Gonzalo Alsina Bulanti
El Chasque
23/11/2025
Este sábado 22 de noviembre falleció en Paysandú un referente sindical, político y ético del pueblo.
Fue uno de los que se preocupó por mantener la memoria de la lucha de los trabajadores como nadie.
Tuve el privilegio de entrevistarlo. A continuación en él va un homenaje a todos y todas que lucharon por la justicia, la defensa de la democracia y una sociedad justa; transcribo parte de sus experiencias recogidas en el libro de mi autoría: “LA HEROICA DEFENSA DE LA DEMOCRACIA”.
Hermes Raúl Pastorini Ferro, más conocido en Paysandú como: “El Conejo”, fue electo nuevo presidente de la Junta Departamental, el 11 de julio de 2019, decíamos antes de la pandemia.
Padre de tres hijos, con siete nietos y un bisnieto, es toda una institución en la querida ciudad de Paysandú. Donde supo de muy joven, ser militante gremial en la Escuela Industrial y en el Liceo. Siendo muy joven, entró a trabajar en la fábrica textil Paylana, donde fue delegado y luego presidente del sindicato. Yo cuando lo conocí era el principal referente de los trabajadores de Paylana.
Es fundador, militante y dirigente del FA en Paysandú. Fue dirigente de la CNT y luego del PIT-CNT.
Integró el comando de la CNT, que dirigió la heroica huelga general en Paysandú.
Estuvo preso casi seis años durante la dictadura entre el 17 de mayo de 1974 y el 18 de abril de 1980. Lo metieron preso, porque para los partidarios de la nefasta Doctrina de la Seguridad Nacional, un obrero sindicalista, era un enemigo. ¡Esa es la “guerra” de la que hablan!
“El Conejo” es un compañero que siempre luchó y lucha por los más humildes. Como dijo un compañero: ¡un ejemplo de vida!
Es un protagonista de primer nivel de una de las epopeyas más grandes de los trabajadores uruguayos: la huelga general de 15 días – en Paysandú fueron 16 días- contra el golpe de Estado y el inicio de la dictadura.
Comparto sus testimonios, recogidos del libro: “15 Días que estremecieron al Uruguay.”, de la editorial Fin de Siglo.
La asamblea en ADEYOM
Cuenta “El Conejo”, que él trabajaba en la noche con los telares a lanzadera…, y a las 6 de la mañana del 27 de junio, cuando va a entregar el turno, le avisan del golpe de Estado, “y bueno, inmediatamente los compañeros me consultan qué hacer, y yo les planteo a los compañeros que vayan discutiendo lo que ya habíamos discutido en una cantidad de asambleas; que en caso de Golpe de Estado, inmediatamente contestamos con la huelga general,…” y la ocupación de los lugres de trabajo. “Llegué a mi casa, prendí la radio…y salí en bicicleta a recorrer a todos los compañeros dirigentes sindicales que había en Paysandú (…) Resolvimos esa noche hacer una asamblea en el local de los municipales, de ADEYOM, o sea la noche del 27.”
[…] Tuve el privilegio de escuchar las intervenciones de los delegados obreros de los distintos lugares de trabajo. Esa noche se completó la huelga, que ya había empezado en los turnos de las 6 de la mañana en algunas fábricas. Me acuerdo del pizarrón que estaba en la puerta del sindicato de los municipales, que en el transcurso del día 27 de junio, se iban agregando los nombres de los lugares de trabajo ocupados. Al otro día estaba completa la lista.
Continúa Hermes: “Esa noche se desbordó el salón de actos de ADEYOM con la asamblea, aparte había una asamblea tremendamente numerosa en cuanto a dirigentes sindicales. Estaban prácticamente todos los gremios, (…)” Esa noche se resolvió ocupar los lugares de trabajo. Bancarios, Paylana, portuarios, aceitera, municipales, etc. Los municipales venían de un conflicto más largo con el Intendente Belvisi, por problemas salariales y represivos. Un conflicto duro, que ayudó, porque el conjunto de los trabajadores de Paysandú se habían solidarizado con los trabajadores municipales. Es más, ya estaba fijada para el 27 de junio una reunión de delegados de ADEYOM y eso ayudó para realizar la asamblea que habla Hermes. El local estaba lleno de trabajadores municipales y de los demás gremios.
