Gonzalo Alsina
El Chasque
31/12/2025
Esto es en general así, donde existe el sistema capitalista. Young no es una excepción.
Julio Castillo dice en el número anterior sobre la explotación capitalista: “…está legalizada y permitida. Normas y leyes así lo testifican, justifican y protegen, donde se autoriza apropiarse del trabajo ajeno realizado por la mayoría, por unos pocos dueños de los medios de producción”.
Eso en lo macro, pero en lo micro también. Por ejemplo, en la fábrica Claldy de Young, que de una pequeña fábrica en 1968, con ayuda de la Alemania Federal y la acumulación capitalista, pasó a tener más de 180 trabajadores. Cuando el 7 de agosto de 2025 despidieron a 32 trabajadores sindicalizados, quedó una plantilla trabajando de 154.
El valor agregado por el obrero con su trabajo ha permitido que recibiera un salario; y la ganancia del capitalista. Las dos cosas. Y sin valor agregado no hay fábrica que valga. El aumento de la riqueza patronal tiene por base el trabajo no remunerado de la mayor parte del valor agregado. La ganancia que obtiene el patrón la produce el obrero.
¿El patrón le da trabajo al obrero o contrata capacidad de trabajo del obrero para obtener una ganancia?
Cualquiera se da cuenta, que cuando, más trabajadores se tengan la ganancia o plusvalía que producen los obreros aumenta. Y eso es una de las razones de que, Daniel Reimer Brubacher viva y piense distinto que cualquier trabajador. Tiene intereses distintos y tradiciones también distintas. La visión de la realidad, e incluso del mundo van a ser distintas.
Hay empresarios que conviven y aceptan que existan los sindicatos clasistas – o sea los que defienden los intereses de los trabajadores- y otros que consideran que el mejor sindicato es el que no existe. O en su defecto un sindicato amarillo pro patronal.
El objetivo claro de la patronal fue romper el sindicato. La excusa fue la reestructura para bajar costos. Siempre por abajo, no por los gerentes con sueldos de privilegio e incapaces, que llevaron a que la empresa tuviera problemas comerciales y de otro tipo.
Al momento del despido, la empresa comenzó a exigir trabajar 12 horas y hasta los domingos. Dos turnos de 12 horas. Y ventas hay, incluso exportaciones. Es una fábrica totalmente activa y exportando. El motivo no es económico, es de persecución.
Al mismo tiempo que despedía trabajadores sindicalizados, realizaba una política de fomentar el miedo entre los compañeros que quedaron trabajando y de esa manera lograr que se disgregara el sindicato.
Los 32 que quedaron por fuera de la empresa eran sindicalizados; toda la mesa ejecutiva de ese momento y también la anterior. Si eso no es persecución sindical, ¿qué es?
La patronal se aprovechó del prestigio que tienen los productos de Claldy en Young para imponer un relato antisindical con calumnias y al mismo tiempo negarse a negociar y acordar.
La lucha desde el 4 de diciembre cambió el estado de situación y se vio obligada momentáneamente, a aceptar que los trabajadores no fueron despedidos y extender el seguro de paro por otra causal y participar de una mesa de negociación a partir del 19 de enero del año que viene.
El OBJETIVO de la empresa era y es, borrar el sindicato de adentro de la empresa.
Para ser más claro con dos ejemplos voy a comparar las tradiciones.
El abuelo de Daniel Reimer, vino a Young después de la guerra. Mi madre, siempre recordaba que lo conoció después de terminada la segunda guerra mundial. Vendía leche a domicilio con un tacho de leche grande de donde con una tasa te servía la leche en una jarra.
Mi madre me decía, que venía vestido con el uniforme que usaban los oficiales alemanes, pero sin los distintivos típicos de un uniforme militar. En esa época una persona informada y dada la cercanía de la guerra se daba cuenta de ello.
En el trato personal el alemán que vendía leche era correcto. Por razones obvias no hablaba de la guerra.
Pero hay ciertos valores que suelen trasmitirse de abuelos a nietos. Sería bueno, que un periodista le hiciera un reportaje a Daniel Reimer, sobre las ideas de su abuelo. Porque es posible que haya integrado el partido nazi.
Los nazis lo primero que hicieron fue reprimir a los sindicatos. Los sindicalistas inauguraron los campos de concentración antes que los judíos.
No sabemos que tradición “heredó”, además de la empresa. Pero parece estar claro, por el conflicto sindical en Claldy que no se lleva muy bien con los trabajadores organizados.
Con el pretexto, casi siempre esgrimido por empresarios para sacarse de encima obreros que defienden sus interés, de reestructura de la empresa; despidió a 32 que estaban afiliados al sindicato.
Entre ellos a Aníbal Apollonia, con 20 años aproximadamente trabajando en la empresa. Que tiene intereses y tradiciones distintas.
Veamos
Tuve la suerte de conocer a sus padres: Eber y Julia. Mi padre que fue dirigente de Nacional y fundador del Frente Amplio en Young; era compañero de luchas con Eber. Como fue dirigente también del Club Social, no solo lo conoció por el fútbol, sino también porque Eber fue el base de la selección de básquet de Young. Un grande dentro de una cancha y mejor fuera de la cancha. De profunda formación cristiana, imbuido de la Teología de la Liberación, y militante del PDC, estuvo en la reunión donde 16 yunguenses fundaron al FA en la localidad.
