La batalla ideológica, política y económica es un imperativo del momento. Invitamos a participar y aportar al debate que se debe la Izquierda en Uruguay. La Estrategia y un Programa que tenga como eje al 90%: limitar la acumulación de capital, al tiempo que promueve la propiedad y la gestión social. A través de El Chasque queremos aportar a esta batalla, con las herramientas de la crítica y la autocrítica, la idea que los cambios sólo son posibles con la participación protagónica de trabajadores y pueblo. Ponerlo todo en duda, si, también. Pero con la certeza que el capitalismo no es una salida para la humanidad.
Cualquiera que haya sido puesto a prueba por su lealtad a la constitución en los años 70 y siguientes en la antigua República Federal y haya sido sospechoso de ser un «enemigo de la constitución» probablemente se acordará del «último Engels». Desear un orden económico y social diferente está permitido en la constitución; el derrocamiento violento del orden político no. Como joven de izquierda uno podía remitirse al «último Engels» para pasar como amigo de la constitución, aunque con opiniones radicales.
Chasque 51: A 200 años del nacimiento de Federico Engels 28/11/2020
“Aquel viejo sueño ya se ha derrumbado y entre sus ruinas brotó la nueva semilla adolescente que hoy por el mundo vuelve a empezar la revolución” (Retirada 1992 Falta y Resto)
Se eligieron algunos textos de Engels que muestran la amplitud de sus intereses y la per-manente actualización de sus conocimientos en historia, antropología, derecho comparado, armamento, táctica y organización militares, literatura, matemáticas, física, biología, quími-ca, así como su proficua actividad como escritor y su capacidad para comprender la realidad de su época y las tendencias que se incubaban en su seno. A pesar del tiempo transcurrido muchos de sus análisis mantienen una vital actualidad. Esta selección no abarca sin duda el conjunto de su impresionante trabajo, pero refieren a aspectos relevantes del mismo y denotan sus particulares focos de atención en la gigantesca obra que compartió con Marx. Y muestran, a la vez que la profundidad de su elaboración teórica, su rigor científico y gran sentido del humor, empleado también como arma en la polémica. Tiene sobrada razón Lenin al decir: “No es posible comprender el marxismo ni es posible ex-ponerlo coherentemente, sin tener en cuenta todas las obras de Engels”.
El 28 de noviembre de 1820 nacía Federico Engels, ese brillante autodidacta al que Marx consideraba el hombre más culto de Europa, un “verdadero diccionario uni-versal”, admirando su extraordinaria capacidad de trabajo. En verdad, además de manejar una docena de idiomas, sus estudios abarcaron un amplio abanico y su obra sin duda tiene un valor en sí misma, aunque muchas veces sea subestimada por estar bajo la enorme sombra de Marx. Con su gran generosidad e inusual mo-destia, él mismo se autocalificó de “segundo violín” en el dúo que formaba con su amigo. También, andando el tiempo, fue blanco de menosprecio y críticas acerbas por razones tan estrechas como sesgadas políticamente, de modo que no vale la pena considerarlas aquí. La relación entre Marx y Engels no tiene igual en la historia. Fue, más que una amistad, una verdadera simbiosis personal e intelectual, que permitió, no sólo la colaboración en muchos trabajos fundamentales sino que uno escribiera textos que el otro no tenía inconveniente en firmar. El vínculo personal no se reducía a Marx sino a toda la familia, que Engels integraba a modo de un tío. Su vínculo con las hijas de Marx fue perdurable, en particular con Eleanor.