Ruben López
El Chasque 176
28/02/2025
Leyendo el libro, Hijos de Africa de Roberto López Belloso, la experiencia de la brigada de comunistas uruguayos en Angola.1
Y es una caricia en el alma para quienes abrazamos la causa de la humanidad, para quienes comprendimos a través de Marx, que la clase obrera, aquellos que crean con su trabajo toda la riqueza en el mundo son -o deberían ser- los verdaderos “amos” de su universo. En vez, son quienes producen, para que otros, pocos, gocen los beneficios.
Esta crónica documenta lo que hombres, mujeres y niños fueron capaces de entregar, CON EL ÚNICO INTERÉS DE APORTAR A QUIENES LUCHAN POR SU LIBERACIÓN, ayuda y mucho a combatir las ideas que cierto “progresismo” moderno nos quiere vender cuando constata que “el mundo ha cambiado mucho” y por tanto las ideas de redención de la humanidad y del trabajo como la esencia del Hombre, deben dejar paso -aceptando el mundo tal cual es- a la adaptación al mismo.
Lo inevitable de la Propiedad Privada, de los Grandes Capitales, del enriquecimiento ilimitado de unos pocos, y como consecuencia, la pauperización de los trabajadores y la condena de miles de millones a la indigencia y a las más indignas formas de sobrevivencia que la historia nos haya dado.
¡Cómo no volver a creer en el ser humano!, después de ver a este grupo darlo todo por “nada” (material), que en realidad es mucho: la vida al servicio de un pueblo; la revolución es un acto de amor, decía el Che. No eran sólo los comunistas uruguayos, claro, la fuerza fundamental fueron las decenas de miles de cubanos, además de soviéticos, yogoeslavos, rumanos, vietnamitas, sudafricanos, etc. Todos, o la mayoría, motivados por el internacionalismo, sabían que su causa nacional está ligada a la de cada pueblo en el mundo.
Uruguay un pueblo en lucha
Parece que a los uruguayos en Angola se los identificaba no ya a través del fútbol, sino por una consigna: “Uruguay un pueblo en lucha”, que repetían allí (como en todo país donde hubiera exiliados). Sabían que su solidaridad con un pueblo en lucha contra el imperialismo, ayudaba de una manera u otra a su propia lucha contra la dictadura uruguaya y las de otros países de América Latina. Miles de uruguayos, expulsado por sus ideas, en el exilio vivían de cara al Uruguay
En el mismo momento que estos camaradas ejercen su solidaridad internacionalista en Angola, junto a otros miles de uruguayos, yo estaba en el Penal de Libertad.
Si, aquí en el país se luchaba, miles y miles pasaban por la prueba de la tortura en los cuarteles, por la prisión en los mismos cuarteles o en los Penales de Libertad y Punta de Rieles, otros tantos mantenían la llama de la resistencia en la dura clandestinidad, ilegal, semilegal o aprovechando cualquier resquicio que permitiera un acto de resistencia, desde un cumpleaños hasta la reivindicación ante un abuso patronal, desde la cultura, en el teatro, el cine, el carnaval a la lucha por la vivienda con FUCVAM.
El NO de 1980, las elecciones Internas de 1982, el voto en blanco, en 1983 el 1º de mayo tras el surgimiento del PIT, en setiembre los estudiantes y en noviembre el Rio de Libertad del Obelisco. En fin, sólo algunos mojones que marcaron la resistencia, desde el primer día con la Huelga General y la gran manifestación del 9 de julio.
¡Cómo no volver a creer! Si fueron (fuimos) capaces de dar la vida por ese sueño de una humanidad sin explotados ni explotadores, no la vida en un minuto, sino cada minuto de la vida, que parece igual, pero no es lo mismo.
La vida de los comunistas con sus familias y los niños en Angola, que eligieron esa forma de lucha, tan difícil, tan distinta, con tantas carencias y peligros, lo hicieron por una idea, por un sentimiento muy fuerte.