La Federación Nacional de Municipales venía luchando desde febrero de 1973, con paros nacionales, paros de 2 hs con asambleas por adelantos salariales y contra la persecución en el interior. Hubo acciones en marzo, abril, mayo. El 31 de mayo Juan María Bordaberry puso las Medidas Prontas de Seguridad para reprimir a los trabajadores en general. Era todo un país movilizado.
El 12 de junio de 1973 los Municipales hicieron un paro nacional de 24 hs con ocupación de los lugares de trabajo y jornada propagandística hacia la opinión pública. Paysandú hizo todas las medidas nacionales y además las locales. Recuerdo las manifestaciones de los trabajadores. […]
El 21 de junio de 1973 hubo un paro general de la CNT a nivel nacional, que fue contundente, por el grado de acatamiento. El 26 de junio de 1973, los municipales resolvieron un paro por tiempo indeterminado. Al otro día fue el Golpe de Estado.
Manifestación por la noche
Sigue “El Conejo”: “…, y resolvimos una manifestación repudiando el golpe de Estado. Eran ya más de las 10 de la noche. Salimos por 18 de Julio para abajo, al llegar a Treinta y Tres, dimos la vuelta por Treinta y Tres, doblando por Leandro Gómez y en casi Leandro Gómez y Montevideo está la Jefatura de Policía. Bueno, enfrente a la Jefatura de Policía hicimos una sentada, nos sentamos todos, aplaudimos, gritamos consignas contra el Golpe de Estado y contra la dictadura, no hubo ninguna represión en ese momento. Volvimos al local de ADEYOM y ahí en el local de ADEYOM, hizo uso de la palabra Ruben Obispo, que era el presidente del Plenario Popular Obrero Estudiantil, dirigente bancario (…) Hizo uso de la palabra, y bueno, y ahí ya salimos cada cual a organizarnos.”
La manifestación fue una de las más grandes en Paysandú.
Las ocupaciones
Sobre las ocupaciones Hermes dice que en la noche del 27 de junio estaban casi todas las fábricas ocupadas. “…se ocupó Norteña, a las cuatro de la mañana se ocupó Paycueros, Aceiteras del Uruguay se ocupó, , se ocupó Famosa (…) y en el caso nuestro concreto de Paylana la ocupamos a las seis de la mañana (…) entraba un turno y salía el otro. Sale el de las diez de la noche y entra el de las seis de la mañana. Se hace la asamblea con los dos turnos y se resuelve lo que ya se sabía de antes. Se organiza la olla sindical. “La única que no ocupó fue Azucarlito (…) Pero después todos los otros, pequeñas fundiciones como Ferrospay, un astillero que había, toda esa gente ocupó, ocuparon e iban, digamos, al sindicato de Paylana, donde funcionaba la olla sindical de toda la zona industrial (…) en Paysandú hay una zona industrial…muy importante que se compone de Paylana, Paycueros, Azucarlito, Norteña, eh, y ahora todas las fabricas de citrus, que en aquella época había una sola, bueno todo eso se agrupó y digamos, la olla sindical era centralizada en el sindicato de Paylana.” Que dicho sea de paso, estaba bien enfrente de la fábrica.
Apoyo logístico
La dictadura para desmovilizar a los estudiantes y profesores suspendió los cursos por más de un mes. “Entonces todo lo que eran estudiantes y profesores estaban de grupos de apoyo a todo lo que era la huelga general. Los profesores se organizaban de tal forma con los maestros y con profesionales (…) y en eso jugó un papel muy importante…la Facultad de Agronomía con sus docentes, con sus funcionarios y con sus estudiantes. La Facultad de Agronomía tenía la Escuela Mario Cassinoni (…) entonces nosotros no teníamos por qué salir a buscar comestibles, sino que los comestibles estaban todos los días, lo que precisábamos para esa olla sindical, es decir, lo que comúnmente hacíamos nosotros como trabajadores en ese momento lo estaban haciendo esas fuerzas de apoyo que había.”
