UNA LANZA POR LA HISTORIA

¿HAY LUGAR PARA CLÍO EN EL REINO DE LAS COMPETENCIAS?
MARÍA LUISA BATTEGAZZORE
El Chasque 105
29/09/2023

Para pasar del hombre abstracto de Feuerbach a los hombres reales y vivientes, no hay más que un camino: verlos actuar en la historia.
Friedrich Engels1

En suma, que el hombre no tiene naturaleza, sino que tiene… historia. O, lo que es igual: lo que la naturaleza es, a las cosas, es la historia –como res gestae– al hombre.
José Ortega y Gasset2

Examinando la malla curricular establecida por las autoridades de la educación uruguayas, en diciembre de 2022, para el profesorado de historia impartido por el Consejo Nacional de Formación Docente, descubrí, entre otras muchas falencias, la supresión del estudio de la Prehistoria, así como el de los pueblos originarios de nuestra América. Esta omisión fue una verdadera sorpresa, ya que todas las grandes síntesis de historia universal importantes escritas en el siglo XX, de diferentes épocas y orientaciones historiográficas, empezaban estudiando la Prehistoria. Podemos mencionar la Historia general de las civilizaciones, la Historia universal Siglo XXI, la Historia de la humanidad de la UNESCO, la Nueva Clío, en las que participaban destacados historiadores de diversos países. En la gigantesca colección francesa La evolución de la humanidad, hay cinco volúmenes dedicados al tema.

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¿RESISTIR O CEDER?

María Luisa Battegazzore
21/05/2021

Hace unos días escuché una entrevista a Gerardo Caetano en la radio.1 A continuación y en los días siguientes recibí más de una docena de entusiastas WhatsApps con el link del programa. Hasta ahí bastante normal, aunque la cantidad fuera algo inusitada. Me tomé el trabajo de contestar todos los mensajes dando mi opinión, que incluía varias objeciones sobre los dichos de Caetano, muy someramente, a la medida de esa comunicación. Para mi sorpresa muchos remitentes compartían mis discrepancias y algunos agregaban otras. Entonces se me planteó la pregunta ¿por qué se recomendaba un material con el que, en el fondo, no se acordaba? Quizás mi desconcierto se deba a que no participo en las redes sociales, que el mismo Caetano, en un desborde calificativo, llama “cloaca tóxica”.

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El Chasque Nº 62- FA: APUNTES SOBRE LOS ORÍGENES

Cincuenta años del FA

María Luisa Battegazzore
5 de febrero de 2021

Cincuenta años son muchos años, al menos en escala individual y personal. Enfocado como tiempo histórico es sin duda un período breve, aunque no hay que olvidar que somos un país de corta vida: apenas celebramos un bicentenario, así que viene a ser una cuarta parte de nuestra historia.

Entre los muchos recuerdos de aquel grandioso acto inaugural del 26 de marzo de 1971, si tuviera que elegir uno en el que sentí el reflejo más profundo y al mismo tiempo, más sencillo y humano, del significado de ese acontecimiento, sería éste. Bajaba, con una compañera, por Germán Barbato hacia la explanada de la IMM, cuando nos cruzamos con una pareja de ancianos tomados del brazo y ayudándose uno a otro. Escuchamos al hombre decir emocionado “Ahora me puedo morir tranquilo”. Nos imaginamos a un viejo militante que, al fin de sus días, veía abrirse el camino por el que había luchado toda una vida, sentía que se cosechaban los frutos de tanto esfuerzo. Nunca olvidé a aquel veterano desconocido, que también era el símbolo de las duras batallas políticas y sociales que condujeron a la constitución del FA.

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En el reino de la competencia

Maria Luisa Battegazzore
29/06/2020

En el reino de la competencia

…la palabra “educación” tiene un sonido perverso en política; se habla de educación pero la meta verdadera es la coacción sin el uso de la fuerza. Hannah Arendt

Desde siempre la educación ha estado asociada a la emancipación humana. Desde siempre, también, ha sido una poderosa aliada de la dominación, el prejuicio, la represión, es decir, la antiemancipación. Miguel Soler Roca

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Soberanía, comercio e integración en el proyecto artiguista

¡Libre comercio! era el voto que pronunciaba el alma y la faltriquera de los hacendados en el Plata y que alimentó la adhesión a los movimientos revolucionarios. Para algunos allí debía terminar toda rebeldía, que podía incluso evitarse si España hacía concesiones o si se obtenía la libertad comercial por alguna otra vía. Por ejemplo, con la dominación portuguesa.