Al militante comprometido y convencido de la justicia de su lucha nada lo detiene, su objetivo no es la ventaja personal, es un mundo nuevo, un Hombre nuevo, que debemos construir entre todos. No se puede decretar, no se puede hacer desde afuera, no se puede ordenar, debe ser conciente, la disciplina que viene desde cada uno, no impuesta por un reglamento o por la fuerza.
Por eso se hace invencible, por eso es esencial pensar con “cabeza propia”. Por eso, cuando se pierde el objetivo, se abandona o se renuncia al protagonismo de los trabajadores y el pueblo en la dirección de los procesos revolucionarios, en la toma de las decisiones, esos procesos son ganados por oportunistas que sustituyen a las masas.
La vida de las familias y los niños de los presos políticos, de los militantes clandestinos en la prisión interior que era el Uruguay entero, era distinta pero no carente de angustias, problemas, represión. Siempre he pensado que los presos teníamos al menos “casa y comida” asegurados, mientras las familias debían ganarse todo para una vida decorosa con sus hijos y la atención a los detenidos, las visitas, el “paquete”, la sonrisa, el disimulo de las dificultades propias para no afligir a quienes estaban tras las rejas.
¡Cómo dejar de creer!
No querría que estas palabras fueran tomadas como un recuerdo sensiblero de un viejo militante “sesentista”, malhumorado incluso, porque no se cumplieron sus sueños.
No, estas palabras quieren ser todo lo contrario. Una evocación, una reivindicación del internacionalismo bien entendido, de la capacidad del ser humano, de adoptar “la ideología del proletariado” sin prejuicios, de luchar por un nuevo orden social, por nuevas formas de poder popular, que entierren para siempre el sistema dominante que sólo trae horror a la humanidad.
Ese sitema ya cumplió su ciclo. No se puede decir que el capitalismo ha dado mucho a la humanidad: la ciencia, los alimentos, las medicinas, transporte, vivienda, servicios fantásticos.
¿A alguien se le ocurre darle a la sociedad esclavista que existió hace 2.000 años un certificado de buena conducta humana, porque tenía ciudades, vivienda, comida, filósofos, matemáticos, en fin, mucho más avanzada que la comunidad primitiva con su precariedad total?
Hoy hay quienes sostienen que debemos agradecer y mantener el capitalismo porque ha traído la civilización al mundo. Pero ignoran u ocultan que no son los capitalistas quienes han traído el progreso, se engañan y nos engañan, porque la producción, la ciencia, toda la riqueza es creada por el trabajo no por los propietarios (cosa que también sucedía en la sociedad esclavista y feudal). Hoy esa mentada civilización tan solo le llega al 10% de la población mientras ¾ sobreviven entre la pobreza y la indigencia. 4.000 millones con con menos de 7 dólares diarios.
Por tanto, la cantinela progresista y/o populista de izquierda que nos dice que el mundo cambió -cosa que es cierto-, y hay que olvidar las teorías y las ideas, adaptándose al mundo real (es lo que hay valor) y rindiéndose al dogma de Margaret Thatcher: There is not alternative (No hay alternativas al capitalismo), sólo ayuda a sostener el régimen de explotación vigente, sin permitirnos buscar verdaderas alternativas, con el protagonismo popular.
El “sesentismo” o una época de explosión revolucionaria en el mundo. Después de la 2ª Guerra Mundial, el papel que juega la Unión Soviética derrotando prácticamente sola a las tropas de Hitler en el frente del Este europeo, formación del Campo Socialista en Europa del Este, la Revolución China (1949), la Guerra de Corea (1950-1953) la primera que no gana EE.UU, Liberación de Vietnam del Norte de Francia (Dien Bien Phu-1954), Revolución Cubana (1959), Proceso de descolonización de Africa (1955-1975), Triunfo de Vietnam expulsando a los Yanquis del país (1975).
No reivindicamos una época para volver a ella como si nada hubiera sucedido. Reivindicamos las ideas, la experiencia en la lucha, la posibilidad y la necesidad de aprender de los errores y los aciertos del movimiento revolucionario, de las revoluciones del Siglo XX -de sus éxitos y sus fracasos-.
