A cien años de su muerte: ¿podemos aprender algo de Lenin?

Miguel Salas
www.sinpermiso.info

El Chasque 120
12/01/2024

Iniciamos una serie de artículos en torno al centenario de la muerte de Lenin para preguntarnos sobre la vigencia de sus ideas y su utilidad para los problemas actuales de la lucha entre las clases

El 21 de enero hará cien años que falleció Vladimir Illich Ulianov, más conocido como Lenin. Uno de sus biógrafos, nada partidario de sus teorías, señaló: “el rastro que ha dejado en la historia del mundo es infinitamente más perceptible, pongamos, que el dejado por Alejandro de Macedonia, Tamerlán o Napoleón, pues él solo cambió el curso de la historia” (Robert Payne. Vida y muerte de Lenin). No fue él solo, pero si fue la cabeza de la primera revolución obrera victoriosa que demostró que otro mundo era posible. A pesar de todas las vicisitudes de la revolución rusa de 1917 sus experiencias, virtudes y errores forman parte del bagaje necesario para quienes aspiran alumbrar una nueva sociedad.

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Lo que debemos aprender y lo que debemos hacer

Chasque 100
Julio Castillo
25/08/2023

Los resultados de las PASO han provocado un terremoto en Argentina.

El discurso supremacista, darwiniano y violento de Milei se hizo realidad con una votación del 30%, siendo el candidato más votado y por lo tanto con chances de ganar las elecciones en octubre y ser el futuro presidente de Argentina.

Esta visión de un país donde sobrevive el más fuerte podemos encontrarla en lo que fue el avance hacia el oeste del capitalismo naciente en EEUU. La ocupación de tierras, la consolidación de la propiedad privada y la libertad como lo más sagrado fueron conquistados a tiros, siendo por mucho tempo la ley del más fuerte junto al Colt 45 y el Winchester 44 los que saldaron los pleitos entre personas.

Pasado el tiempo Milei propone hoy algo similar. La diferencia de que no todos parten de la misma condición, es decir, la libertad que promueve es una gran mentira en el mundo de las grandes corporaciones monopólicas y del capital financiero.

En realidad es la política del zorro en el gallinero. En su programa de capitalismo salvaje, la eliminación de instituciones del Estado que regulen y ejerzan acciones de freno sobre el carácter violento del capital implicaría no otra cosa que tierra arrasada. Significaría un aquelarre del capitalismo en su voracidad por acceder a los recursos de la salud, la educación, las pensiones y jubilaciones entre otras cosas.

Este resultado fue producto de una larga crisis que llevó a importantes sectores de la sociedad al hartazgo y a la necesidad de encontrar una salida. La debacle comenzó con el préstamo que firmó Macri con el FMI. El mayor en la historia de la institución financiera. Argentina quedó hipotecada de por vida. Es tan enorme la deuda que es impagable, y en la medida de que se quiera hacer, implicaría desaparecer como país. El otro camino es negociar y avenirse a las recetas conocidas del FMI obligando al gobierno a llevar adelante medidas antipopulares. Quienes vivimos en América Latina conocemos perfectamente al FMI y el costo social que hemos pagado gracias a los contubernios de gobiernos que firmaron prestamos con dicha institución. En pocas palabras, es imposible cumplir con la deuda multimillonaria adquirida bajo el gobierno del inútil de Macri y a su vez darle de comer al pueblo.

Pero no fue solamente el deterioro de las condiciones materiales la que crearon este fenómeno político. Hay además una fuerte construcción ideológica que penetró en amplios sectores de la población lo cual fue posible gracias a los niveles de ignorancia y atraso donde actúa fuertemente el individualismo, como aquella figura descrita por Marx del lumpen. Embrutecidos por un discurso esperanzador pero engañoso, donde los políticos son “la casta” y contra ellos hay que ir, miles vieron al fin el rostro de todos sus males y el camino para solucionarlo. A su vez como los folletos de autoayuda, Milei apeló y convocó a la fuerza existente en cada individuo, a que solamente uno es el responsable de su destino y si se tiene voluntad y la fuerza suficiente se puede triunfar en la vida. A su vez apuntó ideológicamente al centro del peronismo, al concepto “donde hay una necesidad nace un derecho”. Para él los programas de ayuda social lo único que hacen es transformar a las personas en siervos del señor feudal (Estado) y no en libres consumidores. Unido a ese discurso violento en su forma y sus patillas libertarias

se fue construyendo y unificando una subjetividad que tiene una larga trayectoria en la historia Argentina y cuya características es el ultracatolicismo, el anticomunismo feroz; son homofóbicos, racistas, machistas y antiperonistas; la misma que ayer, desde Colonia del Sacramento, lanzó “la Cruzada Libertadora” contra Perón. Junto a estos sectores confluyen los que dieron su apoyo al golpe de Estado y justifican la tortura y las desapariciones o son negacionistas. En definitiva existe en Argentina un fuerte sector político – ideológico que conforman una estructura de corte fascistas y que hoy se encuentran interpretados en gran medida por Milei o por Bullrich.

