¿LA REVOLUCIÓN, PASADO O PRESENTE?

El Chasque 101
01/09/2023

El desarrollo de la civilización hasta la fecha se ha caracterizado por su marcha desigual. Sin embargo, viendo las grandes tendencias de ese desarrollo, podemos señalar que el movimiento avanza en el sentido de superar los grandes desafíos planteados. La historia de esa marcha se caracteriza por contradicciones, tensiones y luchas entre clases sociales y el empuje revolucionario de las fuerzas y medios de producción. Es así, que bajo esas fuerzas movilizadoras, la civilización humana ha ido avanzando, derrotando prejuicios, modelos económicos y sociales, ideologías e injusticias, sustituyéndolas por otras que hacen de la nueva estructura social y material una sociedad más libre y justa. Como lo señalamos, este derrotero no es lineal, por el contrario, se encuentra configurado de marchas y contra marchas, de revoluciones y contrarevoluciones. De cualquier forma las grandes tendencias muestran que la humanidad ha conquistado a nivel social, cultural y económico determinados aspectos básicos que hoy definen la “condición humana”. La categoría “humano o humanidad” tiene un carácter histórico, lo que ayer era normal hoy ya no lo es. Lo que ayer no se consideraba un derecho hoy sí lo es. La esclavitud, el racismo, el hambre, la miseria, la falta de vivienda, la ignorancia, el no acceso a la salud son considerados aspectos que niegan esa “condición humana” y que, a pesar de eso, hay millones de personas que aun lo sufren.

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¿Es el capitalismo la solución? 3 -La Lucha de Clases

El Chasque 94
14/07/2023
Ruben López

Hemos dicho: Es necesario poner en cuestión y enfrentar el pensamiento dominante.
Hemos mostrado como se ha sostenido por siglos un gran engaño:

«..el crecimiento del capital productivo, significa el crecimiento del poder del trabajo acumulado sobre el trabajo vivo.» (Marx)
Es decir, el crecimiento y la acumulación de Capital pesa sobre el obrero y lo domina.
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La Lucha de Clases
Así como Darwin descubrió la ley del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx descubrió la ley del desarrollo de la historia humana: el hecho, tan sencillo, pero oculto bajo la maleza ideológica, de que el hombre necesita, en primer lugar, comer, beber, tener un techo y vestirse antes de poder hacer política, ciencia, arte, religión, etc.; que, por tanto, la producción de los medios de vida inmediatos, materiales, y por consiguiente, la correspondiente fase económica de desarrollo de un pueblo o una época es la base a partir de la cual se han desarrollado las instituciones políticas, las concepciones jurídicas, las ideas artísticas e incluso las ideas religiosas de los hombres y con arreglo a la cual deben, por tanto, explicarse, y no al revés, como hasta entonces se había venido haciendo.” F. Engels (1)

Marx demostró que toda la historia de la humanidad, hasta hoy, es una historia de luchas de clases, que todas las luchas políticas, tan variadas y complejas, sólo giran en torno al Poder social y político de unas u otras clases sociales..” F. Engels 2

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LA HISTORIA ES TIEMPO PASADO

María Luisa Battegazzore
31/03/2023

Conocemos solo una ciencia, la ciencia de la historia”
Marx y Engels – La ideología alemana

Con fecha 8 de diciembre de 2022 el CODICEN aprobó el “Plan de Formación de la carrera de Profesor de Educación Media», develando la malla curricular prevista para las diversas especialidades que atiende el Consejo de Formación en Educación. Aunque las instancias de consulta, participación y discusión que se invocan en los vistos y considerandos sean más ficticias que reales, se proclama un pronunciamiento favorable al “enfoque competencial (sic), la organización en trayectos formativos, los espacios de opcionalidad, y creditización (sic) de la propuesta”. Los créditos asignados a cada unidad curricular dan una pauta de su valoración.

Consignamos la fecha para establecer la fuente consultada, ya que, de acuerdo al enunciado preliminar y los principios del Marco Curricular [MCN], el currículo está sujeto a modificaciones. El MCN plantea revisiones periódicas, ya que “el currículo debe tener en su esencia la adaptabilidad al cambio de las circunstancias…”.

Esta inseguridad de planes y programas podría derivar, sencillamente, de las prisas para inaugurar la “transformación educativa”, pero tiene una dimensión más profunda, orgánica al enfoque por competencias [EPC]: la desestimación de los contenidos, de los conocimientos. De hecho, los créditos más altos corresponden a los cursos de didáctica, instrumentales, y no a los de historia.

