Ho Chi Minh, “el que ilumina”

Julio Castillo
El Chasque 214
5/12/2025

La ficción es un tejido activo que constituye creencias y sentidos —y, por ende, modelos de poder. La realidad está tejida de ficciones” Ricardo Piglia

En plena guerra, a los 79 años de edad, muere por un fallo cardíaco Ho Chi Minh. Fundador en 1920 del Partido Comunista de Francia y en 1930 del Partido Comunista de Vietnam. Constructor de la unidad vietnamita en la lucha anticolonial y contra el imperialismo yanqui.

No pudo ver el final de una guerra que ni él, ni el pueblo vietnamita quisieron.

El 5 de septiembre de 1969, escribió en sus “Apuntes” el expresidente mexicano Lázaro Cárdenas del Río:
«Ho Chi Minh y Gandhi, dos luchadores, ejemplos de virtudes cívicas en la historia universal, que sirvieron a su patria con estoica rectitud, sin omitir esfuerzos personales, sin vanidades y con el único fin de liberar a sus pueblos de la opresión extranjera».

Desde 1887, Vietnam integró la Indochina Francesa como parte del imperio colonial. Durante la Segunda Guerra MundialJapón ocupó Vietnam; al finalizar la guerra, Ho Chi Minh declara la independencia de la República Democrática de Vietnam el 2 de septiembre de 1945. Francia pretende continuar con los viejos territorios coloniales, situación que desemboca en la lucha anticolonial y por la independencia de Vietnam encabezado por Ho Chi Min como figura central, el Partido Comunista vietnamita y un amplio movimiento de liberación nacional que culmina con la derrota total del ejercito colonialista francés en la batalla de Dien Bien Phu (1954).

En la Conferencia de Ginebra se acuerda la separación de Vietnam en dos estados soberanos (Vietnam del Norte y Vietnam del Sur divididos por el paralelo 17) y la celebración de un referéndum un año después donde los vietnamitas decidirían su reunificación o su separación definitiva. Frente al gran prestigio alcanzado en la lucha contra Japón y luego contra Francia por Ho Chi Minh y el movimiento de liberación nacional se presumía que el triunfo del “si a la unificación de los dos territorios, pero el 30 de abril de 1955 el general Ngo Dinh Diem dio un golpe de Estado con el apoyo de la CIA, declaró la República de Vietnam del Sur e impuso una dictadura.

A partir de este hecho da comienzo la lucha final por la independencia y unificación contra la dominación yanqui y los títeres de Saigón.

Al igual que el incendio del Reichtag (Parlamento alemán) en 1933 que da lugar al golpe de estado de Hitler; el argumento de fabricación de armas de destrucción masiva como excusa para la invasión de EEUU a Irak y el autoatentado realizado en el golfo de Tonkin para dar inicio a la acción militar presuntamente justificada sobre Vietnam por parte de EEUU; es hoy, la misma tipo de acción que se lleva frente a las costas venezolanas como excusa para una posible agresión militar por parte de EEUU.

Luego de la provocación montada en el golfo de Tonkin en 1964, el Congreso de los Estados Unidos aprobó una resolución que dio al presidente Lyndon B. Johnson autoridad para aumentar la presencia militar sin una declaración de guerra. Johnson lanzó una campaña de bombardeos al norte y comenzó a enviar tropas de combate, aumentando drásticamente el despliegue a 184.000 soldados a finales de 1965, y a 536.000 a finales de 1968.

Las consecuencia de una guerra no deseada por el pueblo de Vietnam (1955-75) fue una de las más sangrientas de la historia reciente, con más de 2,5 millones de muertos. Pero, sobre todo, se recuerda como la mayor derrota de Estados Unidos en un conflicto bélico.

Estados Unidos llegó a lanzar unos 7,5 millones de toneladas de bombas en Vietnam del Norte, Vietnam del Sur, Laos y Camboya, más que las detonadas en toda la II Guerra Mundial por ambos bandos y la mayor cantidad registrada hasta hoy en un conflicto armado. A estas se sumaron unas 400.000 toneladas de napalm, 75 millones de litros de agente naranja y otros herbicidas.

Las bajas militares vietnamitas rozaron el millón, según estimaciones, mientras las estadounidenses apenas superaron las 58.000, junto con unos 300.000 soldados muertos de Vietnam del Sur. También perecieronentre medio millón y dos millones de civiles.

