«Juanita». Entrevista a la militante sindical y política Juana Tarallo

Tomado del libro: Gol del pueblo uruguayo. Crece desde el pie
El Chasque 172
31/01/2025

Se llama Juana Tarallo, pero todos le decimos Juanita. Fue dirigente de la salud con solo 21 años e integraba el PIT en 1983 con 23. La entrevista se la hicimos el 16 de enero de 2013, el día de su cumpleaños, día sagrado. Entrevistamos varias compañeras.

Empezamos con las entrevistas en el año 2010, pero el postre quedó para lo último y qué mejor que hacerlo el día de su cumpleaños. La intención era reportear a las dos: a Juanita y a su mejor amiga, Estela Serra. Pero Estela llegó desde Artigas un poco tarde y no pudimos juntarlas a las dos. Además había que respetar el día y no “invadir” demasiado.

Cuando Juanita era la secretaria general de la Federación de Funcionarios de Salud Pública, la “jefa” del Hospital Pasteur era Estela, que supo militar en la dictadura en la facultad de Medicina y al mismo tiempo en el hospital. Según “Pope”- y lo pudimos confirmar- conocía uno por uno a los funcionarios de donde trabajaba. Es un año mayor que  Juanita.

O sea que con 22 años dirigía los trabajadores de uno de los hospitales más grandes de este país. Y la “Negra Juanita” era funcionaria del Maciel. Destacamos estas cosas para mostrarles lo joven que eran los dirigentes sindicales surgidos después de 1980. La dictadura no pudo ganar, ni mediatizar a la juventud uruguaya. Eran los mismos jóvenes que habían votado masivamente por el NO en el Plebiscito de 1980. Y ellas son de las mejores expresiones de la conciencia y voluntad de esa juventud.

Entrevista

Gran parte de la misma se filmó- 35 minutos- y unos 10 minutos más se gravó.
Compartimos con ustedes la desgravación completa.

En el día de su cumpleaños- ella no tiene problemas con la edad- cumple 53 años y le vamos hacer unas preguntas para el libro que vamos a sacar este año. ¿Cuándo y a qué edad empezaste a luchar contra la dictadura?

“olor a pólvora”

Por el año 1979-80, me afilié a la Juventud Comunista. Previo a eso en realidad había como una cosa familiar. En mi familia mi padre era funcionario de AFE, si bien había votado a uno de los partidos tradicionales, toda su familia era de tradición colorada; cuando él se casa con mi madre , con ella se cambian los diarios El Día y El País, que se recibían en mi casa por el diario El Popular y el semanario Marcha.

De alguna manera fue mi madre la que modificó muchas de esas cosas; la familia de mi madre era de vieja tradición comunista. Mi abuelo nacido en 1899 se afilió al Partido cuando éste recién nacía, habiendo sido anarquista hasta ese momento.

Entonces, de alguna manera mi madre vivió en un hogar completamente diferente al de mi papá. En mi casa empezó a entrar El Popular. Todos leíamos, yo cuando iba a la escuela también leía. Mi madre nos leía y sabíamos…se votaba la 63- lista del Partido en las elecciones hasta el año 1962- en mi casa, entonces, de alguna manera lo tenías adentro.

Y a mi me gustaba mucho hablar. Y luego pasaron cosas como los fusilados de la seccional 20, que yo vivía muy cerca. Me acuerdo que sentí ruidos y salí afuera y mi madre decía- era tal la psicosis- que se sentía olor a pólvora, que no se sabía de donde venía. Yo no se si se sentía olor a pólvora- aclara- porque vivíamos como a 20 cuadras, pero era el hecho en sí, ¡y estábamos todos viviendo el olor a pólvora!, hasta yo vivía el olor a pólvora, que capaz que ni era olor a pólvora. Pero era el ambiente que se respiraba, era una cosa muy fea, muy dolorosa y a la vuelta yo tenía una amiga que íbamos al liceo Bauzá, Elena Apesteguía (perdón si está mal escrito, decimos nosotros). Estaba todo muy cercado en la 20…y pasar por la 20 era una cosa terrible, era espantoso.

