Gonzalo Alsina
El Chasque 214
5/12/2025
Así se titula el libro editado por la Fundación Rodney Arismendi del año 2013, que selecciona textos comprendidos entre 1970-1989.
El 4 de abril de 1981, Arismendi escribió: “La perra otra vez en celo”, que fue publicado en el exterior en la Revista Estudios Nº 78, que llegaba clandestinamente a Uruguay; y que además se reimprimió dentro del país, dicho artículo, por la dirección clandestina conducida por José Pacella.
El artículo es un análisis profundo del informe del llamado Comité de Santa Fe –del año 1980- para Ronald Reagan, que establecía la estrategia del imperialismo yanqui.
Dada las similitudes con la doctrina “Trump”, a pesar del cambio de contexto, la esencia de la política exterior de EE.UU es la misma.
Todos sabemos que tocan hoy los tambores de guerra del imperialismo contra la República Bolivariana de Venezuela.
Si bien en aquel entonces la revolución bolivariana no había empezado; Arismendi sobre el petróleo decía:
“Lo único que aparece categórico en materia económica es el propósito proclamado de colocar todo el petróleo de América Latina y el Caribe a disponibilidad absoluta de Washington, con un primer plazo hasta 1985, año en que ya estaría monopolizado el suministro de México, y EE.UU. se libraría por ello de su “dependencia…del golfo Pérsico”.
La dirección estratégica, después más de cuatro décadas, sigue siendo la misma. No son casualidades, el aumento de las amenazas contra Venezuela o la guerra yanqui-sionista contra Irán. Tienen olor a petróleo.
En la misma página 242, de la obra citada, el gran revolucionario uruguayo manifiesta:
“En esta concepción ecuménica, América Latina y el Caribe, a través de “las relaciones interamericanas”, deben ser Escudo de la seguridad del Nuevo Mundo y espada de EE.UU en la política del poder global…”Históricamente la política latinoamericana de EE.UU, no ha estado nunca separada de una distribución global del poder. Es “base del pluspoder” –dice- para contrarrestar las actividades en Europa, Asia y África”.”
Otro contexto, pero la misma dirección estratégica. Ante la consolidación de un mundo multipolar; la política de Trump sin filtro, es la de chantajear, amenazar y si tiene condiciones, provocar una guerra, en lo que consideran su patio trasero.
Por eso la revolución bolivariana está a tiro de misiles. Las revoluciones cubana, sandinista y bolivariana son un mal ejemplo, porque desafían el poder del imperialismo. Son las tres, con sus características propias, celosas defensoras de sus soberanías. Y eso no lo pueden permitir.
En el caso de Venezuela, está lo del principio: una de las reservas de petróleo y gas más grande del mundo. No es el narcotráfico, que lo maneja la DEA y usan de excusa para justificar lo injustificable.
Es la dignidad bolivariana que los yanquis no soportan. Los cómplices que compraron en el “supermercado” mediático de la mentira, lo de un fraude inexistente; tendrán que hacerse cargo de su cipayismo cómplice.
Sigue el entrañable y necesario Rodney Arismendi:
“1.ESPADA DE EE.UU. EN LA POLÍTICA GLOBAL DE PODER
Se subraya aquí, otra vez, el clásico pensamiento imperialista yanqui respecto a América Latina. Este ha sido el fundamento geopolítico de más de un siglo de intervenciones al Sur del río Grande, arropadas con la llamada doctrina Monroe, la que –como lo demuestra Guillermo Toriello- siempre fue un gran fraude, sin base histórica ni jurídica, esgrimiendo nebulosamente por EE.UU como hoja de parra para sus peores fechorías.”
En eso siguen.
Nosotros decimos, usando a Arismendi; “…En 1912, el canciller Elihu Root estaba seguro que hacia 1950 la frontera de EE.UU. abarcaría el continente entero.” […] “Pero el sueño rapaz de Root, formulado de otra manera y debiendo atenerse a otras realidades, sigue guiando a los estrategas del Norte.”; hoy Trump sigue persiguiendo la misma utopía.
Frustrada entre otras razones por las Revoluciones Cubana, Sandinista y Bolivariana.
[…] “Sin ninguna concesión al fatalismo -ni en el mundo ni en América Latina el imperialismo puede hacer libremente lo que desee- es menester conciencia del terrible riesgo. Peligro para la paz mundial y concomitantemente para la independencia, el progreso, la democracia y el cambio social en América Latina.”
