Incertidumbres en la economía mundial

Economía y política a comienzos del 2021
No se trata de resetear al capitalismo, sino que se requiere combatirlo y desplegar nuevas relaciones socioeconómicas entre las personas.

Julio C. Gambina
21/01/2021

No hay que esperar grandes cambios en la economía mundial del 2021 respecto de lo acontecido el pasado año e incluso, de los inmediatos anteriores, aun cuando pesa y mucho el impacto del COVID19 en el 2020, lo que agravó el proceso recesivo, o de desaceleración, verificable desde la gran crisis del 2007/09, o si se quiere desde el 2001 estadounidense. En aquella oportunidad todo se resolvió con mayor emisión y deuda pública, lo que se repitió a los pocos años y volvió a potenciarse y extenderse en el presente, con una deuda que alcanza al 110% del PIB estadounidense. Al lado de los usos monetarios se desplegó la ofensiva militarista para sostener la dominación estadounidense y “ordenar” el sistema capitalista en función de la lógica de acumulación de sus capitales de origen. Un “orden” que con Trump empezó a mutar en “desorden”, uno “norma” que no podrán superar los demócratas en la nueva gestión gubernamental. EEUU no puede frenar los cambios que operan en el orden mundial capitalista y solo puede intentar demorar su pérdida de peso relativo, con las formas específicas de Biden o de Trump. Este no es un loco enajenado, sino expresión de las dificultades de la economía capitalista estadounidense.

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Previsiones para 2021

Michael Roberts
07/01/2021

Hace un año, comencé mi artículo sobre las previsiones para 2020 haciendo una distinción entre predicciones y previsiones. Argumenté que podemos hacer predicciones que puedan ser probadas, digamos sobre el clima y el calentamiento global. Los científicos del clima predicen que si las emisiones de carbono siguen creciendo, las temperaturas globales seguirán aumentando y eventualmente causarán cambios perjudiciales en el clima de la tierra (y está sucediendo). De hecho, los virólogos han estado prediciendo durante algún tiempo que habría una ola de pandemias de nuevos patógenos que afectarían a los humanos.

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El asalto al Capitolio indica que EE.UU. ha entrado en la era de Weimar

Walden Bello
07/01/2021

La crisis de EE.UU. se ha venido desarrollando durante décadas, y el COVID-19 simplemente ha acelerado la marcha hacia su dramático desenlace.

La realidad sigue a la predicción, pero de la forma imaginable más descabellada. Envié este artículo ayer, y unas horas más tarde, la realidad se desarrolló como lo había previsto. Pero no soy un adivino. Lo que ocurrió ya podría deducirse del desarrollo de los acontecimientos de los últimos años, especialmente de las últimas semanas. Lo que faltaba era la forma exacta que tomaría, ¡y esa superó incluso la imaginación más descabellada! WB

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¿Por qué llegamos a Jair Bolsonaro?

Leonardo Boff – 05/01/2021 

Hay un sinnúmero de excelentes análisis del anti-fenómeno Jair Messias Bolsonaro, predominando los de tipo sociológico, histórico y económico. Creo que debemos cavar más a fondo para captar la irrupción de este Negativo en nuestra historia, una verdadera situación de barbarie.

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G20: La solución de la deuda

24 noviembre, 2020
Michael Roberts

Este fin de semana tiene lugar la cumbre de líderes del G20, no físicamente, por supuesto, sino virtualmente. Con Arabia Saudí como orgulloso anfitrión, ese conocido bastión de la democracia y los derechos civiles, los líderes del G20 se van a concentrar en el impacto de la pandemia de COVID-19 en la economía mundial.

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Para acabar con la crisis del Covid-19, ¿vuelta a Keynes?

Michael Roberts
02/10/2020

La UNCTAD dice que “mientras el crecimiento deba depender del crédito y el Estado se vea limitado a la hora de controlar las finanzas y garantizar el pleno empleo, la inestabilidad financiera y las crisis se convertirán en características de las economías capitalistas”. La implicación aquí es que si el estado controlara las finanzas, podría lograr el pleno empleo y poner fin a las crisis. Pero seguramente, como continúa diciendo la UNCTAD, “con la preservación de las ganancias como el eje del modelo, los asalariados o el sector público soportan el costo de las crisis, y la presión a la baja sobre los salarios suprime la demanda agregada en el ciclo subsiguiente. «

