César Barretto Luchini
El Chasque 130
22/03/2024
Los seres humanos necesitamos un lugar agradable donde vivir, donde compartir con nuestras familias y amigos, donde descansar, donde preparar las comidas, donde disfrutar de la tranquilidad, donde estudiar y festejar los momentos especiales, un lugar donde guardar en buenas condiciones nuestras cosas y un lugar donde higienizarnos con comodidad.
Ese lugar tiene que estar localizado en una trama urbana que contribuya a potenciar todos esos aspectos del saludable buen habitar.
Una trama con servicios de suministro de agua y energía eléctrica a precios accesibles, una trama con saneamiento y seguridad.
Es lo que llamamos derecho a la vivienda. Sin acceso a una vivienda que reuna esas características se pierden derechos, se pierde calidad de vida, se pierde libertad.
El gobierno del neoherrerismo prometió 50.000 viviendas para este período pero era solo una promesa que no se cumplió.
El gobierno del Frente Amplio debe asumir el desafío de desarrollar un ambicioso plan de viviendas que privilegie a la construcción cooperativa, que favorezca el desarrollo de la producción nacional de materiales e insumos para la construcción y promueva la creación de sistemas constructivos innovadores y sustentables por lo que le cabe a la academia y a los arquitectos e ingenieros aportar al desarrollo de modelos que incorporen conocimiento y creatividad.
El próximo gobierno debe desplegar un amplio humanismo a través de su política de vivienda y habitar. Eso también será un factor de dinamización de la economía productiva.
Esto será posible gobernando con la gente, incorporando el saber y la energía de los cooperativistas, de los vecinos , de los trabajadores de la construcción y los profesionales universitarios.
No sólo es posible sino que es imprescindible para construir cambios duraderos para nuestras mayorías trabajadoras.
Se trata de un gran desafío para mostrar la diferencia entre políticas conservadoras y políticas para una vida y un mundo mejores.
