El Chasque 115
8/12/2023
A lo largo de tres días, con la apertura este viernes a las 18.30 en el Palacio Peñarol y la actividad fuerte concentrada entre el sábado, cuando funcionarán las distintas comisiones, y el domingo, con el plenario final, el Frente Amplio (FA) llevará a cabo su Congreso Nacional, en el que aprobará sus bases programáticas y las cuatro precandidaturas presidenciales de cara a las elecciones internas de junio de 2024.
Por ser la fuerza política más importante del país, tiene sobre sus hombros la responsabilidad que le da su legado histórico, sus principios y valores fundacionales de elevar al pueblo protagonista consciente de su propio destino y desplazar del poder a las clases dominantes, a la minoría privilegiada a los “peores orientales” que hasta hoy, junto al capital extranjero, a las multinacionales han sido responsables de las tragedias sufridas por nuestro pueblo.
Entendemos fundamental que surja un programa real, que no obvie el carácter de clases de la lucha política, que no caiga en tecnicismos que en definitiva perfectamente pueden ser sugeridos por la derecha. La solución no se encuentra principalmente ni solamente en discusiones de tipo técnicas.
La lucha es política y lo que diferencia un programa revolucionario como debe ser toda fuerza que se llame “de izquierda” con el proyecto conservador es el contenido de clases. La derecha gobierna para el 1% del país, los privilegiados, los malla oro. El FA debe gobernar para los trabajadores, para los que verdaderamente crean la riqueza del país. Para el pequeño y mediano productor y contra la extranjerización de la tierra y de la producción. En definitiva para la gran mayoría del pueblo oriental.
Como se señala acertadamente en el artículo “Plataformas, tecnología, gestión sin mercado” el asunto es compartible, si el “qué” hacer es común a distintas ideologías, ¿dónde está la diferencia entonces?
La cuestión es el “cómo”, “quién”, “para quien”.
No es lo mismo para el poderoso que para los asalariados y pequeños propietarios. Unos administran, los otros trabajan.
Entonces no se puede hablar en abstracto de educación, ciencia, tecnología, pues en la actual organización de la sociedad, los beneficios van a ir al bolsillo de los propietarios, en especial al 1% y el 0,1%, que como dueños de las grandes empresas se llevan el grueso del excedente económico.
No basta decir que debemos educar a todos para el mercado, ni desarrollar tecnología, ni un país productivo. Hay que asegurar -por parte del gobierno progresista- el “como” (fortaleciendo la propiedad y la gestión social, limitando la acumulación del gran capital), “para quien” (los que trabajan -dependientes y propietarios-) y “quien” (mediante empresas públicas, cooperativas, mixtas y conglomerados de pequeñas y medianas empresas y los trabajadores).
Sino la Libertad en esta Democracia prometida, sólo será, de hecho, libertad para los más ricos.”1
Visto esto tenemos la esperanza que la síntesis que surja del Congreso levante ideas claras, de cambios profundos que avancen junto al pueblo sobre transformaciones estructurales que permitan abrir una nueva esperanza en la vida de la gente.
La razón de la existencia del Frente Amplio y de miles de compañeras y compañeros que dieron su vida por lograr una patria digna, es simplemente, la lucha por la “pública felicidad”
El Chasque 