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25 de Agosto de 1825

1825 Y EL DEBATE SOBRE LOS ORÍGENES

María Luisa Battegazzore – 25/08/2020

Y aquel grito sonó… De la Florida
En los fragosos campos,
Rodeada de bravos redentores,
Arde la inmensa hoguera
Que la Patria encendió. Y arden en ella
Nombres, tratados, vínculos nefarios,
Que vuelan, en cenizas esparcidos,
Como aliento de pueblos redimidos.
(Juan Zorrilla de San Martín. La leyenda patria)

Los Estados latinoamericanos, nacidos de una revolución de independencia, parecen tener partida de nacimiento con fecha establecida. Pero cuál es esa fecha ha dado lugar en nuestro país a grandes debates. Sería interesante ver brevemente algo de la historia de las efemérides.
Pocos episodios de nuestra historia revisten un carácter romántico heroico comparable a la Cruzada Libertadora y la revolución de 1825. Asimismo pocos han sido más controversiales. La lista de los “33 orientales” y hasta su número, el lugar del desem­barco, las conductas e ideas de los protagonistas, el significado de las leyes del 25 de agosto, la diplomacia, los objetivos explícitos y las intenciones ocultas, han sido objeto de polémicas, a veces virulentas, más allá del ámbito académico.
Estas divergencias se expresaron en las leyes que instituían las fiestas cívicas. En 1834, siendo Rivera presidente, se promulga una ley que establecía el 18 de julio como la gran fiesta cívica de la República, a la que se agregaban el 25 de mayo, el 20 de febrero (batalla de Ituzaingó) y el 4 de octubre, que ya nadie recordará de qué se trata: es la fecha de la ratificación de la Convención Preliminar de Paz. No se conmemoraban el 19 de abril ni el 25 de agosto, ni acontecimientos del período artiguista.
En 1860, bajo la presidencia de Bernardo P. Berro, una ley que derogaba la anterior disponía que “El aniversario del 25 de Agosto de 1825 es la gran fiesta de la República”. Señala Alfredo Traversoni: “Aprobada en circunstancias en que se debatía el tratado de neutralización de 1859, surgía evidentemente del propósito de proclamar públicamente que el Uruguay no debía su independencia a la concesión argentino-brasileña de la Convención de 1828, sino a su propia voluntad expresada en las leyes de la Florida”.
Un gran debate sobre esta cuestión se planteó en 1879, ante el proyectado monumento a la Independencia Nacional en Florida. Juan Carlos Gómez, desde Buenos Aires, le opuso su interpretación histórica –las leyes del 25 no establecieron la independencia sino de Brasil y reafirmaron la pertenencia a las Provincias Unidas- y su tesis política favorable a la reconstrucción de la unidad platense en unos “Estados Unidos del Plata”. Alejandro Magariños Cervantes, Francisco Bauzá, José Pedro y Carlos María Ramírez lo refutaron con ardor.
En la ceremonia inaugural del monumento, el joven Zorrilla de San Martín, de 24 años, recitó su Leyenda Patria, lo que fue quizás la obra más eficaz para exaltar la idea nacional y la emoción patriótica en una población que, en gran parte, se com­po­nía de inmigrantes. Desde entonces y por más de medio siglo, fue fervoroso orador imprescindible en todas las grandes fiestas cívicas.
Poco antes, la exhibición de la obra de Blanes sobre el “Juramento de los Treinta y Tres” había constituido un hecho artístico y comunicacional sin precedentes: miles de personas desfilaron por el taller del artista para contemplarla. Esta pintura instaura el mito del juramento para lograr la imagen heroica y triunfal que no se trasmitiría con una escena de cauteloso desembarco nocturno, en una playa solitaria, desde lanchones. Más parecerían, piensa Blanes, contrabandistas que libertadores.