Y durante todos los años de la dictadura todo el mundo dejaba flores ahí, y yo- lo dice muy emocionada-pasaba por ahí y de alguna manera dejaba flores también. Son pequeñas cosas, no era combatir contra la dictadura, como combatieron la mayoría de los compañeros, pero de alguna manera era algo que vos…fue fácil incorporar todo lo demás. Y en el año 1979 me afilio a la Juventud Comunista.

Te afiliaste en un año durísimo, porque ese año hubo un golpe represivo muy grande, o sea que no era fácil afiliarse en ese contexto.

“…mi tarea era ir a buscar el queso…”

No era fácil, pero realmente me convenció porque yo también quería hacer algo. Y yo creó que los mejores momentos de vi vida fueron en la Juventud Comunista, porque yo tenía, también toda esa libertad que me daba la posibilidad de militar, de ir de un lado para otro, tratando de hacer cosas; eso también me brindaba…porque no sólo eran años duros, porque yo era chica de una familia tradicionalista, no era que salieras a cualquier hora y anduvieras por cualquier lado. Pero esa misma lucha era la que me permitía también moverme. Yo no se, por todos lados me convenció. Y hacíamos cosas. Mi madre era muy conciente de lo que yo estaba haciendo, aunque no se lo dijera.

En mi casa había conciencia de lo que yo hacía. Yo recuerdo siempre que en mi casa se hacía pasta casera todos los domingos y yo tenía que ir a buscar el queso .Me levantaba muy tarde, mi tarea era ir a buscar el queso rallado a una cuadra de mi casa. Mi madre me despertaba y me decía andá a buscar el queso que ya puse el agua- cuando no lo había hecho aún-, yo me levantaba e iba a buscar el queso…

No iba a buscar el queso… El domingo a tres cuadras de mi casa tomaba el ómnibus, me bajaba cerca del Palacio Legislativo, me encontraba con un compañero, recibía material clandestino, retomaba el ómnibus y volvía. Eran dos horas que llevaba esa tarea. Cuando yo llegaba a la puerta de mi casa con el queso en la mano, mi madre ponía la pasta arriba de la mesa. Estaba como instituido, eso. Y bueno…

¿Dónde trabajabas en esa época?

En esa época yo trabajaba en  Tienda Inglesa, fue mi último trabajo antes de entrar en Salud Pública en 1980, después del plebiscito de noviembre de 1980. Yo estudiaba en la Escuela de la Construcción, en la IEC y militaba ahí por la Juventud.

¿Qué recordás del año 1980?

“la lata volanteadora” y “Germán Araujo”

Me acuerdo de volanteadas, de la preparación de las “cajas” volanteadoras… ¿Cómo es eso? A las latas de durazno le hacíamos un agujero en la parte de más abajo en el costado, poníamos varios alambres cruzados y apoyábamos los volantes arriba, y abajo poníamos una bomba brasilera, la mecha la tirábamos un poquito hacia atrás, te daba más margen, la prendíamos y nos íbamos caminando…y aquello reventaba,…a la cuadra o un poco menos sentíamos el ruido de las latas. Y eso lo hacíamos en todos lados.

En el hospital nos subíamos por las escaleras, a las partes más altas del hospital- el Maciel- y tirábamos los volantes desde arriba. Volanteábamos por la madrugada. En los otros lados lo hacíamos en cualquier horario, como era poner la lata volanteadora, podías hacerlo de tarde, de mañana o de noche. Eso lo hacíamos en todos lados.

En la UTU juntábamos gente, hacíamos algunas reuniones- ahí como que recuerda algo- ¿cómo era que se llamaba?…, este hombre que tuvo mucha participación… ¡con germán Araujo! Es verdad, me acordé. Empezamos hacer reuniones con Araujo, que se fueron intensificando con el tiempo en los años 81-82, con las Malvinas. Pero previamente empezamos hacer algunas reuniones con alguna gente.