Se percibe la tendencia a establecer una metodología didáctica general, aplicable a todas y cualesquiera asignaturas, y no específica de las disciplinas. La didáctica integra la Formación Equivalente para Educadores, común a todos los profesorados. En Historia sólo hay un curso semestral relativo a la Epistemología de la Historia y su enseñanza, al inicio del primer año. O sea, la idea es enseñar matemática del mismo modo que historia, idiomas o dibujo. Esta propuesta condice con el MCN, que impone una única metodología de trabajo: aprendizaje basado en proyectos, una innovación pedagógica que ya tiene unos cien años.

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La seguridad social desde la dictadura a la fecha (1)

Hay un cerco de garras
que ahora se entretienen con su presa.
(Nadie escucha esta tarde la oración
que nos dice la carroña).

Adolfo Bertoni

Seguridad social, política y sociedad
La vida humana se construye “entre fuegos”: hay una lucha permanente entre el interés privado y las necesidades colectivas. Por un lado las urgencias de expansión económica y política de los grandes empresarios, y por otro las necesidades de los hombres y mujeres comunes del pueblo de construir un mundo solidario y protector. En esa lucha, hay que tomar partido. Vale tenerlo especialmente en cuenta, cuando la reforma de las condiciones de ejercicio de un derecho humano fundamental, aparece presentada por los actores políticos y la mayoría de los medios de comunicación como un problema de “expertos” (muchos de ellos muy valiosos y leales intelectualmente, pero unos cuantos sin credenciales para opinar sobre los problemas sociales que subyacen y deberían vertebrar la discusión). Quiero decir: la discusión esencial es política, de alta política.
¿Qué papel se le asignará al pueblo en esta discusión que habrá de afectarlo enteramente?

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El Chasque Nº 53 -TABARÉ ES HIJO DEL FRENTE AMPLIO

11/12/2020

Por múltiples razones no podemos eludir el hecho irreversible que implica la muerte del compañero Tabaré Vázquez. Por lo tanto y sin pretensión alguna queremos destacar en forma somera algunos puntos referidos al significado y a los relatos hechos sobre el rol de nuestro querido compañero. Más que su vida y sus cualidades personales, nos interesa señalar algunos aspectos que se quieren instalar por parte de determinados operadores políticos y por supuesto por parte de los medios hegemónicos.

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Soberanía, comercio e integración en el proyecto artiguista

¡Libre comercio! era el voto que pronunciaba el alma y la faltriquera de los hacendados en el Plata y que alimentó la adhesión a los movimientos revolucionarios. Para algunos allí debía terminar toda rebeldía, que podía incluso evitarse si España hacía concesiones o si se obtenía la libertad comercial por alguna otra vía. Por ejemplo, con la dominación portuguesa.

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25 de Agosto de 1825

1825 Y EL DEBATE SOBRE LOS ORÍGENES

María Luisa Battegazzore – 25/08/2020

Y aquel grito sonó… De la Florida
En los fragosos campos,
Rodeada de bravos redentores,
Arde la inmensa hoguera
Que la Patria encendió. Y arden en ella
Nombres, tratados, vínculos nefarios,
Que vuelan, en cenizas esparcidos,
Como aliento de pueblos redimidos.
(Juan Zorrilla de San Martín. La leyenda patria)