La otra manera, que muchos progresistas y populistas de izquierda plantean, que el socialismo real fracasó y sólo queda “mejorar el capitalismo”, es la renuncia, la traición a la clase obrera, a los pueblos que lucharon y luchan, es también abandonar a los compañeros que ya no están, que entregaron su vida (aquí y en todo el mundo).
No es sólo el derecho a la verdad y la justicia, por nuestros muertos y desaparecidos, el verdadero homenaje es continuar su lucha, no sólo meter en prisión o condenar a los esbirros fascistas, perpetradores directos de los crímenes de la dictadura, sino enjuiciar y condenar a los responsables últimos del terrorismo de Estado, de la represión sin límites, impuesta para defender sus privilegios, de la Oligarquía criolla y el Imperialismo, para frenar el crecimiento del movimiento popular.
Pues ahora, con ministros del gobierno progresista que defienden la desindexación de los salarios, es decir que aumenten por debajo de la inflación, nos acercamos peligrosamente a las ideas dominantes de defender primero a los “Malla Oro”, a los detentadores del poder económico, para que puedan incrementar su tasa de ganancia (o se van donde los traten mejor, buscan otros gobiernos que repriman a sus trabajadores para su beneficio).
Las debilidades en la construcción de una nueva sociedad
Esto también aparece en “Los Hijos de Africa”.
Es un elemento que también trata esta crónica, que atraviesa todas las revoluciones del Siglo XX.
La entrega, el heroísmo, el desprendimiento personal, las convicciones, capaces de vencer, de hacerse invencibles ante el enemigo, “enfrentar las torturas, las balas o la muerte”, de superar todas las dificultades. Podemos mencionar algunos como Julius Fucik o el Che, pero ni un millón como ellos podrían haber producido tal avance revolucionario de la clase obrera y el pueblo en el Siglo XX.
En Octubre de 1917, derrotando a la Rusia Zarista en la primera revolución proletaria del mundo, después a la intervención de 14 estados imperialistas, después aislada y destruida la URSS logró levantar su economía, creciendo por encima del resto del mundo por más de una década, de tal manera que cuando fue invadida por la Alemania de Hitler, la derrotó en toda la linea en apenas 4 años a costa de más de 25 millones de muertos.
En China, Corea, Vietnam, Africa, Cuba, y toda la resistencia en América Latina y Asia.
Miles de millones incorporados a la lucha contra la explotación y el imperialismo, determinados a terminar con el capitalismo, han hecho avanzar al mundo hacia un lugar más amable para vivir.
¿Cómo esa entrega, heroísmo, desprendimiento personal y convicciones profundas, pueden transformarse en su contrario?
¡En egoísmo, individualismo, crueldad, avaricia, corrupción!
Ese elemento que se menciona en Angola y que estalla en el campo socialista unos años después.
Nos preguntamos, ¿cómo aquellas fortalezas se transformaron en debilidades?
Una respuesta simple sería decir: los seres humanos nacen así, egoístas por naturaleza, es parte de su ADN.
Nosotros pensamos que como el Hombre es un ser social y sólo puede haber sociedad a partir del Trabajo (que sólo se concibe social), tal cual lo expresara Marx, el hombre “no vive como piensa, sino que, piensa como vive” (sin ningún tipo de determinismo), es decir las condiciones materiales de vida explican una forma de pensar, no la determinan. El matiz es muy importante, porque los vulgarizadores de Marx, tanto a derecha como izquierda, tergiversan la idea sosteniendo que si vives en el mismo lugar debes pensar igual.
Aquellas fortalezas se forjaron en la lucha colectiva contra el capital, desde los sindicatos, las organizaciones sociales, los partidos políticos (Lucha de clases), con diversos métodos, formas y medios de lucha, que van formando el pensamiento, creando conciencia de la necesidad de la unidad de las clases subalternas, de su organización, para en última instancia dejar de pelear por simples reivindicaciones dentro del sistema y comprender que hay que transformar el Sistema Capitalista, superarlo, un nuevo Orden Social.
