Pablo Reveca
El Chasque 170
17/01/2025
A casi tres años de la intervención militar de Rusia en Ucrania, se hace imprescindible insistir en las razones de la misma.
La OTAN en su plan estratégico de expandirse hacia el este, con el objetivo de destruir a Rusia y pegarle un golpe mortal al BRICS +, buscó un punto “débil”: Ucrania. El objetivo frustrado que se venía preparando desde fines del siglo pasado, era poner misiles atómicos en la frontera entre Ucrania y Rusia. Paso previo, había que derribar al gobierno ucraniano, como hicieron, con el golpe de Estado del Maidan de 2014, que inició un proceso de persecución y represión contra las poblaciones de habla y cultura rusa del Donbás y otras regiones, sobre todo del este de Ucrania.
Esta política fue ocultada durante años, por los medios de desinformación occidentales. Mientras en la ONU casi todos los países de la Unión Europea y EE.UU, no condenaban más al nazismo; en Ucrania se hizo una política deliberada, que fue incorporando batallones neonazis en la FF.AA ucranianas, como lo reconoció el mismo Zelenski. Una política que cambió todos los símbolos de la Gran Guerra Patria de la URSS contra los nazis, por aquellos personajes ucranianos que formaron parte de las SS alemanas y participaron abiertamente del genocidio contra judíos y soviéticos -6.000.000 de ucranianos asesinados-.
Los acuerdos de Minsk para parar el exterminio étnico en el Donbás, fue incumplido por Francia y Alemania, que por boca de su ex canciller Merkel, reconoció que fue para ganar tiempo para una futura guerra. Hace unos días el mismísimo Blinken de USA lo confirmó: admitiendo que EE.UU armó a Ucrania, mucho antes de la intervención militar espacial rusa del 24 de febrero de 2022.
Las repúblicas del Donbás pidieron, previo referéndum, el ingreso a Rusia, cansados del hostigamiento de los gobiernos de Porochenko y Zelenski y la guerra llevada a cabo por Kiev, que había prohibido a las familias y en las escuelas hablar el ruso, persecución religiosa y política, además de cometer miles de asesinatos contra la población civil.
Ante el anuncio de Zelenski de que iba a entrar en la OTAN; el Parlamento y el Ejecutivo de Rusia, dieron inicio a la operación militar especial para desmilitarizar y desnazificar a Ucrania, detener el genocidio en el Donbás y evitar que ingresen en la OTAN.
Insisto en lo de operación militar especial. Cualquier que siga los acontecimientos desde 2022 a mediados del año pasado se dará cuenta, que el frente principal de las operaciones militares son en el propio Donbás, que pertenece a Rusia. Sólo ante la escalada militar de la OTAN –son 30 países europeos, más Canadá y EE.UU- que permitió abiertamente el uso de misiles de mediano y largo alcance, que la intervención militar especial derivó en una guerra a una escala mayor. Hay que agregar que la OTAN planificó la invasión en la zona de Kursk, donde aún se están dando los combates durante cuatro meses y los militares ucranianos y de la OTAN, están muriendo por miles.
Antes de estos hechos casi no había habido ataques a la ciudad de Kiev y en la parte occidental de Ucrania –salvo muy puntuales-. Cambió esta situación a partir de los ataques a territorio ruso con misiles de medio y largo alcance. Pero a diferencia de los ataques ucranianos, los rusos en su totalidad atacan objetivos militares o conexos con los mismos.
Hace un mes aproximadamente, para disuadir la escalada de la OTAN, Rusia lanzo un nuevo misil hipersónico que ataca al enemigo con la energía cinética, denominado Oreshnik o Avellano, que vuela y desciende a tal velocidad que hoy la OTAN no tiene manera de pararlo.