Los Estados latinoamericanos, nacidos de una revolución de independencia, parecen tener partida de nacimiento con fecha establecida. Pero cuál es esa fecha ha dado lugar en nuestro país a grandes debates. Sería interesante ver brevemente algo de la historia de las efemérides.
Pocos episodios de nuestra historia revisten un carácter romántico heroico comparable a la Cruzada Libertadora y la revolución de 1825. Asimismo pocos han sido más controversiales. La lista de los “33 orientales” y hasta su número, el lugar del desem­barco, las conductas e ideas de los protagonistas, el significado de las leyes del 25 de agosto, la diplomacia, los objetivos explícitos y las intenciones ocultas, han sido objeto de polémicas, a veces virulentas, más allá del ámbito académico.
Estas divergencias se expresaron en las leyes que instituían las fiestas cívicas. En 1834, siendo Rivera presidente, se promulga una ley que establecía el 18 de julio como la gran fiesta cívica de la República, a la que se agregaban el 25 de mayo, el 20 de febrero (batalla de Ituzaingó) y el 4 de octubre, que ya nadie recordará de qué se trata: es la fecha de la ratificación de la Convención Preliminar de Paz. No se conmemoraban el 19 de abril ni el 25 de agosto, ni acontecimientos del período artiguista.
En 1860, bajo la presidencia de Bernardo P. Berro, una ley que derogaba la anterior disponía que “El aniversario del 25 de Agosto de 1825 es la gran fiesta de la República”. Señala Alfredo Traversoni: “Aprobada en circunstancias en que se debatía el tratado de neutralización de 1859, surgía evidentemente del propósito de proclamar públicamente que el Uruguay no debía su independencia a la concesión argentino-brasileña de la Convención de 1828, sino a su propia voluntad expresada en las leyes de la Florida”.
Un gran debate sobre esta cuestión se planteó en 1879, ante el proyectado monumento a la Independencia Nacional en Florida. Juan Carlos Gómez, desde Buenos Aires, le opuso su interpretación histórica –las leyes del 25 no establecieron la independencia sino de Brasil y reafirmaron la pertenencia a las Provincias Unidas- y su tesis política favorable a la reconstrucción de la unidad platense en unos “Estados Unidos del Plata”. Alejandro Magariños Cervantes, Francisco Bauzá, José Pedro y Carlos María Ramírez lo refutaron con ardor.
En la ceremonia inaugural del monumento, el joven Zorrilla de San Martín, de 24 años, recitó su Leyenda Patria, lo que fue quizás la obra más eficaz para exaltar la idea nacional y la emoción patriótica en una población que, en gran parte, se com­po­nía de inmigrantes. Desde entonces y por más de medio siglo, fue fervoroso orador imprescindible en todas las grandes fiestas cívicas.
Poco antes, la exhibición de la obra de Blanes sobre el “Juramento de los Treinta y Tres” había constituido un hecho artístico y comunicacional sin precedentes: miles de personas desfilaron por el taller del artista para contemplarla. Esta pintura instaura el mito del juramento para lograr la imagen heroica y triunfal que no se trasmitiría con una escena de cauteloso desembarco nocturno, en una playa solitaria, desde lanchones. Más parecerían, piensa Blanes, contrabandistas que libertadores.

El Centenario
En la década de 1920 el debate se retomó en el Parlamento por una cuestión de orden práctico: cuándo celebrar el Centenario de la Nación, a ejemplo de la Argentina que lo hiciera, no sin polémicas pero con magnificencia, en 1910.
Se formó una Comisión Parlamentaria para estudiar el problema. En 1922, de acuerdo al extenso informe del diputado Pablo Blanco Acevedo, la mayoría de la Comisión se pronunció por el 25 de agosto de 1825 como fecha fundacional. La propuesta generó intercambios apasionados y de gran nivel intelectual sobre la interpretación del período 1825-1830, en particular el significado de las leyes de la Florida, la intervención inglesa y el vínculo con las provincias del Plata.
El proyecto que sostenía que el Uruguay existió como estado independiente desde la declaración del 25 de agosto de 1825 no sólo enaltecía a Lavalleja sino que otorgaba la iniciativa emancipadora a los orientales. La Cámara de Representantes lo aprobó, por 49 votos en 87: por la afirmativa, los blancos y algunos colorados, como el propio Blanco Acevedo; todos los batllistas por la negativa.
En el Senado, en base a un informe de Justino Jiménez de Aréchaga, prevaleció la tesis de que la independencia sólo se había obtenido por la Convención Preliminar de Paz de 1828, hecho escasamente carismático. Por tanto el Centenario se celebraría en 1930, conmemorando la Jura de la Constitución.

La orientalidad tuvo su año
En épocas más recientes hubo otros intentos de instalar una versión oficial de la historia. La dictadura, ansiosa por celebrar algún magno hecho histórico, decretó el “Año de la Orientalidad” en 1975, conmemorando el sesquicentenario de los que se designaron como “Hechos Históricos de 1825”, evitando definirse en el espinoso tema de la independencia. Con esa invocación anodina se formó una Comisión de Homenaje, que realizó actos y editó algunos materiales.
Sin embargo no dejó de dictaminar en materia historiográfica. Un relato oficial sobre la incorporación de Rivera a la revolución libertadora, titulado “Abrazo del Monzón”, fue de lectura obligatoria en los liceos. Pivel Devoto se ocupó de contradecirlo, eludiendo la censura, a través de la publicación, en folletos, de una serie de documentos.
El relato de 1975 –y decimos relato con toda intención- evitaba cualquier referencia a la participación de las Provincias Unidas en la guerra contra Brasil y a la intervención inglesa. Un trabajo del Departamento de Estudios Históricos del Ejército que se publicó con El País sobre las acciones militares aclaraba: “Sólo se han tenido en cuenta los hechos en los cuales intervinieron los orientales solos contra el invasor”. Con lo cual Juncal, Camacuá, Ituzaingó y la campaña de las Misiones desaparecían de la historia, mientras merecía recordarse una “sableada en Colonia”.
Como consecuencia el término “orientales” quedó algo contaminado y se pasó a ser “uruguayos”.

