Etcheverry, el Cnel. Bentancour. Ya motivó paros. Y si ahora se va a pagar, es por el impacto del paro de 24 horas.

No se trata de rebajar los costos, como dijo. Estos aumentarían, al volver a su juego las empresas piratas que evadían los aportes. Por algo el Mensaje sólo recomienda tratar de que el nuevo régimen “no determine incrementos” en los costos. En realidad, se trata de rebajar los salarios, reincorporando los descuentos, a un gremio que gana miserias, con jornales de $ 6.000 para un peón que en su mayoría debe gastar mil pesos en transporte por día y comer fuera de su casa. Y se trata de liquidar CHAMSEC (“muy excesiva y gravosa”, dijo el tirano): arrebatarle los seguros a un gremio que registra una tremenda cuota de muertos y de baldados.

Con el respaldo del CES regó de falsedades la liquidación de la Ley de Unificación de Aportes. Desde atribuirle la crisis de la construcción (véase la pág.2), hasta enrostrarle a la Caja 17 un déficit que existe fundamentalmente porque el gobierno le adeuda a la Caja miles de millones, de obras de los organismos estatales. Pero también por la condescendencia del Cnel. Ibáñez con grandes deudores como “El País”, principal ariete contra la ley, que le estafó 400 millones a la Caja por el Edificio Libertad e intentó aún coimear a dos inspectores.

Con el COSENA, Bordaberry ilegalizó al SUNCA (porque no podrá disolverlo por más que haga). Dice el caradura que no es representativo; si el paro no alcanzara, está el plebiscito que adjudicó la administración del 1% para fondos sociales establecido por la Ley. El 98% lo hizo por el SUNCA, el 2% por los amarillos que palanquea Bordaberry tartamudeando contra la lucha de clases que él aplica ferozmente y proponiendo sindicatos para la “armonía entre el capital y el trabajo”…en tanto increpa a obreros y empresarios por su acuerdo sobre la Ley de aportes.

Entonces, mientras babosea un anticomunismo que nos honra, reconociendo nuestra defensa del interés obrero, hasta se permite una tirada sobre el capitalismo. Quién! El capataz de la oligarquía, el rosquero que está contra los trabajadores, contra las capas medias, contra los pequeños y medianos productores. Latifundista y entreguista, al que en todo caso sólo puede molestarle el capital cuando es nacional.

Como la CNT y la FEUU ya “disueltas”, el SUNCA seguirá en el combate. Junto con todo el pueblo, más ardiente aún porque hay que barrer de la escena a ese enterrador del país y a sus cómplices.”

Un Paro Formidable

“El paro tuvo un relativo éxito; en algunas obras hubo una paralización total y en otras no”, dijo Bordaberry. Vale el reconocimiento por venir de quien viene.

En realidad, el paro abarcó al 90 % de toda la industria, comprendiendo todas las ramas, albañilería, pavimento, herrería de obra, etc. Pero si la práctica unanimidad es significativa en un gremio tan desperdigado, mucho más lo es aún en las condiciones en que se efectuó.

El día anterior al paro, desde la mañana, camionetas policiales y militares estuvieron recorriendo las obras, especialmente en Pocitos, procediendo a fichar obreros y a detener delegados de base y otros militantes sindicales. Se buscó así amedrentar a los trabajadores, pero el resultado conseguido fue el opuesto, ya que los obreros de las obras que veían detener a sus compañeros, paralizaban sus tareas. Así, pues, en muchos lugares, el paso comenzó el día martes.

La histeria represiva se mantuvo luego, al constatarse cómo el conjunto del gremio estaba unido en torno a su tradicional organización de clase. Se dictó orden de captura contra numerosos dirigentes; efectivos represivos se metieron también en Covisunca, la cooperativa de vivienda por ayuda mutua de los obreros. Y siguiendo una repugnante práctica ya ejercida en otros gremios, como el metalúrgico, los elementos de la dictadura se apersonaron a las empresas exigiendo fuertes sanciones contra los trabajadores que efectuaron el paro (aunque los patrones respondieron que de hacerlo se quedan sin obreros especializados, ya que por los bajos salarios ya hay déficit de capataces, herreros, carpinteros, finalistas, etc, pese a lo poco que se construye).”

