“Lucharemos hasta que se nos termine la vida”

Entrevista con Romina Gallini, militante uruguaya que viaja rumbo a Gaza en la Flotilla Global Sumud

Fuente: Sala de Redacción Julio Castro

Gerardo Suárez
El Chasque 206
26/09/2025

“Voy a dar esta entrevista con el único propósito de llevar tranquilidad a mi gente en Uruguay ante tantos mensajes de apoyo y solidaridad que me han hecho llegar”.

Así comienza el diálogo con Sala de Redacción Romina Gallini, una joven uruguaya, trabajadora marítima y militante del Sindicato Único de Trabajadores del Mar y Afines (Suntma). Su profesión es chief cook (jefa de cocina) y lleva varios años desempeñándose en barcos de transporte de carga por las rutas fluviales del comercio mundial. Desde hace algunos meses trabaja en un barco que transporta mercadería por las costas mediterráneas. En principio nada fuera de lo habitual: jornadas extensas, dormir en movidos camarotes de la noche en el mar, y descansar cuando toca tierra firme en el puerto.

Un día eso cambió. Llegó a su barco la propuesta de acompañar hasta Gaza a la Flotilla Global Sumud para brindar ayuda técnica y transportar provisiones. “No dudamos en hacerlo”, afirmó. 

La Flotilla Global Sumud, según su página web, es “una coalición de personas comunes y corrientes (organizadores, humanitarios, médicos, artistas, clérigos, abogados y marinos) que creen en la dignidad humana y en el poder de la acción no violenta”. Comenzó su travesía a fines de agosto. Su objetivo es romper el bloqueo israelí sobre la Franja de Gaza y llevar alimentos y medicinas a la población gazatí. Está compuesta por decenas de embarcaciones y tripulantes de 44 países. Entre ellas se encuentran dos uruguayas y un uruguayo: Romina, Ana Zugarramurdi y Rodrigo Ciz. 

En este momento se encuentran al sur de Grecia. Entre las olas del Mar Mediterráneo, los elementos de cocina y las constantes amenazas de los drones, Romina responde este jueves 25, a través de la red social Whatsapp, las preguntas enviadas el lunes por SdR. Cuenta lo que siente, lo que sucede y lo que quiere hacerle llegar a la población uruguaya. 

¿Cómo surgió la posibilidad de sumarte a la Flotilla Global Sumud?

—Esta misión intenta realizar un corredor humanitario que intente romper el bloqueo a Gaza y llevar a la población medicinas, agua potable e insumos médicos. Hablamos de miles de personas que sufren, en su mayoría niños. Realmente no lo pensé dos veces. Los que me conocen saben de mi espíritu de lucha, de mi militancia constante, de la convicción en la pelea por las causas justas. Estoy convencida de que la libertad y los derechos no son negociables. 

¿Cómo se viven estos días a bordo del barco?

En lo que tiene que ver con nuestra profesión todo está bien. Estamos acostumbrados a navegar y no hay mayores preocupaciones. En cuanto a lo emocional, no es una misión cualquiera, es una travesía humanitaria, y eso tiene un plus. Cuando se sale al mar y no hablo de las fotos lindas que a menudo se muestran, hablo de salir con mil adversidades como las tormentas y los vientos, como los días y meses de navegación continua, el objetivo, en cualquier barco de cualquier parte del mundo, siempre es regresar bien a puerto. Sumado a eso, después de unos años de esa rutina, me encuentro en un desafío, en la decisión de mi vida, en una misión humanitaria. Los días son más cansadores, no sólo trabaja el cuerpo, trabaja nuestra mente, con ansiedad o estrés, atentos, porque tenemos drones rodeando la flotilla. No sabés cuándo y en qué milésima de segundo te pueden atacar. Puede reventar alguna cosa en la cubierta o en donde sea. 