 ¿Qué te acordás de Araujo porque tenemos un capítulo especial  para Germán?

“organización y lucha de la Federación…”

Yo me acuerdo que hacíamos reuniones en apartamentos en el centro, muy finos, muy delicados y nosotros éramos jóvenes de la Juventud que juntábamos trabajadores y estudiantes, en todos los ámbitos donde nos movíamos íbamos trabajando con la gente durante todo un período, la íbamos viendo y…-sonó el celular, seguramente para saludarla por su cumpleaños-.

Germán concitaba mucho, juntábamos muchos funcionarios públicos, ¡pero muchos!, porque ahí se había empezado…había algunos atisbos de conformar la Mesa sindical de funcionarios  públicos, colaboramos también en la coordinadora de entes, que en ese momento era más sello…se reflotó a COFE-Confederación de Funcionarios del Estado- y ya empezábamos a trabajar lo que era el movimiento sindical enseguida que entramos en salud pública, a fines del 80 o comienzos del año 1981.

Lo que hicimos fue hacer pequeñas reuniones en pequeños lugares, íbamos a las oficinas y era como de a uno que íbamos integrando a la gente hasta conformar una Comisión, que aunque parezca mentira, los directores de la época no combatieron sancionando, por ejemplo.

Y nosotros de alguna manera íbamos pellizcando alguna cosita- ganando espacios-, pudimos recuperar la ley de asistencia integral, pequeñas cositas…, pudimos participar…en la época…, la dictadura había logrado destruir todo la carrera funcional y nosotros empezamos a trabajar en eso y pudimos lograr algunas cosas y cambiar, haciendo que la gente si estaba en una función, reconocerle la función de ese período y hacer como un pasaje de grado para intentar mejorar y tratar de igualar el salario a la función que estaban ejerciendo.

En esa época estábamos trabajando sobre los CTI. Fue una lucha muy grande de la Federación en contra de la privatización. Salud Pública privatizaba y había mutualistas que se financiaban con eso y nosotros pretendíamos trabajar por un sistema nacional único de salud, con a igual función igual remuneración y participábamos mucho de esa gestión y el Ministerio…Fue un momento muy fructífero, el Ministerio de la época “entró” de alguna manera en caja y logramos que se estableciera CTI donde no había, inclusive generando una economía tan importante, que esa economía se repartía con los trabajadores. Todo eso fue previo a la caída de la dictadura, entre los años 1980 y 1983.

Después del golpe represivo del 81-82, ¿qué responsabilidades asumiste?, porque desde junio del 81, en el transcurrir de todo el resto del año, reprimieron al Partido Comunista, a la UJC, le pegaron a la FEUU, le pegaron a la CNT un golpe tremendo y termina ese período represivo a comienzos del año 1982. Incluso ahí matan y está desaparecido hasta el día de hoy, al último desaparecido, que fue Miguel Mato. ¿Trabajabas más sobre lo sindical?

Yo a veces confundo las fechas. Nosotros logramos hacer una elección en plena dictadura, del sindicato, de la Federación de Funcionarios de Salud Pública.

¿Cómo era eso, porque la ley de asociaciones profesionales, que venía de antes pero se empezó a instrumentar en todo el movimiento sindical en el año 1982, con mucha fuerza, a los funcionarios públicos los querían dejar por fuera de la ley? Sin, embargo por lo que vos acabas de decir, los espacios se iban ganando igual.

“…no nos “afiliamos” en ningún momento a esa ley, pero si reflotamos la Federación…”

Exacto. Yo incluso me acuerdo hasta de algunas movilizaciones que hicimos contra la ley de asociaciones profesionales. Me acuerdo de la Juventud sacando documentación en contra de la ley, me acuerdo de Patricia y el Acapalete que salían en la propaganda en contra de la ley de asociaciones profesionales.