Esta es la parte que parecen no comprender los progresistas, los populistas de izquierda. Se pretende que un buen equipo de técnicos, economistas, sociólogos, politólogos, etc., cual nueva alquimia, transformarán el capitalismo real (con su tendencia creciente a la concentración de la riqueza y multiplicación de la pobreza), en una potente sociedad justa y solidaria donde el capital colabore con el trabajo. El PIT CNT plantea, “por un país productivo con justicia social” -si, pero difícil dentro del capitalismo-.
Esta utopía reaccionaria tiene más de dos siglos.
Primero levantada por los propios capitalistas (lo denuncia una cita de Marx a mitad del Siglo XIX 2), después por una parte de la Socialdemocracia europea a fines del Siglo XIX, representada por Bernstein (del cual da cuenta Rosa Luxemburgo3:La lucha por reformas es el medio; la revolución social, el fin.), después la respuesta de Occidente a la Revolución Rusa y el Campo Socialista que lleva adelante el Estado de Bienestar en la posguerra hasta los años de 1970, sus 30 años dorados donde ganancias y salarios aumentaron constantemente. Esto terminó, con Nixon abandonando el patrón oro (35 dólares la onza, hoy está a casi 3.000), y la derrota de EE.UU y su precipitada retirada de Vietnam en 1975.
Ya no fue posible mantener la tasa de ganancia y en la década de 1980 Reagan y Thatcher cambian el rumbo y el neoliberalismo se impone con la consecuente caída de los salarios de los trabajadores en todo el mundo y la mayor concentración de la riqueza, que hoy continúa.
Ahora la misma teoría es reivindicada, reflotada por el progresismo en base a que el mundo cambió, denostando a quienes llaman “sesentistas” porque se quedaron en el pasado dejando de ver lo nuevo en la sociedad actual.
No se termina de entender, pero no es con medidas, planes, técnicos, economistas con sólidos conocimientos, dirigentes lúcidos, amplios, flexibles, un Presidente y un Consejo de Ministros impecable, que construiremos “un país productivo con justicia social”.
Todo eso es necesario, pero sólo una correlación de fuerzas favorable a las clases subalternas, movilizadas, organizadas, unidas, concientes de su papel y una organización política clara de cual es el enemigo -que es muy poderoso, esto lo saben porque tratan de evitar enfrentarlo- cuya tarea es como planteara el General Seregni (cosa que los seregnistas de hoy ocultan): “desplazar del poder a la oligarquía y llevar el pueblo a gobernar”.
Ello implica, y aquí hay algo que podemos coincidir con el Progresismo y aprender de los errores que llevaron al fracaso al socialismo en Europa del Este: Ni éstos -tampoco la socialdemocracia que criticó la falta de democracia en la URSS- llevaron realmente “al pueblo al gobierno”, pues eludieron el protagonismo popular, impidieron que trabajadores y pueblo participaran efectivamente de la toma de decisiones, mediante mecanismos democráticos superadores de la democracia representativa que otorga el Poder por 5 años a una sola persona, extendiéndole un cheque en blanco para que haga y deshaga a su antojo (Lacalle Pou por su sola voluntad entregó el Puerto por 80 años, aprobó un proyecto para el agua en contra de toda la ciencia e hipotecó las finanzas de OSE por 900 millones de dólares, por ej.)
Las revoluciones triunfantes, después de increíbles esfuerzos y sacrificios, lograron en mayor o menor medida arrebatarle el Poder económico a la clase burguesa dominante, que a través del Estado pasa a ser propiedad de la Sociedad en su parte fundamental, en los sectores estratégicos. Estaban dadas las condiciones materiales para profundizar la democracia política y económica, donde las decisiones sobre su destino sean resueltas por los propios interesados, los trabajadores.
¿Que lo impidió?