Un método, bien obrero
Continúa Pastorini: (…) La ocupación no solamente que se iba llenando cada vez más de gente, porque aparte de los trabajadores venían estudiantes y venían a ocupar los lugares de trabajo, sino que intercambiábamos entre compañeros…, intercambiábamos entre dirigentes sindicales, nos intercambiábamos de ocupación (…) Y bueno fue que así que…como ser…, Carlitos Rusi, que era un dirigente aceitero, compañero militante de esos a muerte, venía al sindicato de Paylana, a la ocupación de Paylana, yo iba a la ocupación y al sindicato de ellos, venían compañeros de la FOL, Federación Obrera de la Lana, el compañero Paulino, nosotros íbamos para allá, y así sucesivamente, yo entraba a Paycueros, entraba en la Norteña, los compañeros de Norteña venían y nos trasmitíamos mutuamente…los compañeros bancarios también, nos trasmitíamos mutuamente en qué estábamos cada uno…los compañeros del Frigorífico Casablanca venían también y trasmitían…y así sucesivamente nos íbamos transmitiendo cada uno cuál era la situación que había en cada lugar de trabajo. Eso entusiasmaba, permitía, digamos, que…porque hubo fábricas que no pudieron ocupar. Hubieron lugares como el Frigorífico Casablanca, como ser, que no se pudo ocupar, pero entonces hicieron la huelga.”
Reflexiones
Es muy interesante esto que trasmite Pastorini. Por un lado no es lo mismo trasmitir en medio de la huelga la experiencia que está ocurriendo en otros lugares, como en una ciudad tan grande como Montevideo, que hacerlo en Paysandú una ciudad de cercanías. En el caso capitalino el fotógrafo del diario El Popular, Aurelio González acercaba las experiencias a través de las fotos que sacaba de los distintos lugares ocupados y se las llevaba a otros lugares. De esa manera ayudaba a mostrar la magnitud de la huelga y elevaba el ánimo de la gente.
Dari Mendiondo en un testimonio del año 1994 dice:”Para mantener activa a tanta gente que ocupaba se hacían visitas interfábricas en la zona para apoyarse mutuamente…” Se refiere a zona de la Curva de Maroñas dónde había muchas fábricas, relativamente cercanas unas de otras. Pero Montevideo es muy extenso.
En Paysandú ayudaba las dimensiones y características de la ciudad, con una zona industrial donde había miles de trabajadores ocupando empresas. Por ejemplo Paycueros y Paylana ocupadas estaban una junto a la otra y un poco más atrás en la zona industrial Norteña. Eso facilitaba el intercambio que dice Hermes. Los bancos estaban mas lejos, lo mismo la Aceitera y las barracas de lana. Pero con una bicicleta o una moto se podía llegar rápido a la zona industrial o viceversa. El método usado es muy interesante, porque permitía apoyarse mutuamente y mantener la confianza y firmeza necesaria para una huelga tan larga y desgastante. Eso explica en parte que en Paysandú la huelga duró un día más y que hubiera dos 9 de julio. La heroica tenía fuerzas para resistir aún un tiempo más. Pero la lucha hay que verla en toda su globalidad.
El ejército desocupa las fábricas
[…]
Estaba previsto que si desalojaban una fábrica, las demás tocaban las sirenas. No recuerdo la hora exacta. Pero primero desalojaron Norteña. Sonaron las sirenas de Paylana y Paycueros. Recuerdo a los obreros de Paycueros que veían- por su mejor ubicación geográfica- venir marchando a los obreros de Norteña y se sentía: “¡Si esto no es el pueblo, el pueblo donde está. El pueblo está en la calle por pan y libertad!” Hoy ante el recuerdo se me sigue poniendo la piel de gallina. Ante el aviso de las sirenas miles de sanduceros rodeaban las fábricas. La tensión crecía. Tengo en la retina a un soldado parapetado, que le temblaba el fusil, apuntando hacia Paylana.
