Ruben López
El Chasque 103
15/09/2023
En el encuentro de La vida vale, a un año del asesinato de dos jóvenes en el Barrio Casavalle, el 5 de agosto se decía: “pasan los gobiernos, pasa el tiempo, pero los problemas quedan”.
Para los habitantes de los barrios sacudidos por la violenca casi diaria, en un abandono estructural, las necesidades avanzan y la política se aleja de la realidad. A los vecinos les parece que su vida no tiene nada que ver con la política.
Pero sí tiene que ver. La economía, la vivienda, el trabajo, la violencia cotidiana, la salud, la educación, etc. tienen su origen el orden social y jurídico vigente, y éste a su vez depende del orden político que rige como mandato de los ciudadanos que, organizados en Partidos votan para que continúe. O pueden organizarse para cambiarlo por uno más justo, solidario, más democrático, fuente de mayores libertades para todos (no para unos pocos).
Por una participación real y efectiva de los sectores populares en la toma de decisiones, por un PROGRAMA en beneficio de esos sectores, debatido y aprobado por ellos.
«El eje fundamental para realizar esos propósitos (recuperar el país) es la continua participación popular en el proceso de transformaciones económicas, políticas y sociales necesarias.»
El camino no es la indiferencia, sino el compromiso. No es dejar que otros hagan, sino la participación, consecuentes con los intereses de las grandes mayorías, para enfrentar a quienes prefieren la segregación social para mantener sus privilegios. Privilegios que basan en su propiedad, la libertad de mercado, la acumulación de riqueza y un Estado al servicio de sus intereses.
El camino es profundizar la Democracia, mayor participación de los vecinos, de los trabajadores, en todo el territorio, la acción de la Comunidad en cada lugar.
¿En que tipo de sociedad queremos vivir?
¿Cuyo ideal sea perseguir la ganancia y la acumulación de capital?
¿O para satisfacer las necesidades humanas?
Algunos Objetivos Programáticos
«No estoy hablando de levantar un programa socialista, que el del Frente nunca lo fue, sino un verdadero programa de izquierda. Un programa que, como el de hace cincuenta años, tenga propuestas concretas para la concentración de la tierra en poquísimas manos, la mayoría extranjeras; para una reestructura del sistema financiero que lo ponga al servicio de los pequeños y medianos productores y empresarios, de las necesidades del consumo familiar y del financiamiento de la vivienda social, y no de los intereses de las grandes empresas transnacionales; que reivindique el papel del Estado en los rubros estratégicos de la economía, y abandone la ilusión de que se pueden efectivizar los derechos esenciales y al mismo tiempo hacer pingües negocios; que entienda la “participación público privada” pensando en la participación de la gente de a pie y no de las grandes empresas siempre dispuestas a quedarse con las ganancias y ceder las pérdidas». (Benjamín Nahoum. Chasque 69 )
Redistribución de la riqueza por la vía de cambios en la propiedad y la gestión: Social, Cooperativa, Estatal, Privada.
Trabajadores, cooperativistas, cuentapropistas, micro, pequeños y medianos propietarios y empresas de la ciudad y el campo, el pueblo todo, deben ser protagonistas, los privilegiados de este tiempo. Apropiarse de los conocimientos para la administración eficiente de los recursos, de los bienes comunes y de la propia organización del trabajo.
Promover conglomerados de empresas, incluso la complementación productiva con países de América Latina, que permita competir con los grandes capitales multinacionales. Empresas públicas más emprendimientos, de propiedad social, mixta, cooperativa y privada.
El derecho de los ciudadanos a debatir y decidir el destino de los recursos generados por su trabajo y de la riqueza, que por ser de la naturaleza, pertenece a todos. Lo que incluye la amplia discusión y participación sobre los grandes proyectos de desarrollo, cómo se distribuirá la riqueza creada, los temas del Medio Ambiente, la Seguridad Social (tan actual hoy), la Salud, Educación, Cultura.
La Seguridad Social no podrá ser objeto de lucro.
Erradicar la Pobreza como elemento central.
Un plan integral (trabajo, vivienda, salud, alimentación, educación, cuidados etc.) para erradicar la pobreza, lo cual tendrá incidencia en la vida de mujeres y menores, al ser los sectores más afectados.
Un gobierno popular debe ser punto de apoyo para nuevos avances, no simple administrador de los negocios del gran capital.
Dejar de lado las consignas y pasar a los hechos. Mecanismos para la participación real en los órganos donde se toman decisiones, organizaciones políticas, sociales, comunitarias, de origen popular.
