(Abordando eso gris, que parece la teoría)
Jorge Aniceto Molinari.
El Chasque 163
8/11/2024
Ejercer el voto, conlleva un enorme valor social, concentra miles y miles de luchas en el avance de los pueblos del mundo.
Ahora es una herramienta que por sí sola no resuelve las disyuntivas que los desarrollos de la sociedad tienen como desafíos.
Una parte muy importante de la humanidad está afectada a la guerra. Un enorme aparato productivo destinado a la destrucción, con un costo social enorme.
La humanidad ya tiene las condiciones para desarrollar armónicamente la vida humana.
No lo hace porque no encuentra los instrumentos políticos para hacerlo.
El voto es uno de los más importes resultados de la lucha de clases. La derecha en su juego dice: voto si, lucha de clases no, lo cual no deja de ser una falacia, porque si en las grandes luchas sociales la izquierda no hubiera reivindicado el voto, este hoy no existiría.
Lo mismo ha ocurrido con cada una de las conquistas populares.
La derecha no necesita reivindicar un sistema social superior, la izquierda si lo necesita y cuando no lo hace algo está pasando en su interior que no le permite avanzar.
¿Qué resuelve esta contradicción, que exige definiciones cuando el sistema social en el que vivimos ha entrado en profundas convulsiones, peligrosa por los instrumentos que utiliza la guerra?
Marx, nuestro maestro, señalaba que ningún modo de producción abandona su predominancia sin agotar todas sus posibilidades.
La gran revolución socialista de octubre, de la que el 7 de noviembre se van a conmemorar 107 años, tenía como objetivo central la paz, poner en manos de la gente el pan, el trabajo, la educación, en medio de una sociedad profundamente atrasada en lo social y adelantada en lo industrial.
Las convulsiones que originó en su interior y en el resto del mundo, tenían que ver y tienen que ver con el equilibrio de todo el modo de producción capitalista; se rompía el eslabón más débil.
La gran preocupación de Lenin, reflejada en cada uno de sus escritos y en particular en tres libros centrales, “Materialismo y empiriocriticismo”, “El Estado y la Revolución” y “El Imperialismo fase superior del capitalismo”, era darle continuidad al nuevo Estado ruso dentro del concierto de las naciones.
Hay cantidad de hechos, como por ejemplo el envío de un excepcional estudiante a continuar sus investigaciones junto al mayor físico existente en ese momento en el Reino Unido: Ernest Rutherford.
Ese estudiante: Piotr Kapitsa, llegó a convertirse en el mayor físico nuclear del Estado ruso, leninista, antiestalinista, salvado de las purgas por el propio Stalin que conocía de lo insustituible de sus conocimientos.
Cuando se le preguntó a Albert Einstein sobre la posibilidad de que la URSS, fuera una potencia nuclear, el contestó: ellos tienen a Kapitsa, nosotros no podemos hacer manzanas, pero si bombas nucleares.
El votar está emparentado con la necesidad de la gente de construir una sociedad donde la economía no sea anárquica sino que obedezca a sus necesidades.
Nosotros hemos votado y lo estamos haciendo, pero estamos prisioneros de un debate económico que la sociedad universal toda necesita para parar la guerra y poner en manos de la gente un desarrollo armónico de la misma.
No son pocos los que se preguntan ¿cómo va a hacer la humanidad para reconvertir su aparato militar, pues allí están los mejores y mejor pagos técnicos, y ponerlo al servicio de ese desarrollo armónico?, es que hoy una enorme riqueza se amontona sin rentabilidad y sin perspectiva de poder hacerlo y por lo tanto hoy se vuelca a financiar todas las lacras sociales.
No está de más recordar dos herramientas fundamentales para este objetivo: la unidad de moneda. única y universal, los impuestos aplicados sobre el giro del dinero, haciendo ilegal toda transacción que no esté debidamente registrada donde la sociedad democráticamente lo determine, dando muerte a los paraísos fiscales y a la financiación de todas las lacras sociales.
Montevideo, 3 de noviembre de 2024.