Después vinieron las tropas del ejército y desalojaron Paycueros y aumentaba la cantidad de gente que se nucleaba en frente de la fábrica en el local del sindicato de Paylana y en la avenida Salto tomada por la gente. Aumentaba el nerviosismo. Unos oficiales se acercaron a parlamentar con el “Conejo”. Entraron. Recorrieron la fábrica. Estaba todo en perfecto orden. Finalmente, porque así estaba planteado, se desocupó sin violencia. Salimos como en todos los casos, cantando el himno. Nunca vi tanta gente en Paysandú cantando el himno y en esas circunstancias donde nadie tenía la bola de cristal, para saber lo que iba a pasar.
Estaba el ejército siguiendo al pie de la letra su papel de brazo armando de la oligarquía y de los más reaccionarios de nuestro país. El pueblo desarmado y ellos armados a guerra. Represión contra trabajadores que defendían la democracia, que a los poderosos ya no les servía.
Las masas apoyan al “Conejo” y presionan al ejército
Se vivieron momentos de tensión cuando el “Conejo” tuvo que entrar a la fábrica junto a personal jerárquico militar, y demoraba en salir. Corrió como un reguero de pólvora la idea de que se lo llevaban preso. Y los miles que estábamos ahí empezamos a avanzar lentos pero seguros hacia la fábrica, para que no se lo llevaran. Por suerte Hermes pudo cruzar al sindicato; pusieron una mesa y parado con un megáfono hizo un discurso corto, ante miles de personas – que por supuesto no recuerdo con precisión- e invitó a la manifestación de ese día, 12 de julio que se hizo por la tarde en la Plaza Constitución.
El Corralón
“Pero hay una cosa muy importante que (…) uno se olvida en el fragor de esa noche del 27 de junio cuando estábamos en la asamblea…en el local de los municipales, los municipales tenían una resolución que era la siguiente: que en el caso de Golpe de Estado ellos iban a ocupar el corralón (…) y el corralón lo iban a ocupar compañeros que supieran cómo manejar motoniveladoras, cómo manejar excavadoras, cómo manejar, digamos, todo tipo de maquinaria pesada que podía servirnos como posibilidad de frenar la represión que pudiera venir por carretera. Es decir, frenar la represión, en el sentido de abrir zanjas, abrir trincheras dónde digamos no pudiera…venir la represión a Paysandú.
Esa era un poco la idea general que teníamos, que la habíamos discutido en una cantidad de oportunidades, pero resulta que cuando los compañeros van a ocupar el corralón esa noche –después nos enteramos por qué no había tanta represión (en la ciudad)- porque toda la represión estaba en el corralón, porque alguien había pasado ese dato y bueno, a consecuencia de ello cayeron siete compañeros presos, cayeron dos estudiantes y cinco compañeros municipales que los tuvieron tres días presos y al final no sabían lo que hacer con ellos y los largaron. Es decir porque todavía no había ninguna resolución de qué hacer en ese tipo de cosas. Eso da una pauta, digamos, de cuál era el ambiente y cuál era el entusiasmo que había.”
Los plebiscitos en las fábricas
A nueve días del golpe y de la huelga general, el jueves 5 de julio de 1973, después del decreto Nº 518 por el cual se autorizan los despidos masivos de trabajadores públicos y privados; y del Comunicado Nº 862 que solicita la captura de 52 dirigentes de la CNT; aumentan los llamados de la dictadura a realizar plebiscitos en los lugares de trabajo.