¿Que pasó en aquellas sociedades, que fueron campo fértil para generar las ideas contrarias a las que la generaron? Porque si somos coherentes, debemos reconocer que la vida material y las relaciones de producción en ese proceso, favorecieron el surgimiento de la conciencia social y las ideas de esa época en contra de los intereses populares. 4
La falta del protagonismo popular, a nivel de masas y a nivel del Partido, que usurpó de manera burocrática el poder del pueblo, depositándolo en un pequeño núcleo del Comité Central. Esto produce que en vez de control de abajo hacia arriba, se establezca de arriba hacia abajo, con un excesivo poder de la más estrecha dirección y de los cuadros intermedios sobre sus subordinados directos y sobre el Estado, la población o el Partido en cada lugar. Se impone el “ordeno y mando”, la burocracia, la imposibilidad del control social, cierta impunidad, el amiguismo, el clientelismo, el “sociolismo” (llamaban en Cuba al intercambio de mercancías bien o mal habidas para satisfacer necesidades), finalmente la corrupción como epílogo de una total pérdida de valores, los valores que justamente hicieron posible los cambios.
¿Cómo aquellos hombres y mujeres que lo dieron todo para producir una revolución que cambió el mundo, no fueron capaces construir y sostener un nuevo orden social?
¿Y cómo esta situación se produjo en mayor o menor medida en las distintas experiencias socialistas?
Estas preguntas los sectores socialdemócratas y progresistas las responden de hecho, reconociendo que no somos capaces, que trabajadores y pueblos, las clases subalternas no están en condiciones de gobernarse, que el pueblo no puede gobernar. Algunos lo fundamentan, otros solamente lo practican, con encendidas propuestas para mejorar el capitalismo, y ¿domesticar a la burguesía, a las Oligarquías, a los grandes consorcios internacionales, al imperialismo?
Convencer a Trump, Milei, Bolsonaro, Le Pen? O a Macron, el inglés Starmer, el alemán Merz, el español Sánchez?
Un nuevo orden social, nuevas formas de propiedad y gestión social, un nuevo tipo de poder popular es necesario.
No es una tarea fácil. Pero la respuesta no puede ser la renuncia a la lucha, la claudicación, el liquidacionismo del movimiento por la liberación, bregar por una democracia que realmente tenga como protagonistas a los sectores populares.
Porque las respuestas desde el liberalismo burgués, la socialdemocracia o el progresismo latinoamericano, no han sido capaces de frenar a las fuerzas del gran capital, redistribuir el ingreso, por el contrario la crisis y las contradicciones se profundizan. Y cada fracaso en ese sentido ha provocado el efecto contrario, grandes masas pauperizadas, confundidas, con desesperación han buscado una salida en las propuestas demagógicas de la ultraderecha y el fascismo.
En el libro que comentamos, se transcriben estos dos extremos, por un lado la entrega a una causa sin esperar retribución material y por otro el comienzo en Angola de luchas internas, donde al final se imponen las fuerzas liberales, que vía mercado van a medrar y llevar al MPLA hacia la corrupción, el capitalismo, la traición a los ideales, y al pueblo, claro.
En la página 50 dice: el ala progresista-socialista..,defienden “una progresión firme hacia el socialismo…en lucha cerrada contra lo que llamaban prácticas contrarrevolucionarias, como el mercado paralelo, el ausentismo laboral, el desvío de la producción y el no cumplimiento de las metas de producción”
Pag. 90 -Si bien se condenan las “prácticas contrarrevolucionarias”, “muchos dirigentes angolanos inician su camino hacia su transformación en empresarios”.
Pag. 128 – “los nuevos empresarios que van naciendo en los intersticios del Poder Popular, amparados en los avances de los ·liberal-nacionalistas”
Así, tras su triunfo, la revolución es derrotada por el Capital, desde dentro, por el acomodo, la corrupción, los intereses particulares.
Una nueva oportunidad para el Uruguay
El 1º de marzo de 2025 se cumplen 40 años de la recuperación democrática, la asunción al gobierno de Sanguinetti tras su triunfo en noviembre de 1984, e inicio del cuarto gobierno progresista.
Qué podemos esperar?
En un mundo convulsionado.
La agudización de la crisis del imperialismo, en especial la debilidad económica de USA, enfrentado a China, Rusia y los BRICS+ que bregan por un mundo multipolar. La debilidad mayor aún de Europa que cada vez más gira en la órbita de USA, agravada por la guerra Rusia-Ucrania.