El Centenario
En la década de 1920 el debate se retomó en el Parlamento por una cuestión de orden práctico: cuándo celebrar el Centenario de la Nación, a ejemplo de la Argentina que lo hiciera, no sin polémicas pero con magnificencia, en 1910.
Se formó una Comisión Parlamentaria para estudiar el problema. En 1922, de acuerdo al extenso informe del diputado Pablo Blanco Acevedo, la mayoría de la Comisión se pronunció por el 25 de agosto de 1825 como fecha fundacional. La propuesta generó intercambios apasionados y de gran nivel intelectual sobre la interpretación del período 1825-1830, en particular el significado de las leyes de la Florida, la intervención inglesa y el vínculo con las provincias del Plata.
El proyecto que sostenía que el Uruguay existió como estado independiente desde la declaración del 25 de agosto de 1825 no sólo enaltecía a Lavalleja sino que otorgaba la iniciativa emancipadora a los orientales. La Cámara de Representantes lo aprobó, por 49 votos en 87: por la afirmativa, los blancos y algunos colorados, como el propio Blanco Acevedo; todos los batllistas por la negativa.
En el Senado, en base a un informe de Justino Jiménez de Aréchaga, prevaleció la tesis de que la independencia sólo se había obtenido por la Convención Preliminar de Paz de 1828, hecho escasamente carismático. Por tanto el Centenario se celebraría en 1930, conmemorando la Jura de la Constitución.

La orientalidad tuvo su año
En épocas más recientes hubo otros intentos de instalar una versión oficial de la historia. La dictadura, ansiosa por celebrar algún magno hecho histórico, decretó el “Año de la Orientalidad” en 1975, conmemorando el sesquicentenario de los que se designaron como “Hechos Históricos de 1825”, evitando definirse en el espinoso tema de la independencia. Con esa invocación anodina se formó una Comisión de Homenaje, que realizó actos y editó algunos materiales.
Sin embargo no dejó de dictaminar en materia historiográfica. Un relato oficial sobre la incorporación de Rivera a la revolución libertadora, titulado “Abrazo del Monzón”, fue de lectura obligatoria en los liceos. Pivel Devoto se ocupó de contradecirlo, eludiendo la censura, a través de la publicación, en folletos, de una serie de documentos.
El relato de 1975 –y decimos relato con toda intención- evitaba cualquier referencia a la participación de las Provincias Unidas en la guerra contra Brasil y a la intervención inglesa. Un trabajo del Departamento de Estudios Históricos del Ejército que se publicó con El País sobre las acciones militares aclaraba: “Sólo se han tenido en cuenta los hechos en los cuales intervinieron los orientales solos contra el invasor”. Con lo cual Juncal, Camacuá, Ituzaingó y la campaña de las Misiones desaparecían de la historia, mientras merecía recordarse una “sableada en Colonia”.
Como consecuencia el término “orientales” quedó algo contaminado y se pasó a ser “uruguayos”.