Pero de alguna manera nosotros buscamos…, no nos “afiliamos” en ningún momento a esa ley, pero sí reflotamos la Federación, en los hechos la reflotamos y es más, hasta conseguimos un local, que nos cedió el propio Ministerio de Salud Pública.

Y nosotros no nos cambiamos de nombre como pasó con muchas organizaciones que no lo podían hacer de otra manera. Aquello de que tal cosa es tal otra. ¡No, nosotros no!; nosotros derecho fuimos Federación de Funcionarios de Salud Pública, como históricamente era el nombre que se le había dado a la Federación.

Y eso lo fuimos ganando, fuimos visitando todos los hospitales, hablando con todas las direcciones, hicimos un trabajo en cada lugar, hablando con todos los compañeros y la federación…

Cuando nosotros llegábamos al interior del país, los locales que históricamente habían pertenecido a los trabajadores, eran o club de bochas o bares de borrachos donde se jugaba a la taba, se jugaba al truco…nosotros entramos en esos ámbitos y de a poco fue cambiando, esa gente igual estaba, pero nosotros también llevábamos información y documentación. Entonces, de alguna manera, en el interior del país el pueblo también participaba, de esas cuestiones, con otro grado de represión, con otros miedos, con mucha menor-tal vez- participación que en Montevideo, que siempre se caracterizó por haber más movilizaciones, por tener más gente.

No dejábamos lugar de visitar. Y tuvimos una acertada propaganda de carácter  permanente, que denunciaba lo que pasaba en cada uno de los hospitales, las denuncias edilicias, las denuncias de faltas de medicamentos…

¿Sacaban algún boletín?

“Sacábamos permanentemente el boletín…Teníamos compañeros de finanzas en todos los hospitales del país…”

Sacábamos permanentemente el boletín. Ahora se llama de otra manera, pero salía siempre. Sacábamos hojas sueltas o volantes, mucha propaganda. Sacábamos fotos y hacíamos entrar clandestinamente fotógrafos a los hospitales para hacer denuncias, hacíamos muchas carteleras, hacíamos exposiciones en la calle, en 18 de Julio, en la Plaza Independencia, en la Plaza Libertad. Se ponían fotos enormes. Ello ayudó mucho en recuperar dinero para Salud Pública a través del tema de los CTI y de mejorar las condiciones laborales. ¡Logramos mejorar las condiciones laborales!, a pesar de todo, en plena dictadura.

La Federación por ser el sindicato más grande de COFE y tener históricamente una posición, ya sea por número, por finanzas, ¡rápidamente logramos el descuento por tesorería!

¿En plena dictadura?

No se si en plena dictadura; de eso seguro se acuerda la “negra” Estela. No me acuerdo con exactitud cuando fue. Pero cobrábamos a mano obviamente, teníamos compañeros de finanzas en todos los hospitales del país, hasta que logramos el descuento por tesorería.

Acabas de decir algo muy importante; pasa algo parecido con el SUNCA, era un sindicato a nivel nacional.

Si, siempre era de carácter nacional, con impacto en Montevideo y en todo el interior. Teníamos una llegada por Correo, los teléfonos no eran como ahora, recién cuando tuvimos el local, ahí si nos pudimos instalar, la documentación llegaba en mejores condiciones, pero si no éramos nosotros, funcionaba el radio bemba.

No puedo dejar de preguntarte por un compañero muy querido que fue el último desaparecido…

Esperá que ahora te cuento…pero dejame contarte una cosa, porque dejé una cosa colgada. La Federación de Salud Pública en COFE tenía la presidencia en la época de la dictadura y a comienzos de la democracia, que era una compañera del Pasteur que ocupaba la presidencia de la Federación- Susana Cánepa- y yo era secretario general del sindicato, siempre fui la secretaria general del sindicato, salvo un período en que fui secretaria de organización por dos tres años, que en realidad nunca funcioné porque venía de ser durante 7 o 8 años, secretaria general de la Federación. Por lo tanto, fui la representante al PIT primero y luego al PIT-CNT por COFE. Era la única mujer.