Al respecto el dirigente textil Juan Ángel Toledo manifiesta en un reportaje realizado en 2001: “La participación de la gente en la huelga fue total y además no hubo vacilaciones ni dudas. Ahora, claro…cosas que no preveíamos que podían pasar, porque era la primera vez que nos enfrentábamos a semejante circunstancia, no había experiencia de cosas de ese volumen.
Hubo dos traspiés que fueron decisivos para la resolución que tomamos en IMPASA de levantar la huelga: el llamado de la patronal a plebiscito y la actitud de la mayoría, que fue de abstenerse de ir a votar, de no participar en un plebiscito organizado por la patronal y los milicos. Y entonces la minoría presente en el plebiscito optó por levantar las medidas. Nos hicieron un agujero tremendo porque, inmediatamente, la fuerza pública aseguraba que el que quisiera se pusiera a trabajar Y nos creó también un problema posterior con un grupo de compañeras y compañeros que tenían sus limitaciones y todo lo demás.
Pasó lo mismo en ILDU que era una fábrica de otras características y con otra experiencia. (…) Además, veíamos que en el Puerto y el transporte la cosa no estaba firme, lo que nos llevó a la reunión del comando textil y, refrendado por las asambleas de fábricas, tomar la decisión de levantar la huelga y continuar la resistencia por otras vías. Mantener el repudio a la dictadura y continuar la resistencia por otro camino.”
Sobre este aspecto en 2003 Hermes Pastorini nos decía: “Querían quebrar el tema este de la huelga general. Y por ahí salen…surgen con las ideas del plebiscito, del famoso plebiscito. Nos empiezan a citar a todas las organizaciones gremiales. Nosotros más allá de que participábamos cada cual en distintas fábricas por lo general siempre nos reuníamos, tratábamos de reunirnos y por lo general no nos reuníamos en una fábrica, el comando, digamos el Plenario que eran cinco gremios en aquel momento: Bancarios, Adeyom, Ancap, Paylana y Famosa, que nos reuníamos clandestinamente, siempre nos reuníamos…como ser un día por…nos reuníamos y discutíamos cómo hacer las cosas…
(…)
Entonces quieren hacer el plebiscito, el voto secreto. Llaman a…primero llaman a toda la dirección de la CNT, digamos a una reunión donde plantean el tema del plebiscito, eh digamos, era el comandante del Cuartel que ere el teniente coronel Mario Meirelles, y bueno, después llama individualmente a cada gremio. En el caso nuestro, cuando nos toca a nosotros, nosotros le planteamos que no teníamos ningún inconveniente en hacer el plebiscito, pero que poníamos una condición y la condición…cuando nos preguntó cuál era la condición, le decimos: que también se hiciera un plebiscito a ver si el pueblo uruguayo estaba de acuerdo con el Golpe de Estado. Y bueno, eso nos costó que nos metiera un guante por abajo del escritorio, ahí apareció, digamos, la “Chancha” Farías, teniente, gran torturador junto con el capitán Larrosa, y bueno nos tocó para la Plaza de Armas. Y allá estuvimos en la Plaza de Armas. Primero nos pusieron de plantón, después nos sentaron, después nos dieron un plato de agua con un poco de acelga y después nos tiraron a la cocina y ahí nos sacaron de madrugada (…)
Digamos, lo que importa es que en definitiva, hubo un gremio que hizo el plebiscito, que fue el gremio de Coca Cola y robó, robó para seguir la huelga…y hubo otro gremio que también hizo un plebiscito, que fue la fábrica de galletitas FAMOSA que también robó. Dos gremios en Paysandú hicieron el plebiscito y los dos gremios robaron para seguir la huelga. Entonces ahí se les terminó un poco todo el…maquillaje que querían hacerle a la dictadura, y entonces empezaron con el tema de las desocupaciones.”
9 de julio
Sobre la manifestación del 9 de julio en Montevideo se ha escrito más. Pero sobre la que se hizo en Paysandú se conoce poco.
