03 Caja de Jubilaciones y Pensiones Bancarias

Enero de 2021

Intervención del representante de los trabajadores, en el Consejo Honorario de la Caja de Jubilaciones y Pensiones Bancarias, Ing. Agrónomo Leonardo Di Doménico.

¡Salud compañeras y compañeros!, sintéticamente, los compañeros presidente y secretario general entendían que era de interés para esta asamblea nacional de delegados que hiciera uso de la palabra. En realidad, soy uno más entre los nueve miembros de la delegación sindical en el gobierno de nuestro instituto previsional. Por lo tanto, lo que voy a decir es el reflejo de lo que hemos acumulado en conocimientos y en proyección en este equipo honorario de gestión del seguro social del gremio.

¿Cómo defender sin caer en corporativismos nuestro seguro social centenario? Faltan pocos años para que la Caja Bancaria cumpla un siglo de existencia, 100 años de existencia de un seguro social solidario, que ha resistido múltiples adversidades, entre ellas una durísima intervención durante la dictadura, y el régimen ha sobrevivido: empecinadamente el gremio ha tenido la capacidad humana y política de mantener firme este subsistema previsional, que no solo es digno por la materialidad de sus prestaciones, sino que es digno por mantener vivo el principio de la solidaridad. No es momento de seguir sumando discursos, sí es momento de afirmar conceptos claves que deben regir nuestro accionar en los próximos tiempos.

¿La humanidad no debería repensar las bases materiales del financiamiento de la seguridad social? Primero, en lo que hace a la reforma previsional en curso, que formalmente ya se inició, ¿son necesarias las reformas previsionales para asegurar la sostenibilidad de los sistemas de seguridad social? Sí, son necesarias. No nos oponemos a las reformas, las reformas son solo un instrumento, no son un fin en sí mismo. Si se pretende utilizar la reforma previsional con fines extra previsionales, obviamente la sociedad va a entrar en conflicto, pero eso no significa que nos opongamos a la naturaleza del instrumento reforma previsional, esto es un conjunto de normas establecidas con el fin de conferir sostenibilidad en el tiempo… dar previsibilidad a nuestros derechos en materia de seguridad social. Segundo, ¿las reformas previsionales resuelven las contradicciones materiales de los sistemas económicos? No, no las resuelven, es más una reforma previsional mal desarrollada, agudiza las ASAMBLEA NACIONAL DE DELEGADOS 18 de noviembre de 2020 contradicciones materiales del sistema económico. Asimismo, ¿las reformas previsionales resolvieron problemas derivados de las crisis económicas? No, no los resolvieron, pero sí los regímenes de seguridad social permitieron amortiguar el impacto de las crisis económicas en nuestras sociedades. Por lo tanto, atendiendo a los cambios de nuestras condiciones de vida y de trabajo, atendiendo la supervivencia luego del retiro de nuestra etapa de trabajo, entendemos como razonable y como necesaria la suma de reformas o ajustes en las reglas de funcionamiento de los sistemas previsionales, para permitir potenciar la sostenibilidad de los mismos. Ahora, ¿las reformas pueden seguir “pateando el mismo clavo”?, es decir, ¿las reformas tienen inexorablemente que seguir gravando al trabajo como fuente genuina de aportes a esa seguridad social, más allá de la cuota parte patronal y la cuota parte personal? ¿La humanidad no debería repensar las bases materiales del financiamiento de la seguridad social, del seguro social o específicamente los regímenes pensionarios? Esto es un debate que nosotros tenemos que instalar en esta etapa de reforma. No podemos admitir que un país con la dimensión demográfica que tenemos, de la composición etárea que tenemos, de la dinámica económica que tenemos, sigamos insistiendo que la alternativa es nuevamente reajustar la forma contributiva a la seguridad social de la masa salarial, siempre visualizando al salario como el valor de la venta de nuestra fuerza de trabajo. Y la venta de nuestra fuerza de trabajo es consumo de vida: no podemos seguir insistiendo en mecanismos de financiamiento de la seguridad social que impliquen un consumo de vida mayor aún al que ya venimos realizando.

Los problemas fiscales no se resuelven reduciendo las prestaciones de la seguridad social. Como vienen las señales del Poder Ejecutivo, habiendo todos nosotros transitado ya buena parte de la historia reciente de Uruguay, todo parecería estar orientado a “vender” una reforma previsional que en realidad encubre una reforma fiscal, una reforma de redistribución del ingreso en el país, tratando de cargar rentas en los sectores de ingresos fijos y eso a nosotros obviamente no solo nos pone en estado de alerta, sino en la obligación ética y política de oponernos responsablemente, lanzando iniciativas. Decimos, entonces, que los problemas fiscales no se resuelven reduciendo las prestaciones de seguridad social. Elbio Monegal recién lo decía, lo agravan, no lo resuelven. Hacer reformas que solo pretendan licuar el déficit previsional con más aportes sobre el trabajo, ya sea sobre el pilar de reparto o eventualmente potenciando el pilar de capitalización individual, está demostrado en el mundo entero que no les da sostenibilidad material a los regímenes pensionarios. En todos los países que se ha aplicado está en revisión. Y Uruguay no es la excepción.

