Ruben López
El Chasque 200
22/08/2025
Para terminar con la crisis actual, hay que terminar con la dictadura del Gran Capital. Un programa de cambios profundo es necesario y posible.
Hay un debate que recorre la estructura del FA, incluye a sus adherentes, votantes y a toda la izquierda en general. Desde la campaña electoral se plantea: ¿qué posibilidades tiene la izquierda, el progresismo, para desde el gobierno, transformar -o comenzar al menos-, la realidad en favor de los trabajadores y los sectores más postergados?
Esta inquietud no es de ahora, ya se oían voces cuando el triunfo de 2004. Y son parte de la discusión en la izquierda sobre Reformar o Superar el capitalismo, surgida ya sobre fines del siglo XIX.
Por más que algunos compañeros sostengan que los cambios en el mundo hacen anticuado (del siglo XIX) este debate, la realidad es terca. Si comparamos los argumentos, suenan tan parecidos -desde una y otra tienda- que en esencia, se debate sobre lo mismo: el sistema capitalista, la producción de mercancías, la explotación del trabajo asalariado, la apropiación de plusvalía por la burguesía y la acumulación aberrante de riqueza de unos pocos, en detrimento del resto del mundo.
Hoy vivimos esa polémica, entre el gobierno más la mayoría parlamentaria del FA, y por otra parte, un importante sector de sus bases de militantes y adherentes (de difícil cuantificación), más algunos sectores políticos y parlamentarios.
Dos temas resaltan en la coyuntura: el genocidio del pueblo palestino en Gaza -que el gobierno niega-, y la propuesta de gravar al 1% más rico para financiar la erradicación de la pobreza en la infancia y adolescencia.
Experiencias
El mundo se encuentra en el límite de algunas experiencias, el surgimiento de un mundo multipolar liderado por los BRICS+, el Sur global, resistiendo los embates del imperialismo en decadencia, como signo de la época. Un alerta es el genocidio sobre el pueblo palestino en Gaza, llevado adelante por el gobierno sionista de Netanyahu.
Las contradicciones son múltiples. En Bolivia, después de 20 años, la división en fracciones del MAS y una crisis económica profunda, hace trizas la unidad de la izquierda, perdiendo el gobierno, donde su partido obtiene un solo diputado cuando en 2021 tuvo el 54% de los votos.
En Gran Bretaña la huida hacia la derecha del Laborismo en el gobierno, abre las puertas a la rebeldía y se nuclea a la izquierda, un movimiento que toma las banderas de solidaridad con Palestina y las reivindicaciones de la clase trabajadora, enfrentados al Gran Capital.
Por otro lado, Africa despierta en el Sahel y un original proceso encabezado por los militares anticolonialistas y antiimperialistas se pone al frente de sus pueblos para un desarrollo independiente, sustentable e inclusivo, abriendo esperanzas en todo el continente y es ejemplo para todos los pueblos sometidos por el gran capital. “El país ha tomado decisiones que rompen con las lógicas tradicionales del libre mercado, apostando por un modelo económico soberano, centrado en el bienestar del pueblo y con una mirada clara hacia la industrialización con identidad propia.” 1
Con ese marco cambiante, se instala un nuevo gobierno del FA en Uruguay. Surgen contradicciones al buscar el camino para una “transformación productiva” que traiga el bienestar a los trabajadores, al conjunto del pueblo, sobre todo a los más castigados, los más pobres (la infancia y adolescencia entre ellos), problema que pone en tela de juicio la viabilidad del Uruguay del futuro.
¿En qué consiste la Trasformación productiva, los cambios estructurales, diversificación de la economía, la innovación, articular la Universidad con empresas y el Estado que se proclama desde el gobierno?
Inversión pública: ¿cuál, para qué, dónde, quien?
Se sigue hablando de “Espacio Fiscal” como límite a las políticas sociales, que a su vez, depende de impuestos a recaudar, que el propio gobierno se niega a aumentar.
