Apr 28 /2020
Las irrupciones actuales en las cadenas de suministros han dado pie a que se replantee de manera acelerada el modelo económico de la globalización tal como lo conocemos desde hace décadas. Que las economías más grandes del mundo se vean en una contingencia sanitaria sin precedentes debido a que no tienen los materias primas, o ni siquiera las infraestructuras, necesarias para hacer y distribuir bienes médicos en medio de la pandemia dice mucho de la fragilidad en que se vive.
El caso de Estados Unidos es quizás el más paradigmático, teniendo en cuenta que alrededor del 70% de su economía se basa en la venta y compra de servicios y, además, en el método Toyota (“justo a tiempo”), que reduce los costos de almacenamiento pero solo puede ser aplicado en tiempos donde el aislamiento social no se junte con un desequilibrado modelo de la cadena de suministros.
Así que el Covid-19, más bien, lo que está provocando es una aceleración en las formas de cómo se construye una economía inter-dependiente en los países que han capitalizado el desarrollo desigual a su favor, y que desde hace un tiempo ya venían inclinándose por la inversión tecnológica de última generación para un futuro cada vez menos dependiente de la mano de obra humana.