PORQUÉ HAY CRISIS EN LA CONSTRUCCIÓN

“La ley de unificación de aportes encareció la construcción, la “frenó”, dijo el dictador en su conferencia de prensa. Mintió a sabiendas.

La ley de unificación surgió para evitar: a) la evasión de aportes por empresas piratas que cambiaban de nombre en cada obra; b) el encarecimiento de los costos al computarse dentro de ellos las cargas sociales, así en cascada subían del fabricante a la barraca, de ésta al subcontratista y al contratista, de modo que el aporte real de $ 100 terminaba incidiendo en $ 195, 31 en los costos; c) el fárrago de un complejo planillado que multiplicaba los gastos administrativos. Sirvió además para realizar la evaluación de tareas, en lo que participó (y podría opinar…) el actual ministro Eduardo Crispo Ayala.

Primero se echó la culpa de la crisis a las leyes de alquileres; se destroza el sistema, se va a la contratación libre. Y ahora resulta según el gobierno, que la culpa la tenía la ley de unificación.

Ambas afirmaciones son falsas. Rigiendo leyes de alquileres la construcción vivió su mejor momento en 1956, con la edificación de 21.050 viviendas; 1957: 21.500; en 1958: 23.400; 1959: 24.600; 1960: 23.502. Luego empezó a bajar, mucho antes de la ley de unificación de aportes Nº 13.893, que fue aprobada (definitivamente) el 23 de marzo de 1971. Así llegamos a 18.910 en 1961, 13.600 en 1965, 15.200 en 1969, 11.400 en 1970.

Sin la ley 13.893 el número de obreros de la construcción baja en 15.000 de 1968 al año 1971. La cantidad de metros cuadrados de permisos municipales gestionados en Montevideo, baja de 1.103.000 en 1960 a 607.000 en 1965 y a 365.000 en 1970, antes de la ley.

Decía la propia DINAVI: “La inversión en vivienda respecto al PBI ha ido descendiendo en los últimos años a niveles muy inferiores a los de la década del 50. A título aclaratorio y sobre la base de las cifras disponibles del Banco Central, puede afirmarse que mientras la inversión en vivienda en el año 1957 era del 5,6% del PBI a precios corrientes, pasó a apenas a ser superior al 2,7% en 1970”. Más aún: a valores constantes de 1961, la industria de la construcción tuvo en 1955 un valor agregado de 913 millones y en 1968 de 650 millones. La importación de materiales baja de 15.446.000 dólares en 1955 a 4 millones en 1967: siempre antes de la ley.

¿Qué pasa? Que desde el 60 el gran capital ya no invierte: ni en la construcción ni en nada salvo en la especulación. Y la “casita propia” se aleja con el incremento de los costos y la caída de los niveles de vida. Ejemplo actual: de enero de 1973 a junio de 1974 el costo de la construcción sube de 100 a 249,57. Pero las leyes sociales subieron de 100 a 194 y los salarios a 197. ¿Por qué el aumento del costo de la construcción? Porque los materiales suben de 100 a 310, 84. ¿Esto es culpa de la Ley 13.893 o de su política económica, Sr. Bordaberry? Y así fue antes de la ley. De enero de 1968 a 1972 la mano de obra subió 3,63 veces y los materiales 4,95 veces. Más aún, obsérvese: antes de la ley el índice general de precios sube en 10 veces y la construcción en 11 veces de 1965 a 1970. Y después de la ley, en 1971-72, los precios generales se multiplicaron por 1,78 y la construcción por 1,65.

En suma: la construcción entra en crisis a pesar de la ley 13.893 y por culpa del proceso inflacionario, de la pauperización del mercado consumidor y del vuelco del gran capital a la especulación o a la evasión hacia bancos extranjeros.”

¡Más claro, echale agua! ¡Brillante la Carta!

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