El movimiento cooperativo de Kerala, India, apoyado por poderosos movimientos de la clase trabajadora y campesina y gobiernos de izquierda, ha generado miles de cooperativas. Ellas son un semillero de futuros posibles más allá del capitalismo.
Fuente: Tricontinental
El Chasque 214
5/12/2025
Introducción: El comunismo posible
Pero estaba reservado a la Economía política del trabajo el alcanzar un triunfo más completo todavía sobre la Economía política de la propiedad. Nos referimos al movimiento cooperativo, y, sobre todo, a las fábricas cooperativas creadas, sin apoyo alguno, por la iniciativa de algunas “manos” audaces. Es imposible exagerar la importancia de estos grandes experimentos sociales que han mostrado con hechos, no con simples argumentos, que la producción en gran escala y al nivel de las exigencias de la ciencia moderna, puede prescindir de la clase de los patronos, que utiliza el trabajo de la clase de las “manos”; han mostrado también que no es necesario a la producción que los instrumentos de trabajo estén monopolizados como instrumentos de dominación y de explotación contra el trabajador mismo; y han mostrado, por fin, que lo mismo que el trabajo esclavo, lo mismo que el trabajo siervo, el trabajo asalariado no es sino una forma transitoria inferior, destinada a desaparecer ante el trabajo asociado que cumple su tarea con gusto, entusiasmo y alegría (Marx, 1864).
– Karl Marx, Manifiesto Inaugural de la Asociación Internacional de los Trabajadores, 1864.
La miseria azota el planeta. La pobreza persiste para miles de millones de personas en todo el mundo. El cambio climático, producto del expansionismo capitalista, amenaza la supervivencia de la vida en la Tierra. Guerras de proporciones grotescas se extienden por todo el mundo en múltiples formas, incluido el genocidio de Israel contra el pueblo palestino en Gaza, a la par que hambrunas provocadas por el comportamiento humano asolan a amplios sectores de la población. Es como si los cinco jinetes del Apocalipsis ya no fueran suficientes. En su lugar, innumerables jinetes cabalgan por todo el planeta sofocando las posibilidades de la vida humana.
Todo ello contribuye a la sensación de que nada más que esta pesadilla es posible, que no se pueden imaginar alternativas. Cuando las personas resilientes se atreven a pensar en un futuro más prometedor, como inevitablemente hacen, quienes están en el poder las reciben con burlas y se empeñan en acabar con ellas. A los poderosos y a los propietarios les conviene asegurarse que no florezca ninguna alternativa. La supervivencia de una sola semilla de esperanza pondría en tela de juicio la afirmación de que la Historia ha terminado.
Una de estas semillas es el estado indio de Kerala (con una población de 35 millones de habitantes), que tiene una rica historia de construcción socialista. Diez años después de que la India obtuviera su independencia en 1947, el Partido Comunista de la India ganó las elecciones estatales en Kerala. Desde el principio, el gobierno de izquierda de Kerala adoptó un programa para acabar con las antiguas jerarquías y costumbres sociales, proporcionar a la población bienes sociales que no estaban fácilmente disponibles en el resto de la India (como educación pública de calidad, atención de salud y transporte) y construir las bases del poder de la clase obrera y el campesinado defendiendo los derechos de lxs trabajadorxs a organizarse en sindicatos y crear cooperativas. Aunque el gobierno nacional de Delhi destituyó inconstitucionalmente al gobierno comunista de Kerala en 1959, la agenda establecida por la izquierda se mantuvo en gran medida. La izquierda ha vuelto al poder periódicamente (1967 a 1969, 1980 a 1982, 1987 a 1991, 1996 a 2001, 2006 a 2011 y 2016 al presente), ampliando cada vez la agenda de descentralización, fomentando la acción pública y sentando las bases de instituciones estatales socialdemócratas.1 Incluso cuando la derecha llegó al poder en los años intermedios, no fue capaz de socavar la dinámica que habían puesto en marcha los gobiernos de izquierda. Fue en este contexto en el que se desarrolló el movimiento de cooperativas en Kerala.