La noche del miércoles 24 de setiembre la Flotilla Global Sumud denunció en un comunicado público que desde hacía días sufrían amenazas de “explosiones, enjambres de drones, e interferencias en las comunicaciones”. Ese mismo día, el presidente de España, Pedro Sánchez, anunció desde la cumbre de la ONU en Nueva York que iba a enviar desde Cartagena un buque de acción marítima para asistir a la flotilla. Italia hizo lo mismo. Envió dos buques de su armada para acompañar las embarcaciones.

Por otro lado, este jueves 25 de setiembre el portavoz del Ejército israelí, Effie Gefrin, afirmó a través de un comunicado que la flotilla “está organizada y financiada por Hamas” y “representantes de Hamas en Europa”. Declaró también que la Armada está preparada “para defender las fronteras del Estado de Israel por mar como lo está por aire y tierra”.  

¿Cómo han tomado las declaraciones de las autoridades israelíes respecto a la flotilla?

—La flotilla lleva como sus únicas armas alimentos, medicamentos, insumos médicos, agua potable y la convicción de una causa justa. No se puede ser indiferente a la muerte, al hambre y al desplazamiento de sus hogares de miles de civiles indefensos. Que Israel diga que “la flotilla será tratada como terroristas, que serán atrapados y encarcelados” es, sin lugar a dudas, justificar un eventual ataque. Por ese motivo, todos los países se largan a las calles a reclamar, y están atentos a estas y otras declaraciones, que no solo intentan intimidar y generar pánico en toda la flotilla, sino que buscan un respaldo para sus cometidos.

Romina dice sentirse acompañada porque tiene en el barco “dos amigos de fierro” pero, en sus palabras, la fe con la que encaran la misión no implica desconocer que en cualquier momento “la vida se te va”. “Cada noche duermo mirando la foto de mis seres queridos”, cuenta.

La flotilla está próxima a llegar a Gaza. Existe mucha incertidumbre con lo que sucederá, ya que el gobierno de Israel no está dispuesto a dejarlos ingresar.  

A pesar del cansancio, del estrés físico y emocional y pese a considerar que las buenas acciones se hacen en silencio, Romina se toma un tiempo para reflexionar sobre su experiencia y trasladar un mensaje a la militancia y al pueblo uruguayo. 

¿Qué mensaje te gustaría hacer llegar al movimiento sindical y al pueblo uruguayo?

—Al movimiento sindical en su conjunto, les digo que el espíritu de lucha no conoce fronteras, se escuchan sus reclamos y la lucha paga. Inicie la militancia, esa que todos conocen, de largas jornadas entre compañeros, de reuniones, de cortadas, de juntada de firmas, de días y meses de lucha, de las veces que nos dijeron “no” y siempre fuimos el «vamo’ que podemos», de las infinitas charlas con compañeros que me enseñaban que a veces se perdía, pero nunca se dejaba de luchar. Por esa misma razón pienso que no perdemos, pierde el que abandona. Nosotros en conjunto somos eso: los que resisten, los que no tienen frenos ni fronteras, los que no permiten que nos arrebaten nuestras ideas y que decidan por nosotros. Creo que cada uno en lo personal sabe que no tenemos límites para luchar y por eso lucharemos hasta que se nos termine la vida. Al Uruguay, a los uruguayos y a cada persona que hoy se encuentra navegando para romper con este bloqueo, que están arriesgando la vida cada segundo de esta misión, gracias por ser lo que son, imparables y valientes. Somos un país chico con corazón grande, que hacemos ruido en todas partes del mundo. Un país que grita y se hace escuchar. A cada uno de ustedes. A quien comparte, quien acompaña, quien tiene empatía con lo que está pasando, quien no mira para un costado o cambia la pantalla cuando ve el genocidio y la masacre que está viviendo Palestina, quien pone su granito de arena, gracias. Tal vez no lo sepan, pero los niños y personas que están sobreviviendo como pueden, también les dicen gracias. Gracias a mí familia. Sepan que estoy donde quiero estar.

Nos vemos a la vuelta. Palestina Libre. Palestina vencerá.

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