O sea que la que aparece en el estrado, la mujer que aparece en el estrado…

No se si la única en el estrado.

¿Pero vos estuviste ahí?

Si estuve en el estrado del 1º de mayo de 1983.

¿Cuándo estabas en el estrado, se veía mucha gente, cómo se veía aquello?

¡Era impresionante aquello!, – con una cara de goce- Era impresionante. Aquello era de caerse las lagrimas, no cabía más gente, era una cosa, era…, no sé, se veían miles, miles, miles, gente por todos lados, en la calle, gente dando vuelta, gente participando de esa marcha, la gente gritando y la foto, con los puños en alto.

Fue gigantesco ese 1º de mayo. Hay un antes y un después de ese 1º de mayo. ¿Qué te parece? ¿El 1º de mayo fue fruto de la espontaneidad o fue fruto de un proceso…?

“Por generación espontánea NO”

No. En estas cosas no hay espontaneidad. Es más, yo creo que en el Uruguay no hay espontaneidad, en Uruguay nosotros nos caracterizamos por trabajar.

El 1º de mayo de 1983 fue el fruto de confluir todas las fuerzas, trabajamos en todo lo que podíamos meternos, nos metíamos, hasta en las elecciones internas de 1982. En todo ámbito donde había alguien haciendo algo o protestando, ahí había un miembro de la Juventud o del Partido Comunista o de los sindicatos y trabajando en pos de que aquello creciera; y cuando se marca el objetivo del 1º de mayo del 83, de que había que salir a la calle.

Hubo varias instancias de desproscripción tanto de las organizaciones políticas como de los sindicatos. Fueron varias, desde la propia venida de Wilson, antes los diversos 1º de mayo esporádicos que íbamos haciendo. Primero que se hicieron durante toda la dictadura, pero ya los últimos que eran un poco más masivos… ¡Nos “prestábamos” los compañeros! Los trabajadores de un área pública o privada, iban a un lado u otro a leer algo o a presentarse solamente, para estas cuestiones de los 1º de mayo.

Fueron muchos 1º de mayo previos, fue mucho trabajo previo que confluyó ese día. Por generación espontánea NO.

Te lo preguntamos, porque hay algún dirigente sindical que ha dicho que como estaba en el estrado, no sabía de dónde venía tanta gente. Se da de bruces con lo que acabas de decirnos.

Nosotros traíamos ómnibus y camiones desde todos lados. ¡Preparamos el 1º de mayo! Juntamos plata para el 1º de mayo y sabíamos quienes iban a venir de cada lugar.

Tal vez-esto es una interpretación mía- como tu pertenecías a una organización que había luchado toda la dictadura y que de alguna manera tenía la información centralizada de todo lo que se hacía y como tenía presencia en muchos lugares, tal vez los integrantes de esa organización juvenil o no, tenían esa percepción, de que eso no era fruto de la casualidad. De repente otro compañero que militaba en un lugar solo, era un militante sindical pero no tenía una organización que lo respaldara…capaz que no entendía por qué había tanta gente.

“¡De espontáneo poco!”

También…puede ser esa la razón. Muchos trabajadores se sorprendían con la documentación que nosotros sacábamos de los lugares. ¡Eran de todos los lugares! No eran fotos viejas, sino del momento. Había habido un esfuerzo de llegada a esos lugares para mostrar las condiciones en que se atendía, en las condiciones en que se daba de comer a los pacientes. Como Salud Pública era el mayor prestador, como suele decirse hoy. Era una medicina para pobres, que no es el caso de hoy. En los últimos años se ha avanzado muchísimo. De todo punto de vista, no sólo tecnológico, sino hasta de “hotelería” que es lo más malo que ha tenido Salud Pública. En condiciones y en condiciones laborales.

