Movilizaciones: Trabajadores del Supermercado Bocata (Fuecys)

Rosana Porteiro
El Chasque
2/12/2025

LOA A LA DIALÉCTICA (1932)
Con paso firme se pasea hoy la injusticia.
Los opresores se disponen a dominar por otros diez mil años.
La violencia garantiza: «Todo seguirá igual.»
No se oye otra voz que la de los dominadores,
y el mercado grita la explotación: «Ahora es cuando empiezo».
Y entre los oprimidos, muchos dicen ahora:
«Jamás se logrará lo que queremos.»
Quien aún esté vivo no diga «jamás».*
Lo firme no es firme.
Todo no seguirá igual.
Cuando hayan hablado los que dominan,
hablarán los dominados.
¿Quién puede atreverse a decir «jamás»?
¿De quién depende que siga la opresión? De nosotros.
¿De quién el que se acabe? De nosotros también.
¡Que se levante aquel que está abatido!
¡Aquel que está perdido, que combata!
¿Quién podrá contener al que conoce su condición?
Pues los vencidos de hoy son los vencedores de mañana
y el jamás se convierte en ahora mismo.
Bertolt Brecht

Movilizaciones de la coordinadora de supermercados: Sindicato de trabajadores del Supermercado Bocata

Los comercios dedicados a la venta de comestibles en Uruguay atravesaron una transición en el periodo 1995-1999, lapso en el que el país pasó de los almacenes y pequeños supermercados de capital nacional y cuyo dueño o dueños eran generalmente del barrio, a una gran cantidad de grandes supermercados.

El número de estos se quintuplicó en esos años y pasaron a estar en manos de capitales extranjeros, lo que generó un proceso de concentración y centralización del capital, que en su mayoría llegaron a comprar firmas que ya existían pero en otros abrieron nuevas empresas. El fenómeno, que se inició de la mano de empresas como las cadenas Tienda Inglesa, Disco, Devoto, Ta-Ta y Multi-Ahorro, en principio se dio solo en Montevideo pero después se extendió al interior del país. Estas grandes superficies que concentran todos los productos que un consumidor “puede necesitar y más”, y sus marquesinas luminosas, no disminuyeron sino que en muchos casos aumentaron la precariedad laboral histórica de los trabajadores y trabajadoras del sector, situación que en muchos casos, se mantiene hasta hoy.

El sector de trabajadores y trabajadoras supermercados e hipermercados agremiados en la Federación Uruguaya de Empleados y Empleadas del Comercio y Servicios (FUECYS) que forma parte del PIT-CNT, en su mayoría está integrado por trabajadores denominados 25.000 pesistas», ya que sus salarios no superan ese monto. El 29 de noviembre el Sindicato de Trabajadores de Tienda Inglesa y la Coordinadora de Supermercados, nucleados en FUECYS, se movilizaron en Disco de Plaza Italia en el marco de la lucha que vienen desarrollando en los Consejos de Salarios por mejores condiciones laborales y salarios.

No es la primera movilización que llevan adelante los trabajadores del sector en el marco de este proceso de negociación colectiva que está llegando a sus instancias finales. El 8 de noviembre se movilizaron en el Geant Nuevo Centro por beneficios iguales para todos los trabajadores y trabajadoras; el 20 de noviembre en la sucursal Ta-Ta del barrio Cerro a la que ocuparon parcialmente sin impedir el ingreso de los clientes y el 22 de noviembre se volvieron a movilizar con la misma modalidad de ocupación parcial, en el supermercado “Bocata”, en el barrio Unión, para denunciar el estancamiento y las propuestas insuficientes en la negociación de los Consejos de Salarios.

La investigación del docente de la Universidad de la República, Nicolás Marrero, “La Sindicalización del Sector Supermercados en Uruguay (2005-2020)”, ayuda a comprender la evolución histórica de las condiciones laborales del sector. En este trabajo Marrero resalta las nuevas modalidades de trabajo (flexibilización laboral, tercerizaciones, y diversas formas de trabajos “atípicos”); la regulación de las relaciones laborales con la re-instalación de los Consejo de Salarios en 2005 y el conjunto de leyes aprobadas referidas a la vida sindical; y el desarrollo y revitalización del movimiento sindical con la creación de varios de los gremios de las distintas empresas del rubro, desde el sindicato del Devoto en 2005, que fue el primero, hasta el del supermercado Bocata, en 2024.

En diálogo con Daniela, integrante del Sindicato de trabajadores del Supermercado Bocata, señaló que Bocata es un supermercado ubicado en la avenida 8 de octubre, en el barrio Unión, en el que se venden artículos más baratos que en otros negocios del rubro, de la zona. Esto hace que el comercio tenga una gran afluencia de público, en especial a horas pico y fines de semana, a pesar de que está abierto todos los días y en un extenso horario. Es una escena común para las personas que viven en el barrio ver una larga fila en la puerta del supermercado a la espera de que se liberen los carritos para poder entrar. La sindicalista explicó que, cuando abrió, en 2005, el supermercado Bocata estaba en un local más pequeño y lindero al actual y con los años se expandió por lo que se mudó al espacio que ocupa hoy.