El Bicentenario
Más recientemente otra vez fue necesario abordar cuestiones históricas para celebrar, como otros países hispanoamericanos, el Bicentenario. Casi todos se plegaron a la fecha de 2010, en recuerdo de diversos sucesos revolucionarios que no necesariamente supusieron la independencia sino que, se consideró, conducían a ella.
Uruguay se decidió por 2011 para iniciar la conmemoración de un “proceso de emancipación oriental”, referido al período artiguista y que abarcaría varios años. Es posible que nos esperen nuevos bicentenarios en 2025 y 2030. Sin hablar de otro aniversario quizás menos discutido: el centenario del campeonato de fútbol y la aspiración a revivirlo. En 1930, desde París, Pedro Figari veía, en las celebraciones del Centenario y del campeonato, un signo del desconcierto de los tiempos.
La ley 18677 fue muy escueta y no incluyó considerandos, pero éstos fueron abundantes en el sitio oficial (www.bicentenario.gub.uy). Las fundamentaciones no aclaraban el significado de ese proceso, manteniéndose en el reino del circunloquio y la ambigüedad. Exhortaban a “conocer aquellos hechos que algunos consideran fundacionales de la nacionalidad mientras que otros los enmarcan en diversos procesos de organización de los estados en la región rioplatense…”. Asimismo se declina reconocer el carácter continental de la revolución de independencia, algo que los libertadores tenían bien claro, definiéndonos como “americanos”. Según la ley, el movimiento regional apenas sería el “marco” en el que se desarrolla nuestro propio proceso. Esta era una buena ocasión para reforzar o debilitar nuestra pertenencia e identidad latinoamericanas. Se elige subrayar nuestras “particularidades”, que “nos caracterizan y enorgullecen” y, si parece inevitable construir un mitos fundante, se vuelve a preferir el de la excepcionalidad.
Empero, tampoco hay definición sobre la cuestión de la nacionalidad. El discurso oscila permanentemente entre la unidad y la diversidad identitarias aunque, con una formulación que resalta la diversidad y la pluralidad, en el plano individual y en el colectivo. La conclusión es ecléctica, al grado de la incertidumbre, en función de la corrección política: “En estos doscientos años se ha construido una sociedad con un sentido de pertenencia a nuestro suelo, a nuestro pasado y a ciertos comportamientos culturales que nos son comunes, que nos permiten ser de un modo parecido pero ligeramente diferente, según la visión que cada uno tiene del mundo”.
Hace medio siglo Ardao escribió un ensayo titulado “La independencia uruguaya como problema” y lo cerraba proponiendo un tema dentro del campo de la filosofía de la historia: la nacionalidad uruguaya como problema. Al parecer, aún no fue resuelto.
Las interpretaciones y polémicas reseñadas, así como otras que se han sucedido en el tiempo, son doblemente históricas. Lo son por la materia en discusión y lo son porque traducen posiciones que, a su vez, son históricas, producto de cada época, su problemática y preocupaciones. Por lo que la mirada al pasado tiene un inevitable contenido político e ideológico, al tiempo que contribuye a generar e implantar ideología.

La revolución artiguista: tierra y libertad

Maria Luisa Battegazzore
24/06/2020

Lentamente, como todo lo que
permanece,
Un hombre creció hasta su pueblo
Líber Falco

El Frente Amplio nació bajo la advocación de Artigas. Pero el Frente, junto con el abandono de su programa original, declinó la reivindicación de la herencia artiguista. Asimismo se ha ido oscureciendo el carácter social y el contenido revolucionario del movimiento emancipador. La emancipación no era sólo política –independencia de las colonias- sino también individual y social. “Hombres libres en una tierra libre” es la síntesis de Sala, Rodríguez y de la Torre. Y “tierra libre” puede tener una doble lectura: territorio independizado de la coyunda colonial, y tierra, en tanto medio de producción, libre de los vínculos, mediaciones y obligaciones de tipo personal, casi feudales, como los propios contemporáneos reconocían.

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EL ARTIGAS QUE MIRAMOS

Por María Luisa Battegazzore

19 junio, 2020

“… esa leyenda negra será después celeste. . .borrados su afanes revolucionarios, olvidadas sus reivindicaciones, lavado su programa, le harán una mortaja de retórica y bronce”. Carlos Machado. Historia de los Orientales

Alguna vez escribí que “la forma en que se entienden los procesos históricos tiene una estrecha relación con la forma en que se hace política -es decir, en que se hace la historia”.[1] También se cumple la recíproca: las orientaciones políticas del presente condicionan nuestra memoria selectiva –y asimismo la investigación- del pasado. Nuestra mirada a la historia es también histórica.

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LUC – Educación Urgente.

Maria Luisa Battegazzore

10 de febrero de 2020 |                                                      

Aconseja Maquiavelo a su proyectado príncipe que los que llama “actos de rigor” o “de crueldad” o “severidad” se ejerzan “todos de una sola vez e inmediatamente”, para que haya  poco tiempo para reflexionar sobre ellos y porque, si no se repiten, se irán olvidando. En cambio, “los beneficios deben hacerse poco a poco, a fin de que se tenga lugar para saborearlos mejor”. 

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