Combate a la burocracia y la corrupción.
Rendición de cuentas ante los colectivos, en todas las instancias.
Particularmente en el FA. Exigir que las decisiones estratégicas pasen por un gran debate, con la máxima participación a nivel nacional, resueltas por sus órganos máximos (Congreso y Plenario Nacional.
De nada sirven postulados democráticos, estatutos, palabras rimbombantes, si en la práctica no se utilizan. Se necesitan mecanismos concretos para que las decisiones se tomen con la participación masiva de los adherentes al FA a través del más amplio debate sobre los grandes temas nacionales, estratégicos y los de coyuntura que así lo ameriten, para que el PN ejerza de forma real la Dirección. Por ello es esencial que el PN se reúna cada 60 días como marcan los estatutos. Se dice que el diablo está en las cosas pequeñas. Los grandes enunciados sin la puesta en práctica y los instrumentos para hacerlos realidad quedan en la nada y siembran frustración y desánimo en la militancia y en la población.
Es necesario un amplio debate.
“No habrá democracia si los ciudadanos no ejercen sus derechos y participan activamente en la toma de decisiones sobre sus necesidades inmediatas. Y aprenden, en el ejercicio de su libertad.” (Chasque 20)
Particular importancia tiene la Comunidad organizada
La lucha por un nuevo orden social. La comunidad organizada en cada lugar (barrio, localidad, pueblo) es síntesis e impulso para el protagonismo popular. En el territorio, en centros de trabajo y de estudio, junto a las instituciones, organizaciones sociales y los órganos de gobierno local y nacional.
La participación del ciudadano, trabajador, estudiante, docente, profesional, comerciante, productor, para desde su ámbito planificar y dirigir la economía local, la producción, el intercambio, la distribución, con el objetivo de satisfacer las necesidades colectivas.
Una nueva hegemonía, ejercida por el pueblo desde cada lugar, para un Programa Nacional y Local, unidos, coordinados para resolver las necesidades en cada zona.
Profundizar la Democracia significa desarrollar en el territorio la acción de la Comunidad para su autogobierno. Participación en las administraciones locales en todo lo que involucre al ciudadano.
El relegar la participación popular en las decisiones (la excusa es siempre, que no están preparados), es la otra cara de la burocracia, la corrupción, el poder personal. El fracaso de muchos procesos revolucionarios o progresistas, o su debilidad, prueba la falacia que dirigentes esclarecidos podrán guiar a las masas atrasadas a un mejor destino. Cuando en realidad la cuestión es que no se resuelven (no se resolvieron) las principales necesidades de la población.
Se repetirán errores, si sólo se acude a las bases en las instancias electorales. Así, es lógica la confusión y la pregunta tan reiterada: ¿por qué no hay gente en el Comité, por qué no hay jóvenes?.
Aprender de los procesos progresistas y de nuestra propia experiencia.
En 2020, Glimar Mauro de Brasil, dice:
«Sufrimos también una crisis desde el punto de vista teórico y político, pero sobre todo estratégico. La izquierda se acostumbró a disputar elecciones.. .precisaríamos organizaciones ofensivas contra el orden capitalista a escala planetaria. ..existe una gran dificultad para ampliar y estimular el poder popular y la participación, para consolidar la formación política e ideológica. …existe el error de separar la lucha económica y la lucha política, ..una sólo del Partido y la otra de los sindicatos y movimientos». Dice, «los partidos se distanciaron de la realidad socio-económica» mientras los «movimientos sindicales y populares se convirtieron en economicistas de corto plazo y no se avanzó en la politización. Eso es separar el presente del futuro» (Brecha, 22/05/20 -pag. 12.)
Hay que hablar de las cuestiones materiales, no es que haya escasez, sino que unos pocos acaparan mucho. Cuestionar el uso de los recursos, dirigir y racionalizar para una estrategia nacional de desarrollo, cambio del modelo productivo, control ecológico, papel de la mujer, gestión y control social.
Ir al origen de los problemas de la gente, no defender el modelo vigente con el supuesto que la inversión privada es la única forma de prosperar.
La cuestión no es ir a “salvar a”. La libertad -para que sea tal- es comprensión del papel de cada uno y actuar en consecuencia. La salvación es con todos, participando en el proceso productivo, económico, social, político y cultural que nos liberará.
Construir una salida, una nueva esperanza convocando a todos los uruguayos a un gran movimiento de salvación nacional, de transformaciones económicas y sociales profundas, a la elaboración de un Programa de soluciones que arranque al Uruguay de la pobreza, el estancamiento y la crisis.