La historia de la Caja Bancaria es la historia de la solidaridad del gremio. Estos conceptos, aparte de vincularse con una ideología que nos identifica como organización sindical desde hace, casi, 80 años, una ideología que nos une no solo internamente como gremio, sino que nos vincula solidariamente con el resto de los trabajadores del país y con la sociedad en su conjunto, no sólo es una configuración conceptual sino también es una realidad histórica, porque la historia de la Caja Bancaria es la historia de la solidaridad del gremio. Y esa capacidad de actuar en forma unitaria, de generar alternativas unitarias, de tener una sola política previsional para todo el gremio, de tener una sola delegación sindical en el gobierno de la Caja Bancaria, de haber logrado para esta Asamblea Nacional de Delegados una única propuesta de todas las tendencias de opinión que actúan en el sindicato, no es casual. Sin esa unidad hoy no tendríamos Caja Bancaria y mucho menos tendríamos hoy la prestación complementaria patronal (PCP) que es una contribución adicional al aporte patronal sobre la masa salarial, que le permite al instituto tener una fuente alternativa de financiamiento sobre el trabajo, con múltiples componentes, todos muy interesantes. Primero, sigue la evolución de los cambios técnicos, la evolución de los cambios tecnológicos en la industria financiera avanza más rápido que en otros sectores de actividad y la PCP lo que hace en buena medida es capturar el aumento de la productividad que genera ese cambio técnico, con igual o menos cantidad de trabajadores en plantilla. Es una alternativa inédita, no hay ningún instituto de seguridad social en el mundo que tenga en práctica esta fuente contributiva de financiamiento. Segundo, también nos permite liberar tensiones desde el punto de vista financiero, sin la PCP hoy estaríamos en una situación compleja con relación al equilibrio logrado con la reforma del 2008. Por eso nosotros entendemos que aquí hay una referencia concreta capaz de ser extrapolada al régimen general.

Integralidad sí, pero sumando certezas, no sumando incertezas. Ahora, uno de los fundamentos de esta reforma, la de hoy, es la mitigación de las asimetrías que existen en cuanto a la calidad de cobertura. Se ponen ejemplos diversos donde se pretende mostrar que el mismo trabajo en distintos lugares de la economía del país, dependiendo al instituto de seguridad social en el que está aportando, evidencia asimetrías en cuanto a la calidad de esa cobertura y a las exigencias de aporte. Mitigar esas asimetrías no se logra con una sola reforma ni con una sola transición. La forma de mitigar las asimetrías de acuerdo a todo el transito demográfico y previsional que hemos tenido en más de cien años de seguridad social en el país, solo se pueden hacer con un gran diálogo político, con un gran diálogo nacional, donde estemos representados todos los actores que directa o indirectamente estamos vinculados a la gestión de la seguridad social. Esto significa que necesitamos amplios consensos. Y necesitamos tiempo. ¿Quién de los que estamos aquí se puede oponer a un sistema único de seguridad social, donde no solo incluyamos el sistema pensionario sino también el sistema de salud? Nadie, la respuesta está en la esencia ideológica del movimiento sindical uruguayo. Ahora bien, hay procesos, hay momentos, hay oportunidades, se necesita tiempo, mucho tiempo. Si se quiere hablar de una reforma integral que efectivamente mitigue y hasta anule esas asimetrías, tenemos que pensar en una perspectiva de muy largo plazo y muy especialmente atendiendo las características poblaciones de Uruguay.

