El Frente Amplio en su laberinto.

Julio Castillo
Ruben López
El Chasque 104
22/09/2023

A la luz del debate sobre el plebiscito a la reforma jubilatoria impulsada por el PIT-CNT vale la pena poner blanco sobre negro lo que proponen las Bases Programáticas del Frente Amplio para el período 2025 – 2030 sobre los aspectos principales que debe contemplar una futura ley de la seguridad social.

Ampliar la cobertura de la seguridad social, ya que las actuales prestaciones están fundamentalmente asociadas al trabajo formal y las de quienes no logran contribuir son otras, en general de menor calidad. Atender la situación de los trabajadores independientes, unipersonales y las nuevas formas de relación laboral, garantizando pisos básicos de protección social bajo un criterio de equidad con respecto a otras formas de trabajo”

Impulsar un sistema de seguridad social con tres pilares: solidario (no contributivo), de reparto intergeneracional(contributivo) y de ahorro (no lucrativo)”

Mantener y profundizar los niveles de cobertura y suficiencia del sistema de seguridad social”

Revisar integralmente el sistema de financiación de la seguridad social, en particular las inequidades en los aportes siempre bajo la premisa de que aporten más quienes más pueden hacerlo”

En líneas generales podemos acordar con lo expresado, sin embargo no es la primera vez que se plantean. En los quince años de gobiernos frenteamplistas (debemos ser claros y no hacernos trampas al solitario) nos quedamos en promesas y buenas intenciones en este tema.

Si bien se mejoraron las jubilaciones minimas, se bajaron los años de cotizacion de 35 a 30 años y se dio beneficio por hijo a las madres; leyendo el texto propuesto por el Frente Amplio en el programa 2005-2010 vemos, que a pesar de la mayoría parlamentaria y de contar con amplio apoyo de la población, fueron mínimos los avances en torno a la Seguridad Social y en particular quedaron las AFAPs basadas en el “lucro”.

2005-2010 GRANDES LINEAMIENTOS PROGRAMATICOS PARA EL GOBIERNO (Pag. 77,78,79)

SEGURIDAD SOCIAL :

El EP-FA debe jugar un papel protagónico en Seguridad Social ante la gravísima situación política y social del país, y de la seguridad social en particular.

De acuerdo a la posición sostenida por nuestra fuerza política pensamos que el régimen debe ser sustituido por injusto e inviable, según lo demuestra la experiencia nacional e internacional. Recuérdese que la decisión sobre este tema trascendente, condiciona otros esenciales: financiación, complementariedad, institucionalidad, etc.

Medidas para la modificación gradual del sistema

  1. Eliminar la irreversibilidad de opciones, posibilitando el retorno al sistema solidario, lo que hoy no es posible sin ley que lo autorice. (Medida de orden legal)
  2. Elevar niveles del sistema de los tres pilares que se propone: solidario, asistencial y complementario, posibilitando que las prestaciones solidarias contributivas y no contributivas, abarcara a un mayor número de beneficiarios. (Medida de orden legal)
  3. Se orientarán hacia la inversión productiva en el período de transición contribuyendo a la reconstrucción del aparato productivo. Para ello deben existir garantías y controles adecuados, que permitan asegurar el retorno de las mismas, dadas las dificultades que existan por el margen de riesgo que conllevan. (Medidas e orden administrativo)
  4. Los ahorros de los trabajadores no pueden estar en manos de sociedades comerciales, cuya razón fundamental es el lucro. Podría analizarse por lo tanto, la posibilidad de que AFAP República pueda ser, con las modificaciones a su institucionalidad imprescindibles, quien administre los ahorros durante la transición. (Medidas de orden legal)

f) Rebaja de las altísimas comisiones que cobran las AFAPS. (Medida administrativa)

El punto 2 de la resolución del mismo plenario de Agosto de 1998, resolvió que era necesario “que las fuerzas progresistas elaboren un proyecto alternativo que implique superación de la situación actual y no un simple volver atrás, al modelo anterior».

Proyecto Alternativo que constaría de tres niveles: a) no contributivo: b) solidario contributivo, ambos dentro del sistema público, y c) complementario, superior al público solidario, el cual se considera necesario fundamentalmente en la imprescindible etapa de transición que deberá existir en el proceso hacia la propuesta alternativa global. Este nivel, al estar integrado por los ingresos más altos, lleva a considerar que quienes estuvieren incluidos en el mismo, deberán aportar obligatoriamente en base al principio de solidaridad, por tanto de capitalización colectiva a efectos de conservar ciertos rasgos de solidaridad. Tema no desligado de la propuesta de implantación de un sistema tributario más justo, lo que origina que también aportarían en mayor grado al mismo.“

Las instituciones de la complementariedad deberán tener naturaleza no comercial, sin fines de lucro, con participación de los interesados en la gestión, administración y organización del sistema en todo el sistema o subsistema.

La institucionalidad debería ser estatal, aunque no debe descartarse la posibilidad de la paraestatalidad u organismos de interés social, con los debidos controles en todos los casos. Recuérdese en tal sentido que sobre complementariedad, el Otro Programa expresó que se estudiaría con la cautela debida, la eventual creación de modalidades de ahorro complementario de naturaleza estatal, paraestatal o de interés social sin fines de lucro”.

Después de 15 años de gobierno el Frente Amplio es derrotado por una coalición de derecha que sin mucha vuelta impulsó una reforma de las jubilaciones que implicó un ajuste sobre los aportes de los trabajadores a favor del capital.