En cambio, el 18/08 el MEF difundió modificaciones en la exoneración de inversiones, es decir en los Subsidios al Capital que llevan el inocente nombre de Incentivos al Empleo, Descentralización, Exportaciones, etc. Son beneficios para las grandes empresas, incluye exonerar entre 10 y 15 puntos porcentuales más, y para los grandes proyectos el 100% del IRAE.
Ya son miles de millones de dólares que subsidian al capital por esta vía, un apreciable porcentaje del PBI, que se niega a la infancia, a la vivienda, a la salud y educación, para erradicar la pobreza.
Por eso nos preguntamos, ¿en qué consisten, transformación, cambios, diversificación, articulación y cuál debería ser el destino de la Inversión Pública?
Si consiste en:
– subsidiar, invertir en infraestructura para facilitar los negocios privados, en esencia del Gran Capital, para esperar que ellos creen fuentes de trabajo, empleo de calidad, recaudación fiscal (que la mayoría estará exonerado),
-y como todos sabemos la mayor parte de la renta de los nuevos negocios engrosará los bolsillos de los grandes inversores (que en buena medida irán al exterior).
– por aquí no cambiará nada, lo anunciado para la Comap asegura que los subsidios al capital se mantienen y aumentan.
– así, quien dirige la economía, son los grandes capitales privados, con su poder económico, mediático, político, ideológico-cultural, con la aquiescencia del Estado.
O consiste en:
– tomar el control sobre sectores estratégicos, que la riqueza generada comience, al fin, a beneficiar a los trabajadores y a la población.
– asegurar que los recursos, la cadena de valor, las inversiones respondan a un plan de desarrollo nacional, no a intereses de las empresas extranjeras.
– romper con la lógica neoliberal, que promueve la “apertura al mundo” sin un verdadero plan nacional de transformación económica.
-así, quienes deciden son los trabajadores y el pueblo participando activamente, para el desarrollo económico soberano centrado en el bienestar general.
La Dictadura del capital financiero
«Hoy vivimos a nivel mundial la dictadura del capital financiero y su expresión es el neoliberalismo. El fascismo es parte esencial del capital financiero y nada hace pensar que al peligrar sus privilegios, no vuelva a convocarlo.» (El Chasque 23-25/05/2020)
Ejercer su hegemonía es hacer coincidir sus intereses particulares, con los de la mayoría explotada, con el interés nacional. En la medida que esto falle, las fuerzas de la reacción, ante la profundidad de la crisis económico financiera que vive el mundo, se preparan para imponerse por la razón de la fuerza, si ven peligrar sus privilegios.
Las crisis provocadas por su ambición sin medida, producen las contradicciones del sistema, pues su lógica es batirse hasta la muerte por mantener y aumentar sus ganancias, que ya condujeron a las grandes carnicerías humanas que significaron las dos guerras del siglo XX.
En Uruguay, tuvimos nuestra experiencia, en la década de 1960, obreros, estudiantes y pueblo fueron acusados, perseguidos, reprimidos con violencia por reclamar su derecho inalienable a una vida digna. La defensa del capital llevó al régimen de Pacheco a la represión, y después al terrorismo de Estado en la dictadura, con la excusa de salvar a la Patria de los revoltosos.
” El fascismo entrega al pueblo a la voracidad de los elementos más corruptos y venales, pero se presenta ante él con la reivindicación de un «gobierno honrado e insobornable». “Especulando con la profunda desilusión de las masas sobre los gobiernos de democracia burguesa, el fascismo se indigna hipócritamente ante la corrupción”. (Jorge Dimitrov)
Esto quiere decir que no hay nada que hacer?
Todo lo contrario, hay mucho para hacer y aprender de lo vivido.
Miremos la larga marcha por la unidad popular en Uruguay, la CNT como culminación de la lucha de la clase obrera (1966), y el Frente Amplio (FA) sellando la alianza de la izquierda(1971).
No habrá democracia si los ciudadanos no ejercen sus derechos y participan activamente en la toma de decisiones sobre sus necesidades inmediatas. Y aprenden, en el ejercicio de su libertad.(El Chasque 20-5/05/2020)
La actual crisis del capitalismo unido y agudizado por la crisis sanitaria ha creado condiciones peligrosas para una nueva escalada del fascismo como salida a esta situación.