Y eso fue todo un esfuerzo de toda una vida. La Federación de Funcionarios de Salud Pública, yo no tengo memoria de haber parado, si paró, paró tres o cuatro años de funcionamiento. Puede haber parado 3 o 4 años.

Pero cuando nosotros ingresamos, que éramos jóvenes, de la misma edad que tenían los compañeros que estaban en el exilio o estaban presos, de salud pública. Nosotros todo el tiempo reivindicábamos a los compañeros presos. Cada actividad que hacíamos, tenía el nombre de un compañero preso o de un compañero en el exilio. Teníamos mucha vinculación y muy apegados a la historia de la Federación de Funcionarios de Salud Pública, a las conquista de la asistencia integral de los 60, a la conquista de las 6 horas, a la conquista de mayor horario. Estábamos muy vinculado a esa historia previa y siempre los teníamos de banderas a estos compañeros y siempre esos preceptos. Siempre recogíamos cosas que nos habíamos enterados que habían dicho.

Nos reuníamos con los que iban saliendo de la cárcel, nos reuníamos y los incorporábamos al sindicato. Los que luego empezaron a venir del exilio, también se incorporaban al sindicato. Nosotros en ese sentido resolvimos parte de las distintas vertientes en esa unión. ¡Estaban todos! Estaban los viejos previos al 73. Estaban los que estuvieron en la clandestinidad que los fuimos conociendo.

La Federación de Funcionarios de Salud Pública siempre tuvo esa característica de nivel nacional y de conservación de los valores más íntimos de la Federación. Era dueña de algunos locales, como lo es hoy. Dueña de algunos locales en el interior del país, o eran cedidos por Salud Pública. O sea, había un reconocimiento de la Federación.

Nosotros andábamos en la calle con las banderas. Teníamos las banderas guardadas, así como teníamos la de la Juventud Comunista que era mucho más chiquita-por desgracia-, la de la Federación, todas teníamos una bandera en la cartera, o en el bolso. Íbamos a cualquier lado, cualquier “explosión” que hubiera en la calle por lo que fuera, sacábamos las banderitas. Y así andábamos con las banderitas por la calle, ¡todo el tiempo!

De alguna manera creo que era fruto de todo eso, que fuimos trabajando. ¡De espontáneo poco! – y hace una guiñada-.

Volvieron a llamar y luego retomamos con la pregunta sobre Miguel Mato. Integraba la dirección de la UJC, había sido obreros del cuero y FUNSA. Siempre se dijo que era de la Juventud, lo que pasa, como los golpes eran continuos, la juventud fue relevando al partido. Y vos sos un ejemplo de eso.

“No, no, Miguel era distinto”

Yo a Miguel lo conocí cuando era miembro de la Juventud- Juanita empieza a emocionarse, y casi no le salen las palabras-; luego de una breve pausa y con lágrimas en los ojos continúa: era un tipo muy agradable- pa, me estoy matando y se agarra el cuello-, te hablaba con mucho cariño, con mucho afecto, con mucha tranquilidad, jamás se ponía nervioso, te miraba permanentemente, te atendía. Miguel era como raro, Miguel era un caso extrañísimo…subías la ómnibus, bajabas del ómnibus, te dejaba pasar primero, te agarraba la mano para ayudarte a bajar del ómnibus. Eso era raro en aquella época, porque nosotros decíamos que éramos todos iguales, ninguna cosa de que te voy a traer un caramelo o una flor, que te vayan a pagar la cuenta del boliche, no, pagaba cada uno lo suyo, dividíamos a media. No, no, Miguel era distinto.-suena el teléfono.-

Retomamos. Este relato va a salir por primera vez. Nosotros tenemos la idea de escribir un capítulo, que está dedicado a Félix Ortiz, sobre el que hicimos varios reportajes. La idea que tenía Pacella que decía siempre que hay que transformar la foto de un desaparecido en un ser humano. Por eso venía la pregunta…

Me acuerdo de Miguel una vez. Yo vivía en Capurro, pasa la Ruta 1 ahora, entonces nosotros nos tuvimos que mudar de casa, pero siempre de la misma acera, porque de Capurro mi viejo no se quería ir, hasta que vino para acá. Nos mudamos a otra casa. Esa casa quedó, y vivía mi tía ahí, en Santiago Lavandera- el otro anónimo le aclara que José era de Capurro también, de la calle Progreso, en la zona de la seccional 14-.