Los componentes objetivos y subjetivos creados por un largo fracaso de los gobiernos, junto a un discurso antisistema, anti derechos, contra los políticos, el establishment, es decir “la casta”, terminó cristalizando este fenómeno de Avanza Libertad y Milei como figura principal. Pero para que fuera totalmente posible fue necesario la ruptura y una gran distancia entre la actividad política, el contacto con los problemas y la falta de respuestas a las necesidades de la gente para debilitar definitivamente la credibilidad en el sistema y en los propios partidos políticos.

Sabemos que la derrota del Frente Amplio luego de gobernar por quince años, tuvo mucho que ver con la pérdida de credibilidad por la falta de respuesta a los problemas concretos de la gente. Tenemos que aprender y no repetir el mismo error. En la medida de que nos distanciamos como fuerza política de las necesidades de la gente y no elevamos la participación popular en el proceso de cambios, entonces existe el riesgo real de que surja un Milei. Se trata de dar la batalla por la hegemonía cultural e ideológica. Si la abandonamos y no promovemos una fuerte participación activa del pueblo en la construcción de su propio destino entonces nacerán los oportunismos de derecha ante la falta de horizonte y la desesperanza de un pueblo.

Como Frente Amplio debemos matrizarlo y poner en práctica el vínculo y diálogo permanente con la sociedad y sus necesidades. La política no solamente se debe hacer desde el ámbito parlamentario, sino que coordinado y junto a nuestros parlamentarios se debe realizar política desde los comités de base hacia sus realidades.

No existe otra razón de ser del FA, como de sus comités de base que relacionarse fuertemente con la comunidad o en los trabajos por medio de los comités funcionales. Desde ahí elevar la lucha junto a la gente para resolver los múltiples temas particulares y crear una conciencia necesaria para los cambios estructurales que permitan construir una sociedad más justa y más libre.

Ya nos pasó cuando perdimos las elecciones. Pensamos que no era necesaria la organización política, alcanzaba con estar en el gobierno y llevar adelante un determinado programa. Sin embargo no fue así. Perdimos y a su vez surgió otra fuerza política, que sin ser Milei, responde a un fenómeno similar. Cabildo Abierto construyo su discurso contra “la izquierda caviar” y “la ideología de género” y no le dio poco resultado.

Para que fuera posible ese discurso y tuviera éxito se dieron determinadas condiciones. Lo real fue que no profundizamos los cambios, nos quedamos con viejas fórmulas que se tradujeron en no sacar radicalmente a las personas de la pobreza, ni resolvimos la necesidad de viviendas, tampoco frenamos la extranjerización de la tierra entre tantas cosas más que no hicimos. Nos burocratizamos, el poder nos mareo, hicimos la plancha y nos alejamos de la gente. Pasamos a ser parte del statu quo, otro partido político más.

El haber sido asimilado al sistema es lo peor que nos pudo pasar, porque en definitiva perdimos nuestra esencia, nuestra identidad e impulso: el ser una fuerza revolucionaria que lucha por el derecho de los uruguayos a tener una vida digna.

¿Para qué existimos?
¿A quien nos debemos?
¿Por qué luchamos?

Son algunas preguntas que debemos hacernos todos los frenteamplistas este 25 de agosto en el día del Comité de Base. Y teniendo esas preguntas, iniciar el debate del programa y establecer que sociedad queremos construir. ¿Será una sociedad que seguirá privilegiando al capital y al saqueo del trabajo de los uruguayos o seremos una sociedad justa, solidaria, democrática, libre y donde vivir con dignidad sea la característica principal? ¿Seguiremos entregando tierras a manos extranjeras o será para quien la trabaja? ¿Seguiremos beneficiando a las instituciones privadas de la enseñanza o le daremos el verdadero valor a la educación pública como la principal herramienta para crear individuos libres y una democracia más fuerte?

Son muchas las preguntas y hay mucho para hacer. Por delante tenemos una gran tarea. Poner al pueblo a gobernar y avanzar hacia nuevos horizontes para desterrar toda posibilidad de triunfo de la barbarie y la oscuridad sobre nuestra tierra.

Venimos de lejos y con la bandera de Otorgués desplegada caminamos junto a Artigas con su revolución inconclusa, y en esa larga marcha seguiremos luchando con el pueblo oriental por alcanzar la definitiva independencia y la pública felicidad.