De la humillación a Putin

Gonzalo Alsina

El Chasque 177

07/03/2025

Después de la desaparición de la URSS en 1991, Boris Yeltsin siguió con las políticas de Mijaíl Gorbachov, acercándose a Occidente, firmando en 1993 los tratados START II, que suponía la reducción del arsenal nuclear, los submarinos nucleares y misiles de largo alcance.

El parlamento ruso de entonces, se negó a ratificar esos acuerdos por las concesiones rusas hacia EE.UU y la OTAN, cuando ésta se estaba expandiendo hacia el este. O sea, contra Rusia, amenazando su integridad territorial y poniendo en peligro su soberanía.

Rusia firmó el Tratado de Asociación y Cooperación con la Unión Europea, que entró en vigencia en 1997. Rusia les manifestaba que era inconveniente la expansión de OTAN hacia el este, mientras buscaba integrar la OSCE creada en 1994.

En ese contexto EE.UU quería un sistema internacional unipolar. Expresión de ello, fue la salvaje intervención de la OTAN en Yugoeslavia. Por primera vez después del fin de la Guerra Fría, quedaba demostrado que la OTAN no tuvo ni tenía objetivos defensivos.

Los gobiernos rusos de entonces, extremadamente débiles, “compraron” el discurso occidental en lo económico, político y militar. Rusia fue humillada como nunca en su historia.

En 1996, empezó a haber reacciones en otra dirección, cuando Yevgueni Primakov asumió el ministerio de relaciones exteriores, promoviendo una política alineada en la defensa de los intereses de Rusia en su entorno inmediato, para garantizar un anillo de seguridad ante el expansionismo occidental.

Primakov fue firme defensor del multilateralismo como alternativa al hegemón imperialista. Crea lo que se denomina la Doctrina Primakov que empieza a mirar del punto de vista estratégico, para la supervivencia rusa, hacia ASIA.

El 12 de mayo de 1999 Yeltsin lo destituye por negarse a perseguir a los comunistas. En diciembre de ese año renuncia Yeltsin y asume Putin. Compite con él, pierde y pasa a ser asesor del Putin desde el 4 de febrero de 2000.

El 11 de diciembre de 2007, Primakov le dijo a Putin, que había dos amenazas internas, además de las antes señaladas: 

1-El neoliberalismo y la oligarquía, y

2-Los que hacen negocios con el Estado.

Los hechos posteriores han demostrado que le hizo caso. Aunque falta mucho trabajo por hacer, aún.

Con la llegada al poder de Putin, se produce la verdadera transformación en la política rusa, que hoy estamos viendo en el campo de batalla, donde la Operación Militar Especial ha derrotado los intereses de EE.UU, la OTAN y la UE, en Ucrania. Estaba en juego la existencia misma de la Federación Rusa.

El nuevo líder, llevó adelante una estrategia para lograr estabilidad política y económica, que le permitiera garantizar la defensa de sus intereses a nivel internacional.

Este cambio y sus resultados es lo que no quería aceptar EE.UU, la OTAN y la UE. Hoy ante el triunfo ruso, siguen las potencias europeas en la misma línea, por ahora.

No tenemos que olvidar la política exterior yanqui que durante años se metía en los problemas internos rusos, campañas mediáticas permanentes para desprestigiar a sus dirigentes, sanciones económicas y comerciales y todo tipo de provocaciones en varios países limítrofes. La promoción del golpe de Estado en 2014 en Ucrania. La permanente desestabilización contra Siria y contra Irán, aliados de Rusia.

Lo que suelen omitir, incluso los socialdemócratas alemanes y españoles, es que la OTAN, que integran, ha desplegado todo un escudo antimisiles en países fronterizos con Rusia, con la clara intención de llegado el momento destruir y repartirse los recursos de ese inmenso país.

Estados Unidos y sus aliados han instalado todo tipo de armamento espacial, de tierra, mar y aire, para romper el equilibrio en la región.

A todo eso le está ganado la Federación Rusa liderada por Putin, que ganó las elecciones multipartidarias, últimas, con más del 83%. Mientras en Ucrania la democracia que defiende Sánchez, ilegalizó 11 partidos y persigue abiertamente a  los opositores, aún a los más tenues. Zelenski ha perdido toda legitimidad, solo mantenida por varios países europeos que se caen hecho pedazos.

Zelenski llegó al poder defendiendo la paz, el respeto del idioma ruso y su cultura y en seis meses se transformó en un nazi, según la última declaración de Lavrov. 

Marx: “La historia ocurre primero como tragedia, y después como farsa”.

Les calza exacto a los socialdemócratas que traicionaron en la primera guerra mundial apoyando a los guerreristas y ahora en la OTAN armando a varios batallones nazis ucranianos que actúan como policía militar, en la Guardia Nacional, para que peleen por ellos, otros ucranianos.

Apoyan a un impresentable, como Zelenski, que tuvo la oportunidad de que no hubiera guerra en la cumbre de abril de 2022 de Estambul, y la OTAN le exigió que hubiera guerra. Mientras su familia e hijos –que no combaten- viven con todo tipo de lujos en Inglaterra; el muy cobarde recurre a la cocaína para ocultar su cobardía. Como dice la canción del Indio Solari: “…mis penas como piedras, caen ruedan y escapan. Falopas duras en tipos blandos ahuecan corazones…”

El tirano falopero ucraniano, manda a la muerte segura, decenas de miles de jóvenes ucranianos, en una guerra perdida desde el inicio. Ha dado la orden de morir hasta el último soldado.

Detrás de esta guerra está el complejo militar industrial de EE.UU y de varios países europeos de la OTAN, que dirige EE.UU., que viven inventado enemigos para mantener su tasa de ganancia. Son junto al gran capital financiero el verdadero gobierno.

Mienten sistemáticamente. No existe la supuesta voluntad agresiva de Rusia.

Recomiendo leer y releer el documento promulgado por Putin, del 31 de diciembre de 2021, donde está la nueva estrategia de seguridad de Rusia, las posibles amenazas y las hipótesis de conflicto. Ahí podrán ver de primera mano los parámetros del comportamiento estratégico operacional de las Fuerzas Armadas, dónde en ningún momento está Europa en la mira.

Entre las definiciones doctrinarias del documento, la prioridad de Rusia es “afianzarse como potencia mundial, cuya actividad se dirige a mantener la estabilidad estratégica y relaciones de socios mutuamente beneficiosos en condiciones de un mundo policéntrico.”

Ninguna potencia mundial permitiría que le pongan bases militares y misiles atómicos en su frontera más cercana.

Ante el avance de la OTAN hacia las fronteras rusas, el documento alerta que el aumento del potencial militar de la OTAN y la violación al derecho internacional, son una amenaza inaceptable para la seguridad nacional y la existencia de Rusia como país soberano e independiente.

¡Estaban avisados!

Dos de los  ejércitos más poderosos de la historia no pudieron con los rusos. Napoleón Bonaparte en 1812 y Adolfo Hitler en 1941. Invadieron para  derrotar y humillar a Rusia.

¡Y no pudieron!

Los generales del Pentágono y la OTAN subestimaron a Rusia y ¡están mordiendo el polvo de la derrota! ¡El mundo no va a seguir siendo el mismo!

Gonzalo Alsina.

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