Uruguay 1997. Reflexiones críticas sobre los comunistas y la izquierda

BASES PARA UN DEBATE NECESARIO
Origen: QUE HACER –

El Chasque
21/10/2025

Este material de 1997, en lo fundamental redactado por José Luis Massera, sigue teniendo una gran vigencia. En aquel momento no pudo lograr su propósito, pero quizás hoy pueda ser útil ante la crisis ideológica de la izquierda, para encontrar una “síntesis superadora”.

Pues allí trata, no solo sobre una coyuntura determinada, sino que expone un método de trabajo, de análisis, de procedimientos, no un recetario, sino una “guía para la acción”.

Releyendo después de casi 30 años, y viendo la situación actual en Uruguay del Frente Amplio, el gobierno y sus lineamientos alejados de las necesidades y problemas de la gente, de sus bases sociales, también de su base política, encontramos muchos elementos que servirán para analizar el hoy y buscar respuestas.

La crisis ideológica en la izquierda, que se desata en la década del 90 tras la implosión de la URSS, que este llamado trataba de encauzar, se ha profundizado en el mundo, y esto se puede ver por el fracaso al no encontrar soluciones a las necesidades humanas, lo que ha permitido o facilitado el resurgimiento de la ultraderecha y el fascismo.

Resurgimiento, que también tiene que ver con la agudización de la crisis del capitalismo, del imperialismo, que en su etapa terminal se vuelve más peligroso y violento, como lo muestra la versión de Trump, amo y señor del mundo, o Netanyahu o el propio Milei en Argentina.

Esto hace más necesario el debate en la búsqueda de caminos para superar el capitalismo, significa una mirada autocrítica, sobre el proceso soviético, el este de Europa, de Cuba, China, Vietnam, Corea, los procesos de liberación de Asia y Africa, también de la socialdemocracia europea y los procesos progresistas en América Latina.

Autocrítica, lectura del “momento”, analizar profundamente el “período de transición” que nos debe llevar del Capitalismo al Comunismo. En Nuestra América y en el Sur global estudiar detenidamente el tránsito hacia una nueva sociedad, una vía no capitalista de aproximación, hacia un mundo sin explotación.

En la Rusia de principios del Siglo XX, Lenin llamaba a La revolución democrática, proceso que debía liderar la clase obrera, pues la burguesía ya era incapaz de encabezarla, por dos elementos que se complementaban, sus compromisos con los grandes terratenientes y el capital extranjero, y por otro lado su temor a la fuerza del proletariado que crecía, reconociéndolo como su peor enemigo.
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Aquí un fragmento:
“Es el «desarrollo de la democracia hasta sus últimas consecuencias», está en el centro del accionar de los comunistas uruguayos.

Y si bien es un proceso de profundización y ampliación de la democracia que se desarrolla en el marco de una estructura social que sigue siendo capitalista, va creando, en su propio desarrollo y en una síntesis dialéctica, las condiciones para su ruptura y superación.

Se trata de generar, con la práctica política de las masas, » la construcción de espacios alternativos que escapan, por su propio protagonismo democrático, a la hegemonía de la clases dominantes». Espacios alternativos que atraviesan todas las esferas de la sociedad, y en cuya construcción se va gestando la hegemonía de las clases alternativas y la apropiación democrática de los roles de dirección en todos los planos de la vida social: la producción material, la vida cultural, los medios de comunicación, la administración de la sociedad, etc., siendo esto válido tanto en la etapa de lucha por la superación del capitalismo como en la etapa de construcción de la nueva sociedad.”
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