Dependerá de la capacidad de las fuerzas democráticas, del movimiento popular en su conjunto y de los partidos de izquierda para construir una alternativa que aborte posibles intentos de instalar nuevamente el terrorismo de Estado. (El Chasque 23-25/05/2020)
Lo importante es la conciencia y crear la fuerza social y política para los cambios.
Todas las formas y métodos de lucha deben estar en función de las masas, del objetivo central, la liberación, nuevas formas de poder popular, afianzado en la Comunidad organizada, en los centros de trabajo y estudio, en la ciudad y en el campo.
La lucha reivindicativa, por derechos, electoral, las movilizaciones, el gobierno y la organización política, enfocados en un programa transformador y hacia un poder popular de nuevo tipo con el pueblo como protagonista.
Un gran movimiento
Dos conceptos debemos tener en cuenta en la actual coyuntura, dadas las experiencias del siglo XX.
La profundidad de los cambios y la participación de las masas.
Amplitud y profundidad.
Por un lado, detener la acumulación de riqueza, a la vez de ampliar y promover distintas formas de propiedad y gestión social, y por otro, ello será posible solo con la pujante participación del pueblo, con el debate amplio y democrático para la toma de decisiones sobre su destino, más su organización y movilización permanente para defender y ampliar las conquistas.
Debatir y fijar una estrategia es imprescindible. A la luz del «antes», analizar el presente y proyectar el futuro.
En este punto es necesario definir el papel del gobierno de izquierda en el proceso de acumulación de fuerzas populares.
Hubo que superar escollos. Cumplida una etapa, este era el punto de apoyo para el siguiente logro. Siempre con las masas como protagonistas, haciendo su experiencia en la lucha, por más unidad, conciencia y organización, que eran además medida de su avance en el proceso.
Difícil y azaroso camino, comenzado en la década de 1950. Un primer mojón en 1966 con la unidad de la clase obrera en su central única, la Convención Nacional de Trabajadores (CNT) -unidad forjada en la lucha, no tras un escritorio-. Impulsado por el movimiento obrero y estudiantil, más la intensa movilización, la lucha económica y política contra la rosca encaramada en el gobierno reaccionario de Pacheco Areco, la experiencia unitaria en la calle, fue el impulso decisivo para la tan ansiada unidad de la izquierda en el Frente Amplio (1971).
Las elecciones de noviembre de 1971, el primer Congreso de Comités de Base de diciembre, fueron otro mojón en el avance de los sectores populares que salieron fortalecidos de la era pachequista.
Pero la derecha se rehizo a partir de abril de 1972, uniendo sus fuerzas en torno a la consigna del orden y aislando a los trabajadores y sectores progresistas, que culminaría en el golpe de estado de junio de 1973. La Huelga General no pudo detenerlos, vinieron 12 años de oscuridad, de represión para la izquierda, el terrorismo y el ajuste de cuentas del capital contra los trabajadores y sectores medios, que se enriqueció más gracias al Estado represivo.
La dictadura significó un retroceso importante en el proceso de acumulación de fuerza, pero se pudo superar, y en 1984 se recomienza en una nueva situación. Se recupera el FA, en 1989 gana la Intendencia de Montevideo, y tras 20 años de lucha democrática, en 2004 se obtiene el gobierno nacional. Volvimos a triunfar, perdimos en 2019 y recuperamos en 2024.
Volvamos a la pregunta, recapacitemos sobre el significado del gobierno para la izquierda, el FA. Es un mojón más en la lucha de los orientales para su liberación.
Cómo un mojón fue la unidad obrera, que preparó la unidad política, la derrota de la dictadura (no hubiera sido posible sin esos instrumentos). Después, la conquista del gobierno de Montevideo que abre el camino hacia el gobierno nacional y en varios departamentos.
Otra etapa -el gobierno nacional- que debe ser superador, elevar la lucha popular, y un próximo paso en la acumulación de fuerzas, “desplazar del poder a la oligarquía y llevar al pueblo a gobernar”, es decir, nuevas formas, más democráticas, de poder popular, una economía al servicio del pueblo, de solución a las necesidades populares, no del capital. Formas de propiedad y gestión social de los recursos, la producción al servicio de las necesidades humanas, derechos y no mercancías.