 Ahí, a veces hacíamos alguna reunión y teníamos un hectógrafo y un planograf, y muchos de los textos que imprimíamos los hacía Miguel previamente. Lo hacíamos en la casa de mi tía, que estaba “loca”, estaba loca y ella veía gente, claro, si veía gente, pero era de verdad que veía gente. Mi medre decía que estaba loca, pero ella veía gente; claro, como además tenía manía persecutoria. Bueno, y Miguel iba a esa casa.

¿Tenés idea de que año estamos hablando?

Eso fue por el año 1980-81. En enero de 1982, cuando yo tengo una visita especial con el que era mi marido, Edgardo; y él en el banquito de la visita especial al oído me dice si yo había conocido a Miguel Mato Fagián, y no me acuerdo como le decíamos en esa época., no me acuerdo el apodo. Yo le dije que no sabía de que me estaba hablando y él me dijo que a él le preguntaron por vos. De dónde había sacado eso, yo se que no lo soñé, estoy segura que Edgardo me lo dijo. Esas cosas a veces en la cárcel se saben, por algún lado se filtró.

Recuerdo que cuando me voy de Tienda Inglesa, porque me habían ido a buscar los milicos, me acuerdo que cuando yo se lo comento al compañero de la Juventud, que era el vínculo que tenía con Miguel. Él me dice que me vaya de mi casa, me acuerdo, por lo tanto fue mucho antes que nos conociéramos.

Me acuerdo que Miguel me dio las opciones de dos o tres lugares; yo le dije todo que sí, y agarré para otro. A mí me costaba mucho el hecho de pasar a la clandestinidad, me daba miedo, enseguida pensé: si paso a la clandestinidad me llevan presa, no se, igual me podían llevar presa igual. Discutí mucho. Me acuerdo que me habían puesto un apodo que nunca lo usé, porque yo no podía de dejar de ser Juanita, porque si bien me llamo Juana, al año y medio yo me había bautizado Juanita y ese Juanita, incluso hasta el día de hoy, a veces me equivoco y firmo como Juanita.

Yo no podía dejar de ser Juanita, además yo era pública, estaba militando sindicalmente, era una persona pública, ¿cómo pasaba a la clandestinidad?, y además era tan inconsciente que no tenía todavía miedo, no me había dado cuenta del miedo. Obviamente, sabía lo que le pasaba a la gente. Yo milité con la Gallega Antonia, había sido un par de veces vínculo. Me acuerdo de haber visto a la Gallega y a la semana cayó.

Vos veías que iban cayendo a tu alrededor. Nos vimos por el Parque Batlle. Cuando yo reparto material con la cara de la Gallega, ahí me entero que se llamaba Antonia

En el Liberarce aparecía una semblanza de los héroes de la Juventud.

Ahí estaba ella y hacía una semana que había caído. Yo había estado con ella, era como una cosa muy rara. Yo veía eso y enseguida me dije no, me fui sola para el Cerro a una casa de una amiga que era funcionaria pública, que tratamos de levantar el sindicato en Antel con ella y lo hicimos. No me acuerdo como se llama. En ese momento tuvo un hijo me acuerdo y me dijeron que era su madrina y ahora no me acuerdo ni el nombre del niño. Nunca más los vi.