En cuanto a las características de los trabajadores de la Bocata explicó que son casi 200 empleados entre los dos turnos, de todas las edades y aunque la proporción de hombres y de mujeres y de jóvenes y mayores, varía dependiendo del sector del supermercado, en general estos porcentajes son aproximadamente iguales.

Entiende que además del reclamo por salarios dignos, una de las principales problemáticas de los trabajadores en la empresa son las condiciones laborales. Señaló que no existe una buena comunicación entre los encargados, lo que hace que cada uno oriente el trabajo a su manera, desde su punto de vista y por tanto se generen hacia los trabajadores órdenes y contra órdenes que fomentan una gran confusión. A esto se suma el hostigamiento, la presión y el maltrato que sufren los trabajadores por parte de los encargados del supermercado cuando les dan órdenes, acentuando aún más el estrés que conlleva cumplir el horario de trabajo generalmente con un gran volumen de tareas y de público. “Todo el tiempo te están observando, viendo lo que haces y te están escuchando, no te dejan trabajar cómodamente”, expresó.

Resaltó que desde que funciona el sindicato han tenido algunos logros como poder negociar el aumento de la antigüedad y cambiar algunas condiciones dentro del supermercado, así como después de mucho tiempo, lograron que la empresa les reconociera el medio día de descanso que antes no les autorizaba, si lo pedían se los negaba y de tomárselo los podía llegar a expulsar. También desde que funciona el sindicato varios compañeros se han atrevido a tomarse un feriado no laborable, como, por ejemplo, el 25 de agosto, cuando antiguamente la empresa los obligaba a asistir. Antes si te querías tomar el feriado, para obligarte a ir a trabajar, en caso de no concurrir, te cortaban el vale de mercadería y de dinero. En 2025 este feriado ya se pudo tomar y no hubo represalias contra ningún trabajador.

La plataforma sindical central de reivindicaciones para el sector se vincula con:
– Los salarios por debajo de las pautas, que reciben en la actualidad los trabajadores y trabajadoras del rubro.
– La negativa de las empresas a garantizar un crecimiento salarial real y el rechazo categórico a las ofertas de las patronales, que proponen ajustes por debajo de las pautas de gobierno, “las cuales ya consideramos insuficientes para cubrir las necesidades reales del sector”.
– Exigir un incremento de salario del 2% semestral por encima del Índice de Precios al Consumo (IPC).
– Rechazar el incremento de Presentismo Irrisorio propuesto por la empresa: La patronal ofrece un incremento «irrisorio» de solo $100 en el rubro de presentismo, “un componente que condiciona significativamente el salario de los empleados”.

Los salarios bajos de la mayoría de los trabajadores de los supermercados, que los ubica en el grupo de los 25.000 pesistas», identificado por el Instituto Cuesta Duarte del PIT-CNT, contrastan drásticamente con el valor de la canasta básica familiar, que, asciende a $138.000 mensuales para una familia de cuatro integrantes.

​Desde los años 70 a 80, cuando los trabajadores de los supermercados cumplían su tarea durante 10 a12 horas de lunes a domingos y afiliarse a un sindicato era algo impensado con excepción de unos pocos, “mucho agua ha pasado debajo del puente”.

En aquellos años la experiencia del vendedor de almacén o supermercado, que en muchos casos generaba un intercambio comunicacional diario, amistoso y hasta con ingredientes de humor con los clientes a la hora de la venta, según algunos o algunas, un arte, era un recurso valioso al presentarse a buscar un nuevo empleo. El patrón “era alguien que veían a diario, que quería el bien de sus trabajadores y con quien se podía hablar sin necesidad de sindicato”, según el mismo les decía en discursos paternalistas a sus empleados hasta terminar convenciéndolos.

Hoy la patronal en muchos casos es una multinacional, que la mayoría de las veces no está en el país, y los empleados se vinculan con ella a través de representantes, los trabajadores y los clientes interactúan poco, cada vez menos, ni siquiera en las cajas, que lento pero seguro, se van sustituyendo con las cajas automáticas. Todo eso es lo que se ha modificado con el tiempo, pero ¿qué es lo que sigue incambiado? Creemos que es la precariedad del vínculo laboral, y la vulnerabilidad de los trabajadores del sector, que hoy se manifiestan en la multitarea, la flexibilización horaria, de modalidad de trabajo y de contratos y en las tercerizaciones.

¿Cuál es el rol fundamental de un gobierno de izquierda, entonces, en el marco de los Consejos de salarios, para garantizar condiciones dignas de trabajo en una negociación con tal desigualdad de poderes entre empresarios, dueños de un gran capital, y trabajadores, que en general son mano de obra poco calificada, joven, en su mayoría mujeres y con poco tiempo en la empresa porque es un rubro en el que el personal tiene mucha movilidad?

Creemos que para este sector es fundamental no solo el rol central del gobierno de definir lineamientos generales que prioricen el empleo y la recuperación salarial de los salarios más sumergidos sino también impulsar el abordaje de temas de interés no salariales que se incorporen en convenios, temáticas como igualdad de género, capacitación, salud mental, cuidados y seguridad laboral, todos fundamentales en el marco de un vínculo y condiciones laborales tan precarias como las de los trabajadores y trabajadoras de los supermercados.

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