Especialista militares, no prorusos precisamente, dicen que hace décadas que no había una guerra donde el país que la está ganando, matara tan pocos civiles –por error no por intención- en comparación con la cantidad de militares que han muerto. Las dos guerras en Irak y la de Afganistán para mencionar las más conocidas, las potencias imperialistas occidentales y la OTAN matan primeros los civiles para aterrorizar y luego destruir las fuerzas militares. Los bombardeos en Irak como ahora en Gaza son contra toda la población, de ahí la cantidad de civiles muertos.
Son dos concepciones completamente distintas. Prueba de ello es que la capital Kiev casi no ha sido atacada y solo en caso de objetivos militares o infraestructura conexa con lo militar. Por algo los medios antirusos no muestran los civiles muertos.
Hay dos doctrinas militares enfrentadas. La de OTAN y la de Rusia. La de OTAN se basa en la guerra de maniobras, con maniobras rápidas. Y la Doctrina Militar Rusa con antecedentes en la doctrina militar bolchevique y luego soviética que con pequeños ajustes es la doctrina actual de Rusia. Esta doctrina es la guerra de desgaste. Está centrada en la fuerza, no busca una batalla decisiva y rápida, sino que busca derrotar las fuerzas enemigas en un proceso de desgaste, cuidando las fuerzas propias.
Para ello necesita capacidad industrial, profundidad estratégica a reguardo del enemigo y condiciones tecnológicas. En estas tres condiciones Rusia saca ventaja a Ucrania y a la OTAN. Tiene todas las materias primas, capacidad tecnológica propia y tradición industrial bélica. Todo aquello que se necesita para ganar una guerra de desgaste como la está ganando. Tiene mejor capacidad para reponer las pérdidas y formaciones militares que sus enemigos. Rusia está preparada para una guerra larga.
La doctrina OTAN, como el centro son las maniobras rápidas, la batalla principal consiste en un ataque aéreo-terrestre. Primero destruye logística, infraestructura, centros de control y mando, bases áreas y luego viene un ataque rápido para llegar al centro de gravedad del enemigo. Pero el problema que tiene esta doctrina imperialista es que ha tenido cierto éxito contra enemigos débiles, que no es el caso ruso.
Está triunfando la doctrina militar de Rusia que es una guerra de desgaste con un enfoque holístico, metódico y analítico. El ajedrez le gana al póker.
Los rusos para llevar al triunfo su doctrina saben que tienen una guerra industrial de producción en masa. O sea, que hay que producir a bajo costo muchos productos. Si hicieran armas costosísimas no podrían producir tantas como se necesitan en una guerra de desgaste. Por ejemplo los tanques rusos son igual o mejores que de la OTAN, pero pesan menos y tienen tres tripulantes en vez de cuatro. Los tanques de OTAN se hunden en el barro y la nieve, los rusos no. Los de ellos no pueden pasar muchos puentes por el peso y los rusos son todo terreno. Y así podríamos comparar arma por arma. Rusia gasta muchísimo menos en armas que toda la OTAN y son mejores las armas rusas. La guerra la estaban ganando antes de empezar. Rusia produce armas que su economía puede sostener en una guerra larga de desgaste.
Un criterio básico es el acto operacional de agotamiento, que consiste entre otras cosas, dejar que el enemigo se destruya a sí mismo. Dejar que el enemigo siga con su plan de guerra que lo debilita poco a poco.
La Doctrina rusa tiene dos fases:
1ª Fase de absorción de la actividad del enemigo o conocida como muerte por mil cortes, que consiste en pequeños avances, pero constantes y continuos, en los 1.400 kilómetros que tiene la línea del frente o teatro de operaciones. Es lo que está pasando por ejemplo hoy en el Donbás. Se busca llevar al enemigo a un Punto de Ruptura o Colapso del Frente de batalla. Simultáneamente se van creando enormes reservas humanas y materiales y luego se pasa a la…
2ª Fase. De desenlace.