De hecho, la ‘preservación de las ganancias’ es el problema porque es la fuerza impulsora de la producción capitalista. Por tanto, cuando la UNCTAD dice que quiere centrarse «en la distribución funcional del ingreso», es decir, la distribución de la participación en los salarios y las ganancias, y reducir la participación en las ganancias, ignora la realidad de que es el modo de producción capitalista con fines de lucro el que genera esa distribución desigual. La UNCTAD quiere que acabemos con «el comportamiento de búsqueda de rentas y la concentración del mercado (es decir, los monopolios), los términos de intercambio desiguales (imperialismo) y la división internacional del trabajo (imperialismo)», pero ¿cómo se puede hacer sin tomar el control y la propiedad de las empresas multinacionales e instituciones financieras que engendran estas desigualdades y flujos imperialistas de valor?

La UNCTAD dice que “los mercados, si se dejan a si mismos, no pueden proporcionar de manera eficiente a la sociedad los bienes colectivos necesarios y las condiciones para un crecimiento y desarrollo sostenibles y equitativos, independientemente del punto de partida. Por lo tanto, se necesita una combinación de políticas fiscales activas y políticas más estructurales para llenar el vacío, políticas que miren más allá de la estabilización temporal y contribuyan a la reconstrucción económica «. Esto implica que las cosas funcionarían de manera eficiente si los mercados fueran interferidos y «administrados».

Las ‘políticas estructurales’ de la UNCTAD se reducen a una mayor regulación de los monopolios y los bancos, no a su propiedad. “Para reducir la monopolización del mercado y la búsqueda de rentas corporativas, es necesario restaurar gran parte de la estructura reguladora desmantelada durante las últimas cuatro décadas. Además, las leyes antimonopolio y anticonsorcio deben ponerse al día”. Y “necesitamos una nueva regulación de las finanzas. Esto incluye hacer frente a los bancos privados gigantes a través de la supervisión y regulación internacional; cambiar el importantísimo mercado, altamente concentrado, de la calificación crediticia; y la acomodaticia relación entre las agencias de calificación y las instituciones bancarias en la sombra «. Cualquiera que haya leído mi análisis sobre la eficacia de la regulación de los monopolios y los bancos concluirá que esta política de regulación no funcionará.

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EEUU -El resurgimiento americano que no logró Trump

Claudio Katz
29/07/2020
Los desenfrenos de Trump encubrieron sus fracasos. No logró recuperar la economía estadounidense, ni frenar el desafío chino. Tampoco consiguió la neutralidad rusa o el sometimiento de sus socios occidentales. Ni siquiera la renovación del tratado bilateral que impuso a México inició la recaptura de América Latina.

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La economía de la covid-19: ¿podrá el capitalismo asumir el reto?

James K. Galbraith (CIDOB) 27/07/2020

La enfermedad de la covid-19 está sujeta a dos propiedades matemáticas. La primera es el coeficiente de transmisión, que en condiciones normales de contacto humano-a-humano es mayor de 2,0, con un tiempo de duplicación de solo unos cuantos días, similar en principio a una reacción nuclear descontrolada. La segunda es el período de incubación, normalmente dos semanas, de modo que si se mantiene una separación estricta entre las personas durante al menos este período de tiempo, el coeficiente de transmisión se reduce y la epidemia puede ser mitigada o suprimida.
Así, el coste del retraso en aplicar medidas estrictas se cuenta por el número de contagiados y de muertos en la primera oleada, por la salpicadura de casos positivos en todo el paisaje, y por el riesgo de brotes secundarios o terciarios si no se mantienen fuertes controles superada la primera oleada.
La pobre actuación de EE.UU. en esta crisis se debió a una combinación de factores, todos ellos relacionados con la menguante competencia de la autoridad pública. El sistema estadounidense ex ante estaba eficazmente adaptado a las condiciones de una sociedad individualizada y desigual, pero frágil, descoordinada e inadecuada para hacer frente a una amenaza común. La ideología del libre mercado y una doctrina social conservadora han apuntalado este sistema y han oscurecido su vulnerabilidad hasta el punto de suprimir evidencias científicas y esfuerzos políticos para mantener una capacidad defensiva común.
Casi con toda seguridad no habrá retorno a la normalidad (…) porque la gente será más pobre, tendrá más aversión al riesgo y sus valores habrán cambiado
Para el día después, la hipótesis subyacente más extendida en la política estadounidense es que una pausa breve en la actividad puede ir seguida de un retorno a una casi normalidad. Esta asunción se sustenta en la estrategia del rescate financiero para empresas como las compañías aéreas y las cadenas hoteleras, la política de préstamos para que las pequeñas empresas puedan retener a sus trabajadores, y los denominados pagos o cheques “de estímulo” pensados para aumentar la confianza del consumidor y hacerle volver a sus pasados hábitos de gasto. Por contra, la fuerte dependencia del seguro de desempleo por oposición a las compensaciones salariales de las empresas nos augura despidos laborales a gran escala a medio plazo.