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Sería importante volver al concepto de “la Revolución Democrática”
¿Quién encabeza ese proceso, la burguesía o el proletariado?
Si es la burguesía, lo que se impondrá será mantener y administrar el capitalismo.
De lo contrario, desde ya la tarea es denunciar al sistema, rapaz y explotador, crear conciencia de su incapacidad para resolver las necesidades de la humanidad, y forjar las fuerzas necesarias para su superación.
Nos han dicho que es una discusión vieja, del Siglo XIX, trasnochada, sesentista, inútil.
NO estamos de acuerdo. Definir el “momento”, la correlación de fuerzas, al enemigo principal, los posibles aliados, ¿quién aísla a quién?, es parte esencial de la lucha política. Para determinar la estrategia, la táctica, en cualquier época, es fundamental.
¿Quienes nos critican creen que no lo hace la clase dominante?
Aprendamos de la historia. En las primeras dos décadas del siglo pasado, una gran polémica en el proceso de la Revolución Rusa. Los mencheviques sostenían que primero debía desarrollarse el capitalismo, para después, una más numerosa clase obrera pudiera pasar a la lucha por el socialismo. Lenin y los bolcheviques, por el contrario, sostenían la necesidad de que el proletariado encabezara la revolución democrática, para en un solo proceso, por una vía no capitalista, transitar hacia el socialismo.
Esta fue la idea que triunfó, como demostró la Revolución de Octubre, fundando el primer Estado proletario, dirigido por los trabajadores.
También en Uruguay tuvimos la experiencia. Arismendi argumenta de la misma manera para mostrar la necesidad de que sean los trabajadores quienes encabecen el proceso democrático:
«…la etapa de democracia avanzada, siendo como es, una etapa de desarrollo capitalista, incluye sin embargo en sí misma los ingredientes para la superación del capitalismo. Es nuestra peculiar vía uruguaya de aproximación al socialismo. No puede pensarse pues en un proceso idílico, de tránsito gradual de una etapa del desarrollo social a otra sin que la lucha de clases haga acto de presencia con toda la virulencia con que suelen hacerlo cuando las clases dominantes se sienten desplazadas del poder. Debemos pues suponer que el proceso revolucionario será prolongado, que puede tener avances y retrocesos. Pero que por encima de todo debe caracterizarse por el papel protagónico de las masas populares; masas que trabajarán en el marco de las estructuras democráticas vigentes, apoyadas en su unidad, organización y capacidad de lucha…»(Rodney Arismendi. Conferencia Nacional del Partido Comunista del Uruguay – 1985)
Y Wladimir Turiansky reafirmaba:
«-Democracia avanzada implica organizaciones sociales discutiendo y aportando de cara a un nuevo gobierno. Debe tenerse en cuenta el papel de los medios. La prensa es parte del poder económico, y sin lugar a dudas juega un papel importante en la formación del pensamiento dominante, en la formación de valores. Construir un pensamiento contrahegemónico, el rescate de valores solidarios, es parte integrante de un proceso de democratización de la sociedad.
Todo proceso de democracia avanzada implica asimismo el combate a la burocracia, y ese combate sólo es exitoso, no a través de la teorización sobre la misma, de advertencias sobre sus efectos perniciosos, sino a través de una real participación de los ciudadanos en el quehacer social. La actividad social, que incluye el control, la crítica y la autocrítica, la responsabilidad ante el colectivo, desarrolla al individuo y lo vacuna contra el “síndrome” de burocratización
«Por otra parte, ¿qué significa avanzar en democracia?. Por lo pronto todos pensamos en el concepto de la participación, pero no se agota en ello. También significa apropiación democrática de parcelas de poder.» .» (Wladimir Turiansky. Taller Democracia Avanzada 2004.)
1¿Qué está pasando en África? Reflexiones sobre casos de nuevas economías africanas

Un comentario sobre “La dictadura del Capital Financiero y las estrategias en la izquierda.”