Por ser frenteamplista, en dictadura fue perseguido con saña y lo echaron por presión de los militares, del trabajo. Vendía libros y los represores amenazaban a quienes les compraban libros.
De esta tradición viene Aníbal
Julia cuando estaba recién recibida de maestra vivió junto a otras compañeras en una pensión pegada a mi casa. Aprendí con ellas muchas cosas antes de ir a la escuela. Por ser maestra comprometida con su profesión, por tener ideas democráticas de verdad, fue destituida por la dictadura y ésta le cerró un jardín de infantes que tenía en su casa como fuente de trabajo.
O sea, que Aníbal viene de una tradición muy distinta a la del patrón.
Nació en 1973 y aprendió los valores que lo distinguen. Supo de la injusta persecución contra sus padres. No fue casualidad que decidera para defender las fuentes de trabajo de sus compañeros y la suya, el ser uno de los trabajadores de Claldy, que hizo la huelga de hambre recientemente, en Montevideo.
Vinieron a buscar en Montevideo el apoyo para poder volver a trabajar. Y pienso, porque lo viví de muy cerca, que fue una decisión correcta que permitió un avance en el conflicto que duro 126 días, desde 8 de agosto de 2025 al 12 de diciembre de este año.
Aníbal y Mauricio y los otros seis despedidos lograron que la solidaridad de la clase trabajadora obligara a un acuerdo – aún incompleto- a una patronal represiva como la de Claldy.
Tuve el privilegio de conocer a 9 trabajadores yunguenses, que se mantuvieron unidos y firmes. Conocí a seres humanos extraordinarios.
Volviendo a Aníbal. Es como su padre Eber y su madre Julia: pone atrás de las palabras el pellejo. Es un ejemplo para todos los trabajadores que luchan contra las injusticias. Este compañero, hablando en términos futbolísticos juega de titular en el equipo de 11 que sea.
Emocionaba ver su entereza mientras iba perdiendo calorías, con la moral bien arriba. Emocionaba verlo con su hijo e hija hablando en la carpa, ubicada en la Plaza Independencia.
Fue el lugar ideal por lo simbólico. Llegaron a Montevideo el 3 de diciembre y al otro día empezaron la huelga de hambre. Fue como él dice, el último recurso de resistencia no violenta cuando no hay otra forma de que escuchen sus justos reclamos. Al venir a Montevideo se logró mayor visibilidad que la que tenían en Young.
En una de sus tantas entrevistas dijo: “Young es reacia en general a la organización sindical y no tuvimos el apoyo necesario. Muchos coincidieron con la intención de la empresa de crear en la ciudad una percepción negativa sobre los trabajadores sindicalizados, y más, crearon una imagen de malos trabajadores.”
En Montevideo la FTIL redobló el apoyo que siempre tuvo con los trabajadores. El PIT-CNT apoyó. Hubo diversas movilizaciones en apoyo hasta dos en un mismo día. Pasaron miles de trabajadores a dar su solidaridad. Hubo un paro parcial de los gremios industriales con acto frente a la Torre Ejecutiva.
La empresa está aún a tiempo, después del acuerdo logrado el 12 de diciembre pasado, si tiene voluntad – se dicen cristianos-, de revertir su decisión antisindical que viola derechos y las mejores tradiciones democráticas de este país.
En Alemania antes y hasta hoy con un Canciller llamado Merz, se respetan los derechos sindicales. Y eso que Merz es hijo de nazi y nieto de nazi.
En Uruguay que somos ejemplo mundial por las conquistas de los trabajadores y los derechos que tienen, sería más fácil resolver el problema.
Si los patrones se dicen cristianos, tanto menonitas, como católicos o luteranos; deberían pedir disculpas. El famoso pedido de perdón. E inmediatamente retomar a los trabajadores injustamente despedidos como reconocieron el 12 de diciembre en el MTSS.
Tienen la oportunidad de cambiar de postura y a partir del 19 de enero de 2026 como está firmado en el acuerdo, concurrir con otro talante a las futuras negociaciones.
Porque si todo Young quiere que se mantengan fuentes de trabajo, si la patronal también y dice que no tiene nada contra los sindicalistas; ¿por qué no reintegrar a obreros muy calificados y necesarios para producir los excelentes productos que se hacen en Claldy?
De no ser así, que sería lo más lógico, se evitaría por ejemplo, un incremento de las luchas en solidaridad de los trabajadores, que podría – que Dios no lo permita dirían los patrones- derivar en un boicot a Claldy en todo Montevideo.
Digo lo de Dios, porque llegaron a justificar en nombre de Dios los despidos. Que las ganancias son gracias a Dios y no la parte del trabajo no remunerado de los obreros.
¡No fue Dios quien despidió!
No fue Dios que echó a toda la dirigencia sindical.
No fue Dios quien ejerció violencia psicológica contra los trabajadores sindicalizados.
Enrique Méndez dirigente de la FTIL dijo: “Se salió del escenario de despido para pasar a este nuevo escenario donde ahora la situación no termina, el proceso de la comisión tendría que terminar de resolver la reinserción laboral”
Todo el apoyo que sea necesario para que se termine con la persecución sindical en Claldy.
Este conflicto se inscribe en la mejor historia del movimiento obrero. En una localidad difícil, de una ciudad del interior, Young; los trabajadores injustamente destituidos, representan la dignidad de los trabajadores yunguenses, pero también representan la dignidad de toda la clase trabajadora, la que hace todos los días el país.