Casi con toda seguridad no habrá retorno a la normalidad. Los futuros patrones de la demanda serán diferentes, porque la gente será más pobre, tendrá más aversión al riesgo y sus valores habrán cambiado. Estos cambios se verán reforzados por un patrón de nuevos brotes, y cada caso de no recuperación alimentará a otro en un sistema descentralizado: desde el gasto a los ingresos, de los ingresos a los impuestos, de los impuestos a la capacidad del Estado y a la provisión de servicios, y vuelta a empezar.
Mirando hacia adelante, podemos pronosticar un conflicto entre contratos de deudas –hipotecas, alquileres, deudas de estudiantes, de consumidores, de empresas– y la capacidad de los ingresos para pagarlas. Se producirá o bien una oleada masiva de bancarrotas, ejecuciones hipotecarias, desahucios y embargos, lo que provocará un enorme conflicto social, o bien habrá amortizaciones y liquidaciones de muchas deudas sobre la base del perdón de préstamos. Si se toma el primer camino, los acreedores pueden salir ganando pero la economía estará en depresión durante muchos años. Si se toma el segundo, el sector financiero tendrá que reorganizarse para que funcione como un servicio público y la era del capitalismo de mercado monetario habrá llegado a su fin.
De momento, se ha reflexionado poco sobre la reorganización de la actividad que será necesaria para que se reanude la actividad después de la pandemia. La solución debería incluir una inversión suficiente en servicios eficaces de salud pública; también un acompañamiento efectivo a través de tests de detección y pagos por el cuidado de los casos en curso; se requerirá una reorganización de todas las actividades locales por lo que respecta a la protección y a la distancia de seguridad, incluyendo restaurantes, teatros, bares, cafeterías, escuelas, reuniones de carácter cultural o político, elecciones; finalmente, promover la creación de empleos para los que sean expulsados de todos aquellos sectores que no podrán recuperarse y ofrecer medidas de ayuda y socorro para aquellos que se hayan vuelto inempleables.
¿Podrá el capitalismo asumir este reto? Tanto la historia de Occidente como la experiencia más exitosa de Asia ante la pandemia sugieren que no. Puede que haya soluciones híbridas por debajo de un socialismo de Estado, al estilo del New Deal estadounidense durante la presidencia de Franklin Delano Roosevelt en los años treinta del siglo XX. El tiempo disponible para descubrir, diseñar y poner en práctica estas soluciones es muy escaso.

Tomado de Ctxt

EE.UU: El próximo desastre está a solo unos días de distancia

Paul Krugman

19 julio, 2020   Economía

Algunos de nosotros supimos desde el principio que Donald Trump no estaba preparado para ser presidente, que no sería capaz de lidiar con una crisis que no fue de su propia creación. Aún así, la magnitud del fracaso del coronavirus de Estados Unidos ha conmocionado incluso a los cínicos.

En este punto, solo Florida tiene un promedio de muertes diarias aproximadamente igual al de toda la Unión Europea , que tiene 20 veces su población.

¿Cómo pasó esto? Un elemento clave en nuestra debacle mortal ha sido la miopía extrema: en cada etapa de la crisis, Trump y sus aliados se negaron a reconocer o adelantarse a los desastres.

Las negativas de Blithe de que Covid-19 representaba una amenaza dieron paso a las negativas de que la reapertura rápida conduciría a un nuevo aumento de las infecciones; ahora que el aumento está sobre nosotros, los gobernadores republicanos están respondiendo de manera lenta y de mala gana, mientras que la Casa Blanca no está haciendo nada en absoluto.

Y ahora otro desastre, esta vez económico en lugar de epidemiológico, está a solo unos días.

Para comprender el precipicio por el que estamos a punto de caer, debe saber que si bien el manejo general de Covid-19 por parte de los Estados Unidos fue catastróficamente malo, una pieza, la respuesta económica, en realidad fue mejor de lo que muchos de nosotros esperábamos. La Ley CARES , desarrollada en gran parte por los demócratas pero promulgada por una mayoría bipartidista a fines de marzo, tenía fallas tanto en el diseño como en la implementación, pero hizo mucho para aliviar las dificultades y limitar las consecuencias económicas de la pandemia.

