Pablo Reveca
El Chasque 191
20/06/2025
Dmitri Rybolóvlev tiene un patrimonio neto de 6000.000.000 de dólares. La revista Forbes lo ubicaba en el puesto Nº 156 de los más ricos del mundo. Es cristiano ortodoxo. Tiene doble nacionalidad: ruso y chipriota. Es presidente del AS Mónaco que juega en la Liga Francesa de Futbol.
Su enriquecimiento empieza en el gobierno de Mijaíl Gorbachov. Se acelera con Boris Yeltsin cuando la empresa URALKALI fundada en 1930 en la URSS, fue privatizada en Rusia en 1992. Esta empresa se fue asociando con otras y hoy es la más grande del mundo en la producción de fertilizantes.
Parte de su fortuna viene de aquí.
Fue investigado en Mónaco por corrupción y tráfico de influencias y por vínculos con el narcotráfico. No se le pudo “comprobar” nada. Suele haber una justicia para pobres y otra para ricos. Bueno, acá para un multimillonario.
Tiene negocios en Ucrania, por la sencilla razón que es uno de los graneros del mundo, que necesitan fertilizantes.
Tal vez por eso o por razones políticas o por miedo a sanciones; que en 2022 hizo donaciones muy importantes en la Cruz Roja de Mónaco para ayudar a civiles en el conflicto ucraniano.
Pero resulta que sus malas relaciones con Putin son anteriores a esa fecha. Seguramente por eso fue que las sanciones de EE.UU, GB y UE, no lo tocaron.
Dmitri tiene una hija única, llamada Ekaterina Rybolóvleva, de 36 años, que estudió en Harvard, con una carrera ecuestre destacada, que integra la Junta Directiva del club que preside su padre.
Está demás decir, que es multimillonaria en dólares.
Lo poco que se sabe, es que en 2011 –con solo 22 años- compró un apartamento de 627 metros cuadrados en Nueva York en 88.000.000 de dólares, para estudiar en la Escuela de Extensión de Harvard.
En 2013 pasa a tener una compañía perteneciente a un fideicomiso que actuaba en interés de Ekaterina, que completó la compra de un grupo de empresas y compañías que anteriormente eran propiedad de Athina Onassis, la nieta de Aristóteles Onassis. En ese activo están las islas de Skorpios y Sparti.
Este patrimonio no puede ser afectado por los juicios que su madre Elena tiene con su ex marido Dmitri.
Lo que no puede faltar en una millonaria son las “obras” de filantropía, siguiendo el ejemplo de su padre –entren a Wikipedia y verán lo variadas y abundantes que son-.
En 2015 se casó con Juan Sartori, el empresario y político uruguayo del Partido Nacional, que todos “conocemos”.
Están frescas las noticias de sus declaraciones juradas, que son obligatorias para los Senadores por la Ley Nº 17.060.
En el artículo 12, se establece la obligación de presentar el patrimonio del cónyuge, a lo cual por intermedio de varios atajos, se negó el Senador Juan Sartori.
Lo dejo para que lo investiguen. Pero solo recordar que dijo que era graduado en Harvard y era mentira. Ni hablar que tiene el record de ausencias a la Cámara de Senadores.
Es muy largo y cambiante el recorrido empresarial. Y poco claro para los neófitos como nosotros.
Pero de algo estoy seguro. Entiendo el julepe que debe de haber tenido, con ventilar el patrimonio de su esposa.
Prefirió que el Parlamento lo sancionara con retención del 50% de su salario como legislador. Una ganga para uno de los más ricos del Uruguay, sin contar la fortuna de Ekaterina, ni la de su suegro oligarca.
Tal vez es una casualidad. Sartori durante años fue el financista de casi todos los candidatos blancos. A pura billetera consiguió más de 90.000 votos y fue Senador del Partido Nacional.
En la Torre Ejecutiva durante el gobierno de su Partido, funcionaba una asociación para delinquir que entre otras cosas hacía pasaportes falsos –que eran auténticos, como el que le hicieron a Marset- para rusos que pagaban fortunas por los mismos. Evidentemente que no eran rusos pobres y menos inocentes.
¡Qué raro!
No crean que fue difícil hacer este artículo. Pueden encontrar y ampliar la información en Wikipedia. Está casi todo en la red.
¡Si faltará investigar más!
