Joselo Olascuaga
El Chasque
13/01/2025
La oposición venezolana está obligada a tener vocación sólo de poder. Ya lo dijo Zapatero, en 2018 una orden del norte de último momento le impidió a la derecha mayoritaria presentarse a las presidenciales que tenía ganadas (había ganado por mayoría absoluta las parlamentarias del 15 y el chavismo reconoció la derrota entregando el parlamento; la situación socio económica era catastrófica por las «sanciones», pero los yanquis estaban jugados a las «guarimbas», los llamados al golpe de Estado y los planes de invasiones y magnicidio que enseguida concretaron. Es decir, al poder, nada de que el derechista Rosales gobierne (cual gobierna) en Zulia, el mayor Estado del país, con el poder chavista.
Ahora igual. La situación económica mejoró un montón, el 28 de julio las elecciones las ganaba Maduro pero el plan de la derecha era conspiración, golpe y «guarimba» el 29 y el 30. Se cumplió pero tampoco funcionó. Sin embargo, las izquierdas del poder gringo ven en eso un mérito admirable y envidiable. Y tienen razón. Ellas están obligadas a rebajar programa según la combinación de poderes fácticos que encuentren. Donde mandan eternamente Goldman Sachs, Rochild, Rocheffeller, cambian de presidentes alternativamente. En Venezuela no mandan. Entonces hacen fraude: «si votás a Machado te quitamos las 936 «sanciones» y te hacemos fiesta en los medios; si seguís votando a Maduro te ponemos mil «sanciones» más y te matamos hasta en los titulares de La Diaria en Uruguay.
Es una escalada del fraude de siempre de «los mercados que se ponen nerviosos» y la hegemonía mediática que te fuerzan a poner ministros de Economía del club de Ramón Díaz o del de Cavallo. Fraude sólo superado en 1989 en Nicaragua. «Si votás a Chamorro, dejamos de matarte cinco mil milicianos por año y termina la guerra; si seguís votando a Ortega pasamos a matarte diez mil por año». Pero Chamorro no era Machado. Chamorro aceptaba gobernar con el poder sandinista. Terminó la guerra, Borge siguió en el poder real y cuando volvió a ganar Ortega era difícil volver a ocuparle las cuatro fronteras.
Tan jugada al poder estaba Machado, la que llamó a que EU invadiera Venezuela, que tampoco ella tenía números electorales planificados (los fraudes se planifican con tiempo). El ataque cibernético al CNE fue para que la noche del domingo no hubiese datos y eso potenciara más las «guarimbas» del lunes y martes que, en vez de 28 chavistas muertos, hubiese 200 y si se podía dos mil. Pero hubo datos y después comparecieron 9 de los 10 candidatos presidenciales y 32 de los 35 partidos participantes a dar todos los datos al Supremo Tribunal de Justicia, soberano, el que estudió y convalidó el veredicto de la Corte Nacional Electoral independiente.
Y el 10 de enero fue otro fracaso de esa ultraderecha. Venezuela está en PAZ, tiene un gobierno de izquierda, el territorio organizado en un 80 % por Jefas de Calle, unión popular-militar-policial y la economía creció 8% en 2024 (el mayor crecimiento de país sudamericano) y va a crecer aún más en 2025. El petróleo, el gas, el oro y el coltán de Venezuela son de Venezuela. Ahora con diversidad y autosuficiencia en toda la matriz productiva.
Que le devuelvan todo lo robado.