Al respecto parte del testimonio de Hermes es el que sigue:”La manifestación consistía en lo siguiente: nos encontrábamos un grupo de trabajadores, un grupo de trabajadores nos encontrábamos en el local de los municipales nos metíamos ahí adentro temprano, (…), otro grupo se concentraba en el local de bancarios que estaba a una cuadra de ahí, otro grupo en la casa de la Universidad que estaba frente a la Plaza Constitución, y algún otro grupo se andaba paseando…
(…)
Había un hombre, un escribano eh…Adolfo Mc Ilriach, un hombre del Partido Nacional pero un hombre muy demócrata, fue el que encabezó la manifestación (…) por 18 de Julio para abajo.
Bueno ese hombre encabezó la manifestación y ese hombre fue gaseado ya cuando llegamos a la mitad de la cuadra, por 18 de Julio para abajo antes de llegar a la calle Queguay (…) fue gaseado, fuimos gaseados salimos en tropel para atrás, llegamos a la Plaza Constitución (…) el tema era disparar de los gases porque no teníamos experiencia en cuanto a gases. Habíamos tenido la experiencia en cuanto a garrotes, en cuanto a agua, con bomberos y eso, pero no gases. (…)
Entonces, para mí, recuerdo que la Iglesia abrió las puertas y bueno, muchos se metieron adentro de la Iglesia, y bueno hasta que nos pudimos reagrupar de vuelta. El encargado de esa represión era el comisario de la Seccional 1ª que era Luis Burgo, el Jefe de Policía en aquella época era Carlos Beroix, un coronel, Carlos Beroix. Vino la represión, nos reprimieron, al final el que encabezó después todo el…que empezó a dialogar con el comisario éste fue el doctor Fernando Burjel, un compañero que pertenecía al PDC, médico muy reconocido en Paysandú (…) Al final del diálogo lo convenció e hicimos una manifestación callados la boca con el puño cerrado alrededor de la Plaza Constitución.
Terminamos la manifestación, volvimos a la calle Montevideo en la esquina de la Iglesia y recuerdo que Fernando…el doctor Fernando Burjel, hoy fallecido, dice…dice que habíamos cumplido ya el objetivo, habíamos repudiado la dictadura, habíamos manifestado nuestro repudio y por lo tanto cada cual que nos retiráramos y bueno porque habíamos cumplido el objetivo.
Yo recuerdo en aquel momento, con el entusiasmo propio de mis 30 años que tenía,…empecé a gritar…de que la lucha continuaba; y bueno, recuerdo que un compañero me agarra de un brazo y me saca corriendo y no sabía por qué y otro me empuja por la espalda y me sacan al vuelo y era que había venido un piquete del ejército y estaba apuntando justamente con las carabinas, estaba apuntando adonde yo estaba, digamos en el medio de la calle.
Cuando le dieron la voz de fuego, le dieron la voz de fuego a la soldadesca, la soldadesca apunta para ahí y tiró una descarga para arriba, que incluso, muchos años quedaron los agujeros en la marquesina de la tienda que había en esa esquina, es decir de los agujeros que habían dejado las balas. Y bueno y ahí fue un poco el…eso fue el acabose, fue el desparramo y bueno continuamos…continuamos ocupando los lugares de trabajo ya en ese momento digamos (…)
Complementa Pastorini: “El nueve de julio hicimos una manifestación en la tarde que fue algo brillante, es decir, nunca en Paysandú hubo una cosa igual. Fue brillante en todo sentido porque, brillante desde la represión, que hubo represión así, abierta, es decir, recuerdo que un compañero, por dar un ejemplo, le robó a los milicos, estaban tan afanados reprimiendo que vino un compañero le robo una…una bomba de esas…cartuchos de gases lacrimógenos y los amenazaba que se los iba a tirar a ellos. Bueno, fue al final fue…andaban helicópteros volando continuamente, sobrevolando la zona y sacando fotos.
