Pablo Reveca
El Chasque 188
30/05/2025
Rusia, después de la desintegración de la URSS, bajo el liderazgo de Boris Yeltsin y el mando económico de Anatoly Chubais, en los años 1991-2000, empezó una privatización masiva.
Entre los años 1992-1994, se le entregaba un voucher de privatización a cada ciudadano; era un certificado de privatización para comprar acciones de las empresas estatales.
Fue uno de los mecanismos para que muchas de las empresas las compraran los oligarcas y empresarios cercanos al poder.
Ejemplo paradigmático, en un país rico en petroleo y gas, fue la empresa Yukos, adquirida por Mijaíl Jodorkovski.
A continuación, en los años 1995-1996 el mecanismo de remate de las riquezas estatales, fueron los préstamos por acciones.
El Estado ruso en crisis financiera, entregó grandes empresas a los oligarcas a cambio de préstamos que nunca devolvieron. Por ejemplo, la empresa SIBNEFT de petróleo, entregada a Román Abramovich.
La empresa – una de la más grande del mundo-, Norlsk Nickel de metales, pasó a manos privadas.
Por todos estos caminos, el poder corrupto del gobierno de Yeltsin, promovió el fundamentalismo de mercado del que surgió una oligarquía, mientras el Estado perdía el control de sectores estratégicos.
Reestatización bajo el gobierno de Putin
A partir del año 2000, Vladimir Putin inicia un proceso de reestatización de los sectores estratégicos, concentrado sobre todo en los sectores energéticos, finanzas y defensa.
Por medio de compra de acciones, compró ROSNEFT y Yukos en 2004, tras el arresto del oligarca corrupto Mijaíl Jodorkovski.
A través de la presión legal y fiscal contra la evasión y corrupción de los oligarcas, varios de ellos fueron presos, desplazados, exiliados y otros se “adaptaron” a los cambios.
Otro mecanismo usado por Putin, fue la creación de holdings estatales, como el caso de ROSTEC en la compleja industria de defensa.
También se recurrió a nacionalizaciones de emergencia, como el rescate de algunos bancos, como OTKRITIE, en 2017.
Algunos ejemplos paradigmáticos:
GAZPROM. Siempre fue mayoritariamente estatal. Pero con Putin fue consolidada como tal.
ROSNEFT. Absorbió los activos de YUKOS y TNK-BP.
SBERBANK y VTB. El Estado incrementó su participación.
AEROFLOT. Similar a los dos casos anteriores, el Estado aumentó su participación.
ROSTEC. Creada en 2007 para agrupar las empresas de defensa y tecnología.
O sea, que el Estado tendió, en un proceso, a recuperar sectores estratégicos.
Hoy ese Estado controla directamente en el Sector Energético: GAZPROM, ROSNEFT y TRANSNEEI.
En la Banca: SBERBANK, UTB y ROSSELKHOZBANK.
En Defensa y Tecnología: ROSTEC; ROSCOSMOS y UAC.
Hay muchas excepciones, de empresas que siguen siendo privadas, pero con fuerte influencia estatal. Ejemplo, LUKOIL y NOVATEK.
¿Por qué Rusia re-estatizó?
Por control geopolítico. GAZPROM y ROSNEFT tienen influencia mundial.
Por razones de seguridad nacional. Es el caso de las empresas energéticas y de Defensa.
Para reducir el poder oligárquico y los negocios con el Estado, como le recomendó Primakov a Putin.
Con Yeltsin mandaban los oligarcas.
Putin recentralizó el poder económico en el Estado. Con Putin manda el gobierno.
Si no hubiera ocurrido esto, Rusia hubiera perdido la guerra proxi de la OTAN en Ucrania.
Como dice el título, Rusia pasó de una privatización caótica y salvaje de los años 90 del siglo pasado, a una re-estatización selectiva en el siglo XXI, consolidando lo que algunos llaman un “capitalismo de Estado” donde el gobierno controla los sectores claves y estratégicos. Lo puse entre comilla, porque en otros países capitalistas desarrollados, en ese capitalismo de Estado, mandan las grandes corporaciones. Y en Rusia, NO.

2 comentarios en “Rusia: De una privatización caótica a una reestatización selectiva”