Las personas que critican el sistema capitalista suelen ser igualmente críticas con las alternativas que se construyen dentro de los parámetros de este sistema, ya que argumentan que dichas instituciones están cautivas de la lógica del capitalismo. Pero se trata de una valoración errónea de las cooperativas, que son, de hecho, incubadoras de diferentes lógicas de vida y trabajo que sirven de faros de inspiración y esperanza, y ofrecen una ventana a lo que la humanidad es capaz de hacer una vez superadas las cadenas del capitalismo. Las cooperativas proporcionan escuelas para que la clase trabajadora y el campesinado aprendan a construir relaciones sociales basadas en fundamentos económicos diferentes. En el tercer volumen de El capital, Marx escribió:
Las fábricas cooperativas de los trabajadores son, dentro de las viejas formas, la primera fractura de éstas, aunque es natural que por doquier reproduzcan y deban reproducir, en su organización real, todos los defectos del sistema imperante. Pero en su seno está suprimido el antagonismo entre capital y trabajo, aunque por ahora sólo lo esté en la forma de que los trabajadores, en cuanto asociación, constituyen su propio capitalista, es decir que emplean los medios de producción para valorizar su propio trabajo. Las mismas demuestran cómo, alcanzada cierta fase en el desarrollo de las fuerzas productivas materiales y de las formas sociales de producción que les corresponden, se desarrolla y forma, de manera natural, un nuevo modo de producción a partir de otro modo de producción (1977[1894]: 567).
La visión de Marx en este punto es fundamental. Las cooperativas no están intrínsecamente sumidas en la ley capitalista del valor, ni son capaces de trascenderla fácilmente. Son “brotes”, escribe, de una alternativa a través de la cual la clase trabajadora puede experimentar con la anulación de la gestión capitalista. Marx contemplaba con gran orgullo la utopía obrera que se estaba construyendo en la Comuna de París de 1871, donde vio cómo lxs comunerxs desarrollaban cooperativas de trabajadorxs y otros medios para construir una nueva sociedad en medio del júbilo por el derrocamiento del Segundo Imperio de Luis Napoleón III (1852-1870).2 En La guerra civil en Francia, Marx escribió que, durante los dos meses de existencia de la comuna, de marzo a mayo de 1871, esta fue la “forma finalmente descubierta” para el futuro Estado obrero. Fue en este texto donde Marx escribió sobre las perspectivas de las cooperativas:
[…] si la producción cooperativa ha de ser algo más que una impostura y un engaño; si ha de substituir al sistema capitalista; si las sociedades cooperativas unidas han de regular la producción nacional con arreglo a un plan común, tomándola bajo su control y poniendo fin a la constante anarquía y a las convulsiones periódicas, consecuencias inevitables de la producción capitalista, ¿qué será eso entonces, caballeros, sino comunismo, comunismo “realizable” (1986: 335)?
Este texto, El movimiento de cooperativas en Kerala, India, forma parte de una serie del Instituto Tricontinental de Investigación Social llamada “Estudios sobre la construcción del socialismo”. Trata sobre el comunismo realizable, las posibilidades en nuestra época de una sociedad futura. Esta investigación, una evaluación honesta de una empresa heroica, nos muestra que las cooperativas de Kerala no solo han sido capaces de sobrevivir en un pequeño nicho, sino también de crecer hasta convertirse en instituciones importantes que forman parte integral de la vida social de la región. En la actualidad hay 16.429 sociedades cooperativas registradas en Kerala (12.278 de las cuales están activas, 3.354 inactivas y 797 en liquidación) (Gobierno de Kerala, 2025). Las cooperativas operan en una amplia gama de sectores, desde la producción y distribución de bienes y servicios hasta hospitales y restaurantes, pasando por la producción agrícola y la construcción de viviendas. La mayor cooperativa (aunque no está registrada estrictamente como tal), Kudumbashree, cuenta con 4,8 millones de asociadas, todas ellas mujeres. Una de cada cuatro mujeres de Kerala participa en esta cooperativa. También hay muchas organizaciones similares a cooperativas que están registradas como sociedades benéficas y fundaciones, como la Brahmagiri Development Society, centrada en el desarrollo agrario, y la Janatha Charitable Society, una importante productora de leche. La mayoría de las sociedades cooperativas activas tienen sucursales en diferentes partes del estado.