En esta las operaciones son en profundidad desbaratando la retaguardia enemiga hasta la siguiente línea de defensa. Ya está ocurriendo. Estamos en la primera fase y anticipos de la segunda en curso. Los rusos están obligando a que realicen maniobras que debiliten la posición de los ucranianos, pero éstos no tienen otra que hacerlas porque si no lo hacen pierden más rápido las ciudades.
A esto hay que agregar la doctrina del engaño, con planes fluidos y flexibles dónde el Comandante Gerasimov ha demostrado ser un verdadero maestro. Esto también está pasando. Estamos en una fase en general de absorción de la energía del enemigo, donde hay pequeños avances todos los días en toda la línea del frente y que van agotando la posibilidad de seguir combatiendo a los ucranianos con el ímpetu necesario.
Es el triunfo de la Doctrina Militar Rusa de guerra de desgaste contra la OTAN en Ucrania. A veces hay algun retroceso táctico-operativo, pero la orientación general sigue siendo que el enemigo se desgasta por los 1000 cortes que lo van desangrando de a poco.
Otro factor a tener en cuenta es el de sostenibilidad que consiste en ver la capacidad de fuerzas del enemigo. Como el grado de su equipamiento, la formación de sus soldados y oficiales, la logística y sus puntos débiles, la moral de combate y cohesión de las unidades, la tasa de reposición que incluye las bajas y el descanso de los combatientes. La tasa de reposición tiene que ser siempre positiva. Si es negativa no puedo cubrir las bajas, esto aumenta el desgaste que lleva inevitablemente al punto de ruptura. Ya se empieza a ver estos aspectos, aún parciales. Las nuevas tropas tienen menos experiencia y algunos nunca combatieron. Mil soldados nuevos de ahora no tienen la misma experiencia que mil al comienzo del conflicto. No luchan igual ahora que antes y eso se está notando en diversos combates.
En la guerra es clave la efectividad en el combate. Tiene que ver con las capacidades de reservas y de movilizar a la población. Muchos jóvenes eluden el servicio militar huyendo de Ucrania en cualquier dirección y es muy alto el número de soldados muertos.
La logística está siendo sobrecargada en el último año por los bombardeos a la misma, por la superioridad rusa. Mientras que la rusa está intacta. La retaguardia estratégica rusa es muy superior a la ucraniana dado que lo misiles y drones rusos llegan a cualquier lugar de Ucrania.
El número de bajas es mucho mayor en Ucrania y la reserva de suboficiales y oficiales es mejor en Rusia. Viene creciendo la tasa de deserciones ucranianas, como ya está ocurriendo en el Donbás. Junto con ello está cayendo la moral combativa y la cohesión de las unidades.
Ucrania se estaría acercando a la masa crítica de pérdidas aceptables, que se estima en 3,5% de la población. Cuando superas esa cifra la guerra se hace inviable y el colapso se hace inevitable.
Las rotaciones en Ucrania en las unidades, no están siguiendo la lógica de que el 75% de las fuerzas están en la retaguardia y el 25% en la primera línea de fuego.
Los estudios de expertos tomando de referencia armas estándar, dicen que las cualidades cuantitativas y cualitativas para ganar superioridad, favorece ampliamente a los rusos –en drones, misiles, tanques, aviones, etc.-. Esto también está incidiendo en el curso de la guerra y es decisivo para el resultado de la campaña militar.
Por último, un elemento muy importante es si una unidad mantiene su capacidad de combate. Si sus pérdidas son menores al 20% de sus efectivos, puede seguir operando. La capacidad de combate decrece cuando las pérdidas son entre el 20% y el 60%, si mantiene el mando y control, puede seguir un poco más. Pero si pierde el mando y control esa unidad pierde su capacidad de combate. Los ucranianos retiran unidades de ciertas localidades porque les está pasando eso.