El Bicentenario
Más recientemente otra vez fue necesario abordar cuestiones históricas para celebrar, como otros países hispanoamericanos, el Bicentenario. Casi todos se plegaron a la fecha de 2010, en recuerdo de diversos sucesos revolucionarios que no necesariamente supusieron la independencia sino que, se consideró, conducían a ella.
Uruguay se decidió por 2011 para iniciar la conmemoración de un “proceso de emancipación oriental”, referido al período artiguista y que abarcaría varios años. Es posible que nos esperen nuevos bicentenarios en 2025 y 2030. Sin hablar de otro aniversario quizás menos discutido: el centenario del campeonato de fútbol y la aspiración a revivirlo. En 1930, desde París, Pedro Figari veía, en las celebraciones del Centenario y del campeonato, un signo del desconcierto de los tiempos.
La ley 18677 fue muy escueta y no incluyó considerandos, pero éstos fueron abundantes en el sitio oficial (www.bicentenario.gub.uy). Las fundamentaciones no aclaraban el significado de ese proceso, manteniéndose en el reino del circunloquio y la ambigüedad. Exhortaban a “conocer aquellos hechos que algunos consideran fundacionales de la nacionalidad mientras que otros los enmarcan en diversos procesos de organización de los estados en la región rioplatense…”. Asimismo se declina reconocer el carácter continental de la revolución de independencia, algo que los libertadores tenían bien claro, definiéndonos como “americanos”. Según la ley, el movimiento regional apenas sería el “marco” en el que se desarrolla nuestro propio proceso. Esta era una buena ocasión para reforzar o debilitar nuestra pertenencia e identidad latinoamericanas. Se elige subrayar nuestras “particularidades”, que “nos caracterizan y enorgullecen” y, si parece inevitable construir un mitos fundante, se vuelve a preferir el de la excepcionalidad.
Empero, tampoco hay definición sobre la cuestión de la nacionalidad. El discurso oscila permanentemente entre la unidad y la diversidad identitarias aunque, con una formulación que resalta la diversidad y la pluralidad, en el plano individual y en el colectivo. La conclusión es ecléctica, al grado de la incertidumbre, en función de la corrección política: “En estos doscientos años se ha construido una sociedad con un sentido de pertenencia a nuestro suelo, a nuestro pasado y a ciertos comportamientos culturales que nos son comunes, que nos permiten ser de un modo parecido pero ligeramente diferente, según la visión que cada uno tiene del mundo”.
Hace medio siglo Ardao escribió un ensayo titulado “La independencia uruguaya como problema” y lo cerraba proponiendo un tema dentro del campo de la filosofía de la historia: la nacionalidad uruguaya como problema. Al parecer, aún no fue resuelto.
Las interpretaciones y polémicas reseñadas, así como otras que se han sucedido en el tiempo, son doblemente históricas. Lo son por la materia en discusión y lo son porque traducen posiciones que, a su vez, son históricas, producto de cada época, su problemática y preocupaciones. Por lo que la mirada al pasado tiene un inevitable contenido político e ideológico, al tiempo que contribuye a generar e implantar ideología.

El Chasque Nº31

20 de julio, 2020

Algunos elementos de nuestra historia y la actual reacción conservadora

¡Qué pena si este camino fuera de muchísimas leguas
y siempre se repitieran
los mismos pueblos, las mismas ventas,
los mismos rebaños, las mismas recuas!¡

Qué pena si esta vida tuviera
–esta vida nuestra–
mil años de existencia!
¿Quién la haría hasta el fin llevadera?
¿Quién la soportaría toda sin protesta?
¿Quién lee diez siglos en la Historia y no la cierra
al ver las mismas cosas siempre con distinta fecha?
Los mismos hombres, las mismas guerras,
los mismos tiranos, las mismas cadenas,
los mismos farsantes, las mismas sectas *
¡y los mismos, los mismos poetas!

¡Qué pena, que sea así todo siempre, siempre de la misma manera!

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