Nosotros no tenemos oposición a la integralidad, que todos los subsistemas pasen a un sistema único, sería un agravio decir que AEBU se opone a la integralidad de la seguridad social para defender su Caja Bancaria. Estamos a favor de la integralidad pero, obviamente, en coordenadas políticas e históricas distintas a las de ahora en la que se quiere imponer, las que implican la sustitución de un dialogo nacional, la sustitución de un diálogo amplio con todos los actores de la seguridad social, buscando la vía expedita de una comisión de expertos que rápidamente capitalice muy circunstanciales mayorías parlamentarias para poder satisfacer la iniciativa privativa del Poder Ejecutivo de imponernos una reforma que, como viene pintada, es más una reforma fiscal encubierta que una reforma que le pueda dar sostenibilidad al sistema general de seguridad social. Muchos de los que estamos acá, militamos, luchamos, fortalecemos la unidad, porque queremos una sociedad “del pan y de las rosas”, donde no habrá bancos ni dinero… pero muy seguramente no lo vamos a ver… similar razonamiento aplica para la seguridad social, en términos de un único sistema, por lo menos para las coordenadas humanas, políticas y económicas de nuestro país. Hoy, hablar de integralidad cómo está planteada, no es sumar certezas. Es sumar incertezas. Lamentablemente así lo estamos viendo y lo peor de todo es pretender confundir a la sociedad, en lo que hace a imponer criterios de reforma estructural sobre la discusión de reformas de parámetros: una cosa es la reforma que involucre parámetros que hacen al funcionamiento de los pilares de la seguridad social y otra cosa muy diferente son los cambios de estructura. En el gremio existe una pulsión de saber: “¿Che, cuántos años tendremos que trabajar?, ¿Cuántos años de aporte tendremos que acumular?, ¿Cuál va a ser la tasa de reemplazo que nos van a aplicar?… Y eso es absolutamente subsidiario al tema fundamental. Si se bajan los regímenes de reparto, si se bajan los subsistemas de capitalización solidaria colectiva como el que tenemos nosotros, eso sí que es mucho relevante para la sostenibilidad, la calidad de la cobertura y el equilibrio previsional que una mera reforma paramétrica. En Europa hace años en varios países que tienen sistemas de reparto, en España, Francia, todos los años están modificando los parámetros. Y cada vez se distancian más de la sostenibilidad, porque no se pueden financiar las contradicciones materiales de la seguridad social solo gravando más el trabajo, justamente, por las propias contradicciones del sistema económico imperante.

Venimos a defender lo que consagra el principio fundamental de la solidaridad

Nosotros venimos a aprobar en esta asamblea una estrategia unitaria que nos permita avanzar y que dé un mandato firme a los delegados del sindicato en el Consejo Honorario de Caja Bancaria para enfrentar la etapa. Objetivo número 1: defender lo que funciona bien, defender lo que tiene estabilidad a largo plazo, defender lo que consagra el principio fundamental de la solidaridad, esto es defender nuestro régimen previsional. Objetivo número 2: integrarnos a la reforma, no oponernos, interactuar políticamente, interactuar técnicamente, interactuar humanamente, integrarnos con propuestas, propuestas que están validadas por la realidad, que no son sólo propuestas teóricas, son propuestas probadas, que han pasado por pruebas de acidez enormes y funcionan. Y no solo me refiero a la PCP, me refiero a los mecanismos redistributivos que tenemos dentro de la propia Caja Bancaria, aspectos paramétricos fundamentales. En la Caja Bancaria tenemos la obligación de aportar por todos los ingresos salariales, a través del tope de prestaciones que fijamos políticamente, AEBU gravita en esta decisión política, podemos activar mecanismos de gestión para mejorar los mínimos de las prestaciones. Obviamente, si estaríamos pensando en ir hacia una integralidad en la actualidad, estaríamos pensando en bajar este régimen de solidaridad que tiene la Caja Bancaria, estaríamos justamente vulnerando esa autonomía solidaria. Además, ni qué hablar de lo que le costaría al país bajar todos los regímenes específicos de seguridad social e integrarlos al sistema general.

Advertimos el riesgo que implica pensar una integralidad en poco tiempo. La Caja Bancaria si tuviera que ir en un plazo de 5 o 10 años a un sistema general, más que una solución para el país sería un problema fiscal para Uruguay. Es decir, bajar todos nuestros derechos y prestaciones que tenemos en la Caja Bancaria y llevarlas al sistema general, léase Rentas Generales, con un Presupuesto de 500 millones de dólares de prestaciones anuales, de un día para otro e ir a una transición en donde vayamos adecuando todo el capítulo de aportes a un sistema general, en oposición al que hoy tenemos, significaría un déficit mayúsculo a las cuentas públicas del país. Por lo tanto, no nos oponemos a la integralidad per sé, sino que advertimos el riesgo que implica pensar una integralidad en poco tiempo, en 5 o 10 años. Estamos para aportar propuestas, viendo la reforma de la seguridad social no de una planilla Excel, en donde achiquemos prestaciones y aumentemos ingresos, gravando más el trabajo… queremos verlo desde una perspectiva dinámica, no estática como lo están viendo los referentes actuales del Poder Ejecutivo. Simplemente, y para cerrar, nosotros hemos intentado en todo este proceso de asambleas de circunscripción, trasmitir con el proyecto de resolución que está hoy a consideración, la certeza de que el gremio está dirigido en unidad, para enfrentar esta etapa con la misma determinación histórica que lo ha hecho en adversidades similares o aún más difíciles de la que ahora estamos transitando. Nuestro aporte como delegación fue simplemente darle el sustento técnico al Consejo Central para que defina políticamente el rumbo a seguir. Estamos convencidos que el rumbo es el correcto y es necesario que todos nosotros, en nuestros lugares de inserción social o laboral, seamos amplificadores de estas decisiones, de este rumbo. Solo la solidaridad nos va a permitir dignificar la seguridad social.

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