No les tembló el pulso, simplemente hicieron lo que tenían que hacer: defender al malla oro. La actual reforma significa la apropiación del trabajo ajeno por parte del capital. Ya no le alcanza con la explotación inherente al sistema, debe meter mano al dinero que los trabajadores vuelcan a la seguridad social. Su reforma reduce el aporte patronal beneficiando a los que más tienen. Amplía la apropiación de los dineros de los trabajadores por parte de las AFAPs, imponiendo en forma obligatoria para todos ingresar al sistema de “ahorro individual” y “manteniendo el lucro” por partes de las administradoras. A pesar que el gobierno del FA realizó una reducción de la comisión que cobraban las AFAPs, con esta nueva ley de “obligatoriedad” para toda la masa trabajadora, las administradoras cobrarán sobre una masa mayor de capital.

Hoy el FA expresa su voluntad de convocar a un amplio diálogo político y social para diseñar una nueva reforma de la seguridad social. Esta afirmación parte del supuesto que el FA gane las elecciones, cuestión que no está garantizada de antemano. Es un error muy grave creer que el pescado ya está vendido y que el desastre de este gobierno nos llevará directamente a la victoria.

No está todo dicho con respecto a la seguridad social. Ya vimos que desde aquel 2005 donde se definía con claridad los pasos para transitar hacia una seguridad social solidaria y eliminar el “lucro”, pasaron 15 años y no hubo avances sustantivos.

Marx señalaba en su Prólogo a la Contribución a la Crítica de la Economía Política:

Y del mismo modo que no podemos juzgar a un individuo por lo que él piensa de sí, no podemos juzgar tampoco a estas épocas de transformación por su conciencia, sino que, por el contrario, hay que explicarse esta conciencia por las contradicciones de la vida material, por el conflicto existente entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción”

Por lo tanto, más allá de lo dicho o escrito en un programa, lo que al final importa son los hechos. Es así, la izquierda y las fuerzas progresistas pudieron avanzar en una reforma justa, solidaria y contraria al lucro, sin embargo no se hizo.

De nada sirve ahora destinar energías en discutir a favor o en contra del plebiscito. La vida dirá. Lo que sí debemos hacer es definir claramente el compromiso del FA en la eliminación del lucro en la Seguridad Social. Y es importante porque significa también una definición de que sociedad queremos, sobre que bases ideológicas y culturales vamos a levantar el nuevo proyecto nacional. Debemos elegir entre el individualismo y la solidaridad, entre “me salvo yo” o “nadie queda atrás y nos salvamos todos”, entre la barbarie o el amor al otro, en definitiva se trata de luchar por “la pública felicidad”.

Sabemos que es un territorio donde también se libra la lucha entre el trabajo y el capital y mal que le pese para algunos, la tan odiada lucha de clases. Podemos simplemente gestionar o por el contrario abandonar la actitud contemplativa a sabiendas que la realidad que nos condiciona y nos determina también se puede modificar. El cambio es posible.

La reforma de la seguridad social por si sola no resuelve el problema futuro de garantizarle a las personas una vida digna. Bajo este sistema económico la incorporación de las nuevas tecnologías, la inteligencia artificial, la robotización ha significado un aumento de la productividad y a su vez la pérdida de miles de puestos de trabajo. Este desarrollo tecnológico ha beneficiado al capital. Uruguay ha incrementado su PBI, sin embargo la cobertura social se ha reducido. La derecha ve y define estos aportes a la seguridad social como “gasto”, para la izquierda debe ser todo lo contrario. Debe ser el fruto del esfuerzo de los uruguayos por conquistar una vida digna y humana.

Pero esto no lo vamos a realizar sobre una disputa entre el movimiento social y el Frente Amplio. Tampoco es válido que apliquemos medidas salomónicas y pateemos la pelota hacia delante. El FA tendría que haber discutido sobre la seguridad social y haber levantado una contrarreforma, haber debatido en su momento con el movimiento social para construir una alternativa. Más allá de las acciones parlamentarias por parte del FA en ningún momento se apeló a la movilización, se recorrió el país para explicar lo regresivo de la reforma de las jubilaciones y pensiones impuesta por la derecha. Se tuvo la oportunidad de dar una batalla frontal y haber creado condiciones para una nueva acumulación de fuerzas pero se eligió hacer la plancha, no convocar a la movilización y circunscribir “la lucha” a nivel parlamentario y en las redes sociales, divorciados del movimiento social.

A su vez debemos señalar que es un error muy grave por parte de los sectores que impulsaron el plebiscito haber avanzado sin tener en cuenta la necesidad de un amplio acuerdo en torno a ese objetivo. De igual forma alegar que es un tema táctico, que no es el momento y que por esta razón podemos perder las elecciones es en realidad una afirmación falsa, una posible excusa, y de alguna forma rebaja y quita peso a la cuestión de fondo ya que la Seguridad Social es uno de los ejes centrales del programa del FA.

Por lo tanto el centro del debate no es militar contra el plebiscito sino CONTRA LAS POLÍTICAS REGRESIVAS IMPULSADAS POR LA DERECHA por un PROGRAMA NACIONAL, DEMOCRÁTICO Y DE LAS GRANDES MAYORÍAS, QUE DESPLACE A LA OLIGARQUÍA Y PONGA AL PUEBLO A GOBERNAR.

Un comentario sobre “El Frente Amplio en su laberinto.”

Deja un comentario