Además yo tenía que ir al Penal, yo iba a Libertad desde el año 1980. Yo tenía que ir al penal. Si faltaba de mis actividades, sentía que la iba a quedar. Fueron a mi casa a buscarme y mi madre les dijo que hacía mucho tiempo que no vivía ahí, que había habido un problema familiar. Por suerte esa supuesta clandestinidad me duró 15 días. La juventud después de esos 15 días me dice: “negra” no pases a la clandestinidad. Había sido bastante premonitorio lo mío, yo pensé que era mejor que no pasara a la clandestinidad. No deje ninguna actividad.

Volví me acuerdo, que la primera actividad fue en AEBU, estaba con una reunión sindical. Y no faltando al Penal. No podía faltar al Penal. Las visitas y las requisas eran más jodidas, a Edgardo lo sancionaron varias veces.

Para las elecciones internas habíamos hecho todo el material apoyando el voto programático. Estaba todo el tema de la convergencia. Nos reuníamos con los blancos. Hicimos miles de volantes, era un paquete enorme de Patricia y Acapalete promoviendo el voto programático para noviembre, los teníamos hechos, prontos. Los estábamos trasladando a los distintos puntos de Montevideo para ser repartidos. Mandarlos por carta; en varias modalidades, por carta, por debajo de la puerta, con sobre, con dirección inclusive, de que llegaba por correo postal, los volantes. Teníamos todo pronto, cuando salimos a la calle viene la contramarcha del voto en blanco.

Era increíble, teníamos todo el material hecho. De un día para el otro, qué hacemos con este material. No teníamos tiempo de hacer más, porque el sistema de impresión era muy lento. ¿Cómo hacíamos más propaganda? Pero teníamos que acompañar el proceso y además con la mentalidad de reciclar todo y no tirar nada…Yo junté cuatro gurisas jóvenes y gurises y ¡cortamos uno a uno la parte del voto programático! La cortamos pero como todo lo demás servía, lo dejamos y cortamos donde decía el voto programático. Toda la noche trabajamos sin dormir, a café y refuercito y ravioles. ¡Trabajamos toda la noche!, porque al otro día había que entregar esos volantes. Subíamos a los ómnibus y llevarlos porque todo se había atrasado. Me acuerdo que hice paquetes como s fueran tortas envueltas, nos dividimos los paquetes como se fueran tortas y subíamos a los ómnibus. Ahí empezamos a tener miedo. Los repartimos por pueblo Conciliación y en distintos lados.

No es casualidad hablando de la Juventud, que es una historia que está en el debe, todavía nadie se ha puesto a hacer la historia de la UJC. Porque si hubo una juventud que fue la juventud de la resistencia fue justamente la Juventud Comunista. No es casualidad de que varios de los secretarios generales de la clandestinidad salieron de ahí. O de la dirección en general. Para mencionar algunos: Jorge Mazzarovich, León Lev, José Pacella, el “gordo” Ramón Cabrera, la “gallega” Antonia Yañez. Era permanente el relevo. Como vos fuiste relevo digamos en lo específico tuyo, a otros les pasó lo mismo. El papel que jugó la juventud. ¿Del año 1983 qué cosa te marcaron? Además del 1º de mayo.

La represión del 9 de noviembre de 1983, cuando arremetieron con los caballos contra la gente manifestando por 18 de Julio. Reprimieron hasta dentro de los boliches. Fue un poco antes del acto del Obelisco. Marcó también un antes y un después. Estaban todas las calles laterales cerradas por los milicos. La gente salió igual a la calle sabiendo que la iban a reprimir. Fue después que metieron presos a los “Otorgueses”. En la preparación del aniversario del golpe le pegan a la UJC, fue el último golpe represivo contra la Juventud Comunista.

Esa movilización a mi me marcó. En agosto había sido el caceroleo y en setiembre la marcha de los estudiantes. Fue un año muy movido. Que ahora se cumplen 30 años de ese año.30 años. Fue muy movido. Yo me acuerdo de algunas cosas y de otras no tanto.

¡Vos no tenés ni idea de todo lo que hicieron! Salió redondo.

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