Gonzalo Alsina
El Chasque 186
16/05/2025
Los sionistas suelen decir que la palabra sionista no es un insulto, que es estar de acuerdo con la autodeterminación del pueblo judío; y que no tiene nada que ver con la expulsión de los palestinos. Si cuestionas estas “verdades”, sos antisemita.
Es cierto que el sionismo tiene varios significados. Que es un movimiento nacional, un proyecto nacionalista que culmina en un Estado. Que es la respuesta a la histórica persecución en Europa de los judíos. Y que está vinculado a una narrativa bíblica. Hay algo de todo eso. Pero no es lo fundamental del sionismo.
La esencia del sionismo es la permanente dedicación a una política colonialista de asentamiento y al mismo tiempo el reemplazo de la población nativa de Palestina. Esto es lo central y es lo que esquivan los sionistas.
Todo lo otro es comprensible y discutible.
Pero en la práctica, el sionismo desde Herzl hasta hoy, consiste en sustituir Palestina por Israel. Expulsar a todo un pueblo y la limpieza étnica practicada, para crear un Estado de mayoría judía. Esto es, moralmente inaceptable.
Criticar la limpieza étnica y un genocidio, criticar la expulsión de 750.000 personas en 1948, no es antisemitismo. Cualquiera que hubiera hecho eso en nombre de cualquier religión sería condenable. Además los palestinos son semitas, más semitas que los judíos europeos que vinieron a Palestina.
No es antisemitismo, ¡es antisionismo! Es resistencia al colonialismo y al despojo.
Para los que dicen que hay un sionismo de izquierda. Les digo que si lo hay, pero que fue y es insignificante. La dirección principal del sionismo desde su fundador hasta Netanyahu; ninguno quiso unir judíos con palestinos.
Albert Einstein fue una de las tantas excepciones. Esa corriente hoy tiene poca influencia en Israel.
Cualquiera que se tome el trabajo de leer a Herzl, a Ben Gurión y a cualquier líder de Israel de importancia, va a encontrar que el proyecto sionista implicaba necesariamente un Estado exclusivamente judío, en los que los no judíos serían una minoría, con derechos diferentes.
La intención sionista fue siempre crear en un territorio de mayoría árabe, un Estado de mayoría judía. Y eso se hace de una sola manera: con limpieza étnica.
La gente que vivía ahí y vive, no lo va a hacer por voluntad propia. Hay que expulsarlos, obligándolos a abandonar sus hogares y propiedades. Es lo que hicieron y siguen haciendo.
Que me lo explique el Presidente: ¿cómo un país que era en un 65% árabe se convirtió en un país con un 80% judío, sin una limpieza étnica?
Es más grave aún, hoy. Se sigue y se anuncia que continuará el genocidio contra el pueblo palestino.
No se puede decir que se es progresista, sin condenar semejante barbarie.
Uruguay fue ejemplo. Condenó el Holocausto que cometieron los nazis contra los judíos; condenó el genocidio turco contra los armenios; y ahora los gobiernos de Lacalle Pou y el actual de Yamandú Orsi, no condenaron el genocidio.
¿Esto es política de Estado, en nombre de los DD.HH y la democracia?