Sacaron fotos de todo tipo, reprimieron abierto y aparte hicieron lugares, cordones donde agarraban trabajadores y yo recuerdo que los compañeros empezaron a escaparse uno por un lado otro por otro por las calles, digamos, por las transversales y en la lateral de abajo ahí estaba el camión del ejército esperándolos y ahí subieron una cantidad de compañeros, subieron…yo no sé pero me animo a decir que subieron decenas de compañeros arriba de los camiones y tocaron con todos para la Plaza de Armas del Cuartel
De madrugada a esos compañeros los empezaron a largar, pero qué pasaba, los largaban de la siguiente forma: los metían adentro del camión, les ponían un toldo arriba y de madrugada los largaban y los llevaban cuatro o cinco kilómetros y empezaban a largarlos de a uno y cada vez que bajaba uno le tiraban un tiro. Entonces el compañero que bajaba del camión, que lo habían largado ahí en el medio de la carretera y le tiraban un tiro, lo primero que pensaba era que le habían errado, entonces, se quedaba escondido y así hubieron compañeros que los largaron a quince, veinte kilómetros lo mismo de distancia.”
El Plenario Popular Obrero- Estudiantil en Paysandú
“En Paysandú, es decir, en el año 1973 era una ciudad que tenía alrededor de 75.000 habitantes, un movimiento sindical fuerte, un desarrollo industrial muy importante. Recién empezaba también a surgir como ser la industria del citrus, tenía fábricas textiles, metalúrgicas importantes, tenía una fábrica de cerveza, tenía una curtiembre de cuero, Paycueros; Azucarlito, aceiteras, es decir, había un movimiento obrero muy importante en esa época. Había un Plenario Obrero-Estudiantil que se había fogueado en el conflicto del año ´58 por la Ley Orgánica de la Universidad, donde se unieron obreros y estudiantes y ahí se formó el Plenario Obrero-Estudiantil. Contaba en el año 73, participaban alrededor de treinta y ocho gremios del departamento, distintos gremios, de la construcción, trabajadores rurales, bancarios y la dirección del movimiento sindical en Paysandú la componían alrededor de siete gremios, que eran la Mesa Ejecutiva del plenario intersindical de trabajadores, donde quien la presidía era AEBU, la secretaría la tenía ADEYOM – municipales-, y después gremios como Paylana, es decir, donde participaba yo, el gremio de Famosa, un gremio muy importante, digamos, en aquella época existía una fábrica de galletitas muy importante con cientos de trabajadores en Paysandú, aceiteros, ANCAP, la federación ANCAP, eran los gremios, digamos, que más participaban en ese momento.(…)
…por lo general nunca bajaban los plenarios entre veinte organizaciones sindicales…había un frigorífico cárnico muy importante, Frigorífico Casablanca, que también tenía su organización y tenía toda una experiencia de lucha,…
(…)
En el caso de, digamos, la experiencia que me tocó vivir a mí, la responsabilidad por lo general que cumplía en aquel momento en la dirección del Plenario Obrero-Estudiantil, yo era dirigente del gremio textil de Paylana, participaba en el Congreso Obrero Textil -COT- donde era también militante y dirigente y participaba muchas veces, como alterno, cuando el compañero bancario no podía participar, que era Ruben Obispo, que no podía participar en la Mesa Representativa de la CNT, participaba yo. Es decir un poco esa eran las características que tenía el movimiento sindical en Paysandú.”
Todos los entrecomillados con los testimonios fueron sacados del libro: “15 DÍAS QUE ESTREMECIERON AL URUGUAY” “GOLPE DE ESTADO Y HUEGA GENERAL” “27 de junio-11 de julio de 1973”, de la Editorial FIN DE SIGLO.
Los subtítulos en negrita son míos, para facilitar la lectura.
Quiero mandar un fuerte abrazo a toda la familia de Hermes. A todos los compañeros y compañeras. A todo el pueblo trabajador sanducero.
Son parte de mi vida. Les debo mucho en mi forma de pensar y ver el mundo.
Todos tenemos referentes. El Conejo está en lo más alto.
Marcó la vida del pueblo sanducero.
Un abrazo fraterno.
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