Reglamento Provisorio
Reglamento Provisorio de la Provincia Oriental para el fomento de su campaña y seguridad de sus hacendados
Ruben López
El Chasque
10/09/2023
A 208 años de este documento, que representa parte esencial del ideario artiguista, es importante recordarlo como ejemplo por su carácter revolucionario en lo económico y social.
6°. Por ahora el Sr. Alcalde Provincial y demás subalternos se dedicarán a fomentar con brazos útiles la población de la campaña. Para ello revisará cada uno, en sus respectivas jurisdicciones, los terrenos disponibles; y los sujetos dignos de esta gracia, con prevención, que los más infelices serán los más privilegiados. En consecuencia los negros libres, los zambos de esta clase, los indios y los criollos pobres, todos podrán ser agraciados con suertes de estancia, si con su trabajo y hombría de bien propenden a su felicidad, y a la de la Provincia.
12°. Los terrenos repartibles, son todos aquellos de emigrados, malos europeos y peores americanos que hasta la fecha no se hallan indultados por el jefe de la Provincia para poseer sus antiguas propiedades.
Transcribimos dos artículos que reflejan ese contenido, velando porque «los más infelices sean los más privilegiados» y por otro lado quienes deberán aportar, los sectores dominantes.
Hoy la situación mundial y nacional marcan una profunda crisis que afecta a miles de millones de personas en el planeta y cientos de miles en nuestro país, con necesidades básicas insatisfechas, como la alimentación y la vivienda por ejemplo.
El actual gobierno de Lacalle hace oídos sordos a los «más infelices», a los más necesitados con la tesis que privilegiando a los «malla oro», eso traerá la felicidad general derramando sobre todos la riqueza generada. Hemos visto en más de 200 años de capitalismo, proclamar esta tesis pero jamás comprobarla en la práctica.
En estos momentos de debate programático es necesario que los sectores populares tomen en cuenta aquel sencillo programa agrario artiguista, es necesario dejar de lado los grandes discursos, los largos documentos, tomar por los cuernos la realidad de violencia no sólo física, sino también la que viene de la carencia de alimento, de una vivienda adecuada, de educación, de salud, de cultura y asegurar un trabajo que permita a cada unos resolver todas esas necesidades.
Un programa que se ocupe de los más necesitados, pero no desde el púlpito, sino desde el barrio, el lugar de trabajo o estudio, que surja desde la Comunidad organizada, por, para y con la comunidad que debe tomar definitivamente el destino en sus manos, no pedir que se resuelvan sus problemas sino tomando la iniciativa.
Reflexionar entonces, desde lo profundo del pensamiento artiguista, que a pesar de los dos siglos transcurridos todavía no ha florecido en la realidad oriental, y es hora de que «los más infelices sean los más privilegiados» y aquellos que se han enriquecido con el trabajo ajeno sean desplazados del poder, tomando el pueblo su lugar.

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