Se profundiza la crisis de la democracia burguesa, incapaz de resolver las contradicciones económicas y sociales, avanzan las fuerzas de ultraderecha y del fascismo, ante la incapacidad de la izquierda de ponerse del lado de los trabajadores y los sectores productivos pauperizados por el gran capital.
Un genocidio en vivo, se trasmite casi en tiempo real, sobre el pueblo palestino, por parte del Israel de Netanyahu.
Por otro lado Africa se sacude en lucha por su segunda independencia, en el Sahel varios países expulsan a los países imperialistas y recuperan sus riquezas naturales.
En América Latina también se resiste, México nos da una lección de cómo llevar adelante un proceso de transformación, resistiendo las presiones del imperio, con profundidad democrática, apelando al pueblo y poniendo diversos instrumentos en sus manos, como el manejo de los fondos de las Escuelas, las policlinicas, etc.
Pero estas contradicciones, con un mundo multipolar que nace, también son una oportunidad para nuestro país y el nuevo gobierno, si se toman las decisiones correctas para fortalecer el desarrollo nacional a través una mayor participación popular, alternativas a las grandes inversiones privadas extranjeras que sólo extraen la riqueza y roban el trabajo nacional.
Las palabras de la futura Ministra de Industria, Fernanda Cardona, arrojan esperanza sobre la posición del gobierno en torno al desarrollo, en defensa de la soberanía nacional, de los trabajadores, de los productores nacionales y de todo el pueblo en defensa de una vida digna:
“Rechazó la visión neoliberal que considera al Estado como un “gran Leviatán” y sostuvo que las grandes innovaciones han sido impulsadas por la inversión pública. “No sólo en China, sino también en Estados Unidos, donde Internet fue financiado con recursos públicos. Lo mismo ocurrió con los principales avances en salud”. …enfatizó la importancia de rediscutir el rol del Estado, que debe actuar como inversor y co-inversor. “Eso no significa que no haya asociaciones público-privadas, pero lo fundamental es que el Estado dirija, actúe y trabaje junto al sector privado, definiendo hacia dónde queremos ir. No podemos creer que el mercado, por sí solo, resolverá todo”, advirtió.”
Hay que impulsar el desarrollo económico y social, apostando también a otras formas de propiedad y gestión social, eficientes y con una mayor participación social (Estado más Trabajadores o Estado y sus Empresas, más productores, mas trabajadores, más comercio, más servicios).
Promover conglomerados en áreas estratégicas, beneficiosas para el país, sustitución de importaciones, Plan de vivienda -bajar sus precios-, el transporte multimodal, seguridad alimentaria -la granja, carne, industrialización, exportación-, etc.
Como se planteó en el evento del PIT CNT, las Empresas públicas, su fortalecimiento y coordinación con la Economía Social, Cooperativas, Asociaciones, la Comunidad en el territorio, Micro, pequeñas y medianas empresas, son un elemento esencial para el desarrollo armónico.
Los trabajadores y la comunidad en el territorio deben ser parte esencial de este proyecto de país.
Es un elemento que ha estado ausente, en el discurso oficial, en el programa, también en este Encuentro con los trabajadores en el PIT CNT.
Ampliar la participación pública a nuevas formas de asociación con trabajadores, productores, comercio y servicios, donde el Estado pueda realizar una inversión en gestión compartida con los trabajadores.
No funcionarios públicos a cumplir un horario, sino trabajadores comprometidos con los resultados, la eficiencia, la rentabilidad, el cuidado de los dineros públicos invertidos, a la vez que se promueven puestos de trabajo calificados y mejor remunerados, pasando a ser protagonistas.
Otro protagonista que debe ser llamado a la participación de este proceso es la Comunidad organizada en el territorio, los infinitos ámbitos donde se desarrolla la actividad en los pueblos y barrios de las ciudades. Convertir estos lugares naturales de encuentro ciudadano, de expresiones reivindicativas y reclamo de legítimos derechos, en motores para su resolución, soluciones locales a la problemática común, en temas tan amplios como la Seguridad, la Salud, la Educación, la Vivienda, los Cuidados, el Deporte, la Cultura y ayudar a resolver problemas urgentes, el alimento, la atención a la infancia, las situaciones de calle, etc.