Esta introducción es necesaria para calibrar la enorme figura de Ho Chi Minh y el heroísmo del pueblo de Vietnam como currículum de presentación ante la mezquindad e ignorancia de un grupo de ediles y su mentor, el musculito y cobarde Ojeda que se niegan a la colocación de un busto de Ho Chi Minh. Probablemente en su pequeñez cerebral a nivel de una ameba hayan pensado y creído que los “indios americanos” eran tan nabos que atacaban un fuerte y andaban a caballo a su alrededor para que jugaran al tiro al blanco con ellos, sin entender que lo que estaban viendo en el film era una ficción. Para el caso de Vietnam podemos citar el triste film fascista “Boinas Verdes” (fuerzas especiales americanas) un western bélico en la selva, protagonizada por el muy mal actor John Wayne, pero es más probable, por ser una generación más joven y hueca que los ediles y Ojeda se hayan formado viendo las célebres películas de Rambo (muchacho blanco y pobre) un paria y típico ignorante americano que viajó al fin del mundo a combatir en una guerra que tampoco era la suya.

Al decir del gran Cassuis Clay:

Mi conciencia no me deja ir a dispararle a mi hermano, o a gente de piel oscura, o alguna pobre gente hambrienta en el barro por la gran y poderosa América. ¿Y dispararles por qué? Nunca me llamaron “negro”, nunca me lincharon, nunca me echaron los perros encima, no me quitaron mi nacionalidad, no me violaron y no mataron a mi madre y padre… ¿Dispararles por qué? ¿Cómo puedo dispararle a gente pobre?

¿Por qué habrían de pedirme que use un uniforme y me vaya a 10,000 millas de casa y arroje bombas y balas a la gente morena en Vietnam, mientras que los llamados Negros en Louisville son tratados como perros y se les niegan los derechos humanos más simples? No, yo no voy a ir 10,000 millas lejos de mi casa para ayudar a asesinar y quemar otra pobre nación simplemente para continuar la dominación de los blancos esclavistas sobre las personas más oscuras en el mundo entero.

Este es el día en que tales males deben llegar a su fin. Se me ha advertido que tomar esta postura me costaría millones de dólares. Pero lo he dicho una vez y lo diré otra vez. El verdadero enemigo de mi pueblo está aquí. No voy a deshonrar a mi religión, mi pueblo ni a mí mismo al convertirme en un instrumento para esclavizar a los que están luchando por su propia justicia, la libertad y la igualdad.

Si creyera que la guerra va a llevar libertad e igualdad a 22 millones de mi pueblo, no tendrían que reclutarme, yo me uniría mañana. No tengo nada qué perder por defender mis creencias. Así que voy a ir a la cárcel, ¿y qué? Hemos estado en la cárcel desde hace 400 años”.

Vietnam fue una guerra sucia y terrible llevada adelante por parte de EEUU, sin héroe y con muchos asesinos y psicópatas como se relata en la ficción “Apocalipsis Now” que cuenta de forma magistral la locura de la guerra, el horror de la barbarie y degradación moral humana expresada en las palabras del Coronel Kilgore (Robert Duvall) cuando dice: «Me encanta el olor a napalm en la mañana… Huele a victoria… Algún día esta guerra va a terminar», ¿está lamentando o deseando el fin de la guerra?

Sin embargo Rambo tiene el mérito de haber sido una ficción que abrió las puertas a una lista larga de relatos y films fascistas clase B como forma propagandística para contrarrestar la influencia de las ideas revolucionarias. Pero lo real a todo esto y por encima de la ficción es que los vietnamitas le partieron el espinazo al ejército más poderoso del mundo y tal ha sido así, que el fantasma de esa guerra sigue rondando en el pueblo americano.

Quienes se oponen a la instalación de un busto en homenaje a Ho Chi Minh son los mismos que aplauden a Trump y a Benjamín Netanyahu, personajes trágicos que pasarán a la historia por genocidas; a los que fueron a festejar con el golpista de Bolsonaro, a los que creen que la tierra es plana y Cien años de Soledad es subversivo; a los que aplauden y defienden el asesinato de la nación charrúa a manos de Rivera y negaron por supuesto cien veces a Artigas, sepan que en realidad no los queremos, sería ensuciar la imagen de este gran héroe de la humanidad.

Ho Chi Minh, el que ilumina, está presente y homenajeado en la lucha inclaudicable de cada pueblo por su liberación.

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