Otro tema es la falacia de los costos hundidos. Es el seguir luchando porque te di suficiente dinero para que lucharas. O continuar a lo que dé lugar. Por ejemplo, lo que ocurre en Kursk, dónde se ha perdido mucho dinero, valiosísimo material de guerra, de lo mejor que tiene la OTAN, cuando lo más aconsejable hubiera sido retirarse a tiempo para no perder miles de soldados y el material bélico. Les pasó ese capricho en Bajmut, en la ofensiva de 2023 y ahora en Kursk. Son tres ejemplos de esta falacia.
En síntesis: con una tasa de reposición negativa, con sobrecarga logística, con soldados y oficiales de inferior calidad, con una moral de combate en declive, con un nivel de pérdidas y bajas muy altas, sin la tasa de rotación necesaria, con aumento de deserciones y falta de capacidad para movilizar a la población, etc; es imposible que Ucrania y la OTAN, puedan ganar esta guerra a Rusia.
Veamos qué viene pasando en los últimos días en el teatro de operaciones –esto cambia todos los días-. En Kursk las tropas ucranianas y los mercenarios de la OTAN tienen los días contados. Es imparable la contraofensiva rusa que van por la ciudad de Sudzha, importante centro logístico, que no falta mucho para que quede aislado por las tropas rusas.
En los 11 primeros días de enero de este año, la ciudad más importante recuperada en el Donbás fue Kurakhovo, donde hoy 11 de enero, al oeste de esta ciudad, se rindieron decenas de soldados ucranianos de las brigadas de paracaidistas y fusileros motorizados. En una muestra, que se están rompiendo los puntos de equilibrio. Que preanuncian el próximo colapso y fin de la guerra. Ucrania no repone las tropas y los materiales bélicos a la altura de los combates actuales. La tasa de reposición no es la adecuada.
La tendencia de hace por los menos cuatro meses es el avance cada vez más rápido de los ejércitos rusos. Caen de promedio tres localidades por día.
Cuando estoy escribiendo este artículo acaba de caer Neskuchne, lo que tendrá como cercana consecuencia la posible caída de la importante ciudad fortificada desde 2014, Velyka Novosilka.
La caída en un 95% de Toretsk permite cerrar una pinza por el sur de la estratégica ciudad de Konstantinovka y la próxima caída total de Chasiv Yar lo hará por el norte. Se prevé que cuando esto pase las tropas ucranianas se van a rendir masivamente.
Al mismo tiempo se están produciendo avances hacia la ciudad de Lyman. Esta ciudad al norte de Donetsk, permitiría acercarse a la ciudad estratégica de Slovyanka.
En el oblast de Járkov, los estrategas militares rusos están realizando desde hace meses operaciones militares para ir cercando la ciudad de Kupiansk.
Otra ciudad muy cerca de ser tomada es la de Pokrovsk, para muchos especialistas la principal, porque de producirse podría colapsar el ejército ucraniano. Los rusos por los cuatro puntos cardinales con mucha paciencia estratégica y operativa, para minimizar bajas propias, se están acercando al desenlace final.
Rusia tiene intacta toda su logística y sus medios de transporte y sus industrias. Tiene profundidad territorial estratégica y lleva la iniciativa en todo el frente de operaciones.
Ucrania repone por la fuerza a sus soldados que se niegan a ir a la muerte casi segura. Hay cientos de miles entre 18 y 25 años que se han ido para varios países de Europa y también a Rusia. Sostienen una guerra suicida y perdida, al servicio de los países de la OTAN.
Ahora no saben cómo sacar la pata del lazo y recurren a bombardeos de ciudades rusas fronterizas, contra los supermercados y los días festivos para matar civiles. Esto no es síntoma de fortaleza, sino de debilidad.
Ante la próxima derrota, las consecuencias serán tremendas para los europeos y para el futuro de la OTAN.
Además Rusia tiene ventaja en varios aspectos del potencial militar. Varios especialistas dicen que la diferencia en misiles hipersónicos es de más de una década. La guerra dejó en evidencia esa superioridad.
