Dicen que la culpa de todo la tendría Carolina Cosse

Julio Castillo
El Chasque 124
9/02/2024

Recuerdo la disputa que hubo en la interna del Frente Amplio para definir candidato a la presidencia entre Astori y Mujica.

El revuelo que se armó a raíz de que se postulaba un exguerrillero tupamaro. Todo indicaba que su figura, su imagen, no resistiría una campaña electoral por los innumerables flancos débiles que presentaba su trayectoria así como su aparente figura desalineada. Y a pesar de encuestas y opiniones de especialistas todos recordamos lo que sucedió.

Ahora, según algunos dirigentes de izquierda, lo que haría posible el triunfo o no del Frente Amplio en las elecciones nacionales se encuentra determinada por una sola persona: Carolina Cosse.

Si ella gana, perdemos y si pierde, ganamos las elecciones nacionales. Eso dicen.

Tal es así el relato que la propia posibilidad de que triunfe Orsi se encuentra en definitiva determinada por la derrota de la Intendenta de Montevideo. Esta posición da a entender que Orsi no tienen una personalidad propia, es decir, una construcción original que le permita proyectarse por sí mismo. De no existir esta tensión creada entre una figura y otra ¿qué elementos propios tendría Orsi como tal para transmitir?

Para quienes levantan sospechas desde la izquierda en torno a Carolina Cosse, con intención de favorecer a Orsi, en realidad en el fondo no lo valoran. Quien hace campaña por la negativa, tratando de debilitar a la Intendenta de Montevideo no hace otra cosa que mostrar una actitud de desconfianza sobre la figura de Orsi.

Agregamos otro lado de esta campaña. La propia derecha sin excepción la eligió a ella para chocar. Hacen fila. Es más fructífero pelearse con Carolina para construir su propia imagen de derecha que con Orsi.

Podríamos decir que han tratado de presentar imágenes opuestas, una tipo Simone de Bouvard y el otro, algo así como Pablo Coehlo. Dicho de otra forma: Podemos dar un voto a los “principios” o por el contrario podemos elegir “el voto útil”.

Predestinado

No somos creyentes de la existencia de un destino predefinido, sin embargo en algunos sectores del Frente Amplio esa creencia a calado hondo. Ya no es un tema de ideas, programa, sino “de la imagen del candidato o candidata” en el cual las encuestas son importantes como verificación de esa “verdad”. Las ideas son desplazadas por la “percepción existente sobre la imagen”; ni siquiera se trata de la persona real.

Muchos están convencidos (según los oráculos) de que Orsi derrotaría a Delgado y que es pan comido.

¿Entonces, para qué existen tres candidatos más del FA si las encuestas y opinólogos vienen confirmando desde ante del congreso que el candidato del MPP es caballo ganador?

Visto el lugar que se le da a las mediciones de opinión como verdad indiscutida y por ende de formadoras de opinión, no entendemos porqué no se habló con claridad en el congreso del FA y se explicó que Orsi ya estaba predestinado al triunfo. Cualquier otra figura que pretendiera disputar las internas pondría en peligro el triunfo de las elecciones nacionales.

En definitiva se trata, ni más ni menos, que sustituir la actividad política por las encuestas de opinión, prescindiendo de la lucha para modificar la realidad y manifestando a su vez un profundo menosprecio a los ciudadanos, a su capacidad de pensar y actuar en consecuencia.

A modo de síntesis

Si a partir de ahora, el destino de Uruguay está directamente vinculado al triunfo de la imagen como factor determinante para una elección, de su forma de relacionarse con sus votantes, como se viste, cual es el color preferido, que perfume usa, entonces estamos acabados como sociedad. Esa sustitución de las ideas y los compromisos políticos por una superficialidad performática conduce al vaciamiento de la política como actividad social, promoviendo a su vez condiciones para el oportunismo, la demagogia y el fascismo.

Volvemos a señalar que sería trágico para el FA y para Uruguay que todo, absolutamente todo, dependiera de una sola persona. La historia, la trayectoria, la elaboración programática pasaría a ser secundario y en su lugar lo ocuparía la imagen del candidato o candidata.

La democracia liberal y la cultura dominante ha construido la idea de que la disputa electoral es entre personas con cierta ambición de poder y no entre programas e ideas que expresan intereses de clases. Ellos tratan de ocultarlo pero cada vez queda claro que son lo mismo, basta ver la coalición multicolor. Inclusive hoy, muchos trabajadores que no ven lo que hay detrás de los Partidos Tradicionales, siguen votando a sus propios explotadores. Al igual que en la ficción de Matrix, las clases dominantes y sus partidos han logrado crear una serie de pantallas para ocultar su verdadero ser y crear una realidad falsa. Es así que Delgado habla sin ningún atisbo de vergüenza señalando que este ha sido el mejor gobierno de la historia del país y por lo tanto nos ofrece repetir el plato.

Ya no seremos compañeros, ahora seremos simples correligionarios.

Los Partidos Tradicionales siempre actuaron así. Lo importante es el caudillo y durante años hicieron que las personas votaran a caudillos cuando en el fondo eran lo mismo. Cuando surgió el FA, puso en cuestión la cultura dominante del caudillo, de pagar favores, del clientelismo y mostró que en definitiva el Partido Colorado y Partido Nacional defendían lo mismos intereses de clase.

Los líderes son importantes, pero lo son en tanto su voluntad de serlo emane de la decisión de los pueblos.

Por eso estamos convencidos que el destino de un país no depende de una u otra persona, sino de los pueblos. Ellos son los que verdaderamente hacen la historia. Por lo tanto, escuchar dentro del FA, el argumento que si perdemos las elecciones nacionales, la culpa sería de Carolina por haberse presentado a las internas como candidata, o que Orsi está predestinado a ser el futuro presidente de los uruguayos suena a mala intención, a campaña del miedo y a una simplificación muy peligrosa. Es una falacia y una excusa para ocultar la falta de confianza en el pueblo. Negar la acción concreta y colectiva de los pueblos como factor esencial de los cambios, es ingresar en un proceso de vaciamiento de la fuerza de izquierda y en una caída cada vez más pronunciada hacia lo que tanto dijimos que no íbamos a ser. Un partido tradicional más.

3 comentarios en “Dicen que la culpa de todo la tendría Carolina Cosse”

    1. Cierto, más aún en el FA, donde la gran mayoría no son sectorizados, de todas formas necesitamos un cuerpo de ideas donde confluyan los que pensamos que el capitalismo no es la solución y con capacidad para darse una orgánica que no nos deje aislados y sin poder de incidir en las decisiones. Gracias por comunicarse..

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