En nombre de la democracia

Julio Castillo
El Chasque 114
1/12/2023

La democracia es como el famoso eslogan de la goma de mascar Chiclets Adams: “refresca el aliento”.
Es real que en un clima democrático se respira mejor pero no todo es olor a rosas, también aparecen olores repugnantes que terminan opacando la vida de la gente.

Y en ese sentido vemos como la ultraderecha, los neofascismos han hecho un importante aprendizaje al utilizar el “espacio democrático” para llevar adelante sus propuestas con su característica demagogia y oportunismo. No es la primera vez que sucede en la historia, pero sí es con la amplitud del fenómeno político ya que se extiende por varios países de Europa, EEUU, Asia y América Latina. En Holanda y Argentina acaba de ganar la ultraderecha.

Hitler y el nazismo llegaron al Bundestag en elecciones “democráticas” en el marco de una gran crisis económica y política combinada a su vez con un profundo estado de ánimo de frustración y humillación del pueblo alemán. La derrota de Alemania en la primera guerra mundial unido a las imposiciones abusivas por parte de los aliados creó campo fértil para desatar una profunda crisis económica y política que trajo a su vez el deterioro y degradación de todo lo que hasta ese momento había sido el soporte subjetivo o el “sentido común”, la “razón de ser” del pueblo alemán. Y en ese clima comienzan a desarrollarse las ideas del nazismo que los partidos de la burguesía veían con cierto beneplácito y simpatía creyendo poder controlar y a su vez utilizarlo para ir contra comunistas y socialistas.

Fue ese período donde la democracia alemana se estiró cual goma de mascar admitiendo el desarrollo del nazismo y mostrando la incapacidad de los partidos de la burguesía por su condición de clase para defenderla.

Algo similar sucedió aquí previo al golpe de Estado. Uruguay vivía una gran crisis económica y política, sin embargo, los Partidos Tradicionales prefirieron echar leña al fuego y votar la Ley de Guerra Interno permitiendo la participación del ejército y el fortalecimiento de los sectores fascistas que promovían un ajuste violento sobre el movimiento popular.

Y todo eso se hizo en nombre de la democracia y la libertad.
Para ser “más libres” la primera ley impulsada por el gobierno del Lacalle Pou fue la LUC que con sus quinientos artículos hicieron de la sociedad uruguaya una sociedad menos democrática y menos libre.

Milei gana las elecciones en Argentina bajo la consigna “¡Viva la libertad carajo!” y con la construcción de un enemigo (en este caso interno) de la “casta política” y el “kirchnerismo” como responsables únicos de la crisis económica e inflación que vive actualmente el país hermano. A su vez levantó la idea de que Argentina fue potencia mundial en el siglo XIX y promete al espíritu chovinista típico de los argentinos volver a serlo. Propone un horizonte -no importa si es verdadero- lo que realmente importa es tener una razón de ser, una bandera, una razón por la cual luchar y existir como nación. Si somos campeones del mundo, podemos ser perfectamente una potencia mundial, depende de cada uno para lograrlo.

Algo similar hizo Hitler. Crearon un enemigo interno, la conspiración amañada por judíos-comunistas unido a las naciones que humillaron a la Gran Alemania y que los partidos tradicionales burgueses no supieron defender. Hitler logra recomponer el orgullo alemán sobre la base de ser un pueblo elegido, una raza pura de origen ario. Creado esta mística y relato alcanzó para impulsar la purificación del pueblo alemán eliminado todo aquello que lo corrompía y degradaba.

En la actualidad la ultraderecha y los fascismos mantienen las viejas metodologías construyendo enemigos tangibles, concretos; tantos internos como externos que a su vez son, por alguna razón particular, el pueblo elegido, por raza o por algún Dios. Pero lo interesante es que todo esto sucede bajo la democracia que ellos tanto desprecian. La democracia se estira como un chicle admitiendo todo tipo de acciones, inclusive aquellas que van contra ella.

Manini Ríos admite en entrevista periodística que él siendo comandante de las FFAA trabajó para la creación del partido político Cabildo Abierto, prohibido expresamente en la constitución. Si hay algo que caracteriza como metodología a la ultraderecha es la disrupción permanente al statu quo, al sentido común o a las normas institucionales.

En comunicación publicitaria es una de las tantas metodologías para influir en las personas,. Se trata de disrumpir sobre aquella idea existente referida a un producto dado, de tal forma que podamos sustituir la idea existente hasta ese momento por aquella nueva que queremos posicionar.

Por ejemplo (no por original) sino porque sigue dando frutos algunas ideas reiteradas de otras épocas más oscuras y menos democráticas. Y con eso de crear enemigos los sectores fascistas y reaccionarios son especialistas.

Delgado lanza su precandidatura marcando la cancha para definir contra quienes van: «Vamos a elegir entre un país que avanza o uno que retrocede al ritmo de los sindicatos»

Donald Trump en el marco de su actual campaña:
«Nos comprometemos con ustedes a que sacaremos a los comunistas, marxistas, fascistas y hampones de la izquierda radical que viven como alimañas en los confines de nuestro país y que mienten, roban y hacen trampa en elecciones», dijo el exmandatario, quien agregó que «Nuestra amenaza proviene desde dentro».

El acto del obelisco en conmemoración del famoso “río de libertad” contra la dictadura admitía paradójicamente la presencia en la convocatoria a Cabildo Abierto, el partido que defiende a los golpistas. Es cierto que aprovechó hipócritamente para señalar que no vivíamos una democracia plena porque ellos no tenían representantes en la corte electoral. Pero más paradójico fue la presencia del herrerismo, promotor en el plebiscito de 1980 del SI a la reforma constitucional de la dictadura.

Pero debemos estar tranquilos porque el acto conmemorativo de aquel verdadero río de libertad se hizo en nombre de la democracia.

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