Por supuesto, existen retos y contradicciones, que se debaten con claridad: no tiene sentido exagerar las posibilidades que ofrecen las cooperativas, que deben luchar por sobrevivir en un mundo en el que la ley capitalista del valor es la ley de la tierra. Tampoco tiene sentido minimizar las importantes contribuciones de estas cooperativas a la población de Kerala, tanto en términos materiales como espirituales. Estas cooperativas no son solo una fuente de inspiración: proporcionan un modelo para las cooperativas de todo el mundo como semillas de un futuro justo que existe dentro de los límites del capitalismo actual.
Las cooperativas de Kerala
En 1943, en la séptima sesión de la All India Kisan Sabha (AIKS, el sindicato de agricultorxs más grande del país) celebrada en Bhakna Kalan, Punjab, los delegados debatieron una serie de cuestiones, entre ellas la creación de cooperativas. En una de sus resoluciones, la AIKS argumentó que las cooperativas podrían ayudar a los agricultorxs a luchar contra la “angustia y la humillación” de la agricultura capitalista y colonial y permitirles alcanzar la “libertad económica, social y nacional”. Durante las deliberaciones, el líder comunista Elamkulam Manakkal Sankaran Namboodiripad (1909-1998), o EMS, como se le conocía, escribió un documento titulado Organización, no una máquina. En el, EMS señalaba que las resoluciones no tendrían ningún sentido sin una organización militante que fuera más allá de la “política abstracta”. Las cooperativas tendrían que ser creadas por lxs campesinxs y lxs trabajadorxs agrícolas para expandir la revolución democrática y fomentar la confianza de lxs trabajadxres rurales (Thuppilikkat, 2024).
En octubre de 1956, el Partido Comunista de la India celebró un encuentro en Thrissur, Kerala, centrado en las cooperativas. La reunión fue presidida por el profesor Joseph Mundassery, que se convertiría en el primer ministro de Educación y Cooperación durante el mandato de EMS como ministro principal de Kerala (1957-1959). Se resolvió que, en lugar de permitir que las cooperativas se convirtieran en “reductos” de las clases feudales, serían lxs propixs trabajadorxs quienes las construirían y se impartiría formación política sobre el papel que estas cooperativas desempeñaban en la construcción de la democracia y el socialismo. La dirección del partido también hizo hincapié en la necesidad de crear sociedades de crédito rural y bancos cooperativos eficaces, controlados por comunistas y trabajadorxs como forma de eliminar el yugo de los prestamistas, fomentar la producción agrícola y mejorar las condiciones de vida de campesinxs y trabajadorxs agrícolas. De esta claridad ideológica surgieron las cooperativas de Kerala, que se convirtieron en un referente para las cooperativas democráticas dirigidas por trabajadorxs de todo el mundo.
Reseñas breves de algunas de las cooperativas de Kerala completan el presente estudio. Han sido escritas por académicxs y líderes políticos que han trabajado en estrecha colaboración con las cooperativas para conocerlas y evaluarlas. Los datos de los ensayos se han recopilado en gran medida a partir de las cooperativas y de documentos gubernamentales. Agradecemos la ayuda del Centro de Investigación UL en este trabajo.
Estos ensayos revelan algunos hechos importantes:
- El sector de las cooperativas de Kerala no habría prosperado sin una larga historia de reformas sociales que crearon la base social para el cooperativismo. Cuando las noticias sobre la Unión Soviética llegaron a Kerala, las personas involucradas en los movimientos de reforma social y contra el sistema de castas expresaron su curiosidad por sus intentos de reconstruir las relaciones sociales y económicas. Esta curiosidad dio lugar a estudios sobre el movimiento de cooperativas en la Unión Soviética, que luego se presentaron en reuniones públicas de los movimientos de reforma social y contra el sistema de castas.