En particular, la ley proporcionó una ayuda enormemente mayor a los trabajadores inactivos debido a los bloqueos impuestos para frenar la propagación del coronavirus. El seguro de desempleo de los Estados Unidos normalmente es una protección débil contra la adversidad: muchos trabajadores no están cubiertos, e incluso aquellos que generalmente reciben solo una pequeña fracción de sus salarios anteriores. Pero la Ley CARES amplió la cobertura, por ejemplo para los trabajadores por encargo, y aumentó considerablemente los beneficios, agregando $ 600 al cheque semanal de cada destinatario.

Estos beneficios mejorados cumplieron una doble función. Significaron que había mucho menos miseria de lo que uno hubiera esperado de una crisis que eliminó temporalmente 22 millones de empleos ; según algunas medidas, la pobreza en realidad disminuyó .

También ayudaron a mantener aquellas partes de la economía que no estaban bloqueadas. Sin esos beneficios de emergencia, los trabajadores despedidos se habrían visto obligados a recortar gastos en todos los ámbitos. Esto habría generado una segunda ronda completa de pérdida de empleo y contracción económica, además de crear una gran ola de pagos de alquileres perdidos y desalojos.

Por lo tanto, los beneficios de desempleo mejorados han sido una línea vital para decenas de millones de estadounidenses. Desafortunadamente, todos esos beneficiarios ahora están a solo unos días de ser arrojados por la borda.

Para ese suplemento semanal de $ 600, que representa la mayor parte de la expansión de los beneficios, se aplica solo a las semanas de beneficios que terminan » el 31 de julio o antes «. El 31 de julio es viernes. Las semanas estatales de beneficios por desempleo generalmente terminan el sábado o domingo. Por lo tanto, el suplemento finalizará, en la mayoría de los lugares, el 25 o 26 de julio , y millones de trabajadores verán que sus ingresos caen un 60 por ciento o más dentro de unos días.

Han pasado dos meses desde que la Cámara aprobó una medida de alivio que, entre otras cosas, ampliaría los beneficios mejorados durante el resto del año. Pero ni los republicanos del Senado ni la Casa Blanca han mostrado ningún sentido de urgencia sobre la inminente crisis. ¿Por qué?

Parte de la respuesta es que Trump y sus funcionarios están, como siempre, muy por detrás de la curva del coronavirus. Todavía están hablando de una recuperación rápida en forma de V que nos llevará rápidamente de vuelta al pleno empleo, haciendo innecesaria la ayuda especial a los desempleados; aparentemente son ajenos a lo que todos los demás ven: una economía que está tropezando nuevamente a medida que el coronavirus vuelve a surgir.

Los delirios sobre el estado de la recuperación económica, a su vez, permiten a los conservadores disfrutar de una de sus ideas favoritas de zombis : que ayudar a los desempleados en una economía deprimida perjudica la creación de empleo, al desalentar a las personas a tomar empleos.

Preocuparse por los incentivos de empleo en medio de una pandemia es aún más loco que preocuparse por esos incentivos después de una crisis financiera , pero parece estar en el centro del pensamiento de la Casa Blanca (o tal vez eso es «pensar») sobre la política económica correcta ahora.

Una última cosa: mi sensación es que los republicanos tienen una visión delirante de su propia posición de negociación. Parecen no darse cuenta de que ellos, no los demócratas, serán culpados si millones se ven sumidos en la miseria porque el alivio se retrasa; en la medida en que estén dispuestos a actuar, todavía imaginan que pueden extraer concesiones como una exención general de las empresas de la responsabilidad pandémica .

Tal vez la perspectiva de una catástrofe concentrará las mentes republicanas, pero parece más probable que nos encaminemos por semanas, si no meses, de dificultades financieras extremas para millones de estadounidenses, dificultades que afectarán a la economía en general. Este desastre no necesitaba suceder; pero puedes decir lo mismo sobre la mayoría de lo que ha salido mal en este país últimamente.
Publicado en: Crisis global del Capitalismo

Tomado de: Economía

América Latina: Gravar la riqueza para enfrentar la crisis.

OXFAM: Aumentan los milmillonarios de América Latina a medida que la región más desigual del mundo se hunde bajo el impacto del coronavirus

La fortuna de los 73 milmillonarios de América Latina aumentó en 48 200 millones de dólares desde el comienzo de la pandemia, incluso ahora cuando la región es una de las más afectadas del mundo, afirma Oxfam hoy. 

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