Promover e impulsar fuentes de trabajo locales, huertas familiares, economía circular, reciclaje, reparaciones de vivienda y otros, cuidados, etc. con el apoyo de instituciones y los municipios, desde la Comunidad, con la participación activa de los vecinos.
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En las redes se difunde una anécdota de Engels, que grafica el razonamiento que expresamos aquí:
1Hijos de Africa -Roberto López Belloso. Fin de Siglo. Junio de 2024
2 “Es un hecho notabilísimo el que la miseria de las masas trabajadoras no haya disminuido desde 1848 hasta 1864, y, sin embargo, este período ofrece un desarrollo incomparable de la industria y el comercio. En 1850, un órgano moderado de la burguesía británica, bastante bien informado, pronosticaba que si la exportación y la importación de Inglaterra ascendían a un 50 por 100, el pauperismo descendería a cero.
Pero, ¡ay! el 7 de abril de 1864, el canciller del Tesoro [*] cautivaba a su auditorio parlamentario, anunciándole que el comercio de importación y exportación había ascendido en el año de 1863 «a 443.955.000 libras esterlinas, cantidad sorprendente, casi tres veces mayor que el comercio de la época, relativamente reciente, de 1843». Al mismo tiempo, hablaba elocuentemente de la «miseria». «Pensad —exclamaba— en los que viven al borde de la miseria», en los «salarios… que no han aumentado», en la «vida humana… que de diez casos, en nueve no es otra cosa que una lucha por la existencia». No dijo nada del pueblo irlandés, que en el Norte de su país es remplazado gradualmente por las máquinas, y en el Sur, por los pastizales para ovejas.” (Marx. 1964- Manifiesto Inaugural de la Asociación Internacional de los Trabajadores)
3 “Pero en este caso particular este conocimiento es doblemente importante para los obreros, porque lo que está en juego aquí son los obreros y su influencia en el partido. Es su pellejo lo que está en juego. La teoría oportunista del partido, la teoría formulada por Bernstein, no es sino el intento inconsciente de garantizar la supremacía de los elementos pequeñoburgueses que han ingresado al partido, de torcer el rumbo de la política y objetivos de nuestro partido en esa dirección. El problema de reforma o revolución, de objetivo final y movimiento es, fundamentalmente, bajo otra forma, el problema del carácter pequeñoburgués o proletario del movimiento obrero.
Interesa, por tanto, a la masa proletaria del partido, conocer, activa y detalladamente, la actual polémica teórica con el oportunismo. Mientras el conocimiento teórico siga siendo el privilegio de un puñado de “académicos” en nuestro partido, éstos corren el peligro de desviarse. Recién cuando la gran masa de obreros tome en sus manos las armas afiladas del socialismo científico, todas las tendencias pequeñoburguesas, las corrientes oportunistas, serán liquidadas. El movimiento se encontrará sobre terreno firme y seguro. “La cantidad lo hará.”” (Rosa Luxemburgo- 1903)
4 “En un pasaje del prólogo a la «Contribución a la Crítica de la Economía Política» en el cual no se ha reparado lo suficiente a la luz actual, Carlos Marx basado en sus análisis históricos, había observado que las revoluciones sociales se producían cuando las relaciones de propiedad, de forma de desarrollo de las fuerzas productivas, se convierten en su traba (Marx)
De aceptarse esto, y si entendemos los cambios políticos y sobre todo los de propiedad ocurridos hace menos de una década en la mayoría de los países socialistas como equivalentes a revoluciones sociales, por extraviadas que se comporten, entonces es necesario investigar qué motivó que la forma en que se expresó esa propiedad social obstaculizara a tal punto el desarrollo de las fuerzas productivas en el socialismo real.” Luis Marcelo 1996
¿Cómo las relaciones de producción (la propiedad social) se convirtieron en trabas para las fuerzas productivas?
Pero además nos recuerda, con otras palabras, con una lógica irrebatible que “la verdad es siempre revolucionaria” (no sólo cuando coincide con nuestros postulados). (Relaciones de producción y Fuerzas Productivas)