- El sector de las cooperativas se desarrolló gracias a la vitalidad de la lucha de clases en Kerala, donde el campesinado y la clase trabajadora organizada impulsaron el movimiento de reforma social para combinar las luchas contra el sistema de castas, el latifundismo y el colonialismo. Fue en estas luchas donde el movimiento campesino, principalmente en el norte de Kerala, tomó la iniciativa de crear cooperativas campesinas para ayudar a sus integrantes más empobrecidxs. La aparición de estas cooperativas debilitó el control de los terratenientes, que ya no podían prestar dinero a tasas usureras a lxs campesinxs endeudados ni seguir siendo su principal proveedor de bienes de consumo. En cambio, vieron cómo las cooperativas campesinas aumentaban la confianza de las masas. El éxito de las cooperativas llevó a su reproducción en otras partes de la región, basándose en los hábitos de las organizaciones de movimientos de masas.
- El primer mandato comunista que llegó al poder en Kerala (1957-1959) recibió el apoyo masivo del movimiento de reforma social y se vio reforzado tanto por la lucha de clases de las décadas anteriores como por el éxito del movimiento de las cooperativas. A su vez, el gobierno comunista utilizó una parte de la riqueza social de Kerala para financiar el crecimiento de más cooperativas en todo el estado. El gobierno creó cooperativas de fibra de coco, telares manuales y toddy (jugo de coco fermentado que es una bebida alcohólica) para potenciar estos sectores de la economía y mejorar las condiciones de trabajo y los salarios de lxs trabajadorxs.
- El énfasis en la creación de cooperativas para garantizar el empleo masivo y salarios más altos, así como para mejorar la eficiencia y la productividad de las diferentes empresas, significaba que las cooperativas podían competir con el sector privado.
- Los líderes de las castas oprimidas se sintieron atraídos por el sistema de cooperativas y vieron en él una oportunidad para alcanzar su independencia y emancipación. En la Conferencia Cheramar Samajam de diciembre de 1929, por ejemplo, el presidente de la organización, Chaajan, dijo a las dos mil personas de la comunidad pulaya allí presentes que estas sociedades cooperativas, junto con los programas educativos y la campaña contra el alcohol, serían fundamentales para sus luchas (Malayala Manorama, 1929).
- El papel de la formación política dentro de las cooperativas permitió a sus miembros comprender lo que estaban construyendo (el socialismo) y en qué se diferenciaba y era mejor, de lo que había construido el sector privado (el capitalismo).
- Sin una amplia red de cooperativas financieras, todo el sector se habría visto privado de fondos. Este sistema también ha dependido de la entrada periódica de la izquierda en el gobierno, lo que ha impedido la privatización a gran escala de los mercados crediticios de Kerala.
- La estructura democrática de las cooperativas, junto con la capacidad innovadora de sus miembros, les permite diversificar su trabajo y adaptarse a los nuevos tiempos. Cuando cambiaron los hábitos de consumo de tabaco, por ejemplo, la Sociedad Cooperativa Central de Trabajadores Dinesh Beedi3 pasó a dedicarse a la producción de alimentos.
- Un elemento clave del movimiento de las cooperativas de Kerala es su compromiso con el cambio social, con especial énfasis en el uso de las organizaciones cooperativas para superar el patriarcado (a través de cooperativas de mujeres), las jerarquías de castas (a través de cooperativas de castas oprimidas), la discriminación contra las comunidades tribales o adivasi (a través de cooperativas de tribus registradas4) y la discriminación contra las comunidades transgénero (a través de cooperativas transgénero), así como para promover la igualdad de las personas con discapacidad.
Este estudio muestra la eficacia de estas cooperativas a la hora de promover una forma social de actividad económica que ofrece una alternativa a las presiones del capitalismo. En esa forma regresiva de competencia económica, los medios de vida de la clase trabajadora son los primeros en desaparecer, mientras que la obtención de ganancias se consagra como un dios. Las cooperativas de Kerala invierten este sistema de valores, situando en el centro las necesidades y la dignidad de la clase trabajadora.
*************
Descargar documento completo:
https://thetricontinental.org/wp-content/uploads/2025/12/20250103_Socialist-Construction-2_ES.pdf
