EEUU -Fuerzas de choque de la ultra-derecha cumplen las órdenes del capital. Crisis capitalista más mortal que el coronavirus -William I. Robinson

25/04/2020

El confinamiento a casa decretado en Estados Unidos y en muchos países del mundo para enfrentar la pandemia de COVID-19 ha paralizado la economía capitalista y por tanto ha demolido el proceso de la acumulación de capital.  Que esta parálisis económica arroja decenas de millones de trabajadores en una crisis de sobrevivencia es totalmente fortuito a la preocupación de la clase capitalista transnacional (CCT) de reanudar de inmediato la maquinaria lucrativa, ya que el capital no puede permanecer ocioso sin dejar de ser capital. 

[…] Los gobiernos estadounidense y europeos prometieron al menos $8 billones en préstamos y subsidios a las corporaciones privadas, aproximadamente equivalente a todas sus ganancias en los últimos dos años, lo que la revista The Economist calificó como “el rescate más grande de la empresa privada en la historia.” 

Se avecinan convulsiones sociales y políticas

[…] El carácter clasista de la pandemia queda al desnudo.  Al virus no le importa la clase, etnicidad o nacionalidad de sus portadores humanos pero son los pobres, los marginados, y las clases trabajadoras los que no gozan de las condiciones para protegerse del contagio ni pueden asegurar la atención médica en caso de contaminación.  Millones podrán morir, no tanto por la infección viral sino por la falta de acceso a los servicios y recursos de suporte vital. 

[…] Los grupos gobernantes no pueden sino sentirse asustados por el creciente descontento de las masas.  La crisis erosiona la hegemonía capitalista y tiene el potencial de despertar a millones de la apatía política.  El proyecto neoliberal está agotado y a duras penas podrá ser resucitado.  El mundo será reconstruido, para bien o para mal.  Hemos entrado en un periodo de cada vez mayor caos en el sistema capitalista mundial.  Fuera de una revolución, hemos de luchar ahora para evitar que nuestros gobernantes conviertan la crisis en una oportunidad para resucitar y profundizar el orden neoliberal moribundo cuando pase la tormenta de la pandemia.  Nuestra lucha debe ser para impulsar algo en la línea de un “Nuevo Pacto Verde” (“Green New Deal”) a escala global como programa interino, en tanto se acumulen las fuerzas para un cambio más radical del sistema.  Las fuerzas progresistas e izquierdistas tienen que situarse para hacer retroceder al impulso ultra-derechista y neofascista.  Los nubarrones se concentran.  Las líneas de batalla están siendo trazadas.  Las convulsiones se acercan.  En juego está la batalla para el mundo post-pandémico.

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