Por Nacho Saffarano (22/03/2024)
El Chasque 131
24/03/2024
La alianza criminal conformada por Macri-Milei y sus séquitos, tiene el objetivo histórico de cerrar de una vez y para siempre, el ciclo abierto con la rebelión popular del 2001. Hay una determinación de quebrar el Estado de Derecho e intentar llevar adelante la reforma más grande en la historia del capitalismo argentino. La batería de modificaciones a las leyes laborales ayer anunciadas, nos pone en un escenario pre 1945, que hubiese ruborizado hasta al mismísimo Martínez de Hoz. Por eso no les importa la legitimidad de las formas, el procedimiento es un detalle menor dentro de la tarea estratégica que asumieron. Podrán comerse algún revés en el tratamiento legislativo del DNU, alguna que otra declaración de inconstitucionalidad, pero el daño ya está consumado, la aplicación material de las leyes ayer modificadas/derogadas, no va a esperar los tiempos del Congreso. Y si queda alguna duda, intenten cerrar un contrato de alquiler en los próximos diez días. De ahí que depositar confianza extrema en la capacidad de freno de diputados y senadores – más allá de que ojalá estén a la altura mínima de lo que el momento exige –, es un error garrafal.
Será con la cabeza de los dirigentes, si las centrales obreras, una vez más nos vuelven a traicionar. Porque hay memorias, tradiciones de lucha, saberes populares, que persisten en los cuerpos. Y ojo que cuando el subsuelo se subleva, no hay artículo de coyuntura, ensayo sobre la etapa, caracterización sobre una nueva hegemonía, que resista a los momentos álgidos de la lucha de clase.
Si la historia se repite como tragedia primero, como farsa después, también tienen que repetirse las enseñanzas. Y anoche me dormí con Walsh en la cabeza: “el pueblo aprendió que estaba solo. El pueblo aprendió que estaba solo y que debía pelear por sí mismo y que de su propia entraña sacaría los medios, el silencio, la astucia y la fuerza”.