Ucrania: estado de situación…

Pablo Reveca
El Chasque 185
9/05/2025

Lo que viene pasando en la guerra proxi de la OTAN en Ucrania contra Rusia hace más tres años, es un conflicto bélico convencional de alta intensidad enmarcado en una guerra de desgaste; que prioriza la destrucción del enemigo a la ganancia de territorio por unidad de tiempo.

Por eso, parte de la estrategia rusa es dejar los puentes del río Dniéper para que Ucrania y OTAN suministren tropas para llevarlos a la línea de contacto y para desgastarlos e irlos destruyendo de a poco, lenta pero inexorablemente. Esto está en sintonía con uno de los objetivos estratégicos de la Operación Militar Especial: la DESMILITARIZACIÓN de Ucrania.

Dijimos en otros artículos que “Kursk es la tumba del ejército ucraniano y sus aliados…” Más de 76.000 bajas de la cuales 5000 son de mercenarios de países de la OTAN, en su inmensa mayoría.

En Kursk se enfrentaron dos doctrinas bélicas: la Doctrina Militar Rusa de guerra de desgaste y la Doctrina de la OTAN de guerra de maniobras.

La primera es una guerra lenta de años y la segunda el darlo todo o casi todo en una batalla. Un lleva tiempo y la otra pretende ganar la guerra en semanas.

La OTAN invadió Kursk para hacer estallar la central nuclear de Kursk. De eso estamos hablando. No pudieron con el cerco ruso y la guerra de desgaste tuvo su punto culminante en la toma de la ciudad Sudzha y últimamente con la recuperación de Gornal. Fue una derrota estratégica de USA y la OTAN, el PRIMER GRAN COLAPSO, donde terminaron huyendo a la desbandada dejando equipo variado de primera calidad.

Es un paso más, que muestra un cambio de época. Rusia derrotó a la organización militar más importante, integrada por 32 países.

Los imperialistas cometieron similares errores que los nazis en la invasión de la URSS: fracasó la planificación de la OTAN y subestimaron al ejército ruso.

Las tropas otanazis perdieron fuerza por la guerra de desgaste para la que no estaban preparadas y su logística no pudo cubrir la profundidad en el territorio. Terminaron perdiendo lo mejor de su ejército, por las enormes pérdidas en hombres y equipo. Pensaron que era un paseo y no pudieron vencer el espíritu de combate de los rusos, que defienden su patria.

Estamos en un cambio de época de grandes proporciones. Estamos en presencia ante el aspecto militar de una derrota más general del imperialismo, que hasta el propio Trump reconoce y que no sabe cómo sacar la pata del lazo.

Ahora estamos en un cuarto momento de la guerra. Primero fue la victoria en Artiomsk –Bajmut-, después el lanzamiento del Oreshnik, que ayudó a evitar que subiera más la escalada, de manera irresponsable de la OTAN y del régimen ucraniano. La tercera el colapso en Kursk y ahora la aceleración de la guerra de desgaste en toda la línea de contacto, donde cada vez le cuesta más al ejercito ucraniano mantener las líneas defensivas.

Aumentan las direcciones de ataque rusas en el norte de Ucrania –Sumi y Járkov-, en Donetsk- en dirección a Pokrovsk, Konstantinovka, Krasni Lyman, Sloviansk, Kramatorsk, y en los oblast de Zaporozhie y Jerson.

Se vienen cumpliendo varios de los objetivos estratégicos. Primero se detuvo el genocidio ucraniano en el Donbás. Han sido duramente golpeados varios de los batallones nazis del ejército ucraniano –desnazificación-.

Uno de los objetivos principales de la Operación Militar Especial, que es la desmilitarización de Ucrania, se viene cumpliendo. El objetivo es dejarlos sin mano de obra, por eso los combates son variados y aplicando la táctica de los 1000 cortes, la presión es constante y viene aumentando, para debilitarlos y derrotarlos. Para eliminar acciones de la OTAN a futuro y alejar ese peligro, hay que dejarlos sin militares. Además para evitar los ataques con misiles de medio y largo alcance se necesita una zona de amortiguación de seguridad, que debería llegar hasta el río Dniéper. Los objetivos tácticos y las distintas operaciones militares apuntan en esa dirección. Eso explica la ofensiva en el norte de Ucrania en los oblast de Sumi y Járkov.

Todos los días se toman varias localidades. Como la intención no es atacar la población civil, la toma de esas localidades es lenta, pero sin pausa. Hay muchos combates urbanos y luego lleva tiempo el desminado de las ciudades y alrededores. El ejército ruso no es un ejército de ocupación, no es un ejército carcelero. Tiene especial cuidado de no atacar civiles. Todos los especialistas serios son contestes en decir que desde la 1ª Guerra Mundial hasta hoy, no hubo una guerra donde la inmensa mayoría de muertos, son militares.

Si comparamos con Gaza que no es una guerra, sino un genocidio deliberado, casi todos los asesinados por el ejército israelí son civiles, la mayoría niños y niñas y mujeres. Con clara intención de hacer una limpieza étnica.

Insisto, es una guerra de desgaste, que tiene sus tiempos. Es lenta pero se está manteniendo e incrementado el ritmo de los combates. No es una guerra de movimientos que dura semanas.

Es una guerra que se planifica para cortar la logística del enemigo, por eso la toma de las carreteras y vías férreas es determinante. El mando militar ruso sabe que el enemigo se desgasta y desangra por los 1000 cortes y aprovecha la debilidad de que las líneas logísticas ucranianas se siguen estirando y dispersando.

El control de las carreteas es un objetivo táctico fundamental para hacer mejor las operaciones militares en dirección de lograr los objetivos estratégicos.

La sólida defensa de las localidades reconquistadas permite aguantar los ataques enemigos y contraatacarlos por los flancos. Esta tendencia es demasiado evidente a esta altura y no la pueden parar, porque Rusia tiene ventajas estratégicas para una guerra de desgate, en hombres y equipos adaptados al terreno. Éste no es favorable para una guerra de maniobras.

Mantenemos lo que decíamos en artículo de hace un mes aproximadamente: “con una tasa de reposición negativa, con sobrecarga logística, con soldados y oficiales de inferior calidad, con una moral de combate en declive, con un nivel de pérdidas y bajas muy altas, sin la tasa de rotación necesaria, con aumento de deserciones y falta de capacidad para movilizar a la población, etc; es imposible que Ucrania y la OTAN, puedan ganar esta guerra a Rusia.

Esta guerra fue provocada por la OTAN a través del régimen pronazi de Zelensky. Fue el fruto de la expansión hacia el este de la OTAN desde 1991. El golpe del Maidan de 2014 fue un golpe de Estado impulsado por Occidente, que provocó un cambio de régimen para ir a la provocación contra Rusia. Ésta hizo la Operación Militar Especial para defenderse de una amenaza real a su existencia nacional.

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